4: Lo que de verdad importa.
El espejo frente a él parece estarse burlando y ni siquiera logra comprender bien las burlas. No puede entender lo que él mismo se intenta decir, hay un remordimiento que se escapa por sus ojos y lo hace sentir pequeño e idiota, indefenso y solo.
—Ya, no necesitas a nadie —se regaña y supone que eso es lo que está en su mente que intenta olvidar.
Intenta olvidar lo que le dijo a Seungcheol el día del cine, intenta olvidar el beso, su compañía, sus palabras, sus preguntas, intenta que no lo atormenten.
Intenta olvidar que Mingyu y Wonwoo siempre estuvieron para él porque con eso en mente se le hace más difícil pensar en lo que le va a decir a ambos cuando los confronte hoy. Se le hace difícil aceptar el trato que recibe de ellos ahora y es muy débil para estar colgando de la soga en donde lo dejaron. Para Jeonghan o lo es todo o es nada, nunca le han enseñado otra cosa, nunca le ha tocado vivir otra cosa y es por eso que escoge nada. Escoge pensar que es un estorbo para sus amigos y que la única solución es arrancarse de la pintura. Duele menos, o espera que duela menos.
—Solo concentrate en lo que haces —le dice otra vez a su propio reflejo.
Escucha a lo lejos como su teléfono celular suena y le da una patada a la puerta del baño.
Debe ser Mingyu o Seungcheol. No paran de llamarlo. Seungcheol porque bueno, no logra comprender lo que explícitamente le dijo y Mingyu quién sabe, a lo mejor le tiene que pedir un favor o quiere saber por qué no ha asistido a la universidad en 5 días o por qué no le abrió la puerta anoche cuando casi la derrumba de tanto tocar... Quién sabe para qué necesita hablar con él.
Pasa sus dedos por su cabello húmedo y luego toma la tijera que tiene frente a él.
Al hacer eso piensa en que ya no tendrá que aguantar las insistentes llamadas porque mañana vuelve a la universidad. Sólo necesita una nueva imagen que refleje que es seguro e intocable y que no necesita a nadie. No necesita ni a Mingyu, ni a Wonwoo y mucho menos a Seungcheol y su estúpida boca con suaves labios.
Jeonghan comienza cortar su cabello y ve como parte de él va cayendo en el lavamanos y desea que parte de sus recuerdos se vayan de forma tan fácil como lo hace su cabello.
El corte le gusta, los cabellos apenas caen sobre sus orejas e incluso puede ver que le sienta mejor a su perfil.
—Ya no me veo como si estuviera tratando de esconder mi rostro, tengo un perfil seguro.
Se regala una sonrisa y decide que es hora de hacer su cambio más radical. Lo va a desteñir.
—Nada más seguro que un rubio guapo al estilo californiano.
Se dedica a seguir todos los pasos que ha sacado de internet al pie de la letra. Antes le hubiera pedido a Mingyu hacer eso por él pero el nuevo Jeonghan no necesita de eso. Necesita internet, ropa nueva y unos lentes de sol caros que le den el porte de estrella que necesita. Bueno, no tienen que ser caros, solo parecer caros. Su papá paga sus estudios y su hogar no tiene el derecho a pedirle más aunque tenga que permanecer entre los 5 mejores promedios para que no lo manden a trabajar.
Después de haber seguido cada paso al pie de la letra y esperar el tiempo necesario Jeonghan lava su cabello y aunque lo aprecia frente al espejo aun cuando sigue mojado sabe que ha quedado perfecto.
Ha quedado perfecto, inalcanzable y escuchando el susurro... también solitario.
(...)
El lunes por la mañana cuando Jeonghan entra a la universidad recibe todas la miradas y puede ver como esa aura de intocable va apareciendo a su alrededor.
Esto es lo que necesito... Un ego alto y a más nadie, nadie que me toque o me juzgue o me cambie si no le gusto. Nadie que me deje a un lado.
Llega temprano porque le ha dicho a Mingyu y a Wonwoo que tiene que verlos en el mismo sitio donde lo dejaron tirado con Seungcheol por primera vez. Debajo de aquel condenado y tonto árbol con tonalidades rosas. Se sorprende cuando se encuentra solo a Mingyu esperándolo pero le resta importancia, parece más fácil y además, él le llevará el mensaje a Wonwoo, prácticamente le cuenta todo.
—Hola, ¿Dónde está Wonwoo? —pregunta cruzándose de brazos frente al moreno.
En cierta forma Mingyu luce decaído pero Jeonghan lo atribuye a que pasó la noche entera diciéndose que era mejor que todos y que no necesitaba a nadie. Puede ser que solo su imaginación se haya tomado muy a pecho eso que se dijo y ahora ve a todos así.
—Hyung, menos mal que por fin puedo verte y hablar contigo...
—No me vengas con esas —lo corta el mayor—. Bastante que han estado haciéndome a un lado, ahora responde ¿Dónde está Wonwoo?
—De eso quiero hablart-
—¿Sabes qué? No interesa. Todo lo que voy a decir lo diré ahora —se siente poderoso, hace mucho que no se sentía así, con el poder de la palabra y el control de las situaciones—. El punto es que estoy cansado, desde que tú y Wonwoo comenzaron a salir comencé a notar el cambio, fue tan gradual que no me dolió pero al final si me está doliendo y no quiero que duela. Tú y Wonwoo de novios con complejo de chicles, bien por mi, comprendo que no formo parte de ello y pudieron haber sido más sutiles a la hora de hacerme saber que era un estorbo. Ya no somos los de antes. Pude tolerar los susurros y chistes privados que compartían entre ustedes, el que cuando se miraran me borraran por unos minutos de su mundo, pude tolerar el caminar atrás de ustedes para darles espacio, para que fueran una bonita pareja tomada de la mano, sin la tercera rueda ni violinistas. Pero no puedo soportar ser tratado como una mascota a la que le tienen alergia y quieren pero de lejos. Me voy a dar el lugar que me merezco y ustedes no me hacen falta si yo no les hago falta.
Jeonghan se da la vuelta y deja a Mingyu con la boca abierta y sin saber que decir, luciendo más devastado que antes y llamándolo para que se devuelva pero nada de eso detiene al ahora rubio casi peli blanco y se marcha con una sonrisa y con pequeñas lágrimas que no caen que él quiere creer que son de felicidad.
(...)
Al final del día universitario, cuando Jeonghan llega a su casa se siente más liviano y aunque trata de enlazar ese sentimiento con uno bueno su mente se empeña en decirle que tiene un agujero por dentro, en algún sitio y que está horriblemente vacío. Se trata de convencer de que es solo momentáneo y que se le pasará en una semana o algo así; de verdad que quiere estar solo, quiere, quiere, quiere. No le importa si esa no es la necesidad que tiene pero es lo que él quiere.
Intenta distraerse haciendo todo lo que puede, decide llamar a su casa para variar y preguntar por todos y cómo se encuentran. Luego decide adelantar tarea que tiene para la semana que viene y estudiar un poco para su próximo examen que en realidad no tiene una fecha tan próxima. Ve un par de capítulos del último anime que había decidido comenzar pero lo quita cuando recuerda que el plan de verlo lo había hecho con Wonwoo y Mingyu.
Decide escuchar música mientras se prepara una merienda pero como si todo estuviera en su contra la música que reproduce su teléfono es la de un playlist que había armado Seungcheol y que a él le había gustado tanto que terminó pidiéndole que se lo pasara.
A la final termina comiendo fruta picada frente a su TV apagada mientras con su pie sigue el sonido de las aguas del reloj de su cocina. Si no puede hacer nada se dará una ducha y a dormir hasta mañana si le es posible. Con tiempo, después buscará buenas formas de distraerse en solitario, comprará un nuevo videojuego o irá a su casa a buscar su antigua PSP y si le da mucha pereza terminará en tumblr viendo fotos tristes y de japoneses haciendo cosplay sin camisa.
Cuando se levanta a llevar el tazón sucio a la cocina tocan la puerta. Con cierta resistencia se acerca a ver por la mirilla y se encuentra con la sorpresa de que es Seungcheol. No se lo esperaba aunque este le hubiera dejado un montón de mensajes y llamados. Sabe que no va a ganar nada abriéndole así que va a alejarse y a pretender que no está en su apartamento.
—Puedo ver la sombra de tus pies por debajo de la puerta —dice la voz amortiguada del mayor y Jeonghan golpea un poco su cabeza contra la puerta.
Tiene que verle el lado positivo, tal vez si le dice una vez más de frente que ya no lo quiere ver lo comprenda y además es una decisión más madura que el solo ignorarlo.
Abre la puerta aunque no del todo, lo suficiente para asomarse y no dejar que el mayor vea un poco de su apartamento.
—¿Qué se te ofrece?
—Mingyu me llamó.
—¿Y...? —la verdad es que Jeonghan no se esperaba que el menor de sus amigos llamara a Seungcheol para que hablara con él, se imaginaba más que el siguiente en intentar hablar con él sería Wonwoo del que no sabía casi nada últimamente, él ni siquiera lo había llamado en la semana en la que no asistió a clases.
—Está destrozado y tú no lo quisiste escuchar —reclama Seungcheol y Jeonghan quiere cerrar la puerta justo en su cara, pero se contiene y deja que sus ojos recorran cada parte del rostro del mayor.
—Bueno, tenía que pensar en las consecuencias antes de que se comenzara a comportar como un estúpido junto a Wonwoo.
Seungcheol lleva una de sus manos al hombro del menor y no le interesa si está cómodo o no, tiene que hacerlo, es un reflejo para consolarlo por lo que está por decirle.
—No... No es por eso... No quiere decir que no se interese por lo que le dijiste pero es que pasó algo... —Seungcheol tiene que tomar aire para hablar e incluso puede sentir bajo su mano como Jeonghan deja de estar firme—. Wonwoo se ha puesto mal otra vez... por su problema.
Y esas palabras, solo esas palabras son suficientes para Jeonghan se olvide de todo lo que no sea Wonwoo y su sonrisa, ¿Por qué no lo pudo notar?
(...)
—Te dije que te fueras —le reclama el menor a Seungcheol mientras tiene oculto el rostro entre sus manos.
—No me voy a ir y dejarte solo mientras estás así, además Wonwoo es también mi amigo.
—Entonces espera lejos de mi, deja de intentar tocarme, deja de mirarme, no entiendes, no me entiendes y no te necesito.
Realmente no quería el consuelo de Seungcheol porque se sentía asqueado de si mismo.
¿En serio Wonwoo había caído en una situación mala mientras él jugaba a teñirse el cabello? Lo enferma no haberse dado cuenta. Los siguió, a Wonwoo y Mingyu y no fue capaz de pensar en nada que no fueran sus necesidades y sus sentimientos.
Pudo hacer algo pero se hizo el ciego ante las cosas más importantes. Se siente culpable, Mingyu era el de las palabras bonitas y consuelos, el lugar donde Wonwoo se refugia pero él era el insistente, el de los regaños necesarios, el que lo obligaba a comer y lo hacía entender que era necesario, era el que sabía cocinar todo lo que a Wonwoo le gustaba. Entre ellos todo era de tres... Hasta los cuidados pero parece que todos se han lastimado. Todos se han hecho ciegos a cosas más importantes pero Jeonghan realmente se siente mal porque él estuvo viéndolos, viendo a Wonwoo todo el tiempo pero solo se podía concentrar en el rencor.
¿Las cosas hubiesen sido distintas si en vez de intentar reunir datos para separarlos les hubiera planteado hablar sobre las cosas nuevas que lo incomodan?
Si...
Eso es lo que susurra la voz de Seungcheol dentro de su cabeza. Ojalá hubiera seguido los consejos de el mayor que está a su lado en vez de pedirle groseramente que se alejara.
La puerta de la habitación 133 se abre y un Mingyu cabizbajo sale por ella y cuando ve a las personas recostadas en la pared del frente se sorprende.
—No pensé que fueran a venir tan rápido... Tú estabas tan molesto hoy que pensé que en serio no nos querías ver más —le dice a Jeonghan y este se avalaza hacia su amigo, dándole un golpe en el hombro.
—¿Qué carajos te pasa? Yo no podría... Yo no podría no interesarme por el problema de Wonwoo, eso es impensable. Que quisiera estar lejos de ustedes no significa que los quisiera mal. Eso no es sano.
—Querer cerrarte al mundo tampoco es sano —comenta Seungcheol a su lado y Jeonghan le mira mal—. ¿Puedo ver a Wonwoo? Así ustedes pueden volver a hablar, esta vez una conversación en serio, donde ambas partes hablan y se escuchan.
Mingyu asiente con pesadez y antes de que el mayor entre lo toma del brazo.
—Gracias por traer a Jeonghan y por favor... Si pudieras convencer a Wonwoo de que sería bueno para él ver a un experto... Te lo agradecería, tú estudias psicología, a lo mejor se toma más en serio tus palabras —Seungcheol asiente y entra en la habitación de su amigo.
Los chicos en el pasillo se sumergen en un silencio asfixiante y Jeonghan odia eso con todo su corazón. Entre ellos nunca hubo ese tipo de silencios y ahora se siente tan inusual y doloroso. Toda la situación le duele. Decide hablar primero para consumir ese silencio punzante.
