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13: Planeación

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xSouh

Jaula: Kago no Tori no Juin

13: Planeación

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El patrón de su respiración era suave, fundiéndose con el bosque que la rodeaba en un intento de desaparecer completamente, podía agradecerle a todas esas horas que estuvo sentada, meditando en la alta terraza de la casa principal.

Su equipo continuó avanzando, sin detenerse cuando cruzaron la frontera de Iwa, ese era un plan que nunca hubiera podido realizar con Sasuke y Naruto, ellos dos jamás la dejarían atrás para encargarse de los tres guardias y eliminarlos antes de entrar en una pelea aparatosa que traería la atención de refuerzos del país extranjero.

Sus ojos no le mentirían, las reservas de los tres eran lo suficientemente grandes para que al menos fueran chunnin, aunque por el sistema de Iwa, ella apostaría más por un grupo de tokubetsu.

Esperó a que estuvieran en su rango de ataque, sacando dos pares de senbon de su bolsa de armas, eran piezas estándar, con la única diferencia de la punta negro mate, un veneno suave que seria suficiente para eliminarlos antes de que se convirtieran en un problema.

―Ninjas de Konoha. ― escuchó como alguien decía con burla. ―creen que pueden pasar por nuestra guardia.

―Podrías bajar la voz. ―se agregó otro, parecía varios años mayor que el primero.

―Van al menos tres kilómetros aparte, a menos que tengan el oído de Futashi-san, dudo que puedan escuchar incluso si grito.

―Por esa razón Oonoki-sama no te da misiones fuera de la aldea. ―se quejó el tercero, ninguno se dio cuenta de la presencia del cuarto ninja de Konoha hasta que las agujas estaban clavadas en la parte posterior de sus cuellos.

―¿Qué esta pasando? ―gritó el más ruidoso, llevándose la mano a la zona para sacar el proyectil.

―Esa es una buena razón para cerrar la boca, idiota.

―Un Hyuuga. ― la localizó el mayor del equipo, un jounnin.

―No, una Haruno. ―los corrigió la pelirosa, parándose derecha sobre la rama del árbol como si los tacones de casi dos pulgadas no fueran una molestia en la superficie. ―Pero eso no cambiará su destino.

Una oleada de senbon salió de sus dedos, sabía que seria difícil volver a acertar otro, pero eso no era lo que buscaba. Saltó, llevando el enfrentamiento al suelo, donde sabía que tenía mayor ventaja.

El paquete de agujas que abrió ya se había terminado, aunque eso no era un problema para un ninja que recibió entrenamiento medico, crear y mantener un bisturí de chakra a una precisión milimétrica por las largas horas que duraba una cirugía era algo difícil, usarlo en el campo de batalla parecía un chiste.

Esquivó los golpes que cada vez se volvían menos fluidos y mas errados, nunca perdió su posición de ataque, utilizando la fuerza de sus oponentes para devolver los ataques hasta que no fueron más que una masa de músculos contraídos en el suelo.

―Tenían venenos... ―crujió los dientes el jounnin, luchando por mantener un ritmo respiratorio parejo.

―De cualquier manera no tenían oportunidad. ― los sentenció Sakura, realizando un sello rápido que abrió la tierra para tragarse los cuerpos.

No encontraron otro problema durante el resto de la misión, lo cual era extraño y mala señal, sobretodo en las tierras de Kusagakure, donde los ninjas desertores y asaltantes de camino abundaban debido a la baja capacidad shinobi del país.

―¿Otra misión exitosa, Sakura? ―preguntó Kakashi cuando la vio cruzar las puertas de su oficina.

―Solo me diste una clase C, Kakashi-sensei. ―se quejó, entregándole el pergamino que tuvieron que robar para un comerciante de un pueblo al sur del País del Fuego.

―Tómalo como un descanso. ―le sonrió bajo la mascara, tratando de eliminar los recuerdos de lo que pasó un año atrás, aún sentía un hueco en el estomago al pensar que perdió a un ser querido; jamás se podría perdonar su fallo en esa misión años atrás, la baja del servicio activo de Obito seria una mancha permanente en su historial, un fracaso de su liderazgo.

―No es un descanso lo que me quieres dar, sino una silla permanente en el hospital. ― respondió, sacándole la lengua en una clara muestra infantil. ―Y el idiota de Naruto lo acepta.

―Debes entenderlo. ―comenzó a hablar, pero se detuvo cuando se dio cuenta de lo que seguía, el tema del secuestro de Sakura aun parecía ser un tabú para el antiguo equipo siete, algo que preferían olvidar, pero era imposible.

