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✦𝐎𝐧𝐥𝐲 𝐨𝐧 𝐜𝐚𝐦𝐞𝐫𝐚



Advertencia: Si no sientes comodidad con contenido explícito de naturaleza sexual, con lenguaje fuerte y temática homosexual, te invito cordialmente a omitirlo y no prestarle atención. No es necesario perjudicar el esfuerzo de quien escribe, adapta o traduce con reportes que le puedan eliminar la cuenta. Ten en cuenta que esto es pura ficción y su objetivo es proporcionar entretenimiento.

★Contenido +18★

★Lenguaje explicito★

★Lisa G!P★

Mis historias son detalladamente narradas, por lo que suelen ser extensas. Si prefieres historias breves o con un estilo más conciso, te invito a no leerlas.


Recién se había acabado de bañar y había salido de su casa. Iba camino al departamento de su buena amiga Jennie. Con su mochila en mano, llevaba sus cosas necesarias para hacer el trabajo junto a la diva. Lisa estaba un tanto nerviosa de verla otra vez. No es que no se vieran seguido; la cosa estaba en los sentimientos que sentía por su amiga y compañera de trabajo ocasional.

Lisa caminaba por las calles de Osaka, observando las tiendas y los árboles que se mecían suavemente con el viento. El aroma a tierra mojada tras una ligera lluvia llenaba el aire, y los recuerdos de tantas tardes compartidas con la diva comenzaban a invadir su mente. ¿Cómo actuaría esta vez? ¿Podría mantener sus sentimientos ocultos, o el nerviosismo acabaría traicionándola?

Mientras se acercaba al edificio de Jennie, su corazón latía más rápido. Pensaba en la sonrisa cálida de la chica, en su risa contagiosa y en cómo siempre lograba hacerla sentir mejor, sin importar qué. La relación profesional que compartían a veces se mezclaba con momentos de una cercanía que hacía difícil para Lisa distinguir entre el compañerismo y algo más.

Ellas hacían contenido para OnlyFans, cada una por su parte, pero de vez en cuando se juntaban para hacer contenido juntas. NineInchDaddy era el usuario de Lisa. Se promocionaba tanto por Instagram como en Twitter, subiendo contenido diverso, tanto jugando con su polla como follando a otras creadoras. A veces, alguna chica que iba a su apartamento le ayudaba con los videos, pero por lo general su contenido era solo de ella. Jennie, alias SoftSlutty, por su lado, hacía contenido probando diferentes tipos de dildos, de diferentes materiales, y también de vez en cuando hacía colaboraciones con otros creadores.

Lisa y Jennie habían descubierto que trabajar juntas no solo aumentaba sus ingresos, sino que también les permitía explorar una dinámica diferente en sus colaboraciones. Ambas eran conscientes del potencial que tenían para atraer a un público más amplio cuando unían fuerzas, y la química entre ellas era evidente en cada video que grababan juntas.

La cosa estaba en que últimamente se habían dado cuenta de que el contenido juntas siempre dejaba grandes sumas, tanto para el contenido general como el personalizado que hacían para los seguidores más fervientes. Desde contenido para la cuenta de Lisa, que consistía en su amiga chupándole la polla, hasta contenido para la cuenta de Jennie, que consistía en ella sentándose en su cara, sus colaboraciones generaban un gran interés y una notable ganancia económica.

Esta creciente popularidad también les había permitido explorar más allá de lo que usualmente hacían. Empezaron a recibir solicitudes personalizadas de sus seguidores, quienes estaban dispuestos a pagar sumas considerables por contenido exclusivo. Por ejemplo, había un seguidor que pedía ver a Jennie susurrando cosas sucias al oído de Lisa mientras la masturbaba lentamente, y otro que quería un video en el que Lisa atara a Jennie a la cama y jugara con su cuerpo hasta que ambas estuvieran exhaustas.

Además de ser lucrativo, crear contenido juntas les brindaba una excusa para pasar más tiempo en compañía de la otra, algo que ambas secretamente apreciaban. Lisa, en particular, se encontraba disfrutando más de estas sesiones, no solo por el aspecto financiero, sino también por la oportunidad de estar cerca de Jennie de una manera que no podía en su vida cotidiana.

Habían establecido una rutina eficiente: Lisa llevaba su equipo de grabación y los juguetes que querían usar, mientras que Jennie se encargaba de la ambientación y la iluminación, creando el escenario perfecto para cada video. Después de cada sesión, se tomaban un tiempo para revisar el material, seleccionar las mejores tomas y discutir cómo podrían mejorar o innovar en los próximos proyectos.

La cosa que habían descubierto recientemente era que cuando follaban ante las cámaras, decirse cosas lindas y actuar como una pareja era algo que enloquecía a sus seguidores. Desde los besos apasionados hasta los apelativos que usaban mutuamente, la autenticidad y la intimidad que mostraban en cada video les daba un toque especial que no todos podían replicar. Jennie, en su papel de SoftSlutty, tomaba anticonceptivos precisamente para que Lisa se descargara todo lo que quisiera dentro suyo, un detalle que sus seguidores encontraban increíblemente excitante.

Actuar como una pareja real frente a las cámaras era demasiado lucrativo y ellas lo sabían. Empezaron a planear escenas donde su relación parecía aún más auténtica. Antes de grabar, dedicaban tiempo a discutir los detalles, asegurándose de que cada gesto, cada palabra, y cada mirada parecieran genuinas. El resultado era contenido que no solo era erótico, sino que también contaba una historia de amor y deseo que atrapaba a su audiencia.

Las escenas comenzaban con momentos tiernos y cotidianos: abrazos desde atrás mientras preparaban café, pequeños roces de manos y caricias suaves que lentamente se transformaban en una pasión desenfrenada. Los seguidores adoraban ver cómo Jennie se derretía bajo el toque de Lisa, cómo se miraban con adoración mientras sus cuerpos se movían al unísono.

Los comentarios y las propinas aumentaban exponencialmente cada vez que publicaban un video de este tipo. La gente quería creer en la fantasía de una pareja enamorada, y Lisa y Jennie se lo daban en bandeja de plata. Suscriptores fieles empezaron a solicitar más videos personalizados, deseando ver escenas específicas donde ellas actuaban como amantes perfectas.

El problema de ello es que poco a poco Lisa estaba comenzando a sentir cosas reales por Jennie y era demasiado difícil por el hecho de tenerla tan cerca, de una manera tan íntima y pura. Cada vez que grababan juntas, cada beso y caricia actuada se sentía más auténtico para Lisa. Le resultaba casi imposible separar sus sentimientos reales de la actuación. A menudo, se sorprendía a sí misma deseando que esas palabras dulces y esos gestos tiernos no fueran solo parte del show.

Cada sesión se convertía en una montaña rusa emocional para Lisa. Cuando Jennie la miraba a los ojos con esa mezcla de ternura y deseo, sentía un torbellino en su interior. Y aunque sabía que Jennie estaba interpretando un papel, no podía evitar esperar que hubiera algo más detrás de esas miradas y sonrisas.

Las escenas que grababan, diseñadas para parecer reales, empezaron a sentirse demasiado auténticas para Lisa. Los besos ya no eran solo parte del espectáculo; se convirtieron en momentos que anhelaba. Las caricias que deberían haber sido parte de la actuación se transformaron en toques que deseaba más allá de la cámara. Su relación laboral se mezclaba con sus sentimientos personales, creando una maraña emocional que luchaba por desentrañar.

Se encontraba cada vez más distraída, pensando en Jennie durante los momentos más inusuales. Recordaba cómo ella se sonrojaba ligeramente cuando le susurraba algo al oído, o cómo su risa llenaba la habitación después de una broma tonta. Estos pequeños detalles se alojaban en la mente de Lisa, dificultándole concentrarse en cualquier otra cosa.

