El rapero dejó su móvil de lado y estiró una de sus manos hacia JiMin, quien pinchaba una porción de takoyaki con ayuda del enorme mondadientes que llevaba ocupando hacía cinco minutos. JiMin se sonrojó tan sólo un poquito mientras su manito (más pequeña) tomaba embelesada los dedos de JeongGuk, pues la mesa era un tanto ancha como para que sus palmas siquiera chocaran.

- ¿Vas bien?

- Sí... Estoy pensando en cómo decirle a mi madre lo que dijimos hace un rato.

El más alto suspiró y apartó unos mechones de su cabello para tener una mejor vista de su casi pareja. Todavía pensaba en que podrían serlo, pero recordaba la promesa de standby hasta que JeongGuk tuviera un amor propio más estable. No podía estar más agradecido de enamorarse de una persona tan bonita. ¡Y menos mal que su amor no había hecho más que crecer y desarrollarse plenamente!

- No te presiones, JiMin... - su pulgar acarició los dedos del nombrado.- Cuando tenga que pasar, tendrás las palabras.

- Pero no quiero decepcionarla más, JeongGuk. - ahora sus ojos chocaban miradas, y se veían como una tormenta compartida.- Mi madre es muy tradicional, y se siente muy estresada porque todavía no alcanza su propio éxito. Y tengo un peso grande en los hombros, ¡soy su hijo!

- Pero tú no eres ella. - JeongGuk ladeó su cabeza con las cejas alzadas y una mirada más calma y seria.- Y tienes otras metas. Otros deseos y otra forma de ver la vida.

JiMin suspiró y miró su comida, había dejado la porción de takoyaki entre las otras dos que quedaban y el mondadientes todavía estaba inserto en la masa de pulpo y huevo.

- No pidas permiso ni perdón por ser quién eres. Me lo has dicho muchas veces, y ahora te toca a tí escucharlo de mi parte. - estiró su brazo con la mano desocupada, para pinchar la nariz de JiMin con suavidad. Las mejillas brillantes del modelo se alzaron con la sonrisa que evocó, junto al gorjeo de su voz.

- Gracias, JeongGuk. - alzó la mano que tomaba sus dedos, se levantó un poquito y besó la piel más pálida del contrario.- Te quiero mucho.

- Yo te quiero más.

- Ah, ya vamos a empezar con éso...

- ¡Pero es la verdad! Gallito para determinarlo. - puso el codo sobre la mesa y alzó su mano.

- No, ¡no! Eres injusto. - rió el más bajo con la tentación de hacerlo. Al final, bueno, lo hizo y JeongGuk dejó que su pareja ganara, porque tenía un espacio especial en su corazón y le encantaba verlo sonreír con la sinceridad tan particular suya. Aunque no fuera la sonrisa más radiante, sí que era honesta.

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cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia skzjskdb uwu
les quiero 💕✌️🤠