Jungkook colocó una fotografía más a la pared que tenía desalojada o bueno...eso fue cuando había llegado por primera vez al departamento. En ella había demasiadas fotos de Amélie en diferentes ángulos y algunas, sacadas de sus redes sociales. ¿Así de obsesionado estaba con ella? Si, así es. Jungkook era un total loco. Aunque él no lo viera de esa forma, parecía que era muy normal tener fotos de ella pegadas en una pared. Le encantaba ver a la chica sonriendo y haciendo cualquier otro gesto facial.

Algo parecía notarse raro dentro de las imágenes pero no entendía muy bien de que podría ser. Se encogió de hombros dándole igual y siguió verificando las historias de Instagram de Amélie. Al parecer ahora mismo se encontraba con Taehyung, lo cual eso le molesto demasiado, le hervía la sangra cada vez que los veía juntos. ¿Que tenía él que Jungkook no? Eso se lo preguntaba constantemente. Era guapo, claro. Entonces...no entendía porque no se fijaba en él. La siguiente historia era dedicada a ese compañero que habían encontrado a unas cuadras de la universidad, aún no daban con el responsable de semejante barbaridad pero a Jeon le daba igual porque no era su asunto y además no lo conocía, según sus palabras y pensamientos. Aunque claro, fue horrible lo que sucedió, eso lo tenía presente. Temió un poco por su vida al pensar que era muy probable que un asesino serial ande suelto.

—¿Por que tienes que ser tan preciosa?—Se preguntó así mismo pausando la historia en el momento justo donde Amélie había colocado una fotografía de ella. La chica sonreía y detrás de ella se encontraban algunas personas con algunos cuadros de pinturas, parecía estar en un museo. Inmediatamente pensó en Taehyung, sabía que a ese chico le fascinaban ese tipo de temas y demás que a él  no le interesaban.

Pasó su lengua por el interior de sus mejillas chocándola contra sus paredes de esta, lanzó el móvil hacía la cama y dio grandes zancadas para llegar al balcón del departamento. Necesitaba un poco de aire antes de cometer alguna tontería.

Por otro lado, Taehyung y Amélie la pasaban de lo mejor estando en un museo precioso que tanto le gustaba al chico. Solía visitarlo constantemente y cada vez se sentía como la primera vez, descubriendo y tratando de entender el significado que los pintores plasmaban en sus pinturas, era una total incógnita. Kim sonreía mucho más grande debido a que Amélie lo acompañaba, es decir, siempre deseo visitar sus lugares favoritos acompañado de ella. Debía tener en cuenta era mejor apresurarse antes de que otro chico tomara su lugar. Si, a Taehyung le gusta Amélie. O mejor dicho, le encanta. Desde que la vio por primera vez entrando al instituto tan radiante, notó que debía acercarse de una u otra forma. ¿Y quien no querría aquello? Todos los chicos la seguían y solían asfixiarla con tantas propuestas...que ella rechazaba. Ciertamente, le tenían demasiada envidia a Namjoon quien es mejor amigo de Amélie. Y claro, ¿como no? Si ella lo llevaba a todos lados, nunca se separaban, solía tratarlo de una manera muy linda y demás. Kim Namjoon tenía mucho y no lo sabía, según los comentarios de los demás estudiantes masculinos de la universidad.

Taehyung acomido un poco su boina y después su saco de color marrón, empujó sus gafas con su dedo índice y miró a Amélie. La chica volteó al sentir la mirada colocada en ella, eso la puso muy nerviosa aunque no se notara.

—Eh, Amélie. Tengo algo importante que decirte, solo espero que salga bien—Su voz fue firme lo cual agradeció por que los nervios lo consumían al paso de los segundos, mordió un poco su labio inferior y tomó la mano de Amélie para llevarla a un lugar del museo más solitario. Mientras tanto, la chica admiraba las construcciones muy preciosas aunque las haya visto mil veces.

—¿Y bien? ¿Que sucede?—Preguntó ella, en cuanto se detuvieron. Fue en la sección favorita de la chica, todo declarado de un azul con dorado. Muy elegante. Parecía a la casa de sus padres.

—Me gustas, Amélie. Desearía tanto que seas mi novia, desde que te vi, me has llamado la atención por completo. No miento en esto, de verdad. Es por ello que decidí traerte a Louvre, es uno de mis favoritos museos y se que el tuyo también—Soltó como si se tratara de una bomba, la chica estaba a punto de soltar un grito pero por supuesto que no lo haría enfrente de él y de las demás personas que empezaban a entrar a la sección. Ella sonrió muy en grande, mostrando sus perfectos dientes blanquecinos y decidida a hablar también.

—Esto es tan...wow. No puedo creerlo, quiero decir, me gustas desde mucho tiempo Taehyung. Pensé que nunca te fijarías en mí o algo parecido—Soltó una pequeña risita por lo bajo a lo cual Kim sonrió y la estrechó entre sus brazos.

—Entonces, ¿que dices? Prometo cuidarte, protegerte, apoyarte y claro, darte mucho amor.

—Hey, esto no es una propuesta de matrimonio. Pero está bien, acepto Kim Taehyung—Pasó sus brazos por al rededor de su cuello, después, el chico acercó sus labios a los de la chica que se encontraban muy gruesos con una tintura en color rojo y un poco de gloss. Corto la distancia entre los dos y la besó. No fue la primera vez, pero se sintió como tal.

Ellos empezaban su felicidad siendo novios, lo que tanto querían desde hace mucho tiempo. Se sentían de lo mejor, tantos sentimientos mezclados en aquel beso, sabía que era el lugar correcto. Pero por otro lado...Jungkook había llegado al museo, con discreción miró a los novios besarse. Por un momento deseo ir corriendo hacía ellos y separarlos, tal vez golpear un poco a Taehyung y quedarse con Amélie. Pero esto no se trataba de una película o novela. Lo que si sabía es que en cualquier momento tendría a la chica entre sus brazos, quiera o no.

Sonrió de lado, su mirada estaba plasmada en aquellas dos personas que ya se habían separado un poco. La sonrisa que tenia Taehyung en su rostro le causaba una furia enorme y deseaba tanto deshacerla a golpes. O bueno, aquello era muy probable. Jungkook se dio la vuelta para salir del lugar e irse de casería.