A veces, después de una sesión de grabación particularmente intensa, se quedaba despierta hasta tarde, mirando los videos y analizando cada interacción, preguntándose si Jennie sentía lo mismo. ¿Era posible que Jennie también estuviera comenzando a confundir la actuación con la realidad? Esta pregunta atormentaba a Lisa, dejándola en un estado constante de incertidumbre.

Su dilema se intensificó un día cuando Jennie, sin previo aviso, se quedó después de una grabación para charlar. Estaban tumbadas en la cama, el set desordenado a su alrededor, cuando comenzó a hablar sobre su infancia y sus sueños. Era una conversación íntima, diferente a cualquier otra que hubieran tenido antes. Lisa la escuchaba atentamente, sintiéndose más conectada con ella que nunca.

Fuera de eso, intentaba mantenerlo todo como estaba, sentía algo de miedo de confesarle a Jennie sus sentimientos y que todo se volviera raro entre ellas. Eran buenas amigas, amigas que follaban por dinero, y Lisa no quería hacer sentir incómoda a Jennie. Pero allí estaba de nuevo, en la puerta del apartamento de su amiga.

Jennie la recibió como siempre, con un cálido saludo y bienvenida.

"Es un gusto verte de nuevo, Lis. Toma asiento", dijo Jennie tras cerrar la puerta tras ella.

Lisa se sentó en el sillón de siempre, dejando su mochila de lado. Jennie estaba vestida con una pequeña falda gris y un top para las escenas que iban a grabar. Lisa llevaba una camiseta básica y jeans.

El ambiente era relajado, pero Lisa no podía ignorar la creciente tensión en su pecho. Observó a Jennie mientras esta preparaba el equipo de grabación, moviéndose con una gracia y confianza que siempre la fascinaba. Parecía tan despreocupada, tan natural en su papel, mientras ella luchaba con un torbellino de emociones internas.

"¿Te apetece algo de beber antes de empezar?", preguntó Jennie, mirando a Lisa con una sonrisa.

"Claro, un vaso de agua estaría bien", respondió Lisa, tratando de mantener la voz firme.

Jennie se dirigió a la cocina y Lisa aprovechó para tomar un respiro profundo. "No pienses en ello ahora", se dijo a sí misma. "Solo concéntrate en el trabajo"

Cuando Jennie regresó con el vaso de agua, Lisa la observó mientras se sentaba a su lado, sin poder evitar notar lo hermosa que se veía. Su cabello caía en suaves ondas sobre sus hombros y sus ojos brillaban con una mezcla de entusiasmo y amabilidad.

"Listo, ahora solo tenemos que preparar algunas cosas antes de empezar", dijo Jennie, entregándole el vaso a Lisa.

"Gracias", respondió Lisa, tomando un sorbo y tratando de calmar su mente.

Comenzaron a discutir los detalles de la sesión, planificando las tomas y los ángulos. Jennie se acercaba de vez en cuando para ajustar algo en la cámara o para mostrarle cómo quería que se desarrollara la escena. Cada vez que se inclinaba cerca de ella, Lisa podía oler su perfume, una mezcla dulce y floral que hacía que su corazón latiera más rápido.

"Entonces, para tu cuenta vamos a hacer algunos videos chupando tu polla y luego montándote, y para la mía quiero tomas de ambas follando en mi balcón. ¿Te parece?".

Lisa le sonrió, tal vez escondiendo el hecho de que ya estaba dura por la diva.

"¿Hay alguna petición extraña de tus fans? Aprovechemos el tiempo y grabemos bastantes tomas".

"Tengo una", empezó Jennie, pero al instante hizo silencio.

"¿Cuál?"

"Un seguidor pidió que me hagas al menos cinco creampies", se volvió a mantener en silencio.

"¿Y qué tiene de raro?", preguntó realmente extrañada.

"¿Podrás con ello? Es un contenido aparte del que haremos".

Lisa la miró por algunos segundos y le acarició la mejilla. "Puedo eso y más, dulzura".

Jennie se sonrojó un poco, pero, muy animadamente, se puso de pie. "Entonces hagamos esto".

Con una sonrisa, Jennie se dirigió a preparar el set de cámaras y las luces donde iban a grabar en frente del sillón. Cuando todo estuvo listo, Lisa le dio su mochila para sacarla del plano.

"Primero vamos a besarnos en el sillón, yo encima de ti y luego te voy a chupar hasta que te corras", explicó Jennie.

Otra vez su polla se movió, ya estaba excitada. "Perfecto, ¿todo listo?".

Jennie ajustó un poquito más la cámara principal y le presionó para empezar a grabar. "Listo".

Dicho eso, se acercó a Lisa, subiéndose encima de ella. La miró a los ojos por unos segundos mientras ponía sus brazos alrededor de sus hombros. "Hagámoslo bien, ¿sí?".

Lisa asintió lentamente antes de atacar su boca en un beso intenso. Sus labios se encontraron con una urgencia que desbordaba deseo y anticipación. Jennie respondió de inmediato, profundizando el beso mientras sus manos exploraban la espalda de Lisa.

La respiración de ambas se aceleró cuando la castaña comenzó a moverse lentamente sobre el regazo de Lisa, sintiendo la dureza que la esperaba. Deslizó sus manos por debajo de su top de, acariciando su piel suave y haciendo que soltara un gemido suave.

"Te deseo tanto, amor", susurró Lisa entre besos, su voz ronca por la excitación.

Jennie sonrió contra los labios de la pelinegra y empezó a besar su cuello, dejando pequeños mordiscos y besos que hacían que se estremeciera de placer.

"No sabes cuánto me gusta verte así de excitada", murmuró Jennie.

Lisa tomó la iniciativa, agarrando a Jennie por la cintura y frotándose contra su entrepierna. Los besos continuaban, y le devoraba la boca, besaba su cuello y la hacía cerrar los ojos y suspirar. La castaña, por su parte, bajó sus manos para agarrar el borde de su camiseta y subirla.

Una vez quitada la camiseta, el top fue el siguiente. Jennie dejó sus pechos al aire y, sin perder tiempo, aprovechó para chuparle los pezones un rato. A todo esto, Lisa gruñía y gemía de placer.

Deslizándose con cuidado, Jennie se bajó de encima de Lisa para continuar quitándole el pantalón. Lo bajó completamente hasta tirarlo a un lado. Ahí se reveló el pedazo de polla que pertenecía a la pelinegra. En su bóxer gris ya se notaba el contorno de ella. Con una caricia suave, Jennie la hizo gemir. La castaña la miraba a los ojos mientras la tocaba, luego los bajó y se atrevió a sacarla del bóxer, el cual también bajó y tiró a un lado antes de centrarse en lo más importante.

Tomando la polla con una de sus manos, Jennie se sorprendió de lo gruesa y perfecta que era, su puño no se cerraba por completo alrededor de ella.

"Mira lo dura que te tengo, cariño", decía la castaña.

"Solo tú me pones así", respondió.

Comenzó a mover su mano lentamente, acariciando la longitud de Lisa con cuidado y precisión. Cada movimiento hacía que gimiera más fuerte, su respiración se volvía cada vez más pesada. Jennie pasaba su mano en seco hasta que se la escupió para restregar la saliva por la punta, creando una sensación aún más intensa.

La castaña la miró a los ojos antes de metérsela a la boca. "Ojalá te corras muy duro en mi boquita, bebé".

Dicho esto, primero le chupó la punta, haciendo énfasis en succionar para volverla loca. Luego comenzó a descender, tomando más y más de su longitud en su boca. Lisa soltó un gemido profundo, su cabeza cayendo hacia atrás.

Jennie comenzó a darle el mejor de los tratamientos a su verga en su boca, sin dejar de mirarla a los ojos. Su lengua se movía hábilmente alrededor de la punta, mientras su mano acariciaba el eje con firmeza y precisión. Lisa colocó su mano en la mejilla de Jennie, acariciándola con su pulgar mientras gemidos puros y sinceros salían de su boca.

