29
Jason
Miré a mamá.
—Papá llegará pronto a Nueva York y... La tía Caroline viene con él.
—Si ella viene con él es porque no es ella, ¿verdad? —asentí con la cabeza.
—Por cierto, vi a mi prima Caroline —comenté.
—Espera, ¿cómo que la viste? ¿Está aquí en Nueva York?
—Sí, de hecho la vi afuera del hospital. Dijo que vino a buscar información o algo así —respondí.
«Aunque eso es raro. Si ella vino a un hospital, es porque le interesa alguien en específico. Me pregunto quién», pensé.
—Ya veo —comentó mamá.
—Sí, ¿no deberías llamar a papá? ¿O ir al aeropuerto? —pregunté.
—Debería, ¿verdad? Es que no quiero dejar a Nora —dijo, y sonreí un poco.
—Mamá, nosotros nos quedaremos con ella. No te preocupes —dije, y ella sonrió.
—Cierto —limpió una lágrima que estaba a punto de salir—. Bueno, nos vemos al rato.
—Nos vemos, mamá —dije mientras salía de la habitación para irse.
—Jason, ¿estás bien? —preguntó Jack, y lo miré.
—Sí —respondí—. Tenemos que encontrar a esa mujer.
—Lo sé, pero no tenemos más pistas. Solo esperemos a tu padre y veremos qué hacer.
Asentí con la cabeza y volví a mirar a Nora.
—Juro que la mataré... Nadie volverá a hacerle daño, no mientras esté con vida —murmuré.
—Ya basta —escuché, y mi mirada se posó en Rachel—. Todo esto es tu culpa.
—Rachel, ¿qué estás diciendo? —dijo Jack.
Ella se levantó del piso y se acercó a mí. Está enojada.
—Si no hubieras vuelto, nada de esto le hubiera pasado a Nora —dijo y salió de la habitación.
—¿Qué demonios? ¿Por qué dijo eso? Voy a hablar con ella.
—Déjala, lo que ella diga no me importa, aunque por una parte tiene razón —la miré nuevamente y acaricié su mejilla—. Vamos, vayamos al Penthouse. Las cámaras debieron grabar algo.
—Cierto, no me acordaba de las cámaras. Vamos —dijo, y abrió la puerta para que los dos saliéramos de la habitación.
«Espero no tardar mucho. No quiero dejarla sola tanto tiempo».
Salimos del hospital y noté que ya casi no había periodistas ni policías. Vaya milagro. Necesito ver las grabaciones de las cámaras antes de que el Sr. Larry lo haga. No quiero complicaciones. Él ya no está aquí; me dijo que iría a ver a Nora. Tal vez surgió algo y tuvo que irse. Seguí a Jack hasta los estacionamientos y me di cuenta de que había venido en su auto. Ah, pude haber ido a Starbucks en su auto en lugar de tomar un taxi. En fin.
Nos subimos, arrancó el motor y nos fuimos de allí.
—¿Qué harás cuando encuentres a C.S? —preguntó Jack, y sonreí.
—Torturarla hasta matarla. Tengo tantas ganas de ver su expresión llena de dolor... Será tan satisfactorio —respondí.
—A veces me das miedo —comentó y rio un poco—. ¿Pero no crees que Nora debería tomar esa decisión? El problema con C.S es de ella, así que ella debería decidir qué hacer con él.
—Es cierto, pero... No sé, prefiero que deje a C.S. en mis manos.
—Como quieras, pero antes de hacer algo, tienes que hablarlo con ella —me advirtió.
Sé que él se preocupa por mí. No quiere que haga cosas terribles, pero así soy. Es mi forma de "hacer justicia" por las personas que amo, sea cruel o no. Además, es divertido.
Sonreí un poco y miré la ciudad. De repente, sentí esa sensación que siempre trato de evitar. La misma sensación que sentí cuando supe que no volvería a ver a Nora por mucho tiempo. Esa sensación, ese sentimiento... Me encanta verlo en los demás, pero odio sentirlo yo mismo... El miedo.
—Jason, ¿estás bien? —Jack colocó su mano en mi muslo y me hizo dejar de pensar en eso—. Estás temblando.
Tragué saliva y me calmé.
—Estoy bien —respondí.
«Nora está bien. Está contigo siempre. Solo investigarás un poco y volverás al hospital. Así que deja esa patética sensación a un lado y vuelve a ser tú mismo».
Noté que llegamos y se estacionó rápidamente. Bajamos del auto y me acerqué a la recepcionista.
—Quiero ver las cámaras de seguridad, ahora —ordené, y ella me llevó al cuarto de vigilancia. Al entrar, me llevé una gran sorpresa. No esperaba verlo aquí—. Señor Larry, un gusto verlo de nuevo.
—¿Qué haces aquí? —preguntó al darnos la mano.
—Creo que usted ya sabe por qué vendría a este lugar —comenté, mirándolo fijamente.
—Ya veo. Justo estábamos por ver cuándo Nora salió y fue hacia los estacionamientos —sonreí un poco—. Ven.
Me acerqué y me puse junto a él. Comenzó el video y mi mirada se posó en Nora cuando fue a la recepción y comenzó a hablar con la recepcionista. Luego se fue, dejando a Nora sola. Ella caminó un poco y chocó con alguien. No se puede distinguir quién es.
—¿Por qué Nora seguiría a esa persona? —preguntó Larry seriamente—. Espera, ¿ella estaba hablando con alguien por teléfono mientras seguía a esa persona?
—Eso parece —comentó el guardia.
—Ella estaba hablando conmigo —dije, y me miró inmediatamente.
—¿Por qué? —preguntó.
—La llamé al darme cuenta de que no estaba en casa. Fue entonces cuando me dijo que había visto a alguien sospechoso y lo empezó a seguir. Le dije que no lo hiciera y salí rápidamente —miré la pantalla—. Mire, ahí estoy saliendo del ascensor. Le pregunté dónde estaba y me dijo que en los estacionamientos. Corté la llamada al salir del edificio y escuché un disparo. Corrí rápidamente y fue entonces cuando la encontré en el suelo... Desangrándose.
—Ya veo —comentó y miró al guardia—. Pon las grabaciones del estacionamiento.
El guardia asintió con la cabeza y comenzó a buscar las grabaciones de esa mañana en el estacionamiento.
—¡Detente! Ahí está Nora —dijo Larry, y miré la pantalla.
Esa idiota se escondió y luego se puso detrás de Nora. Ella se dio la vuelta y... ¿Están hablando? En fin, de repente apretó el gatillo. Nora cayó al suelo y esa idiota simplemente salió corriendo. Luego llegué yo y lo demás ya se sabe.
—Jason, ¿por qué crees que ella siguió a esa persona? —preguntó.
—Porque pensó que era la persona que le ha hecho daño y ha secuestrado a sus padres —respondí.
—Ya veo —dijo Larry, mirando al guardia—. Llama a la recepcionista, por favor.
El guardia salió y los tres nos quedamos solos. No me gusta estar con él porque sé que me hará preguntas. Él debió de haber investigado a todas las personas cercanas a Nora.
—Estoy curioso de algo —comentó y lo miré—. ¿Puedes subirte el suéter?
Alcé mi suéter y se acercó un poco a mí para ver mí cicatriz más de cerca. Su mirada solo muestra seriedad, pero sé que tiene muchas preguntas.
—¿De verdad quieres saber por qué tenemos la misma cicatriz Nora y yo? —sonreí, y dio un paso hacia atrás—. ¿Por qué se aleja?
—Tu sonrisa... Me da escalofríos —respondió, y reí un poco.
—Me lo dicen mucho —suspiré—. Nora me hizo esta cicatriz.
Noté sorpresa en su rostro.
—Entonces... La cicatriz que ella tiene, se la hiciste tú —dijo, asintiendo con la cabeza—. Pero, ella me dijo que no recordaba quién le había hecho esa cicatriz.
—Ella no recordaba su pasado, pero en cuanto vio mi cicatriz, todo volvió —expliqué.
—¿Y por qué se hicieron eso? Solo eran unos niños.
—Es un secreto —sonreí y tragó saliva.
—¿Nora te contó sobre los cuerpos de esos chicos que mataron? ¿Te contó que su nombre aparecía en las espaldas de esos chicos?
—Sí, ¿por qué?
«Esto se ha vuelto interesante, pero podría volverse peligroso», pensé.
—La forma en que ese asesino escribió el nombre se parece mucho a la forma en que está la cicatriz de Nora, las líneas son parecidas —dijo Larry, mirándome seriamente.
Miré a Jack y empecé a reírme.
—Mis líneas son perfectas, pero cualquier persona con práctica también puede hacerlas —me acerqué—. Por favor, no pienses tonterías.
En ese momento, la puerta se abrió y el guardia entró con la recepcionista. Él carraspeó la garganta y me alejé.
—Señorita, ¿de qué hablaron usted y la señorita Nora esta mañana? —preguntó Larry.
—Ella quería ir a la farmacia, pero le dije que no era necesario que fuera, ya que podía enviar a alguien a comprar lo que necesitaba —respondió calmadamente.
—¿Y qué quería comprar? —pregunté, mirándola.
—Pastillas para la fiebre —fruncí un poco el ceño.
—Ya veo —dije.
Abrí la puerta y salimos de allí. Llegamos a los estacionamientos y nos subimos al auto. Jack arrancó el motor y nos dirigimos al hospital.
—Al hospital, ¿verdad? —dijo Jack, y asentí con la cabeza.
«Así que tenía fiebre», pensé.
El camino transcurrió en silencio hasta que llegamos al hospital. Bajamos del auto y entramos. Subimos en el ascensor y salimos cuando las puertas se abrieron. Caminamos hasta la habitación y cuando abro la puerta, mi mirada se posa en el doctor. Él se da la vuelta en el momento en que cierro la puerta y nos acercamos a él.
—¿Cómo está, doctor? —preguntó Jack.
—Ella está bien, pero hay algo que me preocupa —comentó el doctor.
—¿Es la fiebre, verdad? —dije, y me miró sorprendido.
—¿Cómo lo sabe? —preguntó.
—Parece que antes de esto, ella iba a ir a la farmacia a comprar pastillas para la fiebre. Eso fue lo que nos dijo la recepcionista.
—Ya veo, al principio pensé que la fiebre era por la herida y lo demás. Pensé que después de unas horas bajaría, pero no ha bajado. Y con lo que me acabas de decir, ella ya tenía fiebre antes. Voy a pedir que le den medicina para la fiebre y también que le hagan unos exámenes. ¿Ha estado durmiendo bien?
—Creo que sí, pero puede que haya estado estresada —comenté.
—Mmm, bueno, gracias por la información —sonrió—. Los dejaré con ella. Volveré cuando tenga los resultados de los exámenes.
Asentí con la cabeza y el doctor se fue. Me senté al lado de Nora, y de repente la puerta se abrió bruscamente. Me levanté enojado al ver que eran ellos. ¿Qué hacen aquí?
—Jason, aquí estoy. Tu amigo está aquí —dice Taylor llorando—. Oh Dios, pobrecita... Ella estará bien, amigo. Se trata de Nora, es fuerte. Ay, Jason, ¿cómo te sientes?
—Mejor cállate si no quieres que te mate ahora mismo —tragó saliva y se limpió las lágrimas.
—¿Quién le hizo esto? —preguntó Daniel, furioso, y lo entendía. Nora y él se hicieron buenos amigos.
—C.S, estoy seguro —respondí.
—Tenemos que encontrarlo, pagará por esto —dijo enojado.
—¿Qué te hace pensar que es un él? —dijo papá al entrar a la habitación.
—¿Cómo estás, papá? —pregunté.
—Enojado —respondió—. Quiero ver a Nora.
Se acercó y se puso al otro lado de la cama para verla, le tocó la mejilla y noté cómo una lágrima rodaba por su rostro.
—Caroline, esto ya se salió de control —le dijo a mi tía—. ¡Encuéntrala ahora mismo!
—Cariño, cálmate —dijo mamá.
—¿¡Cómo quieres que me calme, Rebecca?! Mira, Nora está ahí en esa cama... La hija de mi mejor amigo casi muere. Por Dios, le prometí que pase lo que pase siempre cuidaría a Nora como si fuera mi propia hija, y mira lo que pasó —más lágrimas empezaron a caer de su rostro, luego miró a mi tía seriamente—. Encuéntrala y tráela, ¡pero ya!
Mi tía dio un pequeño salto del susto y asintió con la cabeza.
—Hay algo que no entiendo —comenté y me miraron—. ¿Por qué le gritas a mi tía de esa manera? ¿Tía, por qué te dejas gritar de esa forma? Nunca dejaste que nadie te gritara, es extraño. Díganme, ustedes lo saben, ¿cierto? C.S. es alguien que todos conocemos, ¿cierto?
Me acerqué a mi tía y sonreí.
—Dime, querida tía, ¿quién es?
Tragó saliva.
—Tu prima, Caroline —respondió. Di un paso hacía atrás, miré a Daniel y a Taylor y empecé a reírme.
«Así que por eso ella vino al hospital, ya me parecía extraño todo», pensé.
—Tía, ya debes de saber lo que va a pasar, ¿verdad? Sé que es tu hija, pero ella sabía lo que estaba haciendo, y se metió con la persona que más amo. Así que yo me ocuparé de esto.
—Jason —dijo papá, pero lo interrumpí.
—Dije que me ocuparé de esto. Nadie hará nada —lo miré seriamente y luego me acerqué al oído de mi tía—. Lo siento, pero tú creaste a este monstruo.
Abrí la puerta y salí de allí. Desbloqueé mi celular y marqué el número de Caroline. Lo puse en mi oído y esperé a que me contestara.
—¿Hola? —escuché del otro lado.
—Caroline, ¿podemos vernos?
—¡Claro! Me hace feliz que quieras verme. ¿Dónde quieres que nos veamos?
—¿Puede ser en tu casa?
—Eh... Sí, está bien.
—Bueno, mándame la ubicación por mensaje. Nos vemos —colgué.
¿Debería de ir a la cabaña a buscar algunas herramientas? Mmm... No creo que sea necesario. Ella debe de tener en su casa. Me siento un poco mal por ella, la va a pasar mal, pero la idea de torturar a mi propia prima es tan placentera.
—Oye, ¿quieres que te acompañemos? —preguntó Daniel al poner su mano en mi hombro.
—Si ustedes quieren —respondí—. Por cierto, llamen a Jackson, necesitaré su ayuda.
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¡Hola conejitos!
Espero que estén bien <3
Espero que les haya gustado el capítulo. No olviden votar y comentar lo que quieran.
Nos vemos <3
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