10: Heredero
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Jaula: Kago no Tori no Juin
Capítulo 10: Heredero
...
―No me voy a cambiar, Kairi-san ― le aseguró a la chica, Sakura podía asegurar que tenía un par de años menos que ella, quizá diecisiete o dieciocho, a pesar de la ropa tan formal que llevaba y su pulcritud al hablar que la hacían parecer mucho mayor.
―Pero Sakura-sama, Hiashi-sama a dispuesto vestuarios acode para usted. ― dijo, sosteniendo los ganchos de dos prendas que parecían muy pasadas.
―Ya te pedí que no utilices el "-sama" conmigo. ―se quejó la pelirosa, empezando a creer que la muchacha no hablaba el mismo idioma que ella.
―Los honoríficos son importantes en un clan, Sakura-sama. ―explicó, rindiéndose con el vestuario, pero yendo al tocador de la habitación para tomar el cepillo.
―Yo no pertenezco al clan. ― le recordó, sentándose en el banquillo frente al espejo y sintiendo como el peso del mundo caía en sus hombros.
Era difícil entender cómo todo cambió tan rápido.
Cuando estaba encerrada en la celda nada parecía real, ella saldría y recuperaría su vida normal. Se despertaría a tiempo para ir a los campos de entrenamiento y estirar los músculos antes de trabajar, y después sería obligada a comer ramen más de lo que era sano para cualquier humano.
La habitación llena de muebles caros, con vista a un jardín que en su vida podría pagar era más sofocante que cualquier celda en la que haya estado.
―Hiashi-sama ya lo anunció. ―dijo la castaña, bajando la voz como si las paredes pudieran escuchar. ―Usted es la que salvará al clan después de la trágica muerte de Hanabi-sama. Usted y Neji-sama son los únicos que podrían.
―Yo... ―comenzó a hablar, pero no pudo seguir quejándose, no cuando esos ojos perla la veían como si realmente creyeran que ella los salvaría de algo, brillando en busca de una protección que no estaba segura de poder dar. Suspiró, sabiendo que no tenía palabras para responder a la castaña.
Se giró, quedando de frente al espejo por primera vez y se observó, no lo había hecho desde que la llevaron al complejo y no podía negar que el reflejo le era desconocido. Era su cara, la forma de su mandíbula y la línea de sus labios, era su cabello de ese color rosa chicle que de niña le molestaba, pero era tan raro completar el cuadro sin sus ojos verde jade.
Parpadeó, en un intento de unir las figuras que veía con su persona, pero seguía sin ser ella. Al menos ya entendía porque Sasuke, Naruto y Kakashi la veían de esa forma.
―Su cabello es hermoso. ―Kairi comenzó a pasar el cepillo por sus hebras, alisando los cabellos que llegaban varios centímetros por debajo de sus hombros. ―Nunca vi a nadie que lo tuviera de ese color exacto.
―Mi abuela paterna tenía el mismo tono. ―le contestó, con una voz más relajada, perdida en sus pensamientos.
―En el clan la mayoría tenemos el cabello castaño y negro. ―sonrió la Hyuuga. ―Va a resaltar mucho entre el resto, Sakura-sama.
―Si...
―Ya casi es hora, Hiashi-sama la espera.
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Sasuke regresó al distrito Uchiha enojado, metió las manos apuñadas dentro de las bolsas del pantalón en un intento de ocultar su estado de ánimo, aunque eso no funcionaba mucho cuando alguien le llamaba y se ganaba una mirada de muerte.
Cruzó las puertas de la casa y golpeó la pared de la entrada a la sala, causando una abolladura de la que su madre iba a querer saber más tarde.
―Alguien no regresó de buen humor. ―rio alguien y Sasuke maldijo mil veces más.
― ¿No estabas en una misión, Aniki? ― preguntó, no esperaba encontrar nadie en la casa, mucho menos a su hermano.
―Volvimos antes. ― aseguró, levantándose del sofá donde había estado leyendo un pergamino, lo cual ya era raro en la escala de Itachi, él jamás estaba en la sala si no estaba alguien más. Era un acuerdo tácito de todos que la cena era su momento familiar, y el único que Itachi respetaba cuando no tenía alguna misión. ―La calidad de los ninjas ha bajado mucho en los últimos años.
―Genial. ―rompió el momento, dando zancadas largas en dirección a su habitación. Habían pasado ya un par de años desde que iba corriendo detrás de su hermano en busca de un maestro de entrenamientos o alguien con quien pasar el rato, aunque eso no quería decir que su relación fuera mala, simplemente dejó atrás esa necesidad de querer demostrar su valía ante él.
―Supe que Haruno-san volvió. ― le dijo antes de que subiera el primer escalón, lo que hacia que no pudiera fingir que no lo escuchó.
―Hmnp...
―Y hay otro rumor muy interesante sobre ella. ―agregó, caminando en pasos lentos e insonoros hacia él. ―Algo sobre su residencia en el complejo Hyuuga.
―No sabía que tuvieras interés en Sakura, Aniki. ―dijo Sasuke, levantando una ceja que aumentaba la sorpresa en su voz, ambos sabían que era falsa.
―Siempre tengo interés en las personas que rodean a mi Ototo-chan.
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―El Byakugan es dojutsu poderoso. ―inició Hiashi, tomando una posición básica de defensa, con ambos pies descalzos bien plantados sobre la duela de madera del dojo. ―pero no sirve de mucho si no se combina con un taijutsu perfecto. Primero necesitaremos hacer un diagnóstico de tus habilidades, Sakura-san.
Pudo ver por el rabillo de su ojo como Neji se giraba para tenerla de frente, hizo lo mismo y ambos se pusieron en guardia, tratando de eliminar cualquier punto abierto que tuvieran. Eso no era difícil para Sakura, su entrenamiento ninja y sus habilidades requerían que su pelea a corta distancia fuera buena para poder funcionar.
―Adelante. ―lanzó, moviendo los dedos en una señal que dejaba claro que el combate iniciaba.
Se estudiaron dos segundos más antes de lanzarse, Sakura crujió su puño antes de lanzarlo directo a la mandíbula del castaño, se impactó contra el aire y tuvo que esquivar un golpe que iba a su abdomen. Sonrió, reconociendo un rival.
La pelirosa giró, agachándose y tratando de conectar una patada directo al pecho que fue detenida por una palma que cambió su dirección, tuvo que brincar para recuperar su centro de equilibrio y poder esquivar los dedos que buscaban tocar un punto en su hombro.
La madera en sus pies era firme, aún así no podía emplear chakra para crear un terreno que le favoreciera, su oponente era un maestro en el área y ella no podía dejarse ganar así como así, tenía un nombre detrás de ella que defender, así que se movió rápido, tratando de llegar desde un punto ciego.
―Suficiente. ― los detuvo el líder del clan cinco minutos después.
La respiración de Sakura era regular a pesar de la ligera capa de sudor que perlaba su piel, el intercambio de golpes le había dejado varios moretones en puntos estratégicos, pero al menos podía sonreír al ver que no fue la única afectada.
―No fue una victoria, pero tampoco una derrota. ―sonrió, había disfrutado el pequeño encuentro, pero eso no quitaba que los moretes dolieran.
― ¿Cuál es tu impresión, Neji? ― preguntó Hiashi, manteniendo su calma mortal.
―Su velocidad es superior al del ninja promedio, buena reacción y equilibrio, pero su estilo es salvaje. Poco pulido. ―respondió con voz clínica y Sakura no pudo decidir si estaba hablando bien o mal de ella.
―Eso es correcto. ― estuvo de acuerdo el mayor. ―El Taijutsu es un tipo de técnica para el combate cuerpo a cuerpo. Esta el tipo básico, que enseñan en la academia; algunos ninjas se especializan en ello, como Maito Gai, y cada shinobi lo adapta dependiendo sus habilidades en artes como el ninjutsu y el genjutsu. Los Uchiha, por ejemplo, mantienen combates a mediana y larga distancia, su control sobre el fuego y el genjutsu le favorecen a ese estilo. Los Aburame, Nara, Yamanaka, Inuzuka... todos cuentan con herramientas distintas para apoyarse. Fuiste alumna de Tsunade y adoptaste su tipo de lucha, no se necesita precisión exacta cuando se tiene una fuerza sobrehumana que destruye cualquier cosa que tus puños toquen. ―explicó. ―Los Hyuuga hemos desarrollado técnicas de pelea que requieren batallas de corto alcance, pero nuestra especialidad siempre tiene que ser la precisión.
― ¿Usted quiere que aprenda las técnicas de su clan? ―la pregunta salió insegura de los labios de la pelirosa. Y era algo lógico, incluso Neji estaba sorprendido.
―Puedes considerarlo un pago por los servicios que prestarás al clan. ― asintió. ―Dije que serias tratada como una heredera, y cualquier heredero del clan está obligado a saber utilizar el Byakugan.
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― ¿Vienes a preguntarme por qué? ― le preguntó Hiashi, sentado en la terraza de la casa principal. Le dio un sorbo a su té sin preocuparse en voltear, sabía que su sobrino se sentaría a su lado.
―Si. ― asintió, viéndolo a la cara.
―No tenía planeado hacerlo, no realmente. ―le dijo, sabiendo que probablemente esa era la primera vez que se dirigía a él como su heredero.
― ¿Entonces?
―No traté con ella en el pasado como para poder asegurarlo, pero veo demasiado de Hanabi en ella. ― confesó, buscando en su mente los recuerdos que tenía de la pelirosa ojijade, eran pocas y en ninguna hubo más de un saludo formal. ―Quizá porque ahora la sangre que circula por sus venas es la de Hanabi, o a la mejor ya era así antes.
―Eso no cambia el hecho de que se le esta dando acceso a algo que hasta ahora solo el clan ha tenido permitido. ― soltó, evitando agregar sobre cómo a él se le negaron conocimientos siendo parte del clan.
―Ella esta ligada al clan, Neji. ―sonrió con cierta amargura. ―El sello es bilateral.
― ¿Eso qué significa? ― quiso saber, ocultando su sorpresa.
―En tus ojos hay terror, por mucho que quieras ocultarlo. ― leyó. ―pero no te preocupes, sé que ella lo sabe, ya lo ha sentido: una llama de fuego sobreprotectora que corre por su cuerpo, el clan se debe a su líder, pero el líder se debe a su clan.
―Pero mi padre...
―Tu padre se sacrificó por su líder y por su clan, él sabía que nadie más podría llevar el liderazgo del clan en muchos años. Él era el hijo del jefe del clan, fue criado junto a mí y sabía mejor que nadie lo que significa el puesto. Esa noche tu perdiste un padre. Yo perdí un hermano, la persona que creció junto a mi desde el vientre de nuestra madre.
―Aún así no entiendo porqué Sakura-san debe aprender las técnicas del clan.
―Eso es porque tu pensamiento aún es el de un miembro de la rama secundaria, Neji. ― dijo, pero esas palabras no tenían sentido en la mente del menor. ― En el momento en que ella pudo realizar correctamente el sello en Hinata, ella se convirtió en la próxima jefa del clan, una heredera legitima, aceptada por el sello y la sangre Hyuuga; Cuando retiramos el sello de tu frente, te nombramos como heredero. Aun así, tu jamás vas a poder sentir el vínculo que se crea al sellar a alguien.
―En pocas palabras, ella sigue siendo la heredera. ― dedujo Neji, sin molestarse en ocultar la sorpresa en su cara.
―Ambos lo son.
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