Bakugo es probablemente la persona menos sorprendente, cualquier aspecto que vaya fuera de lo normal está bajo su mirada, ¿será por eso que lo descubrió a pesar de tener casi la skin de un npc?

Ahora debe de responder su pregunta, así que abre la boca para decir—. Estoy de compras.

Parece relajado, desvía la mirada un segundo y vuelve a sorber de su bebida. Kirishima extiende su sonrisa con un ligero sonrojo sobre sus mejillas—. El príncipe de la UA hace lo que cualquier mortal al parecer.

¿Príncipe? No lo entiende, tampoco que Bakugo esté sonriendo por esa afirmación, a gusto de estar cerca de Kirishima. No lo esta entendiendo, ¿es una especie de mensaje oculto? ¿Qué es lo que ocurre? Aquello se le escapa de su entendimiento.

—Andando Kirishima, no te libras de comprarme lo que prometiste. —La mano de Bakugo cae sobre la del pelirrojo, atrayéndolo mientras avanza lejos de él. 

—Ah, sí... ¡nos vemos en clase, Todoroki! —se despide entre sonrisas el pelirrojo, caminando a un lado del rubio que acepta soltarse las manos para que pueda poner su brazo encima de sus hombros.

¿Qué mierda le sucede? ¿Cree que por estar cerca de Bakugo tiene permitido ser tan confianzudo? Es su maldito amigo, no tiene derecho a actuar como un novio, es más, ni siquiera puede ser considerado uno cuando... cuando... ¡Algo pensará, pero Bakugo no puede simplemente dejarlo ahí como si nada para hacer lo que sea que sea que irá a hacer con Kirishima! ¿Qué mierda quiere comprar? Duda que Kirishima pueda tener algo más de diez mil yenes en el bolsillo. ¿Acaso Bakugo olvida que es hijo de Endeavor? ¡Por favor, tiene una tarjeta negra para él solito, no hay necesidad de hacer compras si para eso ya están las de servicio! Si quiere que alguien le compre algo debe de ser él, no Kirishima que aun con todo el esfuerzo de su vida equivaldrá a la fortuna neta de los Todoroki, ni siquiera a las malditas sandalias de Fuyumi.

No le gusta, es desagradable estar tan molesto, quizá por ello sus pies se mueven sin contratiempo, avanzando hacia el par que se dirige a la tienda de ropa inte...

¡¿Ropa interior?! ¡¿Qué clase de relación tienen esos dos?! ¡¿Relación?! No, no, no. Ellos no tienen una maldita relación.

Inmediatamente toma una fotografía de esos dos en el lugar, sosteniendo... ¡Dios, sí son bóxers!

"¿Kirishima hizo algo como para tener que comprarle bóxers a Bakugo?"

Envía a Midoriya que al toque lo ve, pero no contesta.

Qué grosero.

"Oye, responde."

"Ah, perdón, no saludé."

"Buenas tardes Midoriya, ¿sabes si Kirishima le debe ropa interior a Bakugo?"

"¿Bajo qué contexto le debe ropa interior?"

Mas no responde. Increíble, qué amigo.

Desde ahí puede observar a Kirishima saliendo del lugar para atender lo que parece ser una llamada. Bien, es el momento perfecto para entrar, algo que no dura demasiado porque apenas tiene a Bakugo a unos centímetros lo jala del brazo. 

—Es momento de irnos. —Su voz sorprende al rubio, quien se extraña al verlo otra vez, igual pudo pensar que se trataba de Kirishima porque lo tomó por detrás.

—Oye, qué mierda te sucede, suéltame. —Mas no hace el intento de apartarlo a pesar de sus peticiones.

No puede permitir que continúe saliendo con Kirishima, no le gusta. Es obvio que lo haría perder su tiempo, ¿Quién contesta una llamada de alguien más cuando estás saliendo con Katsuki Bakugo? Un completo idiota, Kirishima no tiene idea de con quién está saliendo, alguien como Bakugo no merece dejarlo cinco segundos solo porque te lo pueden robar.

No tiene tiempo para pensar en lo que está sintiendo o en qué es ese malestar que está en su pecho, sólo quiere alejarse lo más que puede de ese sitio para que Kirishima no pueda encontrarlos.

***

Mucho tiempo sin aparecer. Murió el perrito que cuidaba y desde entonces he estado muy decaída, también he tenido demasiados problemas personales que estoy resolviendo lentamente.