Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Juego de manos

Durante su vida y aun después de su muerte, Jackson estuvo envuelto en un mundo de peleas.

De niño, las aborrecía, sabiendo que la cultura del momento garantizaba que no debía ser violento, pero de meterse en un lío y perder, su madre de seguro le regalaba una paliza encima de la tunda original, para recordarle que una vez se entra, solo se puede salir victorioso.

En su adolescencia y adultez temprana, la idea de un encontronazo cuerpo a cuerpo se le convirtió en parte de una elaborada coreografía. La violencia era una elegante distracción del tedio de la academia militar.

Hasta que llegó la guerra, y sus horrores.

Su historial después de la muerte, no fue tan limpio ni tan honorable, y a pesar de que utilizar los poderes provistos por Brigitte no era un ejercicio divertido, hay cosas que se deben arreglar con las manos.

El asunto de pelear en la encrucijada es que, de alguna manera u otra, hay una gran cantidad de magia concentrada en un mismo lugar y la ventaja le es conferida a quien da el primer paso.

Rashard optó por liberar de forma parcial a Lizzie, lo que indicaba que allí se iba a trasladar una alta concentración de poder. En otras palabras, lo que transcurriera entre ambos no sería más allá que una pelea de barra. Y si algo tenían los (en este caso previamente) humanos de ventaja sobre los ángeles, a pesar de haber sido creados menores a las huestes celestiales, era educación de calle. 

El puño de Rashard venía decido y cargado de energía, con la intención de cortar el paso a las vías respiratorias de Jax. El hombre de negro entendió que la intención de Brigitte era convertir a Jackson en el conducto para alguno de sus hermanos, o tal vez para sí misma, y para eso, al menos por un instante, se requería que Pelman fuese parcialmente humano. El oráculo no había tenido tiempo de esculpir sus dientes con las marcas de los misterios, así que el demonio podía darse el lujo de despacharlo cuando todavía se encontraba en un estado intermedio, aprovechando no solo la fatiga física, sino el desgaste mental que implicaba una transición.

Brigitte estaba contando con su impertinencia y su orgullo.

Jackson hizo algo que parecía irracional, en lugar de esquivar, se mantuvo en su lugar, con un movimiento rápido de sus brazos frente a su rostro, calculó el alcance de Rashard, recibiendo el impacto del puño en su antebrazo izquierdo. Seguido y sin vacilar, se inclinó para conectar con la pierna de Rashard, utilizando toda su fuerza para halarlo y hacerlo caer.

El momento de sorpresa en la cara del demonio fue una delicia, pero eso no significó que tuviera la ventaja. Rashard dio una vuelta en el suelo, volvió a buscar su rostro con la mano abierta, esta vez provista de alargadas y gruesas garras...

***

Magnolia pensó que quitarse la vida sería el determinante para ella. Tal cosa no sucedió. Estaba sola, sentada en un espacio carente de color, viendo al cuantioso número de almas por cuyas muertes fue responsable, ascender. Todas conciliándose con la paz o enfrentando un castigo eterno. Todas, menos ella.

—No prometí que sería fácil, cariño —Brigitte del Cementerio estaba sentada a su lado; le sirvió un shot de ron de especias y ají —. Tómalo en confianza, No perteneces a mi cielo ni a mi infierno. No tengo la necesidad de juzgarte, ya que al fin estás bien muerta.  Mis tragos son honestos. No vienen cargados, como los del ángel. Lo que si puedo decirte es que, de los miles de limbos en los que podías quedar, el mío es el más divertido.

—¿Por qué no he sido reclamada por el cielo o por el infierno? ¿A caso tengo que soportar que me cuentes hasta el último detalle de tus aventuras con Jackson para al fin poder descansar?