La conexión entre sus miradas intensificaba el momento, creando una atmósfera cargada de mucho deseo e intimidad. Jennie sabía exactamente cómo complacerla, y se deleitaba al ver las reacciones que provocaba con cada movimiento. Por la posición de la cámara, se veía perfectamente cómo Jennie miraba a Lisa a los ojos mientras le daba el mejor de los placeres.

La castaña se esforzaba en cada succión, aumentando el ritmo y la intensidad con cada segundo que pasaba. Sus ojos no se apartaban de los de la pelinegra, disfrutando de cada expresión de placer que se reflejaba en su rostro. Lisa, por su parte, no podía evitar gemir más fuerte.

"Eso, tómala toda, cariño. Ohh", gimió. Le acariciaba suavemente la carita, esa carita que la volvía loca y la ponía sensible. Jennie, animada por los gemidos de Lisa, intensificó sus movimientos, chupando fuerte y duro, buscando su orgasmo desesperadamente.

Lisa no podía apartar los ojos de la castaña, su mirada fija en la forma en que Jennie se movía con precisión y dedicación. Cada succión era más profunda, cada caricia de su lengua más intensa, llevándola al borde una y otra vez. Los gemidos de Lisa llenaban la habitación, resonando con el sonido húmedo de Jennie chupando.

Con cada segundo que pasaba, Lisa sentía cómo la presión crecía dentro de ella, llevándola cada vez más cerca del clímax. Jennie no se detenía, su boca trabajando incansablemente, su lengua y labios proporcionando una mezcla de sensaciones que la volvía loca. Lisa podía sentir el calor acumulándose, su cuerpo temblando por la intensidad del momento.

"Nini... no puedo... aguantar más", jadeó, su cuerpo convulsionando mientras se acercaba al borde del orgasmo. Jennie no hizo caso, aumentando aún más el ritmo.

La meta de lograr que su compañera se corriera en su boca llegó. Jennie podía sentir la tensión acumulándose en el cuerpo de Lisa, y por la expresión en su rostro, supo que estaba a punto de alcanzar el clímax. Con determinación, Jennie apretó la base de la verga de Lisa y succionó con fuerza.

Justo en ese momento, Lisa comenzó a gemir fuertemente y se corrió en chorros. Jennie recibió gustosamente cada gota en su boca, tragando con avidez mientras no apartaba la mirada de los ojos de Lisa. La conexión entre ellas se intensificó aún más en ese instante, el placer y la satisfacción reflejándose en sus miradas.

Jennie no dejó de succionar ni un segundo, asegurándose de que Lisa sintiera cada momento de su orgasmo. Los gemidos se podían escuchar perfectamente para el micrófono que pusieron, y su cuerpo temblaba con cada espasmo de placer. Jennie tragaba y tragaba, disfrutando del sabor y la sensación, sin dejar de mirarla a los ojos ni un solo instante.

Algunos chorritos seguían saliendo de su punta, atrapados por la chica arrodillada. Poco a poco, el pene de Lisa se iba volviendo flácido mientras su respiración se regulaba. "Lo hiciste tan bien, cariño. Siempre me tomas tan bien", murmuró, su voz suave y llena de gratitud.

Jennie le sonrió y procedió a soltar su miembro, sus dedos acariciando suavemente la piel sensible antes de subírsele encima como antes. Sus ojos se encontraron nuevamente.

"Ahora es tu turno, hermosa", dijo Lisa, su voz aún deseosa mientras acariciaba las caderas de Jennie.

Jennie se inclinó hacia adelante, sus pechos rozando el pecho de Lisa, y la besó profundamente. "Quiero que me hagas sentir tan bien como tú", susurró contra sus labios antes de empezar a moverse lentamente.

Lisa deslizó sus manos por el cuerpo de Jennie, disfrutando de la suavidad de su piel. Sus dedos encontraron el borde de la falda de Jennie y la levantaron, dejándola caer al suelo. Jennie, ahora solo en ropa interior, se sentó a horcajadas sobre Lisa, sus caderas moviéndose lentamente mientras su boca buscaba la de Lisa en besos profundos y apasionados.

Con destreza, Lisa desabrochó el sujetador de Jennie y lo dejó caer, revelando sus pechos. La pelinegra no perdió tiempo en inclinarse y tomar uno de sus pezones en la boca, su lengua girando alrededor de él mientras Jennie gemía suavemente.

Jennie arqueó la espalda, sus manos enterrándose en el cabello de Lisa mientras ésta continuaba su labor. "Así... oh, sí...", gemía, su cuerpo respondiendo a cada caricia y succión.

No se sabía qué impulsó a Lisa a agarrar a su amiga por la cara y mirarla profundamente a los ojos. "Eres la mujer que me vuelve loca, mi amor", dijo, su voz llena de emoción. Sin esperar respuesta, devoró su boca de nuevo, metiéndole la lengua con urgencia y agarrando su cintura con firmeza, marcándola como suya.

Jennie se sorprendió inicialmente, pero pronto respondió al beso con igual intensidad, sus manos recorriendo el cuerpo de Lisa. Cada caricia, cada suspiro, aumentaba la tensión y el deseo entre ellas. La conexión era palpable, y aunque se suponía que era simplemente para las cámaras, Lisa lo decía en serio, muy en serio.

Lisa sabía que sus palabras podían haber sido vistas como parte del espectáculo, pero en ese momento, sus sentimientos eran innegables. Jennie era más que una compañera de trabajo, más que una amiga con beneficios. Era la mujer que había conquistado su corazón, y cada beso, cada caricia, lo hacía más evidente.

Pero debían seguir supuestamente fingiendo para las cámaras. Continuaron con el dulce vaivén, diciéndose cosas lindas y calientes mientras se besaban. Cada palabra y cada gesto parecían parte del espectáculo, pero para ellas, eran expresiones de algo mucho más profundo.

Pronto, Lisa bajó las bragas de Jennie con una mezcla de urgencia y delicadeza. El coñito caliente y mojado de Jennie ahora rozaba la piel más sensible de Lisa, provocando un estremecimiento que recorría todo su cuerpo. Sentir el calor y la humedad de Jennie tan cerca la excitaba aún más, y Lisa podía sentir cómo su erección volvía a tomar forma rápidamente.

Lisa no abandonó las tetas de Jennie, esas que la volvían loca. Las chupó y lamió a su gusto, su lengua y labios trabajando en perfecta sincronía para proporcionar placer. Jennie gemía y suspiraba, sus manos aferrándose a los hombros de Lisa, buscando apoyo mientras su cuerpo se rendía al placer.

Jennie, por su parte, se movía suavemente contra el cuerpo de Lisa, sus caderas oscilando con un ritmo lento pero constante. El roce de su coño caliente contra la piel de Lisa enviaba olas de placer a través de ambas, intensificando cada momento compartido. Jennie deslizó sus manos por el pecho de Lisa, acariciando y explorando, sus dedos trazando caminos que volvían loca a la otra

Lisa no podía apartar la mirada de Jennie. Su rostro, su expresión de éxtasis, todo era perfecto. Cada gemido y cada suspiro de Jennie alimentaban su deseo, y la necesidad de hacerla sentir más placer se volvía abrumadora. Lisa bajó una mano para acariciar el clítoris de Jennie, moviéndose con destreza y cuidado, asegurándose de proporcionarle el máximo placer.

Jennie arqueó la espalda, su cuerpo temblando bajo las caricias de Lisa. "Oh, sí... Lisa, no pares...", murmuró, su voz llena de necesidad. Las palabras de Jennie eran como música para los oídos de Lisa, motivándola a seguir explorando y descubriendo nuevas formas de hacerla gemir.

