Llego a la cabaña y golpeo la puerta, pero nadie abre. Trato de recordar el código que tienen los Giesler, pero no logro hacerlo.

—¡Oigan, abran! Soy yo, Anna.

Jane se asoma por la ventana de al lado de la puerta y me ve. Abre y entro casi echando humo, desesperada por ver si Ray llegó.

—¿Dónde está mi hermano, Anna? —Pregunta Edwin al verme sola.

—Evidentemente no aquí. Espero que llegue en el transcurso de la tarde, sino necesitaremos un plan.

—¿Qué pasó en el pueblo, prima? —Lucca se acerca a mi para revisarme, mientras Jane toma mi mochila y empieza a sacar las cosas que había dentro.

—Llegamos al almacén central para buscar algunas cosas más. Ray entró antes que yo y luego salió corriendo, me dijo que corriera y eso hicimos. Gente de Noterral nos seguía mientras huíamos. Ray disparó a dos en las piernas, inmovilizándolos y yo herí a otro en el camino. Estaba siguiendo mi instinto, metiéndome por distintas calles y casas, tratando de perder de vista a quién nos seguía; pero no me di cuenta de que Ray no venía atrás mío. Llegué al claro y fue ahí dónde caí en la cuenta de que estaba sin Ray. Esperé escondida a ver a alguien, a cualquiera, sea Ray o un terrorista, pero no fue así, por lo que decidí volver a la cabaña.

—Mi hermano estará bien, él sabe sobrevivir —Edwin habla con nostalgia en la voz y ahora sé el por qué de ello.

—Lo sé, créeme. Será fuerte y podrá escapar.

Todos me miran sin comprender a qué me refiero, pero sólo Edwin lo hace y sonríe ante eso. Es una sonrisa que indica vergüenza, pero no tiene por qué sentirse así. No es su culpa y nunca lo será.

Para distraernos y esperar, organizamos los víveres que traje y Lucca se divierte con sus nuevos juguetes electrónicos. Entre las cosas de su lista, había unos comunicadores por conexión bluetooth, uno para cada uno y que servirían mucho en caso de atacar. Además, conseguimos celulares liberados que, con chips que mi primo manipuló, funcionaran para ubicarnos y distraer. Algo precario, pero que nos servirá a la larga.

La noche empieza a caer y no tenemos novedades de Ray. Todos notamos la creciente tristeza en el interior de Edwin, no debe ser fácil perder a un hermano; así como todos notan que la culpa crece en mi interior.

—Oigan todos —llamo su atención y empiezo a hablar a medida que las ideas fluyen en mi cabeza —, necesitamos hacer un plan. Claramente, Noterral está en nuestro querido pueblo. Lucca, necesito que intentes infiltrarte en la sede que hay aquí. Revisa horarios de seguridad y demás, para ver cuando podemos ir a rescatar a Ray.

—Estás dando por sentado que lo tienen, Anna —Jane se acerca a mi con una lata de atún en sus manos. Al parecer, el hambre ya está haciendo efecto en ella.

—¿Hay alguna otra explicación por la que Raymond no esté aquí en la cabaña? Porque yo no la encuentro.

—Tenemos que estar preparados, así que me divertiré un rato con la tecnología —anuncia mi primo prendiendo el ordenador.

—Los demás, seguiremos entrenando un poco mientras obtenemos los datos necesarios para atacar. Necesitamos estar bien preparados, nos sabemos con qué cosas puede salir la gente esta.

—¿Qué es lo que quieres hacer, Anna? Estaré contigo en lo que decidas hacer recibo el apoyo de Edwin y eso me da ganas de seguir adelante.

—Algo muy sencillo: entraremos al lugar dónde estén los prisioneros en el horario de cambios de guardia, considero que ahí es cuando habrá menos movimiento. Buscamos a Ray y lo liberamos, debe ser sencillo. En el camino, liberaremos a cualquiera que se nos cruce y parezca bueno. Así, mataremos dos pájaros de un tiro: salvamos a Ray y a unos cuantos prisioneros.

—Creo que funcionará —afirma Jane mostrándose de acuerdo conmigo.

—Están locas si creen que será así de sencillo. Menos mal que me tienen a mí para infiltrarme en la sede —Lucca habla alardeando de sus habilidades pero sé que lo hace para sentirse seguro consigo mismo —. Necesitaré dos días para tener bien todos los movimientos y planear esto de la mejor manera, no quiero bajas en nuestro equipo.

—No las habrá —aseguro para todos y para mí misma también.

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Dos días, eso fue lo que mi primo pidió para tener todo lo necesario para infiltrarnos en la prisión de Noterral y eso fue exactamente lo que hizo. Estábamos peleando en el valle cuándo nos llamó diciendo que tenía todo listo rescatar a Raymond. Entramos a la cabaña y vemos en la pantalla del ordenador un plano, algo que claramente no cualquiera obtendría.

—Observen, esta es la sede actual de Noterral en Jidrà. Está donde estaba la municipalidad del pueblo, creo que por eso la hicieron explotar. Aquí están las oficinas y computadoras que controlan el lugar. Y aquí —señala un largo pasillo, alejado de ese lugar —, es donde está Ray. Ahora bien, este lugar tiene cámaras por casi todos lados, así que deberán esperar mi señal para entrar.

—¿Observarás todas las cámaras o qué? —Jane habla con ironía en la voz.

—No, las desactivaré. Cada uno tendrá un comunicador, los modifiqué para poder estar todos en contacto en caso de que deban separarse —nos tiende un auricular a cada uno y observo el mío.

—Tú también vendrás con nosotros, primo. No sé por qué hablas excluyéndote.

—Yo me quedaré afuera. Como dije, están en la antigua municipalidad, pero algo reformado. Si me preguntas, hicieron las cosas demasiado rápido. Debieron ser muchos hombres los que trabajaron, o no se. La cuestión es que trabajaré mejor guiándolos y controlando el lugar desde afuera. Ya fijé un escondite, sobre un árbol. Nadie podrá verme, nadie rastreará mi computadora y podré infiltrarme en la sede, junto a ustedes pero de manera diferente.

—¿Cómo entraremos?

—Los cambios de guardia externa son a las ocho de la mañana, a las dos de la tarde y a las diez de la noche. Los de guardia interna, media hora más tarde. Por ende, una vez dentro tienen media hora para llegar al pasillo donde están los prisioneros. Deberán inmovilizar a los guardias externos, saltearlos de alguna manera. Tengan —Lucca nos tiende un frasco con un líquido amarillo —, es un somnífero.

—¿Cómo lo conseguiste? No traje eso del pueblo —interrogo extrañada ante la sustancia.

—Es porque lo hice yo. El día que fueron a Jidra, encontré una flor extraña. Investigué sobre ella y tiene propiedades somníferas si es preparada de cierta manera, cosa que hice. De esto se encargará Jane, supongo que mojando las flechas antes de dispararlas bastará para dormir, de momento, a los guardias. ¿Entienden lo que haremos? —Todos asentimos —. El sol sale a las siete de la mañana.

—Entonces partiremos al amanecer —anuncio sintiendo la adrenalina empezar a correr por mis venas.