–Sunghoonie... Quita esa cara de susto ¿Qué acaso me veo tan mal?–

Hace un puchero y baja la mirada, su rostro refleja que se encuentra realmente preocupado y anticipando mi respuesta "¿Verse mal?" .

Eso es imposible, de todos los días en los que he tenido el privilegio de despertar a su lado, este es uno en los que mejor se ve.

Los rayos del sol bañan su acaramelado tono de piel dejando rastros dorados por su paso, su cabello negro ondulado cae por su perfecto rostro cuyas mejillas están sonrojadas haciendo que se vea vulnerable, sus labios son una invitación a lo prohibido al verse incluso más rojos e inflamados.

Armado de valor, levanto con cuidado su rostro buscando que nuestras miradas se entrelacen, nos quedamos en esa posición por unos cuantos segundos y le aseguro...

–Jamás, jamás te verás mal a mis ojos, Yoonie ¿Pero no entiendo... Qué pasó?–

Sonríe tímidamente y baja la mirada avergonzado sin retirar mi mano de su rostro, al parecer mi contacto no le molesta y ese simple hecho envía descargas de energía que recorren todo mi cuerpo.

–Llegaste en muy mal estado, me fue casi imposible ayudarte a caminar y yo, yo... No podía dejarte solo, me preocupaba cómo pasarías el resto de la noche y decidí que lo mejor sería velar tu sueño y que te recuperes en mi departamento–

Ahora el avergonzado soy yo, lo último que necesitaba era verme tan miserable y patético, lo único que necesitaba era que Jaeyoon me tenga lástima, "Sólo espero no haber dicho o hecho algo incluso más estúpido".

–Lo siento mucho, no quise preocuparte y mucho menos causarte problemas, lo que menos quiero es ser una molestia–

Jaeyoon me sorprende arreglando los mechones de mi cabello con mucho cariño, me mira con comprensión y con un dedo sella mis labios evitando que siga con mis disculpas lastimeras.

–Tú harías lo mismo por mí Sunghoonie–

Intento acercarme a él para darle un abrazo pero una almohada se encuentra en mi camino, Jaeyoon nota inmediatamente el cambio de ánimo en mi rostro y no puede evitar inquietarse buscando inmediatamente darme una explicación...

–Lo siento, tuve que ponerla entre nosotros para que ambos recordemos que pasamos la noche con un extraño, ¿Te imaginas lo incómodo que eso sería? Despertar de repente y al lado de alguien que...

–Alguien que no se supone debería estar a tu lado– termino la oración con la voz temblorosa.

"Me auto compadezco, una daga en el corazón no dolería tanto"

"¿Qué tan patético puede verse mi rostro en este momento?"

Lo primero que Jaeyoon hace es retirar la almohada que nos separa y me abraza hundiendo su rostro en mi cuello así como lo hizo hace unos días en mi departamento...

Se aferra a la remera blanca que supongo me prestó para dormir y nos quedamos en esa posición en silencio, lo abrazo por la espalda y no, no quiero incomodarlo bajando la ubicación de mis manos hacia su pequeña cintura, ya le he causado muchos problemas y tengo miedo de que este momento perjudique todo lo que hemos avanzado como "amigos" en este poco tiempo, "¿En qué demonios estaba pensando?"...

–Si hice o dije algo que te ofendió o molestó lo lamento mucho, no estaba en mis cabales, creo que acumulé demasiadas cosas y beber hasta ese punto fue irresponsable de mi parte, pero necesitaba un escape–

Rompo el silencio completamente apenado, siento cómo la ansiedad vuelve a apoderarse de mi cuerpo al recordar todos los pensamientos basura que anoche invadieron mi mente.

Aún tengo dudas sobre las intenciones de mis amigos, aún me pregunto porqué no intentaron ayudar a Jaeyoon a recordarme, a recordar lo nuestro, "¡Dios! Estábamos planeando casarnos".

Incluso llegué a pensar en hacer lo peor y terminar con mi vida, si, desaparecer de este mundo en el que parece salgo sobrando...

–Dijiste algo que me hizo sentir muy triste, quizás no lo recuerdes pero ambos lloramos por un buen rato, recordar ese momento de asusta y me preocupa–

Escucharlo decir eso y mucho más en ese tono hace que me cueste cueste tragar y de pronto siento la garganta seca y rasposa "¿Habré sido capaz? ¿Le hablé del accidente? ¿Le habré hablado de nosotros?".

–¿Qué te dije? Y-o, yo lo siento mucho–

Jaeyoon levanta el rostro y puedo notar sus ojos cristalinos, me siento como la peor basura al verlo aguantando las ganas de llorar y todo es por mi culpa, suspira profundo y finalmente se anima a repetir las palabras que dije y son las culpables de su actual estado...

–Me prometiste que te alejarías de mi y que te irías para no volver, me prometiste que me dejarías seguir con mi vida, me prometiste que ya no serías una molestia y que nunca más volvería a saber de ti, que de aquí a un tiempo tu recuerdo sería com un mal sueño o una pesadilla–

Ambos empezamos a lagrimear en ese momento y esta vez no me interesa cuidar la posición de mis manos y acerco a Jaeyoon hacia mi cuerpo.

–¿Por qué tendrías que prometerme algo así? ¿Por qué piensas que tu presencia me molesta?–

–...Yo, no sé que decir o hacer para compensarte por hacerte pasar ese mal momento...– Jaeyoon me mira fijamente y me dice entre sollozos...

–Prométeme que no irás a ningún lado, prométeme que estarás presente en mi vida porque no puedo perderte, prométeme que no llegará el día en que seas sólo un recuerdo o un sueño–

–Lo prometo Yoonie–

–Yo te prometo lo mismo Sunghoonie, no podrás deshacerte de mi tan pronto–

Ambos sonreímos y nos quedamos mirando, Jaeyoon seca las lágrimas que corren por mi rostro y yo hago lo mismo con las suyas, nuestras miradas vuelven a entrelazarse y poco a poco deambulan por cada detalle de nuestros rostros hasta que se posan en nuestros labios "Al diablo con todo y todos".

Acaricio con el pulgar derecho su labio inferior y él no opone resistencia, Jaeyoon acerca su rostro al mío y puedo sentir su respiración cada vez más cerca, ambos lo queremos, ambos lo deseamos y necesitamos, ya tendremos tiempo para pensar en las consecuencias, sólo un poco más...

El sonido del timbre seguido de unos golpes en la puerta evita que suceda lo que parece ambos estábamos deseando desde hace un tiempo y el rostro pálido y asustado de Jaeyoon me alertan sobre quién podrá estar del otro lado de la puerta.

–Y-o no sé quién podrá ser a esta hora...

Nao, odio las situaciones impertinentes como esta, gracias por leer y apoyar la historia, hasta el lunes❤️🌻🥰