—¡Ay, como me gustas, linda! Debí haber pensado en ti en términos de paz y no de guerra, de seguro haríamos un excelente trío, pero...  —Brigitte dejó escapar un suspiro que indicaba preocupación— Nada que ver con Jackson o su suerte. Justo ahora, estamos en un momento de incertidumbre. Tu cuerpo está listo para los gusanos, pero tu alma todavía no está completamente desprendida, no lo estará por los próximos tres días. Son las reglas de mi juego, que tu cielo y tu infierno deben respetar. Ma tibonange, es hora de demostrar tus capacidades. No puedo hablar por ti en este lugar, estás literalmente sola con tu alma. Pero, contrario a lo que le advertiste al lindo Jax, yo voy a considerar confiar en una bruja. No me falles, Magnolia, o ese cuerpecito roto tuyo va a desear caer en manos de tu cielo y tu infierno, antes de permanecer conmigo. Tengo doscientos seis frascos vacíos en mi botica, y paciencia para hacer polvo cada uno de tus huesos.

La dejó sola, no sin antes señalar a la nada, de donde, desde el eterno blanco, se comenzaron a formar cuatro figuras: Lizzie Johnstone y sus tres brujas tutelares.   

***

Las garras de Rashard cortaron justo bajo el ojo izquierdo de Jackson, casi logrando desorbitarlo. La sangre no salpicó fresca, más bien comenzaba a coagularse y ponerse pesada. El trabajo de Brigitte estaba avanzando y sus cualidades de revenant se estaban haciendo notorias.

   —¡Carajo! —maldijo, concentrando en el último vestigio de dolor que quedaba en su cuerpo—. Brigitte se va a enojar, porque le jodiste la pintura.— Al sonreír su boca se desfiguró en una mueca grotesca. Su cuerpo estaba listo para ser poseído.

Rashard calculó sus posibilidades, mientras aún estaba en el suelo. Enfrentarse a un revenant que a la vez fuera un avatar de una loa en la encrucijada no era algo recomendable, y las sombras que se estaban empezando a aglomerar alrededor de Jackson parecían hambrientas, así que utilizó su mejor arma. 

  —¿Vas a permitir que alguien más luche tus batallas, soldadito? O es que tu causa no es tan grande. Cuando estabas vivo no pudiste hacer nada por Magnolia, excepto entregar tu vida como el pusilánime que siempre has sido. Como revenant, no pudiste ni siquiera matarla bien, para darle descanso. Y, hace a penas unas horas, la volviste a perder.

Jackson se detuvo, y con un zarandear de su cabeza, disipó las sombras. Rashard había ganado esa ronda, sin levantar una mano.

***

  —¡Lizzie!   —Magnolia hizo lo posible para guiarla. La pequeña parecía más confundida que ella en el vasto espacio blanco. Sus ojos enrojecidos al fin le permitían desbordar todo el terror silente al que la sometió Rashard. Corrió hacia la bruja Devereaux, adelantando a las tres guardas que la acompañaban, las cuales, para poder mantener el paso, se transformaron en hilos rojos que se ataron a sus diminutas muñecas.

—Maggie, ¡estás viva! —El abrazo fue doloroso. Hilos rojos se enroscaron en Magnolia. Zarcillos de niebla rasgaron su piel, haciéndole sentir el rechazo de las tres del árbol, anunciando que en poco, se manifestarían.  

—Hicimos un trato, hermana—. La voz de la mujer del serbal se asomó por encima de la voz de Lizzie—. ¿Vas a obligarnos a dudar? ¿Será a caso que perderemos la vida de otra inocente por confiar en lo que haces, Magnolia? No tienes idea de lo que ha sucedido. Lo que me cuesta privar a Lizzie de su libertad después del infierno al que hemos sido sometidas, pero debes saber... En tu ausencia, una madre fue separada de su hija para siempre. Saundra no era perfecta, de hecho, nos temía y mantenía a distancia. Pero amaba a la pequeña, y donde una madre ama, no hacen falta guías. Con gusto nos consignaríamos a lo profundo de la memoria, con tal de verla feliz. ¿Entiendes?

—Entiendo —contestó Magnolia—. Ahora déjenla en paz antes de que terminen de destruir su frágil mente. Ustedes son hechiceras de maleficium, yo soy producto de un pacto. Les juro que voy a utilizar las palabras correctas para acabar con esto.

