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08: Vuelo bajo



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Jaula: Kago no Tori no Juin

Capítulo 8: Vuelo bajo

...

Después de más de un mes de estar en cautiverio, la carrera desde la frontera norte fue estimulante, no necesitó fingir cansancio cuando cruzaron las enormes puertas de la aldea, los guardias se sorprendieron al verla, la expresión "Como si hubiera visto un fantasma" cobró más sentido.

― ¿Sakura-san? ― le preguntaron, afilando sus sentidos para comprobar la firma de chakra con la de la kunoichi que conocían. El cabello rosa estaba ahí, su piel blanca llena de pequeños cortes, que como médico calificaría de insignificantes, servirían para su historia, pero los ojos no eran los mismos.

La atención Kamizuki Izumo viajó de ella hasta el hombre que se mantuvo medio paso detrás, con la palpa de su mano en su hombro, Kotetsu lo reconoció como Ryoke Hyuuga, un chunnin un par de años menor.

No fue difícil adivinar a quien pertenecían los ojos plateados que ahora llevaba la pelirosa, la venda ensangrentada y sucia que rodeaba la cabeza del Hyuuga fue suficiente.

―Tendrás que acompañarnos a la torre del Hokage, Haruno-san. ― dijo Kotetsu con voz seria, haciendo un ademan con la mano para que la pelirosa liderara el camino.

― ¿Pasa algo, Sakura-san? ― preguntó Ryoke, siguiendo el camino que sabía llevaba a la torre.

― Todo esta bien. ―le aseguró, utilizando la misma voz que usaba con sus pacientes. ―Daremos nuestro informe de misión a Hokage-sama.

No le sorprendió cuando fueron llevados a otro destino, varios pisos por debajo del escritorio de Kakashi Hakate, un lugar al que solo fue una vez muchos años atrás.

―Espere aquí, Haruno-san, ―le pidió el guardia de la puerta, dejándola en una habitación pequeña y estéril, el tono azul de las paredes solo era interrumpido por un espejo y dos puertas, no se necesitaban muchas neuronas para saber que eso se convirtió en un interrogatorio con todas las de la ley.

Había una mesa de madera estándar y dos sillas, tomó asiento, esperando al ninja que se encargaría de determinar su estado. Nunca pasó por una situación similar, tuvo que reprimir el impulso de jugar con sus dedos o mirar fijamente el cristal buscando su reflejo.

Dos presencias en la otra habitación, desconocía si alguien más estaba ocultando su chakra, pero Kakashi y Hiashi no se molestaron en hacerlo, quiso sentir el primero como un apoyo, Hyuuga por otro lado, estaba ahí para recordarle el papel que tenía que interpretar. Era una prueba. Y no sería la última.

―Haruno Sakura. ― saludó alguien entrando por la puerta frente a ella, era de mediana edad, con la cabeza cubierta por vendas y el protector de la aldea sobre su frente. ―Soy Tobitake Ronbo.

―Buenos días, Tobitake-san ― dijo, manteniendo una voz neutral y profesional. ―Entiendo que las circunstancias de mi regreso pueden parecer extrañas y por eso he sido traída a la División de Inteligencia. ―No necesitó actuar para mostrar calma, aunque evadió nombrar el departamento de Tortura e Interrogación.

―Su firma de chakra ha sido comprobada ya, por lo que no dudamos de su identidad. ― habló el hombre, abriendo una carpeta de archivo estándar. ―Aunque sus ojos, entenderá no son una situación normal.

―Fui enviada a una misión a Taki no Sato como protección de un comerciante, tenía que escoltarlo hasta Iwagakure, pero nunca logré llegar hasta Taki, fui atacada pasando la frontera del País, desconozco el número de ninjas que eran, pero utilizaron varios venenos. ―inició el relato, apegándose lo más posible a la verdad para que pudiera sonar creíble. Al menos agradecía que no fuera Morino Ibiki o alguien del clan Yamanaka. ―No desperté hasta varios días después, no era la única que estaba ahí, había tres más, todos Hyuuga. Fueron secuestrados para tomar su Byakugan, pero las cosas no salieron bien, ellos querían que yo hiciera el trasplante, cuando me negué se dieron cuenta que yo no era de utilidad y...

― ¿Qué pasó después, Haruno-san? ― insistió el hombre, tomando ese interrogatorio como uno de los más fáciles de su vida. El Hokage se había negado a que se llevara a cabo, pero el protocolo exigía que se realizara, más cuando el dojutsu de uno de los clanes nobles estaba de por medio.

El semblante de Hiashi Hyuuga se mantuvo duro desde que entró en la habitación, observando con ojo critico cada movimiento, el Sharingan de Kakashi no se había despegado del hombre, sabiendo que estaba en su derecho de recuperar los ojos que ahora estaban en su alumna.

―Fui sedada de nuevo, desconozco si solo fueron horas o días, el dolor de cabeza me mantenía en un estado de inconciencia y sé que tuve fiebre, cuando desperté, estaban muertos y las fosas de Ryoke-san estaban vacías.

― ¿Cómo lograron escapar? ―continuó con la siguiente pregunta Tobitake, escribiendo todo lo que la Haruno decía en el expediente.

―Fue más un error por parte de ellos que un intento real. ― respondió, cerrando los ojos y recordando el dolor en sus puños durante todos esos días que estuvo encerrada, la frustración que sintió yno podía ser actuada, incluso su chakra se desestabilizó. ―Lo ataqué antes de que lograran sedarme de nuevo, tampoco esperaban que Ryoke-san siguiera vivo después de dejarlo tirando en una celda.

―Suficiente. ―intervino Kakashi, no iba a permitir que le siguieran haciendo eso a su alumna. ― Lleven a Sakura al hospital, que tenga una revisión médica completa.

―Enviaré a un médico del clan para que se haga cargo. ― dictó el Hyuuga, sabiendo que su orden entraba dentro de los protocolos de pacientes con kekkei genkai. Su mirada solo se posó en la pelirosa por medio segundo y salió de la habitación.

―Hiashi-san. ―lo detuvo el Hokage antes de que se fuera.

―Hablemos en su oficina, Rokudaime.

― ¿Kakashi-sensei? ―lo abordó Naruto apenas salió de la habitación. El rubio había estado en los pisos inferiores ocupándose de un encargo de su maestro cuando sintió la firma de chakra, parecía lejana y débil, incluso en ese momento no estaba seguro de que fuera ella.

Sus ojos pasaron del ninja copia al Hyuuga, tratando de adivinar porqué ese hombre estaba ahí, pero no encontró ninguna respuesta, la seriedad de Kakashi fue lo único que evitó que comenzara a gritar, si algo aprendió de sus meses de entrenamiento para Hokage era a tratar a los lideres de los clanes con sumo cuidado, un error podría costarle fácilmente el puesto.

―Tome asiento, Hiashi-san. ― pidió el peliplata, tratando de llevar las cosas con calma, casi podía sentir la desesperación de Naruto por hablar y exigir respuestas.

―Entiendo que un ninja ajeno a mi clan ahora es poseedor de nuestro dojutsu, Rokudaime. ― habló con calma el castaño, cruzando los brazos sobre el abdomen y manteniendo el control sobre sus músculos faciales.

―Una acción que no fue culpa de la ninja en cuestión. ―dijo el hokage, de las pocas veces en que Naruto lo había escuchado dirigirse a alguien con tanta seriedad, incluso su tono que mostraba cierta indiferencia o aburrimiento no estaba.

― ¿Sakura-chan...? ¿Sus ojos...? ―quiso hablar Naruto, tratando de entender de qué hablaban los dos hombres.

―Pero como sabrá, no puedo permitir que alguien ajeno a mi clan porte el Byakugan. ―explicó, sabiendo que de esa manera no había forma en que el hokage se negara a que la kunoichi viviera dentro del complejo, pero... su vista viajó al Uzumaki. ―No todos podemos darnos lujos como otros clanes.

La ligera mueca que buscaba ser una sonrisa en los labios del Hyuuga solo logró que Naruto apretara los puños, las ultimas palabras fueron suficientes para que entendiera a grandes rasgos qué estaba pasando, sus uñas se incrustaron en sus palmas, rompiendo la primera capa de la piel, pero no le daría el lujo de que lo viera molesto. Él sabía que fue Hiashi quien alejó a Hinata de él, y ahora quería quitarle a Sakura.

― ¿Qué es lo que propone? ― preguntó Kakashi, sabiendo que cualquier respuesta que escuchara de los labios del líder del clan Hyuuga, no le gustaría.

―Lo más fácil sería recuperar los ojos que fueron tomados de Ryoke. ― suspiró, con una voz cansada, aunque la falsedad en el sentimiento fue fácil de leer. ― nuestros mejores médicos serian completamente capaces de regresarlos a su dueño.

― ¡No puede hacer eso! ―gruñó Naruto, un sonido demasiado salvaje.

―Entonces, ¿Qué propones, muchacho? ―cuestionó el castaño, levantándose de su asiento y viendo directamente al que ciertos grupos querían que fuera el próximo líder. ―Estas en preparación para algún día llevar el título de Hokage, ¿no? ― pinchó, acercándose a pasos lentos a él ― ¿Qué propones que yo haga, como líder del Clan Hyuuga, cuando me entero que a alguien de mi familia le han sacado los ojos para ponérselos a una persona ajena al clan? ¿Qué puedo hacer para proteger nuestro dojutsu cuando ahora lo lleva una niña que ni siquiera sabe usarlo? ¿Entiendes lo peligroso que puede ser para la aldea y para Haruno-san que alguien intente secuestrarla de nuevo para quitarle los ojos que le pusieron? ¿Puedes imaginar lo que significaría que otra nación se apoderara del Byakugan?

―Sakura-chan es fuerte. ―la defendió, enojado de que alguien la subestimara. ―Además yo siempre la voy a proteger.

―Fue mantenida presa por más de un mes, Uzumaki-san. ―le dijo con burla. ―Y a pesar de la misión de búsqueda y rescate por parte de la aldea, no fue encontrada.

― Ella puede aprender a usar el Byakugan. ― gritó Naruto, perdiendo la calma al escuchar su fallido intento de búsqueda. ― Si ella aprende a usarlo, podría defenderse.

―Ciertamente podría. ― dijo, como si la respuesta fuera más para el mismo que para los otros dos. ―Pero solo un Hyuuga puede enseñarle cómo hacerlo.

― ¿Habría alguna manera en que Sakura pudiera aprender a usarlo? ―intervino Kakashi, ignorando lo raro de la situación, si eso podría mantener a su alumna con vista, podría omitir su instinto y prepararse para las consecuencias después.

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Sakura conocía al ninja que se encargó de su examen médico, fue escoltada por dos ANBU hasta el hospital y puesta en una de las habitaciones que reservaban para lesiones producidas en misiones con clasificación S, le dieron una bata y comenzaron a sacarle sangre y tomarle varios estudios de imagen.

No podía salir del cuarto y nadie se molestó en mostrarle los resultados de sus análisis a pesar de su jerarquía en el edificio. La mantuvieron ahí hasta que el sol se ocultó, no sabía por qué tardaban tanto, si no supiera que todo eso era parte de algo orquestado por Hiashi, pensaría que realmente estaban discutiendo a fondo su situación.

―Sakura-chan. ―escuchó la voz inconfundible de Naruto. Él fue el primero en entrar a la habitación, seguido por Sasuke y Kakashi, que la veían como si no pudieran creer que estuviera viva.

―Hola. ― susurró, sabiendo que el impacto de verla con un color de ojos diferente podía ser chocante, ella misma no se podía reconocer en su propio reflejo.

― ¡Pensé que te perdería, Sakura-chan! ― gritó el Uzumaki, corriendo a la cama para abrazarla sin importarle llorar como un niño pequeño. ―Te buscamos por todos lados, yo...

―Ya estoy de vuelta, Naruto-kun. ―le dijo, devolviendo el abrazo, sintiéndose cálida y protegida con ellos ahí.

―Hmnp... bienvenida de vuelta, Sakura.

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