Lisa, sintiendo el aumento de la excitación en Jennie, intensificó sus movimientos, sus dedos trabajando en perfecta armonía con su lengua y labios. Jennie se movía con más urgencia, sus caderas oscilando más rápido mientras el placer la envolvía.

La cámara capturaba cada momento, cada expresión de éxtasis, pero en ese instante, era lo último en lo que pensaban. Jennie se movió ligeramente, posicionándose de manera que su clítoris rozara la polla semi-erecta de Lisa. El contacto era electrizante, y ambas gemían al sentir la fricción.

Lisa, sin dejar de chupar y lamerle las tetas, comenzó a moverse también, sus caderas empujando suavemente contra Jennie. El placer se intensificaba con cada movimiento, y Lisa sentía cómo su erección volvía a ser completa, pulsando de deseo.

Jennie miró a Lisa con ojos llenos de lujuria. "Quiero sentirte dentro de mí, Lili. Ahora", quizá sonaba un poquito desesperada.

Apenas la punta había entrado cuando Jennie comenzó a gemir, sus ojos cerrándose mientras su cuerpo respondía al estímulo. Lisa disfrutó del sonido de los gemidos de la chica, su propia excitación aumentando con cada nota que escapaba de los labios de su amiga.

Con movimientos lentos y deliberados, Lisa fue metiéndola poco a poco. La sensación era increíble; Jennie estaba tan caliente, mojada y apretada que Lisa sentía como si su polla fuera abrazada con una intensidad que la dejaba sin aliento. Sentía que le asfixiaba la polla, pero el placer era tan intenso que solo la motivaba a seguir adelante.

Por su parte, Jennie movía sus caderas lentamente, ajustándose al tamaño de Lisa mientras sus gemidos se volvían más constantes y profundos. "Oh, Lisa... así, despacio...", susurró. Lisa asintió, manteniendo un ritmo constante mientras sus manos acariciaban las caderas de Jennie, ayudándola a moverse.

Cada centímetro que avanzaba hacía que ambas sintieran olas de placer recorriendo sus cuerpos. Lisa cerró los ojos por un momento, disfrutando de la sensación de estar completamente dentro de Jennie, cada movimiento enviando chispas de placer por su columna vertebral. Los gemidos de Jennie se mezclaban con los suyos, unos eran suaves y otros muy profundos.

La castaña arqueó la espalda, sus manos se aferraron a los hombros de Lisa mientras se movía con más urgencia. "Más rápido, Lisa... necesito más", pidió, su voz cargada de deseo. Lisa aumentó el ritmo, impulsó sus caderas hacia arriba, llegando aun más profundo.

Así de espaldas, con una intensidad que se reflejaba en cada movimiento. Con una expresión de determinación en su rostro, miraba fijamente a la cámara. Mientras subía las caderas hacia arriba, sus movimientos eran decididos y llenos de ímpetu, buscando penetrar a Jennie con más fuerza y profundidad.

Jennie rodaba los ojos y se dejaba manejar por las embestidas de Lisa. Esta bajó sus manos y le agarró el culo para tener mejor precisión de sus embestidas, sus dedos hundiéndose en la suave carne de Jennie mientras la guiaba. Jennie soltó un gemido profundo, su cuerpo temblando con cada embestida más fuerte y profunda.

"Ahí tienes, tómala toda, cariño", jadeó Lisa, su voz ronca por el esfuerzo y el placer. Jennie asintió, su cabello mojado pegándose a su rostro mientras su cuerpo se movía al ritmo de Lisa. Cada embestida la hacía gritar de placer, su voz resonando en la habitación y mezclándose con los gemidos de Lisa.

La intensidad de sus movimientos creció, el ritmo se volvió casi frenético mientras Lisa profundizaba sus embestidas. Jennie podía sentir cada centímetro de Lisa dentro de ella, llenándola por completo. Sus gemidos se volvieron más fuertes, más desesperados, mientras el placer la inundaba.

Jennie arqueó la espalda, sus manos aferrándose a los muslos de Lisa mientras sus caderas se movían con una precisión y urgencia que reflejaban el deseo ardiente que sentía. "Lisa... más fuerte, por favor", suplicó, su voz temblando de placer. Lisa no necesitó más motivación. Aumentó la fuerza de sus embestidas, su respiración entrecortada mientras sus cuerpos se sincronizaban en una danza de pasión y deseo.

La forma en la que Lisa entraba y salía de su coño era perfecta. Salía casi por completo y se la metía fuerte y duro para que la sintiera en el fondo, arrancando gemidos cada vez más altos y desesperados de Jennie. Cada embestida resonaba en el apartamento, un ritmo que hablaba del placer y la pasión que compartían.

Sus labios se encontraron un momento, se sentía como el cielo. Los gemidos de Jennie se ahogaban en la boca de Lisa, sus lenguas entrelazándose en un baile erótico mientras sus cuerpos se movían al unísono. Lisa no podía evitar soltar un gemido o gruñido de vez en cuando, disfrutando del placer intenso que sentía al estar dentro de Jennie.

Jennie rompió el beso para respirar, sus labios hinchados y su rostro enrojecido por el placer. "Lisa... me haces sentir tan bien", jadeó, sus ojos brillando de deseo. Lisa sonrió y aumentó el ritmo de sus embestidas, disfrutando de la forma en que el cuerpo de Jennie respondía a cada movimiento.

"Tan jodidamente hermosa, Nini", alabó sin detenerse.

Jennie arqueó la espalda, sus uñas clavándose en los hombros de Lisa mientras sentía cómo el orgasmo se acercaba. "Lisa... no pares, por favor...", suplicó, su voz temblando de placer. Lisa asintió, manteniendo el ritmo y la fuerza de sus embestidas, determinada a llevar a Jennie al límite una vez más.

El clímax las alcanzó con una fuerza arrolladora. Jennie gritó de placer, su cuerpo temblando mientras el orgasmo la arrasaba. Lisa, sintiendo cómo el cuerpo de Jennie se convulsionaba a su alrededor, la siguió poco después, su propio clímax arrancándole un gemido profundo mientras se descargaba dentro de ella.

Del coño de la castaña salían violentos chorros, tanto que se salió la verga de Lisa y lo expulsó todo en Lisa. El semen se desbordaba fuera de ella, caía con un chorrito mientras jadeaban. El líquido caliente se mezclaba con los fluidos de Jennie, creando un espectáculo erótico que ambas disfrutaban.

Jennie, con las piernas aun temblando, se dejó caer sobre Lisa, su cuerpo cubriendo el de su amiga. Jadeaban y trataban de recuperar el aliento, sus corazones latiendo al unísono. "Qué intenso ha sido eso, increíble", murmuró Jennie, su voz apenas un susurro mientras se acurrucaba más cerca de Lisa.

Lisa sonrió, pasando una mano por el sudoroso cabello de Jennie. "Siempre es increíble contigo", respondió, su voz ronca por el esfuerzo y el placer. Jennie levantó la cabeza y le dio un beso suave.

Realmente las tomas, las escenas y el primer video que acababan de realizar habían sido muy fáciles de hacer para ellas, pero lo más importante era lo bien que había quedado. La química entre ellas se veía natural, algo que sus seguidores seguramente apreciarían. Luego de que Jennie se bajó de allí, con el coño goteando del semen de Lisa, compartieron unos cuantos besos más para la cámara. Jennie le dijo que habían hecho un buen trabajo, y Lisa no pudo evitar esa pulsación anormal de su corazón al saber que solo era una actuación, pero tenía que continuar.

Era momento de grabar el siguiente video para la cuenta de Jennie. Ellas ya se habían limpiado todos los fluidos con toallas húmedas para continuar. Las tres cámaras ahora estaban posicionadas en el balcón del apartamento, tanto fuera como dentro, todas apuntando a un lugar en específico. La vista de Osaka desde el balcón ofrecía un fondo espectacular, con luces parpadeantes y un cielo nocturno que agregaba un toque de magia a la escena.

