Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

9. Liberación.

—¿Qué quieres decir? —Empiezo a pensar en todo lo que podría sucedernos solamente por eso.

Que desde aquí controlan a todas las bases de Noterral que hay en el país. Apúrense a salir de allí.

Corro junto a Jane por el pasillo, tratando de encontrar a Edwin con Ray, pero no los vemos por ningún lado. El lugar de los prisioneros es más largo de lo que creí y ver a tanta gente junta, amontonada en celdas, en condiciones que ningún ser debería estar jamás. Los olores se hacen presentes, al igual que el llanto de niños o lamentos de agonía que solo piden acabar con su sufrimiento. Jane tiene los puños apretados e intenta correr hacia una de las celdas, pero la detengo.

—¡No vamos a dejar a todos muriéndose aquí, Anna!

—¡Cálmate! Aún no es tiempo de sacarlos, lo haremos cuando nos vayamos. Necesitamos encontrar a Ray antes de que sea demasiado tarde.

Logro hacerla entrar en razón y llegamos a una bifurcación y a cada lado vemos más y más celdas.

—¿Qué camino tomaste, Edwin? —pregunta mi amiga por el comunicador.

El izquierdo, no fue buena idea. Ray no está aquí. Volveré hacia el otro, las veo allí.

Caminamos por el pasillo de la derecha y esta vez siento mucha más impotencia. La mayoría son adolescentes y gente torturada, seguramente por resistirse a ser llevados por la gente de Noterral. Llamar a Ray por su nombre sería arriesgado, así que nos conformamos con mirar celda por celda para ver si lo encontramos. Y lo hacemos.

En un pequeño lugar al final del pasillo, está solo. Pero el estado en el que está es lo que nos desanima y pone mal. Claramente lo han torturado, ¿por qué? Su rostro está lleno de golpes, sangre seca decora sus mejillas y cuello. Pero, lo más impactante de todo, es su brazo. Cortado y evidentemente mal suturado.

—Dios mío... —Jane deja la frase en el aire al ver el estado de Ray.

—Joder, ¿pero qué carajo te han hecho? —Pregunto esperando una respuesta que no llegará o que no estoy segura de querer saber.

—Deja de hablar y ayúdame.

Jane está tratando de romper la cerradura pero no puede con ella, así que tomo una de mis dagas y la pongo en medio de la apertura, logrando así romperla y poder entrar.

—Ten, ve a liberar a algunos —le ordeno dándole la daga —. Yo ayudaré a Ray a salir de aquí —mi amiga se va y yo me acerco a Raymond —. Por dios, estás volando en fiebre. Tendremos que salir rápido de aquí.

—Es por mi brazo... —dice con la voz debilitada.

—No hables, eso sólo empeorará tu estado —lo tomo por debajo del brazo sano y lo cargo en mi hombro, es así como empiezo a caminar con él a cuestas. Jane ya ha liberado a varias personas. Un joven que no está tan herido me ve y viene a ayudarme con Ray —. Lucca, dime que tienes todo controlado.

Sí, hasta ahora no hay guardias que vayan para esa zona y las cámaras siguen inutilizadas. Dense prisa, por las dudas que algo surja. ¿Cómo van las cosas por allá?

—Mal, Ray necesitará asistencia médica.

Tras decir esas palabras, Edwin llega con nosotros y se encarga de su hermano.

—Ve con Jane, yo llevaré a Ray.

Sólo asiento con la cabeza y veo como Edwin le agradece al desconocido por ayudarnos antes de correr junto a Jane. La ayudo a liberar a varias personas, pero son demasiados y no podremos con todos. Algunos más se unen a nosotros en la rotura de cerraduras y las cosas empiezan a hacerse más rápido. Los gritos empiezan a oírse más fuerte y empiezo a desesperarme.

—Lucca, ¿no puedes hacer algo para abrir todas las celdas de una?

Lo haría si fueran electrónicas o conectadas a un sistema, pero no es así. No pueden salvar a todos, dense prisa por salir.

Alguien se acerca a nuestro lado y veo que es Edwin con los otros dos chicos. Seguimos andando y liberando a todos a nuestro paso. Una niña de unos ocho años se acerca corriendo a mí y me detengo por puro instinto.

—Gracias por abrir la puerta, ya no quería estar en el mismo pequeño lugar que un cuerpo muerto. Eres mi heroína.

Sus palabras me golpean en lo más profundo de mi corazón y la tomo en mis brazos para darle calor humano y vivo. Gente inocente como esta criatura no debería vivir todo este conflicto interno de poder, claro que no.

—¿Tus padres o algún familiar están aquí? —Ella niega con la cabeza —. Escúchame, pequeña; correrás tan rápido como puedas, a mi lado. Yo te sacaré de aquí.

Me toma de la mano y corre a mi lado. Llegamos a la bifurcación y seguimos corriendo rumbo a la salida. Cada vez hacemos más ruido y, por ende, los pedidos de auxilio se multiplican.

—Mi primo tiene razón, no podemos salvar a todos —anuncio por el comunicador —. Ahora nuestra prioridad es salir de aquí y salvar a Ray, no dejaremos que muera. Corran todos.

Todos me obedecen y empezamos a estar cada vez más cerca de la salida. Atrás nuestro, los liberados se nos unen en la tarea de salvar a otros mientras nosotros tratamos de escapar de este lugar.

Malas noticias. Prepárense para atacar, los guardias ya se enteraron de lo que está pasando en el sótano. Por favor, salgan con vida.

—¿Cuánto tiempo nos queda hasta que lleguen?

Casi dos minutos.

—¡Oigan todos! —Grito para que todos en el lugar me escuchen —. La hora de pelear ha llegado. Quienes sepan cómo hacerlo y esté en condiciones, es invitado a sumarse con nosotros. Los que estén heridos y los niños, manténganse alejados. Edwin, lleva a tu hermano al fondo, junto con la niña. No puede pelear.

—No —Ray se estabiliza en su lugar y me mira desafiante —. Si he de caer, lo haré peleando. No me rendiré. Pelearemos juntos.

—Estás loco, pero más loca estoy yo por dejarte hacer esto. Pero te aviso que en cuanto te vea mal, yo misma te heriré para que te quedes quieto.

Luego de mis palabras finales, Edwin le entrega a su hermano la pistola que trajo para él y yo llevo a la niña a un lugar seguro. Vuelvo con el resto y me pongo en posición de batalla, con ambas dagas en mis manos. A mi lado, Jane ya está apuntando con flechas, muchas de las cuales ha rociado con somníferos; al otro lado, Edwin empuña su katana y Ray prepara el arma y las municiones. Rodeándonos, todo un grupo de personas se prepara con sus puños y cuerpos para pelear contra el enemigo.

Un grupo de guardias de seguridad llega a la entrada del pasillo listos para atacar, al igual que lo estamos nosotros. Que la batalla comience. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro