El castaño se levantó con un intenso dolor de cabeza, no recordaba con certeza lo que había pasado la noche anterior así que se tomó unos minutos para tratar de recordarlo mientras se levantaba de su cómoda cama, pero el sueño que había tenido eclipsaba totalmente sus pensamientos.

-.....ha sido lo más raro que he soñado con diferencia- admitió recordando cada detalle mientras aún podía.

En su sueño, había un demonio de aspecto entre humano y ciervo, de tez gris, ojos en distintos tonos rojos y cabello rojo con detales negros, se parecía peligrosamente a él. Dicho demonio terminaba de arreglarse cuando llamó con un silbido a una sombra mientras se acomodaba un monóculo, la sombra traía un reloj que marcaban las 13:59. El castaño recordó, estremeciéndose, la voz cargada de estática diciendo

 -justo a tiempo....recuerda, es 3 de abril de 90 años después de tu muerte...- inmediatamente después miró al punto desde donde veía Alastor y rio como si supiera y entendiera absolutamente todo lo que le rodeaba, desde la fina seda que formaba sus cortinas hasta el ser durmiente que observaba los breves momentos de su día.

El demonio se desvaneció junto a la sombra  de una misteriosa manera y reaparecieron en un elegante comedor, en mitad de este había una mesa de una elegante madera casi negra, cubierta por un mantel blanco sobre el que descansaban un candelabro de oro con sus velas encendidas, dos platos, cubertería de plata y una rosa roja sobre uno de los platos. Dos sillas del mismo tono que la mesa pero decoradas con un cojín reposaban al lado de la mesa, una vacía y otra ocupada por el mismo diablo, quien le esperaba con una copa de vino y una sonrisa amplia al verle aparecer, bien vestido como siempre

-ya pensé que no vendrías querido- reprochó, bromeando, al demonio que se acercaba al ser de tez blanca.

Era muy diferente a como Alastor le veía siempre, su sorpresa fue mayor cuando vio al de cabellos rojos y negros juntar sus labios con los del gobernante del infierno con dulzura al otro. Antes de despertar escuchó una voz que no reconoció

-recuérdalo- susurró 

Cuando Alastor se giró vio la sombra que le miraba con una expresión amable, sustituía la amenazadora expresión que, al parecer, usaba normalmente, esta tan solo rio, chasqueó los dedos y el castaño despertó

El locutor rio por lo estúpido que le parecía su propio sueño, negó con la cabeza y se levantó de la cama. Las pisadas de los descalzos pies del locutor se escuchaban levemente yendo hasta el armario una vez más, mientras se terminaba de vestir recordó que al día siguiente moriría, pero el sentimiento de ansiedad duró tan solo unos momentos.

-...tal vez me de tiempo- susurró para si mismo y fue a su libraría personal

Esta ocupaba una habitación entera y muy amplia, subió por una escalerilla móvil hasta llegar a los más altos y polvorientos estantes, agradecía no tener vértigo mientras buscaba un libro de rapas verdes y lomo dorado. Tardó unoso10 minutos en encontrarlo, cuando lo hizo, lo sacó con cuidado de su "prisión" y bajó con cautela la escalerilla.

Una vez abajo le quitó el polvo de un soplido y encendió la radio mientras empezaba a buscar la página correcta

-ladys and gentelman...today the police opened the letter left yesterday by the famous killer, the soul reaper. The letter read: "tomorrow night I will disappear completly from this world, my last killing will be this night, but I will have mercy as I feel generous. Anyone who listens to Jazz tonight will be saved from my knife, it's a promise. The soul reaper"...For the safety of everyone, both the police and our network ask that tonight hear Jazz at full volume, that's all for now- comunicó la radio

(damas y caballeros...hoy la policía abrió la carta dejada ayer por el famoso asesino "el segador de almas". La carta decía así: "mañana por la noche desapareceré por completo de este mundo, mi última masacre será esta noche, pero tendré piedad ya que me siento generoso. Cualquiera que escuche Jazz esta noche, se salvará de mi cuchillo, es una promesa. El segador de almea"...por la seguridad de todos, tanto la policía como nuestra cadena rogamos que esta noche todos escuchen Jazz a todo volumen, eso es todo por ahora)

 Alastor sonrió al escucharlo, sabiendo que su pequeña amiga había cambiado la carta que juraba el asesinato de cierto comisario por la de una despedida por lo alto, un buen final para un asesino en serie, nunca lo atraparon, nunca tuvieron ni la más mínima idea de quien era, todos confiaban ciegamente en él...grave error para algunos incautos que habían reposado hacía tiempo en el estómago del castaño.

Tras un rato de búsqueda con un buen Jazz de fondo encontró la página que buscaba, parecía que este día le iba de perlas

-Hechizo de poder de efecto post-mortem....maravilloso~- se regocijó en su pequeña victoria leyendo lo que debía hacer -.....no podía ser algo más fácil y menos....vomitivo?- se quejó viendo los ingredientes-...y como se supone que voy a conseguir un pelo suyo o una gota de sangre??? Es el diablo!...Normal que nadie haya podido hacer el hechizo antes....pero voy a necesitar ese poder, así que más me vale ver como puedo conseguirlo- razonó

Estuvo por barias horas intentando encontrar una forma de hacerlo, y finalmente decidió que lo más sensato sería ir preparando el resto, el único problema que tendría sería obtener algo del diablo.

Se levantó y fue hacia la cocina para empezar a preparar la hoya, las hojas del jardín de los mares, el hígado de humano, los restos de pezuñas de un animal ya extinto y la gota de su sangre. Una vez lo tuvo listo tan solo dejó las cosas hirviendo en una mezcla de agua y sabia de olivo, había terminado con sus materiales que tantas generaciones habían tenido antes que él, se suponía que sus futuros hijos debían de tenerlos también, pero no tenía pensado tener hijos, mucho menos después de todos los maltratos sufridos en su infancia.

Un hedor asqueroso le sacó de sus pensamientos, miró la hoya y vio como la mezcla empezaba a estar lista, se acercó y abrió el libro, recitando parte del hechizo para que se mantuviera "estable". Cuando quiso darse cuenta ya eran las 22:00, abrió la nevera y sopesó la posibilidad de no cenar, pero visto que había que consumir algo antes de tomar la mezcla, se decidió por agarrar un dedo amputado y empezar a devorarlo, dejando tan solo los huesos y la uña.

Tomó uno de los huesos y lo fue mordisqueando mientras se dirigía a la trampilla que solía usar todas las noches, entró y vio con sorpresa al diablo ya dentro, jugando con el cuerpo inerte de un pobre ratoncillo. Alastor se quedó mirando desde la escalera perplejo, se suponía que no podía venir a menos que le invocase

-vas a bajar o me tienes miedo?- rio con voz grave el diablo

-...s-sí, lo lamento, tan solo me sorprendió verle...- descendió las escaleras hasta tocar el suelo de nuevo

-ibas a llamarme ahora y estaba aburrido, es un problema mi llegada adelantada?- preguntó de forma algo cortante mientras arrancaba las patas del roedor

-en lo absoluto mi señor...- un escalofrío recorrió por completo su cuerpo al ver lo que le hacía al cuerpo del animalillo, no pudo evitar imaginarse en el lugar del ratón

-bueno, de qué querías hablar hoy, Alastor?-

El castaño abrió los ojos como platos al escuchar su nombre pronunciado de esa forma en los labios del diablo, tras unos minutos en silencio habló

-...quería pedirle un favor si me lo permite- pronunció , temeroso de la respuesta

-un favor? Por qué debería hacerle yo, Lucifer, un favor a un simple y penoso mortal?- preguntó apretando la mano y haciendo que algunos huesos del ratoncillo sonasen

-no tiene razones para hacerlo señor...permítame reformular la frase....querría hacer un intercambio- trató de hablar con la mayor serenidad posible a pesar de ser un manojo de nervios

-un intercambio?...qué tipo de intercambio?- 

Alastor se anotó una pequeña victoria, había conseguido la atención del diablo

-un simple intercambio, usted puede tener lo que quiera de mi, yo tan solo necesito una gota de sangre o un pelo- contestó aparentemente calmado

-lo que quiera?...eres consciente de que, según eso, yo podría arrancarte el corazón de cuajo  y dejar sobre tu cadáver una gota de sangre, no?- sonrió maliciosamente 

Alastor recordó un fragmento de su leve conversación de ayer por milagro, se calmó un poco más al saber que no podría morir antes de la fecha fijada 

-podría, pero estaría diciendo que se equivocó....o que me mintió- remarcó muy sutilmente la última palabra, sabía que eso le molestaría, pero debía arriesgarse

En efecto el diablo se quedó callado, acabó por aplastar el cuerpo del ratón y lanzarlo a un lugar remoto de la habitación, acto seguido se levanto y empezó a caminar hacia el castaño. Este empalideció, había caído en la trampa...si él no lo había invocado, no había círculo de sal, y sin círculo de sal, él estaba totalmente desprotegido. 

Cuando el de tez blanca estuvo en frente del locutor, este último le apuntó con el hueso en un penoso reflejo de autodefensa, causando la leve risa del rubio

-...pensé que ya te habías dado cuenta de que yo NUNCA miento- formuló, enfadado y ofendido

-....p-por eso m-m-mismo no pod-dría matarme hoy....y el intercambio d-debería de ser hoy...mi señor- nunca antes había sentido tanto miedo, ni cuando sabía que le esperaba una paliza, una lluvia de piedras, o cuando se quedó solo.

-....o bien eres un insensato....- comenzó el de ojos verdes -...o bien un mortal que sabe jugar sus cartas- concluyó

Alastor se atrevió a mirarle a la cara y vio una sonrisa burlona en ella, cosa que le causó confusión

-me deberás con esta dos cosas....y hoy tendré la primera, tu ganas Alastor, pero pierdes al mismo tiempo- finalizó dejando salir de sus labios una suave risa

-...que desea de mi?- preguntó algo asustado por saber la respuesta

-quiero ver la abominación que hay ahí afuera- musitó

Alastor abrió los ojos, el diablo le estaba pidiendo...salir al exterior?? Desde cuando tenía que darle "permiso"??? Podría haberle pedido mil cosas horribles, se había imaginado ya mil métodos de tortura distintos....y le estaba pidiendo salir a ver el asqueroso mundo en el que vivía????? Sin darse cuenta, se había quedado en silencio por tres largos minutos, mirando a ningún punto en específico, hasta que el diablo le sacó de sus pensamientos

-prefieres que pida otra cosa? Podría pedirte que te arrancases un ojo y lo devorases para mi diversión...- cuestionó

-n-no es necesario señor, tan solo...me sorprendió su petición....- explicó

-entonces está aceptada?- preguntó alzando una ceja

-sí señor, está aceptada- 

-te esperaré en la planta de arriba entonces-

Y justo cuando se desvaneció frente a sus ojos se dio cuenta....como iba a ir al lado del demonio en esa forma sin que les viera nadie o le ofrecieran amablemente matarlo?

-mierda- formuló antes de subir la escalerilla y salir de la habitación. 

Cerró la trampilla y buscó por la casa hasta encontrar al rubio ojeando la vitrina donde tenía diferentes tipos de alcohol, whisky y vino principalmente. Suspiró aliviado y se acercó dejando una prudencial distancia

-señor, no puede salir...así-

-ya lo sé, no soy ingenuo Alastor, y te recuerdo que puedo cambiar de forma- dijo sin prestarle demasiada atención

-oh, claro...disculpe- 

El castaño miró por la ventana y vio que aún había algo de sol, era  verano así que no se extrañó en exceso, una idea se le cruzó por la cabeza fugazmente haciéndole girar la cabeza hacia la vitrina donde tenía la escopeta

-...señor, le importaría si de paso que vamos a la ciudad cazo algo?- preguntó

-en lo absoluto- dijo redirigiendo su mirada a otra parte con la curiosidad de un niño pequeño

Alastor se acercó a la vitrina, la abrió y con cuidado sacó la escopeta, pasó sus dedos por el mango de madera encerada y por el cañón de metal sólido y frío, por último salió de su ensimismamiento y se dio cuenta de que el diablo le miraba con curiosidad

-perdone, la costumbre- dijo algo avergonzado, esto causó una ligera risa por parte de ambos

-bueno, salimos ya?- preguntó impaciente

-claro, tan solo tengo que ir a por los guantes, la bolsa con cartuchos y- se vio interrumpido al ver como el de mejillas rosadas le extendía los guantes y la bolsa -....gracias- 

Se colocó los guantes y se colgó al hombro la bolsa, miró a su contrario y se dio cuenta de que se había transformado en humano, su piel era pálida, el morado de sus párpados había desaparecido y el verde intenso de sus iris podría ser comparable a una esmeralda, su pelo estaba algo despeinado, pero sin llegar a ser informal, seguía siendo más alto que Alastor a pesar de los cambios. Llevaba puesto un traje de chaqueta con cuello blanca, camisa negra, pantalones vaqueros blancos y zapatos negros, extrañamente elegante en comparación con el traje negro que solía usar.

-te sigo- formuló con una voz suave

"WOW" era la única palabra que ocupaba la mente del castaño

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