Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3. Primera mañana.

Jane y yo amanecemos gracias al melodioso canto de los pájaros, dando un toque de paz, naturalidad y tranquilidad a la situación que estamos viviendo. La naturaleza humana me llama a usar el baño y me levanto para ir a él. Oigo movimientos en el piso de abajo y me acerco con mucho sigilo y cuidado al borde de la escalera. No puedo ver bien de qué se trata, por lo que bajo y observo lista para pelear, aunque no es necesario: solamente es Edwin que parece preparar el desayuno para todos.

—Buenos días, Anaís. Lamento si anoche no te causé una buena impresión —me saluda cortesmente el chico.

—Puedes decirme Anna, Edwin. Y descuida, fueron los sentimientos del momento. Tu hermano dijo que tenían una clave y pensé que estaba al tanto de los movimientos de Noterral, tal como se lo dije anoche.

—Esa clave es muy antigua, de cuando éramos más pequeños —Edwin sonríe con una mezcla de nostalgia y alegría en el recuerdo —. Mi hermano y yo no tuvimos una buena infancia, tal vez ni siquiera una buena vida. Lleva el espíritu para sobrevivir en la sangre y creo que eso es lo que te hizo confiar en él desde un principio. Ray es único y, si ha de morir, morirá peleando. Estará de acuerdo en casi todo lo que le digas, porque puedo ver que por tus venas corre la revolución, algo que se lleva bastante bien con la supervivencia. Por eso se ofreció a entrenarnos a todos, porque sabe de defensa y hará lo que sea para que nadie salga lastimado innecesariamente.

—Para tu edad, eres muy maduro y eso me agrada. ¿Estás seguro de que vas a pelear con nosotros? Ni siquiera nos conoces.

—Mi hermano tampoco lo hace y está dispuesto a luchar. Yo estoy con él, es lo único que me queda.

Sonrío más para mi que para Edwin, el pasado de ellos empieza a intrigarme cada vez más y tal vez no seamos personas tan distintas después de todo. Yo también quedé prácticamente sola en el mundo, sólo me queda mi primo. Estoy a punto de preguntar más sobre su historia cuando oigo pasos que se acercan, por lo que me quedo callada. Ray entra al comedor y le despeina el cabello a su hermano, mientras que me dirige una mirada de confusión.

—Buenos días, Ray. Creo que te debo una disculpa por mi comportamiento anoche.

—Buenos días, Anna. Descuida, supongo que debí avisar que era muy probable que mi hermano se nos uniera.

—Creo que mientras más seamos, mejor. Los veo en un rato —me doy la vuelta para irme, pero una voz me detiene.

—Una cosa más, Anna: la edad no define tu madurez, son las situaciones de la vida, lo que uno lleva escrito en su libro de vivencias lo que lo lleva a actuar de determinada manera. Recuerda que no hay que juzgar un libro por su portada, siempre puedes llevarte la mayor de las sorpresas con el contenido.

Volteo con una sonrisa dirigida a Edwin y disfruto la cara de confusión de Ray al oir las palabras de su hermano. Me voy del comedor directo al baño, dispuesta a darme una ducha, pero me detengo a mitad del camino al darme cuenta que no tengo nada de ropa para cambiarme. Voy al cuarto, esperando que Jane se haya dado cuenta de lo mismo que yo. Al entrar, veo unos cuantos jeans sobre la cama, junto a unas camisetas.

—¿De dónde sacaste esto, Jane?

—Ayer, entre todo el alboroto, puse algunas de tus prendas en mi mochila, en especial ropa interior; ¿debería agradecer el hecho de que tengamos contexturas físicas similares? Trataré de no pensar en eso.

—Eres única, amiga. A mi sólo se me ocurrió cargar cosas para sobrevivir, no para cambiarme de atuendos.

—Lo sé. El resto —agarra unos jeans que parecen viejos pero están en muy buen estado —, estaba en el armario. No sé de quién era esta casa o esta ropa, pero también trataré de no pensar en eso. Las prendas están en condiciones de ser usadas y por ahora, es lo que tenemos. También hay unos pantalones deportivos, estilo unisex, ideales para los chicos si ellos no tienen nada.

—Déjame decirte que me alegra tenerte a mi lado, así no muero con ropa toda rota por usarla día tras día.

Jane ríe y yo me voy directo a darme una ducha rápida. Es un milagro que siendo una casa abandonada tengamos servicio de agua corriente. No es agua caliente, pero al menos sirve para quitarme la suciedad y cansancio de tanto andar. Me seco con un toallón que hay en el baño, probablemente traída por Ray, y me visto con la ropa que había seleccionado en la habitación. Seco mi cabello y lo recojo en una coleta alta. No podré peinarlo, así que la mejor manera de mantenerlo es con una cola. Bajo nuevamente al comedor y ahora me encuentro con todos reunidos en la mesa, disfrutando del simple desayuno preparado por Edwin. Me uno a ellos y tomo una galletita del paquete.

—Y bien, Ray, ¿empezaremos el entrenamiento luego de alimentarnos, no?

—Si todos están listos, sí.

—Prima querida, tengo un problema —miro a Lucca, quien está con la laptop en sus manos y me mira con una expresión burlona —. Dijiste que mi entrenamiento consiste en informática, para eso necesito internet, cosa que no tengo. Por otro lado, ¿qué haré cuando se le acabe la batería a esta cosa?

—Mierda —mi primo tiene razón, ese detalle no estuvo en mis planes. Todo parecía muy sencillo en mi cabeza —. Bueno, deberás aprender a luchar como nosotros.

—No necesariamente —Edwin nos mira antes de ir a buscar algo a su mochila. Nos tiende algo parecido a un pendrive delante de nosotros —. Es un módem, da señal WiFi a corta distancia. Es imposible de rastrear, y más si lo conectas directamente a la computadora. En cuanto a la energía, Ray y yo encontramos que la casa está conectada a paneles solares, por lo que tendremos electricidad dentro de unas horas.

—Problema resuelto, primo mío. Serás el mejor hacker que podría tener este equipo.

—Iré a buscar unas cosas que necesitaremos, ustedes terminen de desayunar tranquilos. Los veo en el valle.

Ray se levanta y camina hacia un lugar de la cabaña que no habíamos ido, un pasillo que conduce a quién sabe dónde. Por lo visto, él conoce muy bien este lugar y sabe que hay aquí, después de todo, fue quien nos dijo de refugiarnos aquí. Alejo los pensamientos sobre Ray para poder desayunar junto a los demás, necesitaré energía para el entrenamiento. Todos están relajados, lo que me permite alejar por un momento los pensamientos de guerra de mi mente.

Luego de comer, guardamos las cosas y salimos al valle. Ray nos estaba esperando con toda una variedad de armas de defensa: dagas, cuchillos, armas de bajo calibre, ballestas, arcos; a demás de guantes y un saco para golpear.

—¿De dónde sacaste todo esto? —una impresionada Jane habla por mi.

—Algunas cosas ya estaban aquí, otras las conseguí hace un tiempo y Edwin las trajo consigo. Es hora de empezar —concluye con una sonrisa. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro