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Epílogo


⚠️ Advertencias⚠️
Se menciona brevemente la lactafilia; esta es la excitación por los pechos en periodo de amamantamiento, si les incomoda les invito a saltarse eso diálogos.

La puerta del departamento se abre y el rubio ingresa por esta, se quita su abrigo y sus zapatos en la entrada, poniéndose sus cómodas pantuflas.

— ¿Cómo te fue amor? — De la cocina sale su alfa; Esteban y se acerca a él para ayudarlo a terminar de cambiarse sus zapatos. — ¿Cómo se portó este precioso cachorro?

Esteban se inclina para besar los labios de su omega, baja hasta quedar sobre sus rodillas, para besar el  pequeño y abultado vientre del omega.

— Estuvo bien, la marca me dio algunos cosméticos de regalo y se comportó bien nuestro nene, me dijeron que en un mes más me llamarían para una campaña de maternidad. — Esteban se levanta y vuelve a besar a Francisco en los labios. — ¿Llegaste hace mucho, amor?

— No, llegue hace poco y la comida está en la estufa casi lista.

— Quisiera darme un baño antes de cenar, no nos gusta tener el olor de alguien más. — Esteban asiente.

— ¿Quieres que te prepare la bañera?— El omega niega con la cabeza.

— Yo puedo hacerlo amor, tú termina la cena.

El alfa asiente y dándole un último beso vuelve a la cocina, Francisco toma la bolsa de los regalos de la marca y se dirige a la habitación principal, no puede evitar mirar las fotos que cuelgan en el pasillo, son los momentos más especiales con sus amigos, familia y con su alfa.

Al llegar a la habitación ve como su nido sigue exactamente igual a como él lo había dejado y sonríe, su alfa es capaz de dormir en el suelo con tal de no incomodarlos, deja la bolsa en una silla, toma prendas limpias del mueble y se dirige al baño. Una vez ahí comienza a preparar todo para su relajante baño, no quiere tardar demasiado, mientras está recostado en la bañera no puede evitar observar el anillo que lleva en su dedo anular de la mano izquierda, era de un precioso color dorado, tiene grabadas por dentro las iniciales de su esposo y la fecha de su matrimonio, hace cinco años él había pasado de ser "Francisco Romero" a ser "Francisco Romero de Kukuriczka", sonríe ante ese simple pensamiento y por el movimiento que siente en su vientre sabe que su cachorro se emociona también.

Termina de ducharse y procede a hacerse toda su rutina, al terminar solo se pone la pijama que escogió -que más que pijama son prendas de ropa para estar en casa de su marido- y sale de vuelta a la cocina, donde Esteban ya sirve en la barra de la cocina la cena.

— ¿Qué hace falta, Estebi? — El omega se acerca al alfa  y le sonríe.

— Un precioso omega que se siente a comer lo que su alfa le preparó con mucha dedicación. — Esteban lo guía al banco de la barra y lo ayuda a sentarse. — pescado con un poco de arroz, se que los viernes son de pasta, pero dijiste que te revolvía el estómago la sensación de algo cremoso, no quiero que tengas malestar esta noche, Frani.

Francisco no puede evitar sonreír encantado por lo que Esteban dice; los malestares eran algo común en su estado y estaba comenzando a evitar comer o hacer algunas comidas, Esteban deja un suave beso en la unión de su cuello y hombros, justo donde está la cicatriz de su marca.

— Eres el mejor alfa de todos Estebi. — Francisco se inclina un poco y deja un beso en los labios de Esteban.

El alfa toma asiento junto al omega y comienzan a cenar, el mayor le habla de como estuvieron los ensayos de la obra en la que trabaja y que espera con ansias poder mostrar al público la siguiente semana, ambos recuerdan que tienen que surtir la despensa mañana y que tienen la cita con la doctora el próximo lunes.

— Juani me mando mensaje, dice que quiere celebrar el cumpleaños de Pipe, el domingo.

— Es algo pronto. — Ambos habían terminado de cenar y se encontraban lavando los trastes, Francisco lavaba-por que Esteban no lo pudo evitar por mucho que insistió-, mientras el alfa secaba y los acomodaba.

— Si, dice que quiere solo una pequeña comida con los amigos, sus padres y los de Pipe no pueden venir, además el con la nena no puede hacer mucho. — Esteban asiente ante las palabras de su omega.

— Bueno, decile que en lo que lo podamos ayudar nosotros lo hacemos encantados.

— Se lo dire, tenemos que buscar un regalo entonces, ¡ay, es verdad!, mire unos vestidos para Julieta y les tome fotos, — Francisco toma su teléfono y le enseña un par de fotos a Esteban.— ¿Cuál te gusta más?

— Frani, ¿Sabes que el regalo tiene que ser para Pipe y no para su cachorra? — Esteban no puede evitar reír y el menor le da un golpecito en el hombro.

— Ya se, no seas tonto, pero no está de más llevarle algo a Juli.

— El amarillo me gusto. — El omega sonríe y se acerca a besar a su marido. — Bueno, ya es hora de mi momento favorito del día.

Esteban toma entre sus brazos al estilo princesa a Francisco, quien suelta una carcajada al ver al mayor tan ansioso, se dirigen a la habitación y sin mover nada, el alfa deja al omega en la cama, justo el centro de su nido. Esteban se quita su ropa, quedando solo en ropa interior y se acurruca junto a su omega; que se quita el short de su marido que llevaba puesto junto con la ropa interior, quedando solo con la camiseta de el mayor puesta, debido a que con lo sensible que lo hacía el embarazo le gustaba llevar el olor de ambos pegados en su piel, pero tenía que permanecer con la camiseta puesta si no quería que su alfa le brincara encima a quererle hacer otro cachorro.

Entre charlas superficiales, besos y mimos ambos caen dormidos con el omega siendo la cuchara pequeña, sintiendo los brazos de su alfa cruzarse por debajo y sobre él hasta quedar sobre su vientre.


══ ══


A Francisco últimamente no le gustaba demasiado venir a hacer la compra, solía quedarse sobré pensando cosas en medio de los pasillos y terminaba más cansado de lo que debía por estar tanto tiempo de pie, como cualquier omega con algo de inteligencia no dudaría en abusar del poder que tiene sobre su alfa y hacerlo hacer todas las tareas domésticas que a él no le gustan, pero con el embarazo Esteban parecía más meticuloso y estricto con las cosas que se podían comer en casa, Francisco solo era un omega embarazado al que le encantaba cumplir sus antojos y seguir comiendo delicioso.

Entonces, ahí se encontraba, en medio del pasillo número seis en busca de los cereales perfectos, no quería los de fibra horribles que le dejaban seca la boca, pero tampoco quería esos llenos de azucares que harían que su bebito revoloteara en su vientre extasiado, tenía que escoger algo medianamente saludable y como Esteban no lo dejaba pensar lo había enviado a buscar el pan que le gustaba -no sin antes amenazarlo con que si traía de otro pan lo dejaría irse caminando a casa para que reflexionara sus actos-. Tomó su decisión y eligió esos aritos de manzana verde, canela y miel porque le recordaban al alfa de Matías -pero su marido no tenía que saber eso-, la caja estaba algo alta y maldijo el que su alfa no estuviera cuando necesitaba sus escasos centímetros de sobra, se estiró un poco más sin tener éxito, así que decidió esperar a su hombre recargado en el carrito de compras.

— ¿Necesita ayuda? — Francisco giró su cabeza a la derecha, miró a un chico más alto que el que le sonreía tímidamente, tenía los ojos azules y un cabello rubio ondulado, olía a limón y piña; era un alfa. — Puedo alcanzarlo si gustas.

— Ay, si por favor. — El alfa no espera otra palabra y se acerca a tomar el cereal, extendiéndoselo al de ojos verde. — Muchas gracias, eres un amor.

— No hay de que, yo encantado de...

El chico no pude terminar de hablar pues una tercera voz los interrumpe.

— Si, ya vimos que te encanta ayudar omegas ajenos. — Esteban abraza a Francisco por el vientre, pegándolo a su cuerpo y deja caer el pan en el carrito.

— No seas así Esteban, discúlpalo, quisiera decir que es el embarazo, pero siempre a pensado con el pene. — El chico sonrojado y oliendo abiertamente a incomodidad, solo hace una seña; restándole importancia.

— No se preocupe, no los molesto más, que pasen linda tarde.

— Adiós cielo y de nuevo gracias.

— Adiós. — Esteban prácticamente habla en un gruñido, viendo como el otro alfa se aleja. El alfa comenzó a restregarse en el cuello de el omega, en busca de dejarlo más marcado con su olor. — No me gustó como te miraba.

— Esteban, tienes veintinueve años, eres un alfa, un esposo y vas a ser padre, no puedes comportarte así, el chico solo quería ayudar. — Francisco intenta alejar al mayor.

— Hoy en día no es suficiente una marca y tu notable embarazo, los alfas ya no respetan.

— Esteban, escúchame. — Sus intentos de alejarlo fueron inútiles, el alfa escondió su cara en el cuello del menor y mordió superficialmente su marca. — ¡Esteban!

El tono de voz le hizo saber que ya no estaba jugando y al separarse pudo ver la mirada molesta de su omega, quien se intenta cubrir su marca con la ropa y empuja el carrito.

— Perdón, Frani no quise...

— Vamos a pagar ya, quiero irme a casa.

Esteban guardó silencio y obedeció a su omega, se había pasado, esos actos en el estado del menor eran algo muy íntimo que él omega prefería hacer en la comodidad de su nido, enseñar su marca a su alfa era mostrar su estado de vulnerabilidad, pensaba que sus celos posesivos habían quedado en la época de su universidad, pero con el embarazo parecía que su alfa y el no querían que nadie ajeno a su círculo se acercara a Francisco y a su cachorro.

El camino a casa fue igual de silencioso y no hicieron falta palabras para saber que él bajaría la compra sin ayuda, Francisco lo espero en el elevador, ambos subieron a su piso, el entrar y comenzar a acomodar las compras fue hecho en total silencio. Una vez hecho Francisco se dirige a la habitación y se deshace de su ropa para entrar a su nido, haciéndose bolita en el centro y acariciando su vientre.

Esteban como un cachorro regañado entra lentamente mientras toca la puerta. — ¿Omega?

El gruñido que suelta Francisco lo hace saber que su omega respondió a su llamado.

— ¿Puedo, omega?

— Si, alfa.

El mayor no necesita otra palabra y se despoja de su ropa, para entrar al nido, se quiere acurrucar detrás de su omega, pero este se levanta, Esteban sabe que quiere que se acueste de una manera específica, así que espera la indicación; Francisco lo hace sentarse apoyando su espalda en el respaldo de la cama y el omega se sienta de lado sobre el, apoyando su cabeza en el cuello del alfa, justo encima de su glándula y ambos cruzan su brazo al rededor del otro.

— Me molesto lo que hiciste, alfa malo.

— Lo se Frani, lo sentimos.

El omega asiente, extiende sus labios hacia el alfa y este no duda en complacerlo, se besan por un largo rato, disfrutan de estar juntos, desnudos y en la comodidad de su nido.

— No puedes hacer eso de nuevo Estebi, pobre chico, jamás va a ayudar a un embarazado de nuevo por tu culpa, por otro lado la última vez que hiciste una cosa así fue en la universidad, el "Chori" aun dice que sueña con tus gruñidos. — Francisco ríe al ver a su marido rodar los ojos.

— Benja es un ridículo que disfruta de tu atención y no se, solo sentimos que ese alfa era una amenaza, estaban cómodos hablando y no lo conocíamos de nada, yo solo quiero cuidarte a ti y a nuestro bebé. — Esteban acaricia el vientre del menor con cariño.

— Nos cuidas de muchas maneras amor, pero esa no es la correcta, créeme si antes un alfa no quería notar mi marca, mi marca y mi anillo, ahora si notaran mi marca, mi anillo y mi embarazo.

— Le rezo a la luna todos las noches por eso.

Ambos ríen y pasan el resto de la tarde ahí acostados contra el otro, como Francisco supone al estar desnudos y en su nido, entrada la noche Esteban no tarda en quererle enseñar como se hacen los bebés por si no le había quedado lo suficiente claro y él se deja hacer, su lobo parece necesitarlo.


══ ══


Domingo por la tarde ahí estaban los dos en la casa de Pipe y Juani, estaba un poco retirada de la ciudad, debido a que con el embarazo y nacimiento de su bebita el omega se sentía un poco agobiado con la ciudad y con el hecho de que sería más común que sus fans lo reconocieran en un día a día, Juani no quería exponer a Julieta a las cámaras y había gente que no respetaba esas decisiones.

Como imaginaron si fue algo pequeño -si se le podía llamar así a la mayoría de sus amigos reunidos en un patio-, era un asado en el cual Esteban tuvo que hacer casi todo con ayuda de Enzo y Fernando, no parecía justo que el cumpleañero se ensuciara en su día especial, en una mesa frente a la puerta estaba la tarta y los regalos que los invitados llevaban. A la orilla de la piscina tres omegas conversaban animadamente.

— ¿Aun sigues con vómitos Fran?, ya es tu quinto mes. — Juani tomaba de su vaso y comía algunas papitas de la mesa cercana a la pequeña sala exterior que tenía por la zona de piscina.

— La doctora dijo que era normal, no son ascos matutinos o mareos como los primeros meses, solo mis papilas gustativas están más sensibles. — Francisco acariciaba suavemente su curveado vientre.

— Me parece increíble que ustedes dos ya se lograran reproducir. — Matías murmura entre dientes, no negaba que pensaba constantemente con la idea de tener cachorros, pero su alfa, siendo el alfa que era y del cual se enamoró, casi buscaba la planificación perfecta para procrear un hijo. — Yo estoy que golpeo a Enzo cada que me dice: "si te embarazo hoy el cachorro podría salir así o así ", aveces solo quiero follar y con que el bebé nazca sano es suficiente para mi.

Los otros dos omegas ríen al escucharlo, era sabido que Enzo se tomaba muy enserio las cosas; su familia era así, incluso Matías tuvo que esperar a la noche de bodas para obtener la marca de su alfa.

— No importa como sea, si es como Juli; se va a arrepentir. — Todos ven a la cachorra que duerme en los brazos de su padre alfa, mientras esté habla con Blas y Valen.— Se enoja cada vez que Pipe se acerca a mi y hace pataleta cada que me besa.

— Yo siento que serían lo contrario, estarían pegados a Enzo todo el día, a mi me gusta estar así y seguro que a mis inexistentes cachorros les fascinara igual.

Siguen charlando hasta que una voz más se les une. — ¿Está es la reunión de omegas preñados? — Ramu se acerca a ellos y todos lo saludan, el embarazo de el no fue algo para sorprenderse, después de la prematura marca y la apresurada unión a la que tuvieron que llegar, que su primer cachorro llegara solo dos años después no fue sorpresa para nadie, al igual que no lo era la nueva curva en el vientre de Ramu.

— Ese Parga, no pierde tiempo ¿eh? — Juani habla una vez que Felipe se sienta junto a Mati.

— Julián cumplió cinco años al inicio del año, pensamos que ya era hora y lo fue. — El omega no pudo evitar dejar salir su aroma de la emoción y todos sonríen al sentir el dulce olor a pera con jazmín.

— ¿Cuántos meses tienes, Felipe?

— Dos meses y medio.

— ¿Cómo? Si casi tienes la barriga como yo la tenía el mes pasado. — Los omegas lo ven confundido y él suelta una risita.

— El doctor dijo que son dos. — Los omegas celebran y abrazan al Felipe, emocionados por la noticia — ¿Sigues sin saber que es tu bebé, Fran?

— Decidimos que queremos que sea sorpresa. — Felipe asiente ante las respuesta de Fran.

Los cuatro siguen charlando sumergidos en su burbuja que no notan la mirada de sus amigos y respectivos alfas sobre ellos, felices de ver a los primeros omegas con hijos y embarazados de la manada que crearon.

— ¡Papá, papá! — Ema rápidamente toma a su hijo en brazos, es un pequeño cachorro de cinco años con su cabello castaño y ojos cafés inocentes como los de su omega.

— ¿Qué pasa bichó?

— El tío Pardella de nuevo me quiso llevar a su casa y yo no quiero, quiero irme con papá Feli. — El cachorro se aferra a los brazos de su padre y los demás sonríen ante las palabras del niño.

— Yo te llevo Julián, ya es hora de que esta preciosa tome su leche igual. — Pipe se acerca al niño en brazos de su padre, el pequeño lo mira un par de minutos y a la cachorra en sus brazos y asiente, aceptando que lo lleve.

— Hablando de leche, Esteban ¿Fran aún no comienza con leche? — Emma toma una cerveza de la mesa y mira al alfa.

Esteban lo ve confundido, pero igual contesta. — Ya comenzó con la incomodidad, la doctora nos recomendó unos masajes para optimizar y que la incomodidad pase rápido.

— Tendrá que comprarse ropa interior especial, ¿verdad? — Enzo es el que habla ahora.

— Si, puedes escribirlo en tus notas del teléfono para cuando decidas ser padre. — Blas se ríe del comentario de Esteban y Enzo solo rueda los ojos.

— Si esperas tener todos los tips y trucos, tendrás tu primer cachorro cuando Julián se gradúe de la universidad y ni siquiera eso te asegura que todo eso que anotas te sirva Enzo. — Santi le acaricia la espalda al alfa en forma de consuelo después de decir eso.

— Bueno, igual no es tan necesaria la ropa "especial", Kuku. — Todos vuelve a mirar a Parga. — Siempre puedes tomarte tu la leche que el cachorro no necesite.

Ema ríe y todos comienzan a quejarse de la información de más que soltó.

— Que asco. — Santiago lo ve con desagrado y Ema solo le guiña un ojo.

— Ya que tengas a Blas ahí me dices si sigues sintiendo asco. — Santi gira los ojos.

— Voy a ir con Agus y Pau. — El omega se va y deja de nuevo a los alfa solos.

No era común en estos días que el alfa tomara leche del omega, solía hacerse en las manadas primitivas, se creía que aportaba nutrientes al alfa del omega que lactaba, hoy en día no era tan común y con las nuevas maneras de la conservación de la leche de los omegas era algo de lo que no se hablaba mucho.

— Si Santi no oliera tan lindo, yo pienso que es un beta.

— Ya déjalo Ema, él es así y a nadie molesta.

— Ya, ya Emanuel se disculpará con Santi, siempre lo hace. — Enzo da por terminado el asunto y siguen con simples charlas.

El asado sigue, le cantan el cumpleaños feliz a Pipe, abre sus regalos y toman fotos para inmortalizar el momento, la parte favorita de todos fue cuando querían tomar una foto familiar; Julieta al ver que su padre alfa estaba abrazando y besando a su papá omega comenzó a llorar, no dejó de hacerlo hasta que la atención del omega estuvo puesta solo en ella.

Esteban y Francisco estaban de regreso en su departamento, ya duchados y recostados en su nido, el alfa masajeaba amorosamente los pies de su omega, mientras este hacía los masajes que la doctora le había indicado en sus hinchados pechos.

— Ema dijo algo curioso hoy, acerca de la lactancia. — Esteban sigue masajeando a su omega y lo ve desde su lugar.

— ¿Qué cosa?

— No lo dijo explícitamente, pero dio a entender que Feli no solo amamantó a Julián y probablemente no solo amamante a sus dos nuevos cachorrros. — Francisco mueve sus pies indicándole al alfa que es suficiente y Esteban rápidamente se recuesta junto a él, viendo como sigue masajeando su pecho.

— Ah, si, Juani dijo que Pipe también lo hace, dice su alfa espera que la cachorra se duerma y le vacía el otro pecho. — El omega ve a su alfa, pero sabe que este tiene su mirada fija en sus manos, no pierde la oportunidad y comienza a masajear más lento sus pechos. — Pareces interesado en eso, alfa.

— ¿Tu lo estás también? Es que Santi nos juzgó un poco cuando mencionamos el tema. — Esteban toma el otro pecho de su omega y lo ayuda a masajearlo.

— Sabes que lo de Santi es complicado, aún no puede abrazar por completo a su lado omega. — Francisco se acomoda mejor, cerca de su alfa y toma la otra mano ajena dirigiéndola al pecho que el masajeaba antes.

— Lo se. — El alfa besa el cuello de su omega y lo escucha gemir por lo bajo. — Omega.

Francisco solo puede gemir en respuesta y muestra más su cuello, dejando ver su rojiza marca.

Alfa, alfa cachorros. — No puede evitar gruñir al escuchar la vocecita de su omega.

¿Cachorro?, ¿Quieres otro cachorro, precioso? — El lloriqueo necesitado de su omega es todo lo que recibe, sigue masajeando los pezones de su omega y besa su cuello.

Cambia las posiciones, con cuidado deja al omega con la espalda contra el colchón, besa sus labios y baja una de sus manos acariciando el abultado vientre en el camino hasta llegar a la entrepierna del omega quitándole su ropa interior y releva su mano por su boca dejando un camino de besos por su cuello hasta su pecho, comienza a besar, morder y succionar el rosado pezon, mientras con su mano comienza a masturbar a su omega.

Ah, Estebi, a-alfa. — Esteban no dejó de masturbar a Francisco, bajo su otra mano y tanteó con sus dedos superficialmente su entrada.

— Estas tan mojado, mi omega ¿Me quieres aquí, amor? — Francisco solo responde en gemidos y necesitados lloriqueos, el alfa no dejó de estimular sus pezones con su boca, seguía masturbándolo y introdujo dos dedos en el interior del omega.

¡Alfa!, alfa. — Francisco se aferra a las sábanas y se retuerce en busca de más contacto, el alfa comienza a mover sus dedos en el interior del omega y después de un par de minutos el omega se viene en su mano, mientras el lubricante natural de su entrada cae al colchón. — Alfa...

El murmuró tembloroso el omega, lo hace levantar su rostro y mirarlo a la cara. — ¿Todo bien amor?

Francisco asiente con la cabeza, aún agitado por su resiente orgasmo. — Más, más alfa.

— Todo lo que ordenes, precioso. — Esteban se quita su propia ropa interior y acomoda al omega de lado, en el segundo trimestre era la única forma en la que podían disfrutar sus sesiones de sexo sin sentir molestias o que lastiman al bebé en el vientre del menor, se recuesta atrás del omega haciendo el de la cuchara grande y se introduce lentamente en el interior del omega, con su mano ayuda a Francisco a levantar su pierna izquierda, para poder entrar mejor en el.

Tan apretado, ¿Te gusta así, Frani?

— Si, si alfa, muévete alfa, por favor. — Esteban no dejó pasar el detalle que era el lobo de Francisco y él mismo Francisco hablando juntos, ambos querían una sola cosa al parecer.

No quiso hacer esperar a su omega y comenzó a moverse, al principio quería ir lento disfrutar del momento, pero tanto él como su omega querían lo mismo, Francisco era una bola de gemidos, lloriqueos, de su boca solo salían las palabras "si" y "alfa" temblorosamente. Las embestidas eran rápidas, buscando el punto dulce del omega que solo se aferraba a las sábanas y al cabello del alfa, Esteban tenía su cabeza escondida en el cuello de Francisco, justo dónde su glándula y su marca estaban.

Ah, ahí alfa, ahí...ah. — No tardó en obedecer, embistiendo fuertemente el lugar que sabía que enloquecía al menor, gemidos descontrolados y ruidosos del omega le confirmaron lo bien que se sentía, solo hicieron falta unas cuentas embestidas más para que Francisco terminara en medio de un grito lleno de placer, dejando caer su cabeza hacia atrás, con los ojos en blanco y mostrando su cuello, Esteban al sentir su orgasmo llegar muerde la marca del omega de nuevo y da una última estocada profunda para que sus fluidos y su nudo llenen al menor.

Agitados ambos intentan recuperar su respiración, el alfa lambe suavemente la renovada marca y deja pequeños besos en ella.

— No puede ser que tengamos sexo dos noches seguidas, estoy embarazado Estebi, eso no es normal.

— Solo imagina las veces que no lo vamos a hacer por el nene que viene en camino.

— Bueno, siempre podemos echarnos un rapidín. — Francisco ríe y Esteban besa su mejilla, una vez desinflamado el nudo intenta salir del interior del omega. — No, déjalo adentro alfa.

Esteban asiente ante las palabras del menor, si alguien le pregunta culparía al embarazo, pero la verdad es que él jamás había sido capaz de negarle algo al omega, se acomoda un poco mejor y comienza a dejar besos en la cabeza de Fran, a los pocos minutos ya están completamente dormidos, ambos desnudos, viscosos y felices.

aHORA SI

FIN

Holaaaaa, ojalá les guste mucho este epílogo de mi primera historia, esta larguísimo la verdad, pero me emocione mucho escribiendo, quería que tuvieran un poquito de todo lo que paso y salió esto.

Muchas gracias por leer mi historia, por comentar y votar, me siento muy feliz y agradecida con ustedes, sigan esperando esos extras que les juro que si van a salir.

Cualquier duda, comentario o corrección o duden en comentármela, l@s tqm 🩵🧚🩵.

Tmb pásense por mi otra historia que es igual de Esteban x Francisco, ily.

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