"Todo está listo", dijo Jennie, ajustando una última cámara. "Quiero que esto sea perfecto".

Lisa asintió, admirando la dedicación de Jennie. "Siempre lo hacemos perfecto, Jennie. No tienes que preocuparte".

Jennie le sonrió y se acercó, colocando sus manos en los hombros de Lisa. "Para esta escena, quiero que me folles contra la barandilla del balcón. Quiero que se vea cómo disfruto, cómo tú disfrutas".

"Entendido", respondió Lisa, sintiendo un nuevo oleaje de excitación recorrer su cuerpo. Ver a Jennie tan entregada a su trabajo la encendía de una manera que no podía explicar.

Jennie era realmente buena dirigiendo a Lisa, sabía cómo hacer para que las escenas quedaran muy bien y también para que ella se sintiera cómoda e hicieran el mejor de los trabajos. Presionó para grabar y comenzó la escena.

Jennie estaba de espaldas, mirando el exterior en su balcón. Completamente desnuda, con su perfecto culo al aire y su sensual espalda haciéndose presente. Tenía una copa en su mano, disfrutando del vino y la vista. Lisa ya estaba completamente dura.

Se acercó a Jennie, y por detrás la abrazó, besó su cuello, rodeó su cintura con sus brazos. "No tienes ni idea de lo tentadora que te ves, linda", elogió.

Jennie sonrió y le tomó un sorbo a su vino. "Puedo sentir lo dura que estás", comentó con un tono juguetón.

En efecto, Lisa le estaba restregando su polla en el culo. La sensación de la piel caliente y la dureza de Lisa contra su trasero la hacía temblar de anticipación. "No puedo esperar para sentirte dentro", murmuró Jennie, inclinando ligeramente su cadera hacia atrás.

Lisa deslizó sus manos por el abdomen de Jennie, acariciando suavemente su piel. Sus dedos recorrieron cada centímetro con una delicadeza que erizaba la piel de Jennie, creando una tensión palpable entre ellas. Lisa se tomó un momento para apreciar la belleza de su amiga, su respiración acelerada y su mirada que reflejaba tanto deseo como ternura.

Atacó primero su cuello, besándolo con todo el cariño posible y la pasión que la consumía por dentro, dejando un rastro de besos húmedos y cálidos. Jennie inclinó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos para disfrutar de la sensación que la recorría. Cada beso en su cuello enviaba escalofríos por su columna, encendiendo una chispa que se convertía en fuego.

Luego, las curiosas manos de Lisa fueron a parar a los senos de su amiga, agarrándolos y apretándolos como si fueran de su propiedad. Jennie arqueó la espalda en respuesta, sintiendo cómo el deseo crecía dentro de ella. Lisa sabía exactamente cómo tocarla, cómo hacer que cada caricia se sintiera como una descarga eléctrica. Jennie gemía suavemente, disfrutando de cada momento.

Jennie respondía a cada toque, a cada uno. Su respiración se volvía más pesada, y su cuerpo se movía en sincronía con el de Lisa, como si fueran dos partes de un mismo ser. Giró la cara para que sus labios se encontraran con los de Lisa y se besaran como si tuvieran hambre una de la otra. El beso era profundo y lleno de pasión, sus lenguas entrelazándose en una danza íntima.

La castaña mordió esos carnosos labios de Lisa, le encantaban para ser honesta. Jennie sentía cómo cada mordisco suave encendía aún más su deseo. Las manos de Lisa seguían explorando su cuerpo, bajando por su espalda y acariciando sus caderas, mientras Jennie se aferraba a la entrepierna de Lisa, buscando aún más contacto. El lugar se llenaba de sus suspiros y gemidos, cada uno alimentando el fuego que ardía entre ellas.

"Quiero follarte, cariño, ¿puedo?", preguntó Lisa con un susurro cargado de deseo, mientras sus labios rozaban el oído de Jennie. La voz de Lisa era un ronroneo, suave y tentadora, y cada palabra hacía que el corazón de Jennie latiera con más fuerza.

Jennie echó su culo hacia atrás, arqueando la espalda para pegarlo más al miembro de Lisa. La fricción entre sus cuerpos enviaba oleadas de placer por su columna, y el calor de Lisa contra su piel la hacía gemir suavemente. Jennie movió las caderas en círculos lentos, provocando a Lisa y disfrutando de la sensación de tenerla tan cerca.

"Mmm, estoy lista", murmuró Jennie, su voz era un suspiro apenas. Giró la cabeza para mirar a Lisa a los ojos, sus miradas se encontraron, intensas. Jennie sonrió con picardía, mordiendo suavemente su labio inferior, mientras sus manos viajaban hacia atrás, buscando el contacto con Lisa.

Lisa no necesitó más invitación. Sus manos firmes comenzaron a explorar el monte de Venus de Jennie con la yema de sus dedos, bajando lentamente a sus labios vaginales. Evidentemente, podía sentir la humedad en sus dedos cuando la rozó, el calor y la suavidad de su piel hacían que cada caricia fuera un deleite. La respiración de Jennie se aceleró, sus gemidos suaves llenaron el aire, incitando a Lisa a seguir explorando.

No era su intención que su voz sonara tan ronca y tan profunda, pero fue exactamente así. "Este coñito siempre está tan mojado para mí", murmuró Lisa, su voz resonando con una mezcla de admiración y deseo. Sus ojos se clavaron en los de Jennie, observando cada reacción.

"Solo para ti, amor", contestó Jennie, su voz un susurro cargado de pasión y entrega. Sus palabras, llenas de sinceridad, hicieron que el corazón de Lisa latiera con más fuerza. Había una conexión entre ellas que iba más allá del deseo físico; era una intimidad profunda y emocional.

Lisa hizo que Jennie se volteara para tenerla de frente, queriendo ver su rostro mientras la amaba. Con un movimiento decidido, procedió a cargarla, usando toda su fuerza para asegurarse de tenerla bien agarrada. Jennie se aferró al cuello de Lisa con sus brazos, mientras entrelazaba sus piernas alrededor de la cintura de la otra, asegurándose de estar lo más cerca posible.

La sensación de tener a Jennie tan cerca, su cuerpo cálido y tembloroso contra el suyo, llenaba a Lisa de una pasión arrolladora. Con una habilidad y una precisión cuidadosa, Lisa tomó su polla y la dirigió a la entrada caliente de su amiga. Ambas soltaron un gemido simultáneo cuando se encontraron.

La metió despacio, centímetro a centímetro, como lo había hecho antes, disfrutando de cada momento de esa unión. Jennie gemía suavemente, sus ojos cerrados mientras sentía cada pulgada adentrándose en su interior. Lisa observaba con atención cómo el rostro de Jennie se transformaba, pasando de la anticipación a una mezcla de satisfacción y deseo, sus labios entreabiertos en una expresión de placer puro.

Cuando cada centímetro estuvo dentro, Lisa agarró firmemente el culo de Jennie con sus manos, sus dedos hundiéndose en la carne suave y firme. La sostuvo con toda su fuerza, asegurándose de que Jennie se sintiera segura y apoyada. Con un gesto tierno, le dio un suave beso en la boca, saboreando el momento de intimidad compartida. Jennie respondió al beso, sus labios moviéndose con urgencia contra los de Lisa, saboreando el momento.

Lisa mantuvo sus manos en el culo de Jennie, asegurándola en una posición perfecta antes de comenzar a empujar hacia arriba su verga. Inició un ritmo lento y controlado, cada movimiento cuidadosamente medido para maximizar la intensidad de la experiencia. Jennie se aferró más fuerte al cuello de Lisa, sus uñas arañando ligeramente la piel, mientras sus piernas apretaban la cintura de Lisa con más fuerza.

"¿Te gusta, bebé?", preguntó Lisa con dificultad, su voz cargada de deseo mientras mantenía el ritmo de sus embestidas. La habitación resonaba con los sonidos de su unión, cada movimiento creando una sinfonía de pasión y entrega.

La chica solo gimió en respuesta, incapaz de articular palabras mientras se abandonaba al placer que Lisa le proporcionaba. Jennie recostó la cabeza en el hombro de Lisa, buscando su cercanía y encontrando consuelo en el calor de su piel.

Fue entonces cuando Lisa decidió intensificar el ritmo, aumentando la aceleración de sus embestidas. Cada movimiento era firme y preciso, llenándola completamente con cada vaivén. La sensación de estar dentro de Jennie era intoxicante, y Lisa respondía con una mezcla de pasión y control.

"Algo un poco duro, pero con precisión", pensó Lisa mientras continuaba moviéndose con determinación. Sus manos exploraban el cuerpo de Jennie con una familiaridad adquirida por la intimidad compartida, asegurándose de mantenerla cerca y sentir cada reacción.

Lisa podía sentir cómo Jennie respondía a cada embestida, sus gemidos dulces llenando el espacio entre ellas. "Eso es, cariño, gímeme así en el oído", alentó Lisa, sus palabras susurradas con afecto mientras buscaba aumentar el placer de Jennie. Cada suspiro y gemido de Jennie era una melodía que Lisa absorbió con gratitud, alimentando el fuego que ardía entre ellas.

La posición era un poco incómoda. Aunque Lisa adoraba tener a Jennie colgada de ella, gritando y gimiendo de placer, también quería asegurarse de que ambas estuvieran cómodas y disfrutaran al máximo.

"¿Por qué paras?", fue lo primero que dijo Jennie cuando Lisa detuvo las embestidas. Lisa la calmó con un beso tierno, retiró su miembro suavemente y la ayudó a bajar al suelo.

"Ponte de espaldas como antes", señaló Lisa hacia el barandal donde Jennie había estado antes. Su tono era firme, pero lleno de deseo, indicando claramente lo que quería hacer a continuación.

Jennie obedeció sin dudar, colocando su espalda contra el barandal y arqueando suavemente su culo hacia atrás, esperando con ansias la próxima embestida de Lisa.

Lisa no perdió tiempo y la penetró de inmediato, reanudando las embestidas con renovada intensidad. Cada movimiento era calculado y preciso, llenándola completamente y provocando gemidos profundos de Jennie.

"Oh por Dios, Lili", jadeó Jennie, su voz llena de deseo y sorpresa por la fuerza y ​​el placer que Lisa le estaba dando. Lisa recogió el cabello de Jennie con su puño y lo tiró suavemente hacia atrás, añadiendo un toque de dominio y pasión a su conexión.

"Joder, qué rico, mi amor", murmuró Lisa entre gemidos.

Lo deliciosa que se veía la espalda de su linda amiga y la forma de corazón de su culo era incomparable. Lisa se maravillaba ante la visión, la manera en que su polla desaparecía y aparecía bañada en los jugos de Jennie, quien gemía y se agarraba con fuerza al barandal.

"Toca tu clítoris", ordenó Lisa, dejando que su voz resonara con autoridad y deseo en la habitación, mientras le daba una nalgada juguetona a Jennie. La respuesta de Jennie fue inmediata; con una mano libre, bajó para acariciar su sensible botón mientras recibía cada embestida por detrás.

Lisa agarró la cintura de Jennie con firmeza, sintiendo el vaivén de sus cuerpos en armonía. Acarició suavemente el abdomen de Jennie con la otra mano, disfrutando de la suavidad de su piel mientras continuaba con el ritmo establecido.

Lo que Jennie necesitaba en ese momento era simple y profundo: sentir a Lisa, sentirse llena y completa con ella. Cada embestida era un recordatorio tangible de su conexión, una afirmación física de su deseo mutuo. Podían estar fingiendo amor ante las cámaras, pero el placer que compartían era lo más real de todo.

Lisa sonrió de manera posesiva ante la súplica de Jennie. "Esto es todo lo que necesitas, ¿verdad? Ser follada y que todos sepan que eres mía", dijo con voz ronca, antes de dejar escapar un gruñido.

Jennie asintió frenéticamente, su voz temblorosa mientras suplicaba, "Sí, por favor ve más rápido".

Lisa soltó el cabello de Jennie, trasladando sus manos a la cintura de la castaña para obtener un mejor control y profundidad en sus embestidas. "Te daré siempre lo que quieras", murmuró, su tono lleno de determinación y deseo.

Con una firmeza renovada, Lisa mantuvo la pelvis de Jennie en su lugar, utilizando su propia cintura para generar el movimiento. Sus embestidas se volvieron furiosas y rápidas, cada una destinada a llevar a Jennie más cerca del clímax.

Jennie gemía incontrolablemente, sus piernas comenzaban a temblar y sus fuerzas flaqueaban bajo la intensidad del placer. Lisa lo notó, sabiendo que su amiga estaba al borde del orgasmo. "Tómalo todo, cariño. Estoy aquí para hacerte feliz", jadeó, incrementando aún más el ritmo y la profundidad.

Cuando las bolas de Lisa comenzaron a chocar con fuerza contra Jennie, esta se agarró con más firmeza del barandal. Lisa, motivada por los gemidos y las súplicas de su amiga, aumentó aún más la velocidad de sus embestidas. Poderosos chorros de fluido salieron del cuerpo de Jennie, bañando la polla de Lisa, quien se balanceó hacia adelante, apoyando su torso sobre la espalda de Jennie y descansando su barbilla en su hombro.

En ese momento, ambas comenzaron a gemir al unísono. Lisa sintió la intensidad del orgasmo que se acercaba, y con un último empuje profundo, eyaculó dulcemente, llenando a Jennie con su semen caliente. Jennie jadeaba, disfrutando del calor que la llenaba. "Tan rico, tan caliente", murmuró mientras giraba su rostro para mirar a Lisa y darle un beso mojado y apasionado.

Lisa sacó lentamente su verga, y otro chorro de fluido salió del coño de Jennie, acompañado de un gemido. Lisa, que siempre encontraba placer en observar cómo su semen salía de Jennie, separó suavemente las nalgas de la castaña para ver mejor. El espectáculo la dejó sin aliento: los labios vaginales de Jennie estaban cubiertos del líquido blanco y estaban hinchados por el placer.

Con un gesto cariñoso y posesivo, Lisa le dio unas cuantas palmaditas en las nalgas antes de meter de nuevo su verga, aunque esta vez solo duró unos segundos dentro antes de sacarla nuevamente. Luego, la abrazó con fuerza por detrás, disfrutando del contacto íntimo. Jennie enderezó su espalda y giró su rostro hacia el otro lado, encontrando los labios de Lisa en un beso profundo y lleno de deseo.

Ambas se quedaron así, disfrutando del momento, con el calor de sus cuerpos aún entrelazados y sus respiraciones lentamente volviendo a la normalidad. Una vez más, para las cámaras, Lisa besó el cuello de Jennie con cariño y le susurró: "Te amo". Se hundía por dentro porque lo sentía de verdad, aunque sabía que todo era parte de la actuación.

Toda la escena había quedado muy bien para el perfil de Jennie. Ambas se dirigieron hacia adentro para evitar alguna queja de algún vecino y para descansar un rato. Jennie siempre hacía sentir bienvenida a Lisa en su hogar, y Lisa siempre era muy cortés con ella. La conexión entre ellas era palpable, incluso fuera de las cámaras.

Lisa se metió en la ducha y se dio un buen baño para quitarse todos los fluidos de encima. Sabía que necesitarían grabar más escenas, pero podían permitirse un descanso para convivir. El agua caliente relajaba sus músculos y le daba un momento para reflexionar sobre sus sentimientos hacia Jennie.

Fue breve, y cuando Lisa salió de la ducha, se secó y salió desnuda hacia la sala de estar de nuevo. Jennie revisaba los videos en su laptop, también desnuda. Al ver a Lisa salir con la polla flácida, la miró de reojo mientras tomaba su mochila y sacaba algo de ahí. Una pequeña cajita y un encendedor.

De la caja, Lisa sacó un porro, se sentó en el sofá y lo encendió. Jennie la observó con una sonrisa juguetona. "¿Vas a compartir, o es todo para ti sola?" preguntó con una risa suave.

Lisa le dio una calada profunda al porro antes de pasarle la cajita a Jennie. "Por supuesto que voy a compartir", respondió con una sonrisa. Jennie se acercó y se sentó junto a Lisa, tomando el porro y dándole una calada.

Ambas se relajaron, disfrutando de la compañía y del momento de tranquilidad antes de volver al trabajo. La atmósfera se llenó de humo y risas, y por un momento, todo parecía perfecto. Jennie apoyó su cabeza en el hombro de Lisa, y Lisa pasó un brazo alrededor de ella, sosteniéndola cerca.

"Sabes, a veces me pregunto cómo sería si todo esto no fuera solo para las cámaras", dijo Jennie en un susurro, mirando las luces de la ciudad a través de la ventana del balcón.

Lisa se quedó en silencio, pensando en las palabras de Jennie. "Tal vez algún día podamos averiguarlo", respondió suavemente, con la esperanza de que sus sentimientos fueran correspondidos.

Ambas se quedaron así en silencio un momento. Se podía sentir un poco la tensión entre ellas. Jennie le devolvió el porro a Lisa luego de una calada y esta se atrevió a calar, luego tomó con su mano el rostro de la chica y le tiró el humo.

"Eres tan preciosa", dijo Lisa con dulzura.

"No tienes que decirme cosas lindas si no estamos grabando, Lis", rio suavemente Jennie.

"No lo digo por lo que hacemos, lo digo porque lo pienso", le contestó Lisa.

El rostro de Jennie era de sorpresa y a la vez algo de confusión.

"Completamente en serio, Nini".

Jennie parecía en shock, pero al mismo tiempo emocionada. Dejó la laptop a un lado y se subió encima de Lisa a horcajadas, tomando su rostro entre las manos.

"Lisa".

"Dime".

"¿Hace cuánto sientes eso?".

"Hace meses".

Jennie abrió la boca brevemente y, antes de que Lisa pudiera decir algo más, le dio un beso. Su rostro mostraba conmoción y hasta alivio.

"Lili, yo... ¿Por qué no me dijiste antes?", preguntó con el ceño fruncido y una sonrisa.

Lisa estaba bastante confundida. "No sé, pensé que quizás arruinaría nuestra amistad y nuestro negocio si tú no sentías lo mismo".

Jennie rodeó con sus brazos el cuello de la pelinegra y le plantó otro beso, esta vez más apasionado y mojado. "Mmm, Lili. Me has tenido meses, literalmente meses deseando que estuvieras en mi cama a la hora de dormir, que estuvieras a la hora de despertar. No he podido dejar de pensar en ti incluso cuando estás aquí".

Lisa la miró con una mezcla de sorpresa y felicidad. "¿De verdad?".

Jennie asintió, su sonrisa más amplia. "Sí, tonta. Cada vez que estás cerca, siento que mi corazón late más rápido. Cada beso que nos damos para las cámaras, siempre he deseado que fuera real".

Lisa sintió una ola de emoción recorrer su cuerpo. "Jennie, no sabes cuánto me alegra escuchar eso. Siempre he pensado en ti de esa manera, pero tenía miedo de que no sintieras lo mismo".

Jennie acarició la mejilla de Lisa suavemente. "Pues ya no tienes que tener miedo. Vamos a intentarlo, Lili. Quiero que esto sea real, para las cámaras y para nosotras".

Lisa sonrió y la besó de nuevo, esta vez con todo el amor y la pasión que había estado guardando. Sabía que estaban a punto de embarcarse en un nuevo capítulo de sus vidas, uno que podría ser difícil pero también increíblemente gratificante.

"Entonces, ¿vas a querer seguir grabando o quieres hacer algo más íntimo?", preguntó Lisa, con una sonrisa pícara.

Jennie le devolvió la sonrisa. "Tenemos trabajo pendiente aún, me debes cinco creampies, ¿recuerdas?"

Lisa gruñó, fingiendo molestia. "Me vas a dejar seca", dijo antes de besarla.

Jennie rio suavemente y le acarició el cabello. "Hagamos lo que tenemos que hacer y luego quiero que te quedes aquí".

"¿Me quieres aquí?", preguntó Lisa, con un brillo en los ojos.

"Para mí sola", respondió Jennie, su voz cargada de sinceridad y deseo.

Lisa sonrió ampliamente. "¿Qué tal si salimos a cenar mañana?"

Jennie levantó una ceja, divertida. "¿Me estás invitando a salir?"

"¿Qué tiene? Tú ya me invitaste a vivir contigo", replicó Lisa, riendo.

Jennie se unió a la risa y asintió. "Me encantaría salir contigo, Lili. Pero primero, cumplamos con nuestro trabajo".

Lisa la miró con ternura y determinación. "Vamos a hacerlo, Nini. Y después, el resto del tiempo es nuestro".

Jennie se levantó y se estiró, su cuerpo desnudo brillando a la luz suave de la habitación. "Entonces, manos a la obra", dijo, guiñándole un ojo.

Lisa se levantó también, sintiendo una renovada energía y motivación. Las cosas ahora se tornaban de un color diferente frente a sus ojos, un color teñido de esperanza y emoción. La confesión de Jennie había cambiado todo, y el futuro parecía brillar con una luz nueva y cálida.

Las cosas pasaron a ser un poquito más sencillas para ella, si se quiere. El hecho de que se levantaran de ahí y ya prepararan la escena para lo siguiente tenía tintes de una lujuria acompañada de una realidad conocida en sus corazones. Ahora, cada gesto y cada movimiento se sentían más íntimos, más genuinos.

Lisa ayudó a poner todo el set de cámaras en la habitación de Jennie mientras esta se daba una ducha. Colocó las cámaras en ángulos estratégicos, asegurándose de que capturaran cada detalle. La habitación de Jennie era acogedora, con una cama grande y sábanas suaves, perfectas para lo que estaban a punto de hacer.

Mientras trabajaba, sus pensamientos volvían una y otra vez a la confesión de Jennie. No podía evitar sonreír, sintiendo una mezcla de nerviosismo y excitación. Sabía que lo que estaban a punto de grabar no solo sería increíblemente caliente, sino también una expresión de su amor mutuo.

Jennie salió de la ducha, con su piel húmeda y su cabello goteando. Se acercó a Lisa, envuelta en una toalla, y le dio un suave beso en la mejilla.

"Gracias por ayudarme con todo esto", dijo Jennie, su voz suave y dulce.

Lisa solo se acercó a ella y le dio un besito en la boca antes de continuar. Luego de verificar que todo estuviera en su lugar, Lisa fue a su mochila a buscar un frasco de lubricante. Al volver miró a Jennie y se acercó para otro beso, esta vez más largo y profundo.

"¿Vas a preparar mi culo para ti?", preguntó Jennie, genuinamente curiosa.

Lisa sonrió y abrió el frasco, esparciendo una buena cantidad del líquido en su pene flácido. Comenzó a masturbarse de arriba abajo sin dejar de ver a la chica, disfrutando de la anticipación del momento.

"Quiero follarte las tetas y luego terminar dentro de ti".

Entonces, Jennie se acercó a ella y sustituyó la mano de Lisa por la suya, masturbándola de arriba abajo y centrando su pulgar en la punta, haciendo un poco de presión de vez en cuando. Cuando Lisa estuvo completamente dura y lista, había disfrutado de las caricias de la castaña, pero algo mejor estaba por pasar.