Era imposible porque cada vez que veían los ojos plateados de Sakura recordaban que eso no debía ser así.

No importaba que en ese año su control sobre el dojutsu estuviera a la altura de cualquier Hyuuga, sus ojos deberían de ser verdes, con una pupila más oscura y llena de vida, que iba perfecto con su cabello y era la representación de su nombre.

―Si... ―estuvo de acuerdo, al menos en palabras.

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―¡Buenos días, Sakura-sama! ― la saludó un niño pequeño, de cabellos castaños y que le faltaban algunos dientes, la pelirosa lo conocia, por supuesto, el era uno de esos primeros niños que tuvo que sellar.

―Buenos días, Ichimaru-kun. ―le sonrió, acercandose al menor y desordenando sus cabellos con la mano.

―Sakura-sama, hoy es mi primer día en la academia ninja. ―informó feliz. Para la madre del pequeño no fue extraño la forma en que su hijo expresaba admiración por la pelirosa, como parte de la rama secundaria no sabían mucho sobre el sello que llevaban en sus frentes, pero si entendian el vinculo que se formaba, la escencia real del clan Hyuuga.

Que la Haruno tuviera facilidad para exterder una sonrisa a los pequeños, ayudandolos cuando se raspaban una rodilla o simplemente escuchando una historia que cualquier adulto pudiera considerar aburrida solo los atrajo más, convirtiendola en una especie de idiola.

―¿De verdad? ―exclamó sorprendida.― Estoy segura de que te irá muy bien.

―Es hora de irnos, Ichimaru, Sakura-sama de seguro tiene muchas que hacer hoy. ―interrumpió por primera vez la madre del niño, haciendo una reverencia pequeña a la pelirosa antes de despedirse apropiadamente.

El camino de regreso a la casa principal ya no se sentía tan extraño, sus piernas agradecian la carrera ligera que mantuvieron de regreso, pero ahora solo queria llegar y poder comer comida real en lugar de algo que hubiera sido enlatado hace cinco años.

Entró por la puerta lateral, aunque eso no iba a evitar que Hiashi se enterara de su presencia, aunque seguro eso ya había pasado, y mucho antes de que ella cruzara las puertas del complejo, por eso no le sorprendió verlo en la sala de estar, leyendo un pergamino.

―Buenos días, Hiashi-san. ―saludó primero por educación.

―Buenos días, Sakura-san. ― despegó la vista de su lectura para escanearla rapidamente, no parecia tener ninguna herida.

A pesar de los esfuerzos por parte de la dama que le había asignado, nunca consiguieron que Sakura cambiara su forma de vestir, el armario de la pelirosa seguia lleno de prendas que serian más adecuadas para una heredera pero ella seguia insistiendo en el vestido rojo con cuello cerrado, al menos Hiashi se encargo de que la tela de la ropa fuera de buena calidad.

―¿Alguna novedad entre los ancianos? ―preguntó, viendo que el sello del consejo en el pergamino que descansaba en la mesa.

―Nada de real importancia. ― no mintió, la mayoria de lo que venía eran cuestiones sociales, una tarea que normalmente llevaba a cabo la esposa del jefe del clan. ―¿Y tu?

―Limpio, demasiado limpio. ―le informó, pareciendo más cansada que minutos antes. ―Todos los informantes señalan lo mismo: Akatsuki.

―Sus apariciones han vuelto a ser frecuentes, desde el secuestro del Kazakage hace cuatro años y la muerte de Hanabi hace un año y medio no había habido noticias reales.

―Debimos haberlo matado en ese instante. ―agregó, apretando los puños con coraje; no podía negar que en ese momento es cuando habían estado más cerca de matar a un Akatsuki, pero la cueva no soportó la batalla, viniendose abajo y dando un punto de escape a un Sasori que perdió la mayoria de sus marionetas.

―No eres una vengadora, Sakura. ―le dijo el jefe del clan con voz firme y sin dudar en verla a los ojos que un día fueron de su hija. ―La muerte de Hanabi fue algo que aún me duele, yo mismo iria por ese hombre para destrozarlo con mis propias manos, pero no es tu obligación su muerte, en estos momentos en que debemos actuar con inteligencia. No nos estamos enfrentando a un montón de ninjas salvajes que atacan sin pensar. El clan Hyuuga no puede perderte.

―Fue mi deseo seguir haciendo misiones, Hiashi-san. ― le recordó Sakura. ― Yo no fui educada para ser una princesa guardada en una torre; aun cuando mis padres eran civiles, decidí tomar este camino, soy una kunoichi de esta aldea y seguiré como ninja activo. Por eso acepté su entrenamiento, tampoco es mi deseo el morir en el campo de batalla.

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―¿Saldrás a una misión hoy, Sasuke? ― lo detuvo Mikoto Uchiha mientras cruzaba las puertas de su casa, había pasado la mañana en el templo dentro del complejo y no esperaba aún encontrar a su hijo menor en casa para cuando volviera.

―Naruto nos esta obligando a hacer otra de sus reuniones de equipo. ―se quejó con su madre, aunque por mucho que lo hiciera, la matriarca Uchiha sabía que disfrutaba esas salidas.

―Saludas a Naruto y Sakura-chan de mi parte, hace mucho que no los veo.

―Claro, Oka-san.

Ichiraku no fue la primera parada de Sasuke, cada vez se volvía más complicado hacer misiones de campo con todas las responsabilidades que su padre comenzaba a poner sobre sus hombros, y aunque sabía que la policía Uchiha era algo suyo, no podía entender como Itachi cumplía con todas las tareas que tenía dentro del clan y además seguía siendo capitán ANBU.

Los fines de semana no había tanta gente dentro de la estación, por lo que pudo agradecer la falta de alboroto, se sentó en la silla de su oficina y tomó el primer documento de misión que tenía que revisar.

No se dio cuenta del paso del tiempo hasta que un ruido en la ventana lo interrumpió, sabia a quien pertenecían los nudillos que golpeaban el cristal incluso antes de que lo hiciera y solo faltó un pequeño asentimiento para que la kunoichi entrara.

―Te ves demasiado profesional el día de hoy, Sasuke. ―se burló Sakura, tomando asiento de forma casual y dejando caer sus sandalias ninja en la madera, un gesto que muchos años atrás, antes de superar su adolescente y absurdo enamoramiento, jamás se hubiera animado a hacer. Y algo que si Kairi viera seguro perdería la cabeza.

―Hmnp...

―No seas amargado, después de salir de aquí necesitaras un helado triple de vainilla para quitarte el mal humor.

―No me uses de excusa para conseguir un postre asquerosamente dulce. ―señaló, buscando entre los cajones un pergamino. ― ¿Lo encontraste?

―Por supuesto que lo encontré. ― respondió la pelirosa, fingiendo molestia. ―No fue tan difícil.

―Conseguirlo no era lo complicado. ― le recordó. ―Que Kakashi no se entere es lo importante.

―Iba con dos chunnin recién ascendidos, ni siquiera se dieron cuenta en qué momento hice el bushin. ―quiso aventarle el rollo de papel, a veces no entendía si sus compañeros la creían una inútil o solo era sobreprotectores patológicos.

―Llevo cinco meses buscando en todos los viejos archivos que hay en el edificio. ―cambió el tema, si seguía por donde mismo solo lograría que la Haruno comenzara a gritar, y no tenía ganas de escuchar a alguien hacerlo, suficiente tendría con la cena con Naruto. ¾La mayoría de los archivos del ataque del Kyuubi hace veinte años son clasificados, necesitan de autorización del jefe de la policía para poder abrirlos.

―Serás el jefe de la policía en cinco meses. ―señaló Sakura, nadie mejor que Sasuke sabía eso.

―Pero también estaré más limitado, si queremos eliminar a Sasori y Orochimaru, tenemos que hacerlo lo antes posible.

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En esta historia muchas cosas del cannin no pasaron, por lo tanto, la forma de actuar de algunos personajes es muy diferente, vamos a poner un poquito de contexto a esto sin tratar de spoilear la historia.

1- Obviamente la matanza del clan Uchiha no pasó, eso lleva a que Sasuke no sea tan seco, ya que no esta cegado por la venganza, ni se va con Orochimaru ni nada.

2- Obito no "murió" el día que le dio el Sharingan a Kakashi... el regresa a Konoha, pero ya no puede seguir siendo un ninja, porque lo que Kakashi sigue estando marcado por su falta de liderazgo. Entonces no hay Obito que intervenga en Akatsuki.

3- A pesar de que los personajes son mayores incluso que Shippuden, no están tan "fogueados" en batallas, por lo que me parece normal que no sean tan PowerUp como en el cannon.

4- Dado que no me gusta: no meteré nada de los marcianos que salieron al final del manga en esta historia.

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