( nueva york )

— ¡Mira que te tardas, oye!

JiMin le dio un suave golpe en el brazo, con una falsa expresión de enojo. Bueno, al ser falsa, era demasiado adorable, así que JeongGuk no se lo iba a tomar en serio desde un principio. Simplemente hizo un puchero a la vez que cerraba la puerta del automóvil detrás suyo.

La minivan negra con ventanas policromadas comenzó a avanzar por las ruidosas y ocupadas calles de Nueva York, ciudad de la máxima expresión del ser humano consumista. JeongGuk hacía pucheritos al lado de JiMin mientras que el chofer hablaba en rápido inglés con alguien a través del teléfono. Mientras más pucheros hacía, más risitas soltaba JiMin al lado suyo, cubriendo su boca con la grande manga de su sudadera gris oscuro. El representante de ambos, un conocido mánager de cuarenta y pico años, intentaba no mirar a la pareja desde el asiento del copiloto, puesto que mensajeaba rápidamente desde su teléfono móvil y no podía distraerse por la escenita empalagosa que los dos jóvenes le ofrecían.

— No se vale, Gguk.

— ¿Mm? ¿No me perdonas? — hizo ojitos con una pequeña voz, logrando que JiMin estallara a carcajadas. Delante suyo, tanto el chófer como el mánager les hicieron callar con un 'shh' fuerte, que hizo aflorar una efímera tensión entre los presentes. JeongGuk no dijo nada, al lado de JiMin quien esbozaba un 'perdón' en inglés con adorable acento de Busan colado entre medio.

Se miraron a los ojos en silencio.

— Ésto es muy diferente a Waterville. — dijo en voz baja el modelo, parpadeando lentamente.— Las luces, las voces, el sentimiento errático y acelerado... No puedo aguantar el deseo de volver a Los Angeles.

— Yo también, pero nos iremos pronto. Sólo tengo que firmar aquí y luego estamos libres.

— No, Gguk, recuerda que tengo un trabajo con los de Vogue.

— Ah, mierda.

Rieron en voz baja, luego se miraron más aún a los ojos. Silencio. Parecían ralentizar el tiempo entre los dos, en una comodidad que dejaba incómodo al resto. JeongGuk le dió un beso en la punta de la nariz, antes de apoyar su frente en el hombro del más bajo. Sí, era cómodo. Era como estar en casa. Como construir su propio sueño de a poco y conseguir el fruto final a base del esfuerzo. El esfuerzo de amarse y amar al resto.

— Bueno... Es más tiempo para escribir un álbum. Lo llamaré 'JiMin'.

— Eres demasiado cursi. — se abrazaron, dispuestos a dormir mientras la minivan se detenía en el tráfico usual de la ciudad. Las bocinas parecían pertenecer a otro plano mientras que el chofer reía y hablaba rápido en su propio dialecto sureño, dándole más familiaridad a la situación, por muy contradictorio que pareciera.

— Tú me haces ser cursi, baboso.

— Bababa.

Risitas, más risitas, cada vez más ahogadas por el abrazo que se daban.

El buckethat de JeongGuk se cayó al tapete de la minivan. Ni siquiera lo recordó al bajar, orgulloso de ser quién era y lo que estaba superando en el presente. Era una batalla que jamás terminaría, pero de la que al final, se sentía seguro de ganar la victoria y el consuelo de que tuvo la mejor vida que pudo tener. Al lado de su mejor amigo, quien cada vez recordaba más las cosas. Al lado de sus fans, sus cercanos, de SeokJin. Al lado de JiMin y de la música que tanto le llenaba.

Y entre el ruido de la calle, al entrar al edificio, se sintió feliz porque sí. Por fin lo había logrado.

Se había logrado a sí mismo.

—

ajio
aJIO ME DOLIÓ ESCRIBIR ÉSA ÚLTIMA PARTE
PERO LO HICE AHDKAHAJAH
VAYAN A RESPONDER LA PREGUNTA Q DEJÉ EN MI PERFIL
ESO, BUENSD NOCHES LOS PASTOREEEEEE
(dundundun)
HULA HULAA HULA HULAAAAA (8)