࿐♡ 10
—No respondías mis llamadas y no sabía nada de ti... Yo... —Jeongin seguía aferrado a su abrazo que tenía en Chris, sintió su cintura ser apresada con delicadeza—, estaba tan preocupado por ti...
—Lo... siento —su voz era suave y ¿quebrada?
—Mírame —quiso separarse para ver su rostro, pero Chris no subía su mirada.
¿Por qué estoy llorando?
—Chris... mírame, por favor —sus labios besaron la frente de su mayor aprovechando que este estaba agachado para que no vea su rostro.
Supongo que es porque en verdad me gustas.
—Lo siento... —se escuchó un sollozo, seguían en la puerta de aquella casa—. No quería que me vieras así...
Quiero protegerte.
—Está bien, veas como te veas, siempre me vas a gustar, siempre te voy a amar —poco a poco empezó a subir la mirada de Chris.
Pero... en este momento... necesito que tú me protejas a mí.
—No quería preocuparte —por fin reveló su rostro, su sollozante rostro, las lágrimas caían por sus ojos directamente hacia el suelo.
—Entremos —tomó su mano, adentrándolo en la casa para cerrar la puerta detrás de él, lo sentó en el sillón y trajo el botiquín de primeros auxilios, empezando a curar sus heridas—. No tienes que sentirlo, estás aquí ahora, todo está bien —se posicionó encima de sus piernas con una toalla en manos para secar su cabello—. Mírame —tomó su rostro en sus manos—, yo siempre voy a estar aquí para ti.
Entonces las lágrimas que parecían haber parado hace unos minutos, volvieron a sus ojos cuando vio los de Jeongin.
Todos esos recuerdos tristes...
—¿Puedes darme un abrazo? —Chris preguntó.
Todo ese sufrimiento... ese dolor.
—Claro que puedo —dejó a Chris descansar su rostro en la curvatura de su cuello mientras abrazaba su cuello y dejaba que su mayor abrace su cintura.
Todo desaparece cuando estás a mi lado.
(...)
—¿Puedes cantar algo, por favor? —Chris, que estaba acostado en la cama con Jeongin en brazos, pedía un arrullo tal y como un niño lo haría.
—Claro que sí —afinó un poco su garganta y empezó a cantar una canción que escuchó hace unos cuantos días y le gustó mucho—. Wise men say, only fools rush in —una canción de Elvis Presley.
Sé que me gustas.
Chris se acurrucaba junto a Jeongin, escondiendo su rostro en la curvatura del cuello del peliblanco.
Pero no quiero amarte... no quiero dañarte.
—But I can't help, fallin in love whit you...
Sí... justo eso, enamorarme de ti es completamente inevitable.
La mano de Chris viajó lentamente de su cintura hasta su hombro, de su hombro a su brazo y de su brazo a su pequeña y adorable mano.
Ódiame... no quiero que me sigas amando, no quiero que me sonrías así de lindo todos los días...
—Shall I stay? Would it be a sin If I can't help falling in love with you?
No, no te quedes, yo soy el pecador por enamorarme de ti....
Su mano se entrelazó involuntariamente con la de Jeongin.
—Take my hand, take my whole life too, for I can't help falling in love with you —sostuvo la mano de Chris de igual forma, apretando su agarre, sintiendo un suave beso en su cuello.
No puedo evitar... enamorarme de ti.
(...
Pasaron 4 días desde el incidente, las heridas de Chris ya habían cicatrizado y casi curado, siempre fue así, se sanaba muy rápido de todo.
—Hoy debo decirte —Chris susurraba a un Jeongin dormido y acurrucado a su lado—. No quiero que te hagas más ilusiones...
Jeongin se removió un poco acurrucándose en el pecho de Chris, sintiendo el calor de ambos juntos.
Y en medio de su trabajo de admirar a Jeongin, lo vio derretirse de a poco, por un momento olvidó que Jeongin se volvía una medusa otra vez cuando no lo besaba por 8 horas, tomó su rostro delicadamente y unió sus labios en un pequeño beso.
—Buen día —Jeongin saludó al abrir sus ojos
—¿Quieres ir a dar un paseo? —Chris se contuvo de besar su mejilla, quería darle el ¿aviso? En otro lugar.
—Vamos —otra vez esa sonrisa, aquella que lo tenía de esclavo.
(...)
Caminaban por un pequeño parque lejano, uno que tenía un río que iba hacia un lago, era muy bonito, todo era verde y brillante, se sentaron en una banca con vista hacia el bosque.
—Me gustas mucho —Jeongin pronunció otra vez mirando hacia Chris.
Debo decirte...
—Jeongin... —lo miró con dolor.
—¿Sí, Hyung?
Lo siento...
—No puedo enamorarme de ti.
Jeongin no respondió.
—Yo nunca amé a nadie, completamente a nadie, nunca me gustó alguien y entiende... no puedo enamorarme de nadie... especialmente de ti.
Chris esperaba llanto, sollozos, hasta golpes, pero no, fue completamente lo contrario.
—Está bien —sonrió, pero no hacia él, sino hacia el paisaje que tenían enfrente—. ¿Quieres ir a almorzar? —ya habían desayunado en casa, y más el viaje hasta ahí y unos cuantos paseos, ya eran las 2 y media de la tarde.
—Sí....
(...)
Tres y media de la tarde, parecía que todo estaba normal, que nada había cambiado, exceptuando que ya no se tomaban de las manos y no se daban ningún beso, tampoco hacían mucho contacto visual.
—Iré al baño —Jeongin avisó suavemente alejándose de donde Chris estaba, seguían en ese lugar.
—No te tardes... —le dolió más no tener respuesta alguna, tal vez a Jeongin no le importaba ser amado, por eso no reaccionó.
Pero la inquietud de Chris aumentó cuando pasaron 15 minutos y Jeongin no volvía.
¿Dónde estás?
Se paró y empezó a buscarlo, preguntando a las personas si lo habían visto.
Estaba desesperado, debía besarlo en menos de 10 minutos o se derretiría y nunca más lo tendría.
Por favor, entiende, porque me gustas, debo de protegerte... protegerte de mí.
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