—¿Por qué? ¿Por qué actuaron así? ¿Era tan difícil decirme a la cara que necesitaban privacidad? —Jeonghan voltea a ver a otro sitio, incapaz de ver los profundos ojos del menor—. ¿Era más fácil mentir y arrojarme a otra persona? Tendría que haber sido el peor estorbo del mundo... A lo mejor lo fui, esa es la única explicación que encuentro para no echarles toda la culpa.
—Queríamos hacerlo fácil para ti... —dice en voz baja y entonces Jeonghan se obliga a mirarlo e incluso presiona su pecho con su dedo.
—¿En que mundo era más fácil eso para mi? Me duele tanto.
—Si sabíamos que a lo mejor era algo brusco... Pero mantenerte alejado de nosotros, en especial de mi haría que tus sentimientos se borraran y eventualmente podríamos estar los tres juntos otra vez de forma normal, como toda la vida —explica el menor y Jeonghan abre los ojos como platos.
—¿De que sentimientos hablas?
—De los que tienes por mi, es obvio. La forma en la que me tratas lo delata, tienes tendencia a ser más apegado a mi.
El mayor lleva las manos a su cabeza y solo puede ver a todos lados. ¿Por qué demonios Wonwoo y Mingyu llegaron a esa conclusión?
La comunicación dentro de su amistad de verdad que estaba defectuosa.
—Mingyu, no me gustas y nunca me vas a gustar. Claro que te amo, de la misma forma en que amo a Wonwoo, con cada parte de mi pero es un amor de amigos. Tiendo a ser más apegado a ti porque tú tienes esta personalidad de cachorro, eres el más cálido de los tres y el de los gestos preciosos pero así como tiendo a ser más apegado físicamente a ti, soy más apegado a Wonwoo en las cuestiones serias, en las charlas profundas. Sólo imagina lo raro que sería si hiciera que Wonwoo peinara mi cabello, cantaramos juntos en el karaoke o jugaramos a la guerra de pulgares a cada rato como hago contigo, ¿No ves al serio y calmado Wonwoo haciendo esas cosas inmaduras, o si?
Mingyu se recuesta contra la pared y comienza a jugar con su cabello.
—¿Entonces, no te gusto? —pregunta aún dudoso.
—No, por Dios, que asco.
—¡Hey!
—Es que sería como si me gustara una de mis hermanas, antinatural.
Ambos rien como lo hacían antes y cuando se percatan de eso se quedan observándose, cada par de pupilas tiene muchos mensajes que compartir.
—Nos hace falta hablar —dice Mingyu primero y es exactamente lo que Jeonghan piensa—. Seungcheol tiene mucha razón, nos hace falta hablar.
—Te sorprendería saber que casi todo el tiempo tiene la razón y que sus palabras se meten en ti y revolotean hasta que aceptas que son ciertas como hago yo ahora.
—Te has hecho muy amigo de Seungcheol —recalca el menor levantando las cejas y Jeonghan rueda los ojos.
—Claro... No tenía a más nadie.
Se sumergen en otro silencio incómodo y Mingyu quiere golpear su cabeza, detesta que por malpensar las cosas todo se arruinara tanto.
—Soy un idiota, Wonwoo y yo hemos hecho todo mal y no pensaba que te hubiéramos hecho tanto daño... Pero viéndote aquí y con todo lo que me dijiste en la mañana en la escuela y con lo que me dijo Seungcheol puedo por fin ver que he sido tan estúpido.
—Los tres somos unos estúpidos, Wonwoo, tú y yo. Tal parece que no perdimos por completo la costumbre de ser como los tres mosqueteros, solo que ahora somos los tres idiotas —bromea con tristeza Jeonghan y Mingyu no soporta ver como intenta con tanta fuerza no verse afligido.
—De verdad lo siento, hyung.
Jeonghan se acerca y acaricia el rostro del menor, luego le da unas palmadas y Mingyu baja la vista.
—Hay que hablar más, solo que no en este momento. —le dice y se queda observando la puerta de la habitación de Wonwoo— Háblame sobre lo que le sucedió a Wonwoo, es lo que más importa ahora.
—Sus compañeros de piso me llamaron anoche a las diez diciéndome que Wonwoo se había desmayado y que no abría los ojos aún después de un par de minutos. Me llamaron mientras lo traían al hospital así que me vine directo hasta acá y cuando yo llegué ya ellos estaban aquí. Esperamos un tiempo y luego salió un doctor a decirnos que el desmayo fue porque no tenía energías por no haber ingerido alimentos —el dolor en la voz de Mingyu es palpable y Jeonghan siente que eso lo lastima a él también.
—Es una recaída —afirma Jeonghan y todo se vuelve demasiado real, demasiado doloroso.
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