Jennie presionó para grabar y se acostó en la cama. Lisa se quedó un rato viéndola parada, masturbando su falo. "Lis, ven aquí", pidió amablemente.

La mencionada volvió a tomar el frasco de lubricante. Se puso encima de Jennie a la altura de sus pechos, echó un buen chorro del líquido en las tetas de esta. Lo esparció cuidadosamente por todas partes, pasando por los pezones duritos, asegurándose de cubrir bien todas las áreas.

Esas tetas le encantaban, le encantaba verlas rebotar por ella y chuparlas hasta saciarse. Pero precedía a follarlas.

"Junta tus pechos, amor, y no los muevas", pidió Lisa.

Jennie obedeció, presionando sus senos juntos para crear una sensación más intensa para Lisa. La pelinegra colocó su polla entre los pechos lubricados de Jennie y comenzó a moverse lentamente, disfrutando de la fricción y el calor.

"Eso es, cariño. Mantenlos así", dijo Lisa con un tono bajo.

Primero, las tetas de Jennie se veían magníficas, preciosas, demasiado apetitosas. El lubricante hacía que resbalaran de manera maravillosa, permitiendo que la polla de Lisa se deslizara fácilmente entre ellas. El contraste entre la suavidad de los pechos de Jennie y la dureza de su verga era electrizante. Lisa impulsaba su polla hacia adelante y hacia atrás, apachurrada entre esas hermosas tetas, disfrutando de cada segundo.

Segundo, Lisa llevaba un ritmo algo apresurado, follándola como si fuera su coño. La fricción entre sus pechos y el pene de Lisa era exquisita, cada movimiento enviando olas de placer por sus cuerpos. La pelinegra mantenía un ritmo constante, sus caderas moviéndose con fuerza y precisión. Jennie, por su parte, gemía suavemente, disfrutando del placer que Lisa le estaba brindando.

"¿Te gusta así, cariño?", preguntó Lisa entre gemidos, su voz cargada de deseo.

Jennie asintió, sus ojos fijos en los de Lisa. "Sí, Lis. Me encanta. Sigue así".

El ritmo de Lisa se intensificó, sus embestidas volviéndose más rápidas y fuertes. La fricción entre sus pechos y el pene de Lisa era exquisita, cada movimiento enviando olas de placer por sus cuerpos. Jennie mordió su labio inferior.

La vista de la cabecita de la polla de Lisa acercándose a su boca y alejándose la ponía muy cachonda. Todo estaba tan húmedo y tan rico. Esa polla dura haciéndole maravillas a sus tetas la volvía loca. Jennie las seguía apretando, creando una mayor estrechez para que Lisa disfrutara al máximo.

En algunos momentos, Jennie se desesperaba porque quería sentirla en la boca y no solo en las tetas. O hasta en su coño sería maravilloso, pensaba. La lujuria la estaba consumiendo, y la necesidad de tener a Lisa más cerca, de sentirla más profundamente, era casi insoportable.

Lisa, por su parte, lo disfrutaba inmensamente. Era una ferviente amante de las tetas y las de Jennie eran simplemente sus favoritas. La forma en que se apretaban y deslizaban alrededor de su verga la hacía gemir desordenadamente.

Lisa aumentó la velocidad considerablemente, hasta que sintió su estómago contraerse. Eso quería decir que estaba a punto. Con Jennie siempre lo estaba, honestamente.

"Nini, me voy a correr", jadeó pesadamente.

Lisa lo primero que hizo fue quitarse de allí para que su chica se pudiera poner en una buena posición. Jennie abrió las piernas en forma de invitación y Lisa regresó a ella, esta vez metiendo su verga en el fondo de ese coño para darle toda su carga, toda su leche.

Se puso encima y la abrazó, acaparando por completo su cuerpo, la abrazó como si muriera por ella y la siguió penetrando salvajemente, martillándola como si fuera a morir. Jennie era un desastre de gemidos y peticiones de más.

Hasta que Lisa explotó. Escondió su rostro en su cuello mientras gemía al correrse tan fuerte dentro, en lo más adentro. Los espasmos de placer recorrieron su cuerpo mientras derramaba su semen caliente en el interior de Jennie, sintiendo cómo el cuerpo de esta se estremecía a su alrededor.

La volvía loca de amor, de pasión, completamente embriagada en cómo ella la recibía toda. Jennie gemía también por el semen espeso y caliente que la hacía sentir de todo dentro.

Lisa dio algunas embestidas más hasta vaciarse por completo. Aunque estaba un poco agitada, no iba a dejar a la chica atrás. Se paró y procedió a abrirle el coño, viendo cómo salía su semen de allí. Lo abrió lo suficiente para que la cámara lo captara.

"Mira este coño tan precioso, tan mojado, tan delicioso", gruñó.

No la dejó siquiera hablar, le metió sus dedos, masturbándola erráticamente, llenando su intimidad ya lubricada hasta hacerla correr. Los gemidos de Jennie llenaron la habitación mientras se retorcía de placer, su cuerpo temblando bajo el toque experto de Lisa.

Sus dedos llegaban donde tenían que llegar. Lisa sabía muy bien cómo hacerla correr, cómo hacerla feliz con su toque. Ese cuerpo lo conocía muy bien, cada rincón, cada punto sensible que podía hacerla gemir de placer.

"Mira este coño tan precioso, tan mojado, tan delicioso", gruñó Lisa, deleitándose con la vista y la sensación.

Jennie estaba completamente entregada, sus gemidos eran melodiosos y llenaban la habitación, incrementando el ritmo de sus caderas al compás de los movimientos de Lisa. Cada embestida de los dedos de Lisa, cada caricia, cada presión en el lugar correcto, todo estaba destinado a llevarla al borde del abismo.

Los gemidos de Jennie aumentaban en intensidad, sus caderas moviéndose desesperadamente contra los dedos de Lisa. "Lisa, por favor, no pares", suplicó, su voz temblando de necesidad.

Lisa no tenía ninguna intención de parar. Con cada movimiento de sus dedos, sentía el cuerpo de Jennie responder, tensándose y temblando. Ella sabía exactamente cómo hacerla sentir cada ola de placer, cómo llevarla al punto de quiebre.

El clímax se acercaba rápidamente, y Jennie podía sentirlo. Su cuerpo se arqueó hacia atrás, su respiración se volvió errática, y sus gemidos se transformaron en gritos de puro éxtasis. Con un último empuje, Jennie se desbordó en un orgasmo explosivo, su cuerpo convulsionando de placer.

El líquido brotaba de su coño, empapando los dedos de Lisa y la cama. Lisa continuó moviendo sus dedos suavemente, prolongando el placer y ayudando a Jennie a atravesar cada ola de su orgasmo. Finalmente, Jennie se relajó, su cuerpo temblando y su respiración pesada.

Lisa la observaba con una mezcla de satisfacción y ternura. Su hermosa chica corriéndose era preciosa. Se acercó a ella para darle un suave beso. Pero Jennie la besó con más pasión, perdiendo la respiración en su boca.

"Me encanta estar así contigo, Nini", murmuró Lisa entre besos.

Jennie le sonrió, su rostro aún enrojecido y sus ojos brillando de emoción. "Y a mí me encanta cuando me haces sentir así, Lili", respondió con una voz suave y satisfecha.

Ambas se quedaron un momento así, compartiendo caricias y susurros. Lisa acariciaba el cabello de Jennie, admirando su belleza y la forma en que se veía tan vulnerable y fuerte al mismo tiempo.

Finalmente, Jennie se incorporó un poco, mirándola a los ojos. "¿Lista para otra ronda?", preguntó juguetonamente.

Lisa rio suavemente y asintió. "Siempre para ti".

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