5. Aprender a pelear.
Empezamos el día de la misma manera que ayer, desayunando algo ligero para tener fuerzas durante el día. Hoy hay algunas nubes, pero aún así el día es espléndido. Salimos al valle con las expectativas en alto, esperando por las lecciones del día. Comenzamos trotando un poco, para entrar en calor. Empiezo a sentir el sudor en mi cara y me animo a seguir, sabiendo que es buena señal que eso suceda. Hacemos abdominales, espinales, algunos ejercicios básicos para poner el cuerpo en forma.
—Bien, empezaremos con algo básico —anuncia Ray y lo miramos expectantes. Edwin se acerca a él por detrás, lo toma del brazo izquierdo y le hace una llave, inmovilizándolo contra el árbol más cercano —. Esto es lo que pasa cuando tu oponente no se defiende, puedes atacarlo tranquilamente.
Acto seguido, Ray se libera del ataque de su hermano, se da vuelta y le da un puñetazo en el vientre, del cual Edwin se recupera para golpear directamente la cara. Ray trastabilla y vuelve a estar contra el árbol, dándole la oportunidad a su contrincante de desenfundar la katana y amenazarlo con ella.
—¡Ríndete! —Grita Edwin con rudeza en la voz, aunque podía encontrar algo de diversión en sus palabras.
—Así es cuando el atacado se defiende, aunque no esperaba que me amenazaras con la katana, hermano mío. Has mejorado y eso me agrada.
El cariño fraternal que transmiten es grande y por un momento me olvido de que estamos aprendiendo a pelear por cualquier situación que se nos pueda presentar con un grupo terrorista en nuestro pueblo.
—Investigué técnicas de defensa personal y se las enseñé a Anna. Quiero ver qué tan buena eres, prima —Lucca me mira sonriente y por un momento pienso que querrá pelear contra mí.
—Veamos qué tienes, Anna.
Ray viene de frente a atacarme, con los brazos extendidos como si fuera a abrazarme. Me escabullo entre sus brazos y golpeo mi cabeza contra su pera, haciéndolo ir hacia atrás. Tomo su cabello y jalo hacia abajo, logrando así bajar su cabeza para poder golpearlo con la rodilla. Lo dejo para rodearlo y empujarlo, de manera que cae al suelo boca abajo y me siento sobre su espalda, con una pierna a cada lado. A diferencia de Edwin, yo no cargo mi daga, por lo que vuelvo a tomar el cabello de Ray para levantar su cabeza y rodeo su cuello con mi brazo izquierdo, mi fuerte para hacer presión.
—¡Ni sueñes que podrás conmigo, cobarde! —Le grito como si fuera un secuestrador al que acabo de dejar en ridículo. Lo suelto y le ayudo a levantarse.
—Nada mal, aunque deberías golpear más fuerte.
—No quise lastimarte, por eso no fueron grandes golpes. Si hubiera cargado con mi daga, ten por seguro que no hubieras tenido mi brazo en tu cuello.
—Eso es lo otro que debía decirles: improvisación y practicidad. Es importante que se manejen con lo que tengan el momento y sepan ver maneras prácticas de enfrentar las distintas situaciones que pueden presentarse. Lucca y Jane, quiero que peleen entre ustedes. Veamos qué tienen y podremos avanzar entre todos.
—¿Seguro que no quieres ir tu contra Jane? —Lucca, siempre queriendo escapar de las peleas, parece intimidado por Jane.
—No, tuve suficiente con Edwin y Anna. Lo harás bien, ánimo. Ambos deberán defenderse, tómense su tiempo.
Jane va al centro del valle, con Lucca detrás. Mi primo está dudoso, pero aún así, toma a Jane por la espalda, inmovilizando sus brazos. Ella pisa fuerte su pie derecho y le da un cabezazo, logrando zafarse del agarre de Lucca y se voltea dispuesta a golpearle los genitales, pero él le detiene la pierna y la toma del brazo, buscando inmovilizarla, pero Jane lo muerde y logra zafarse por segunda vez. Lo pica en la garganta, haciéndolo caminar hacia atrás hasta que él la agarra de una mano y separa sus dedos, haciéndola inclinar de dolor y le golpea la espalda con el codo, logrando que Jane caiga de rodillas al suelo y, acto seguido, apoye las manos en el mismo para intentar levantarse o recuperarse. Lucca apoya su pie derecho en la espalda de ella, dando por finalizada la pelea.
—Lo siento, Jane. Pero no siempre las damas deben ganar en una batalla.
—No es justo —Lucca la ayuda a levantarse y sacudirse la tierra del cuerpo —, peleas mejor de lo que dices. Pero es bueno tener un contrincante digno.
—Debo admitir que los tres me sorprendieron —Ray nos mira con un poco de orgullo en sus ojos —. Esto será mejor de lo que pensé, podríamos enfrentar a Noterral nosotros solos y acabaríamos con ellos.
Reímos ante la broma y vamos a hidratarnos. La idea de que un grupo de adolescentes acabe con un grupo terrorista es ficticia, algo que me parece completamente irreal. No los igualaríamos jamás en entrenamiento o armamento, quiero suponer.
Paramos a almorzar y descansar un rato, hablamos de todo tipo de cosas, principalmente lo que nos hubiera gustado hacer si esto no se hubiese desatado. Luego, volvimos a pelear un poco, lo suficiente para no agotar completamente nuestros organismos y estar adoloridos y sin energía por la mañana. Nos turnamos para ducharnos y luego cenar entre todos. Empiezo a sentir a los Giesler como parte de mi familia, alguien por quién pelearía hasta la muerte. Reímos con anécdotas de vida o cosas que veíamos en la televisión.
—Hablando de noticias, les tengo novedades —Lucca toma un poco de agua antes de hablar —. Ya no hay amenazas de una Tercera Guerra Mundial.
—¿De verdad? —Jane, a su lado, lo mira incrédula, a lo que mi primo asiente.
—No me creo los idiotas que manejan el mundo hayan dejado su guerra armamentista en busca de más poder —comento recordando las últimas palabras que crucé con mi madre —. Aunque supongo que es algo positivo, podremos volver al pueblo.
—Esa es la noticia mala —mi primo se lleva toda la atención posible —. Tenías razón, Anna. Noterral es una organización que buscaba impedir la Tercera Guerra Mundial.
—¿Buscaba? ¿Qué no lo consiguió? —Edwin parece no entender lo que sucede.
—Nuestro gobierno retiró los ejércitos que estaban en el otro continente solo porque en nuestro territorio se está desarrollando una guerra interna. Noterral va tomando los pueblos pequeños, formando bases de concentración de prisioneros y poder. No pararán hasta lograr la renuncia del presidente y tampoco les importa la vida de las personas que se llevan en el camino.
—Entonces seguimos en peligro.
—Así es. Estamos cerca del pueblo, pueden encontrarnos.
—Lo dudo, esta cabaña no había sido vista en años. Su estado mismo lo dice —Ray intenta asegurarnos de que estamos a salvo, aunque claramente no sea así.
—Tiene razón —secunda Jane —, llevo 17 años aquí y nunca había oído o visto esta cabaña, aún viniendo al valle. Aunque, eso no quiere decir que una organización criminal y terrorista no vaya a hacerlo.
—Jane, calma —llego a ella y la abrazo. Sus momentos de temor están por empezar, pero no dejaré que eso suceda. No hoy —. No nos hallarán, y si eso pasa, sacarás tus flechas y yo mis dagas. ¿De acuerdo? —Mi amiga asiente y miro a todos. No voy a perderlos sin pelear —. ¿Saben qué es lo que haremos? Luchar hasta el final.
Siento satisfacción y sonrío al ver como todos están de acuerdo. No caeremos sin batallar. Ellos tendrán las armas, pero nosotros tenemos el espíritu y eso cuenta más que cualquier arma. Sé que tu no querrías esto para mi, mamá, pero es lo que me toca vivir. Es lo que el mundo nos hizo, lo que los ambiciosos le hicieron a la humanidad. Lo sabías, por más que dijeras que estoy loca, así como sé que no me dejarás sola. Un calor se anida en mi pecho luego de esas palabras a mi madre y me siento más que lista para seguir adelante.
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