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Capítulo 14:

La sala de espera del hospital estaba llena de una tensión silenciosa mientras Hoseok miraba ansiosamente hacia la puerta del quirófano. Jimin había sido llevado para una cirugía de emergencia, y el corazón de Hoseok latía con fuerza, apremiando cada segundo que pasaba. A su lado, YoonGi, con su habitual expresión seria, intentaba concentrarse en un libro que no podía entender.

—No puedo dejar de pensar en eso —dijo Hoseok, rompiendo el silencio. Sus ojos se dirigieron hacia YoonGi, quien levantó la vista, claramente intrigado—. ¿Quién haría algo así? ¿Quién querría hacerle daño a Jimin hasta este extremo?

YoonGi cerró su libro, su mirada se tornó más seria. —Es una buena pregunta —respondió—. No es solo un accidente, Hoseok. Hay algo más oscuro detrás de esto.

Nampeng, la hermana de YoonGi, que había estado sentada en el otro extremo, se acercó. Su rostro estaba pálido de preocupación mientras se unía a la conversación.

—Jimin no tiene enemigos, eso es seguro —dijo Nampeng con seguridad— Sin embargo quien le hizo esto parecia estar ensañado con él

—Cada vez que pienso en ello, se me revuelve el estómago. —Hoseok se pasó la mano por el cabello, frustrado—. Deberíamos hacer algo. Necesitamos saber quién está detrás de esto antes de que vuelva a pasar.

YoonGi miró a su hermana y luego a Hoseok

. —Lo primero es estar aquí para apoyarlo. Él necesita saber que tiene a su familia a su lado cuando despierte. Pero, claro, también hay que hacer una investigación. Tal vez podemos hablar con su equipo de seguridad. —comentó YoonGi y Nampeng asintió, mientras continuaba rezando.

—Eso no es suficiente —dijo la chica en voz baja—. Necesitamos protegerlo. No puedo dejar que algo así vuelva a sucederle.

Unos minutos después, la puerta del quirófano se abrió, y un médico salió, su expresión revelaba una mezcla de cansancio y alivio.

—La cirugía fue exitosa —anunció el doctor—. Sin embargo, necesitará tiempo para recuperarse.

Hoseok sintió un soplo de aire salir de sus pulmones, y YoonGi se puso de pie, aliviado, aunque aún con una sombra de preocupación en su rostro.

—¿Podemos verlo? —pregunto

—Por supuesto. Sin embargo, les aconsejo que solo se queden un rato y no lo agiten. Está sedado, pero su estado es estable. —comento el medico

Mientras se dirigían hacia la habitación, Hoseok no podía evitar que su mente se aventurara de nuevo al misterio. La preocupación por Jimin era palpable. Había que averiguar quién querría hacerle daño, y una vez que Jimin estuviera a salvo, la búsqueda de respuestas comenzaría. Luego de una corta visita a JImin, YoonGi y Hoseok volvieron a la empresa para investigar un poco más el ataque que habia sufrido JImin en el estacionamiento.

La atmósfera en YStyle era tensa y sombría. YoonGi y Hoseok se encontraban en la sala de vigilancia, frente a las pantallas que mostraban las imágenes capturadas por las cámaras de seguridad. La angustia aún pesaba sobre sus hombros después de salir de la habitación de Jimin. El silencio en la sala estaba interrumpido únicamente por el suave zumbido de los equipos.

—Aquí está. —YoonGi apuntó a la pantalla, donde podían verse las imágenes del momento del ataque. La luz del día apenas iluminaba el estacionamiento, pero la cámara había capturado a los atacantes cuando se acercaron a Jimin, que se encontraba a punto de entrar en el edificio.

Hoseok sintió un nudo en el estómago al ver lo que había pasado. Los dos hombres en la pantalla estaban vestidos de negro, sus rostros cubiertos por pasamontañas. La imagen era espantosa y desconcertante, pero lo que causó un escalofrío en el corazón de Hoseok fue lo que sucedió a continuación.

—Mira, mira esto. —YoonGi se inclinó más cerca de la pantalla mientras la imagen se centraba en uno de los atacantes que sacó un papel. En un movimiento rápido, el hombre desenrolló el papel y se lo mostró a la cámara.

—¿Qué dice? —preguntó Hoseok, sintiendo cómo la ansiedad lo invadía.

—No lo sé todavía, déjame aumentarlo. —YoonGi ajustó la imagen, y las palabras en el papel comenzaron a hacerse más legibles. Hoseok se acercó cada vez más a la pantalla, con la respiración entrecortada.

Los ojos de Hoseok se abrieron como platos a medida que leía la amenaza: "Tu tiempo se acaba, Hoseok. Esto es solo el comienzo."

La sangre le heló las venas, un terror indescriptible se apoderó de él. La cámara había capturado la declaración como si estuvieran directamente apuntándole, y la expresión de Hoseok se hundió en el miedo y la incredulidad.

—Hoseok... —La voz de YoonGi era tensa—. Esto no puede quedarse así. Necesitamos hacer algo.

Hoseok apenas podía hablar, la confusión y el pánico se reflejaron en su rostro. —No entiendo. ¿Por qué? ¿Qué hice para merecer esto?

YoonGi colocó una mano en su hombro, tratando de transmitirle un poco de calma.

—No lo sé, pero eso significa que tenemos que investigar rápido y cuidar de nuestra seguridad. No podemos permitir que esto nos paralice —dijo YoonGi con firmeza

—Esto es inaceptable. —Hoseok respiró hondo, intentando tranquilizarse cuando la visión del papel seguía acosándolo—. No puedo dejar que sigan atacando a Jimin o a mis seres queridos.

Las imágenes en la pantalla parpadeaban, y Hoseok sintió que la determinación iba creciendo en su interior. Era el momento de luchar, no solo por Jimin, sino por su propia vida y la de aquellos a quienes amaba.

—Vamos a hacer lo que sea necesario. —dijo YoonGi, apretando su mano.

Mientras ambos se preparaban para salir de la sala de vigilancia, una nueva determinación brillaba en sus miradas: investigar, desentrañar lo que había sucedido y proteger a sus seres queridos a toda costa.

El temor llenaba el corazón de Hoseok mientras abandonaba la sala de vigilancia. Cada palabra de la amenaza seguía resonando en su cabeza, como si fuera un eco aterrador que no se disipaba. La realidad de estar embarazado lo atormentaba, y la preocupación por su bienestar y el del bebé que crecía en su vientre lo hacía sentir vulnerado. Cada paso se sentía más pesado, y su mente se inundaba de imágenes de lo que podría suceder si esa amenaza no era solo palabras vacías.

—Hoseok, ¿estás bien? —preguntó YoonGi, notando que su pareja se había quedado atrás, pero Hoseok forzó una sonrisa y asintió, aunque sabía que no podía engañar a su amado por mucho tiempo.

—Solo un poco cansado, creo. —intentó restarle importancia, pero la palidez en su rostro delataba su estado.

Cuando cruzaron el pasillo, se encontraron con Jungkook y su esposo, Taehyung, quienes estaban esperando en la entrada. Al instante, la mirada de Jungkook se volvió preocupada al notar la expresión de Hoseok.

—¿Qué sucede? —preguntó Jungkook, acercándose rápidamente. —No te ves bien, Hoseok.

—Voy a estar bien —replicó Hoseok, esforzándose por mantener la cordura, pero su voz sonó más débil de lo que hubiera querido. Sin embargo, no pudo ignorar el mareo que comenzó a apoderarse de él, y su visión se volvió borrosa. Taehyung, siempre perceptivo, se acercó y colocó una mano en su brazo.

—Debes sentarte. Te ves pálido. —dijo Taehyung

Hoseok intentó rechazar la idea, pero su cuerpo no lo escuchó. En un instante, el mareo se volvió más intenso, y un sudor frío comenzó a recorrer su frente. Antes de que pudiera reaccionar, perdió el equilibrio y empezó a caerse.

—¡Hoseok! —exclamó YoonGi, alzando los brazos para atraparlo justo a tiempo. El miedo se apoderó de su rostro mientras sostenía a su pareja con firmeza.

—Llama a un médico —dijo Taehyung rápidamente, su tono lleno de urgencia, mientras Jungkook se inclinaba para ayudar a estabilizar a Hoseok, cuya respiración se había vuelto irregular.

—Voy a estar bien —murmuró Hoseok, aunque su cuerpo lo traicionaba y la realidad de la situación comenzó a hundirse sobre él como un peso abrumador.

YoonGi miraba a Hoseok con creciente preocupación, sintiendo el frío sudor en su piel y lo frágil que se sentía en sus brazos.

—No te esfuerces, solo concéntrate en respirar —dijo, intentando infundirle un poco de calma.

Momentos después, el médico de la empresa llegó y comenzó a evaluarlo. Mientras tanto, Hoseok luchaba contra su miedo interno, consciente de que su preocupación no solo era por sí mismo, sino también por el pequeño ser que estaba esperando. La amenaza que había recibido pesaba sobre él, y en medio de todo el caos, su prioridad ahora era proteger a su bebé no nacido y a su hija Nytocris que para este momento estaba al cuidado de Taehyung y Jungkook

Continuara....

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