Las presencias se disiparon, dejándolas solas. Magnolia abrazó a Lizzie, libre de dolor, besó la coronilla de su cabeza, como si con eso pudiera eliminar todo el daño que trajo sobre su vida, o redimirse por el que le quedaba por infligir.

  —Escucha, chiquita, tenemos algo pendiente. Debemos hacerlo tú y yo. ¿De acuerdo? —La pequeña asintió con la cabeza, mientras Maggie se despedía—. Adiós, hermanas. Espero no verlas jamás. Gracias por dejarla en mis manos, para hacer con ella lo que quiera.

***

El ángel llegó al punto de la desesperación. En toda apariencia, cada uno de los convenidos a la encrucijada tenía algo que hacer excepto él. Wedo y La Dama aparecieron y desaparecieron varias veces, sin molestarse en darle razones y Gerard estaba parado del otro lado de la calle, la cual parecía interminable. El demonio le dejó saber que era hora de que fueran lo que debían ser, pero algo no encajaba, Sage no se sentía listo para participar de lo que estaba sucediendo. Trató de curiosear, dado que Gerard parecía comenzar a trazar una línea en la arena, pero no le pareció recomendable interrumpir lo que estaba sucediendo entre Jax y Rashard, solo para obtener una mejor vista.

Jackson dio un par de pasos atrás. Tarde o temprano, las palabras de Rashard surtían efecto. Eran más fuertes que cualquier artilugio de magia o el uso de la fuerza bruta. Se vio tentado a mirar a sus espaldas; el cuerpo de Magnolia yacía tendido en el suelo, sus brazos en un ángulo descomunal parecían rogarle que se detuviera, que entregara su alma y se fuera de una vez con ella.  Tomó un respiro, y simplemente dijo:

  —Ponte en pie, maldito, cobarde.

El hecho de que Jax le permitió ponerse en pie fue una corroboración para Rashard. Estaba ganándole en otro campo, pero valía la pena darle una lección. Lanzó otro puño y esta vez conectó justo en el esternón con una fuerza desmedida. Tan certero fue el impacto que le tomó un par de segundos internalizar que Jackson se había abierto al golpe.

Pelman se movió bruscamente de adelante hacia atrás y mientras recuperaba su balance, todas las áreas de su cuerpo donde Brigitte dibujó una línea blanca se abrieron a la vez. Por cuestión de segundos sus órganos internos se pudieron ver entre los profundos cortes, mientras lo poco que le quedaba de humano supuraba como una descarga de pus, bañando su piel antes de cerrarla. Rashard entendió que era su momento. El revenant estaba recuperando su poder al máximo. Le restaba una pequeña ventana; así que volvió a enderezar su mano para introducirla en el pecho de Jax y arrancar su corazón.

    —¡Ah, ah, ah! ¿No te enseño tu mami a no meter la mano en cajuelas abiertas? Puedes perderla.—Jackson detuvo el brazo de Rashard, y girando con la velocidad que caracteriza a los revenant, lo quebró en dos partes—. Yo traté de portarme a la altura, pero tú fuiste el primero en hacer trampa.

Rashard volvió a caer al suelo y con un grito desesperado, ordenó a Gerard.

    —Escucha, demonio bueno para nada, abre la puerta... ¡Abre la maldita puerta!

Tres cosas sucedieron en ese momento: un crujir anunció que Jackson estaba dispuesto a romper cada hueso de Rashard, sin miramientos. Gerard murmuró una frase ininteligible, pero capaz de conmocionar la encrucijada y en la distancia, tanto el revenant como el demonio se detuvieron al escuchar algo que ambos conocían muy bien, el indiscutible timbre de la voz de Magnolia Devereaux.   

La Glosario:

Ma tibonange : Literalmente, mi pequeño ángel, en creole francés. En este caso es un juego de palabras sobre el concepto del tibonange, el espíritu racional, separado del gros bonange , el aspecto del cuerpo que se encarga de las funciones físicas, de acuerdo a ciertas tradiciones del vudú.

A partir de esta publicación, quedan cuatro capítulos, y serán sin duda, los cuatro capítulos más complicados, porque tengo que darle un cierre esta historia. ¡Yay!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro