—Bien, mi amor, hasta aquí llegó la historia y el camino también, entra a la escuela, ¿sí? —Chris besó la frente de su hijo.

—Pero, papá, quiero saber el verdadero final.

—Eso te lo dejo a ti.

—¿Papi en verdad es una medusa?

—Ve a clases, y piensa en el final de la historia —y después de ver a su hijo adoptivo entrar a la escuela, condujo para encontrarse con su lindo esposo.

Compró rosas, compró dos helados de choco-menta y condujo con una sonrisa.

—Nuestro hijo piensa que eres la medusa que tenemos en casa —hablaba dejando las rosas en una piedra cercana—. Le conté nuestra historia, aunque cambié algunas cosas.

En realidad, se conocieron porque estaban en el mismo campus y sus habitaciones estaban juntas, Jeongin se equivocó de habitación entrando a la de Chris mientras este se alistaba para bañarse, desde ahí empezaron a conocerse más y más.

No fue muy diferente a la historia que le contó a su hijo, aquel que adoptaron cuando llevaban un año de casados.

Todo fue tan bonito hasta que, en un accidente de auto, Chris y Jeongin terminaron en el hospital y lamentablemente, Jeongin no pudo seguir aquella historia de amor.

Chris despertó en esa habitación blanca, despertó en la realidad, la realidad donde Jeongin había fallecido.

—Quisiera... que estuvieras aquí —dejó el helado de choco-menta en su tumba y sus rosas favoritas a un lado—. Lo único que me queda de ti es esa medusa que compraste hace años, esa que es inmortal y tiene tu nombre, nuestro hijo dice que en verdad eres tú.

Rio un poco sintiendo la brisa.

—Dice que te ve, él aún recuerda tu voz al igual que yo, por eso en la historia que le conté hoy, eras una linda medusa que me enseñó a amar... porque así fue, me enseñaste a amar, a amarme a mí, a amarte a ti... y ahora, por nuestro hijo, te prometo que seguiré dando todo mi esfuerzo.

De pronto sintió un calorcito en su mejilla.

—Sí... yo igual quiero darte un beso, pero tendremos que esperar, ¿sí? —miró el cielo—. Espérame allá arriba... mi dulce novio.

Recordaba su hermosa sonrisa y sus lindos ojos, todas las noches soñaba con él, como si le dijera "aquí estoy"

Y nunca se sacó su anillo de bodas, porque en su vida solo tenía dos amores, su amado hijo y su esposo, juró que lo amaría hasta el infinito, y así estaba siendo.

—Prometo que me encontraré contigo, ¿sí? solo espera a que sea viejo y que nuestro hijo cumpla sus sueños —tenía un collar, donde estaba una fotografía de Jeongin, para siempre tenerlo con él.

Se paró y tomó un gran suspiro.

—Volveré mañana, amor, tengo que terminar mi trabajo y cocinar algo en casa —besó la piedra donde estaba tallada el nombre de su amado.

—Si, yo igual te amo mucho.

Y volvió a su automóvil para conducir a su casa, no pudo despedirse de Jeongin cuando murió, pero si lo saludaba todos los días al ir a esa misma tumba a veces con su hijo y a veces solo.

Se lo decía todos los días, para que en el mundo en el que está ahora, nunca lo olvide.

—Te amo.

Final "b".

Gracias por leer. <3