04
—No lo volveré a repetir —se acercó más a él—. Quita tus manos de ella.
—Lo haré solo porque no quiero problemas —comentó y quitó su brazo de mi cintura.
—Y tú, vienes conmigo —dijo Jason, agarró mi mano y empezó a llevarme hacia otro lado del salón. Donde no hubiera gente al rededor—. ¿Cómo es posible que tú y él hayan venido juntos?
Por alguna razón está enojado y no entiendo el porqué.
—¿Cuál es tu problema? Casi haces un escandalo.
—¿Un escandalo? Nora, a mí no me importa, lo que me importa ahora mismo es saber porque vienes con él —dijo mientras se acercaba más a mí.
—¿Qué tiene que haya venido con él? Su padre y mi padre son amigos, y él lo invitó junto con su hijo. Y sí, no lo conozco, pero él es mi acompañante está noche y estaré con él te guste o no —dije firmemente.
Él solo soltó un risa y volvió a mirarme.
—Está noche tu acompañante soy yo, nadie más, ¿entendiste?
Fruncí el ceño y me acerqué a tal punto de que nuestras respiraciones chocan.
—Bien, seré tu acompañante si me dices el porqué no quieres que esté con Jack.
—No tengo porqué decírtelo —dijo y alcé una ceja.
—Bien, entonces no seré tu acompañante, nos vemos —me di la vuelta y empecé a alejarme de allí.
—¡Nora! ¡Nora! —me alejé hasta dejar de escuchar sus llamados y vi a Jack hablando con su padre. Me acerqué y él me sonrió.
—Los dejo solos —comentó el padre de Jack y se fue.
—¿Cómo te fue? —preguntó.
—¿Con qué?
—Con Jason —lo miré curiosamente.
—¿Cómo es que se conocen? —pregunté.
—Es una larga historia —tomó un sorbo de su champán.
—Me gustan las historias largas —comenté con una sonrisa y me acarició el cabello como si fuera una niña pequeña.
—Fuimos mejores amigos desde la secundaria hasta la preparatoria, pero nos distanciamos luego de graduarnos del colegio —puedo notar tristeza de su parte.
—¿Por qué se distanciaron? —pregunté.
—Fue por mí culpa, supongo —respondió al mirarme—. Ya no puedo decirte más, al menos que aceptes una propuesta.
—¿Cuál propuesta? —sonreí.
—Tengamos una cita —comentó y me sorprendí un poco—. Sé mi acompañante de regreso a Canadá y vayamos a una cita. Y entonces, te diré la historia completa.
Este tipo... Es sorprendente.
—Está bien, acepto —dije al pensarlo bien—. Ya vuelvo, voy al baño.
"Permiso". Esa era la palabra que salía de mi boca para que me dejaran pasar, en un intento de moverme a la izquierda para no chocar con alguien, terminé chocando con otra persona.
—¡Que cara...! —hizo una pausa al mirarme —. Pero si es Nora White.
—Hola Jackson —sonreí falsamente. Agh, odio este tipo, siempre quería buscar problemas conmigo en la universidad—. No tengo tiempo para hablar ahora mismo, necesito ir a un sitio.
Me di la vuelta y justo cuando iba a seguir mi camino, una mano en mi hombro me detuvo.
—Mmm... No lo creo. Mira lo que hiciste —señaló su camisa, está mojada. Supongo que al chocar con él hice que su bebida se derramara en su camisa—. Tienes que pagar por lo que hiciste.
—Mira Jackson, mi padre está aquí y no quiero problemas, te pagaré por la camisa, pero de verdad tengo que irme —dije seriamente. ¡Por Dios, si no me voy ya, me voy a orinar encima!
—¡No te vas a ir a ningún lado! —agarró mi mano con fuerza.
—Parece que todos esos golpes que te di en la universidad no te hicieron entrar en razón —sonreí arrogantemente—. ¿Debería de volver a darte otra lección?
Su agarre se volvió más fuerte a causa del enojo y solté un quejido. ¡Maldición! ¿Por qué tienen que pasar estas cosas en un momento como este?
De pronto sentí como mi mano se liberó y se escuchó un quejido fuerte por parte de Jackson.
—Vuelve a tocarla y lo próximo que te romperé será el brazo —dijo Jason de forma amenazante. Lo soltó y éste empezó a quejarse del dolor. Le rompió la muñeca, Jason le rompió la muñeca en un segundo.
—Vamos —dijo y agarró mi mano para así luego salir del salón—. ¿Por qué sonríes?
Me tomó por sorpresa esa pregunta y lo miré.
—¿A qué te refieres?
—Estabas sonriendo —comentó.
—Tengo que ir al baño —dije y me acompañó todo el camino. Él se quedó afuera y yo entré, fui al servicio, hice mis necesidades, me lavé las manos y me miré al espejo.
—Fue tan gracioso —dije y empecé a reírme. La expresión de miedo que tenía Jackson cuando Jason le habló fue tan graciosa. Fue tan patético.
Salí del baño y lo vi recostado en la pared con los ojos cerrados. ¿Estará durmiendo?
—Oye —dije y no se movió—. ¿De verdad te dormiste?
Me acerqué a él para mirarlo más de cerca.
—Te ves tan tierno —dije y abrió sus ojos.
—¿De verdad? —dijo y me apegó más a su cuerpo. Nuestras respiraciones chocan, nuestros labios cada vez más cerca y su sonrisa, maldición, esa sonrisa linda que tiene ahora mismo hace que quiera besarlo y se acerca a mi oído—. ¿De verdad te parezco tierno?
—Solo cuando estás en silencio —dije y sonrió de forma arrogante para así luego soltarme—. Llévame a casa.
—¿Ya te quieres ir?
—Sí, estoy cansada, además ese idiota de Jackson arruinó la noche.
Él solo sonrió y nos fuimos de allí, al salir del hotel nos dirigimos a su auto y entramos, arrancó el motor y nos fuimos. Lo único que se escuchaba era la radio hasta que él decidió bajar el volumen.
—¿De qué hablaron tú y el señor Larry? —preguntó y lo miré.
—¿Cómo sabes su nombre? Ni yo lo sabía.
—Solo lo sé —respondió y puse los ojos en blanco.
—Hablamos de lo que pasó en la universidad.
—Ah, eso —sonrió—. ¿Y qué más?
—Pues... Parece que hallaron otro tipo de sangre en la escena, los resultados saldrán en unos días.
—Ya veo, eso es bueno, podrán encontrar al asesino —comentó y asentí con la cabeza.
Llegamos y antes de bajarme me despedí de él, entré a casa, fui hacia mi habitación y lo primero que hice fue quitarme todo, no tengo ganas de bañarme así que me puse una pijama cómoda y me quité el maquillaje. Puse la alarma y me acosté a dormir.
(...)
Escuché la alarma y me levanté a apagarla. Miré a mi al rededor y todavía me siento cansada, hoy no tengo ganas de hacer nada, quiero ir a la playa y sentarme en la arena a ver el hermoso océano. Sí, eso es lo que haré hoy, voy a tener un día pacifico.
Entré al baño, me cepillé los dientes y me metí a la ducha, demoré una hora aproximadamente. Al salir del baño abrí mi armario y opté por ponerme un top blanco, una falda larga que llega arriba de los tobillos de color negro con florecitas blancas y zapatillas blancas. Me maquilé de una forma simple, nada cargado, me puse mi collar, unas pulseras y un anillo, me amarré una parte de mi cabello dejando unos mechones al frente suelto y salí de mi habitación.
—Hola papá —dije al verlo en el comedor con una taza de café.
—Hola —tomó un sorbo—. No vuelvas a hacer lo que hiciste anoche, ni tan siquiera me avisaste cuando te fuiste.
—Lo siento papá —dije y me miró más enojado.
—Eres la futura dueña de la empresa, no puedes irte así por así, la próxima vez te vas a comportar, ¿entendiste?
—Sí —dije y me dirigí a la cocina.
Vi unas empanadas en un plato y sonreí, vi un papel a un lado y lo agarré para leerlo.
Hola Hija, te dejé estás empanadas de pollo, cómelas todas, las preparé con mucho amor.
Con cariño, tu madre.
Agarré un vaso y lo llené de jugo de naranja, agarré el plato y lo llevé hasta la mesa, me senté en una silla y tomé un sorbo de jugo para así empezar a comer. ¡Delicioso! Amo las empanadas que hace mi madre. Miré a papá y está viendo algo en su Tablet, este silencio e incomodidad que hay en el aire es intensa.
—Ya me voy —dijo al dejar la taza a un lado—. Nos vemos.
—Ok, ve con cuidado —dije y escuché como se cerró la puerta de la casa.
Seguí comiendo tranquilamente hasta que mi celular empezó a sonar, es un número desconocido... No sé si contestar, agh, lo haré para saber quien es.
—¿Halo? —no se escucha nada del otro lado—. Si es una broma pues le digo que no es graciosa.
—Te arrepentirás por haberme quitado lo que era mío —la voz suena como si hubiera sido alterada.
—¿Quién eres? —pregunté y cortó.
«¿Qué fue eso?»
Terminé de comer y lavé el plato junto con el vaso. Subí a mi habitación, cepillé mis dientes y volví a bajar, divise a la ama de llaves y me acerqué a ella.
—Volveré más tarde.
—Que tenga un buen día —sonreí amablemente—. ¿Escuchó sobre lo que pasó en la policía?
Negué con la cabeza.
—Entraron y destruyeron todo. No sé sabe quien pudo ser, parece que apagaron las cámaras —comentó.
—¿Qué? —quedé desconcertada—. Tengo que irme, gracias Mary.
Salí de casa, Jorge no está así que toca caminar. La verdad me gusta caminar, si por mí fuera iría a la empresa caminando. Iba a cruzar la calle cuando de pronto un auto de color verde oscuro se puso al frente.
—Súbete —dijo al bajar la ventanilla.
Es Jhonny.
—Que bueno es verte —dije al subirme.
—Lo mismo digo —sonrió—. Te ves tan hermosa.
—Gracias —sentí mis mejillas arder.
—¿A dónde vas?
—Cierto, a la estación de Policía, rápido por favor.
—Como usted diga, madam —reí por tales palabras.
Bajé rápidamente del auto al llegar a la estación, entré y lo primero que vi fueron papeles en el piso, teléfonos rotos, escritorios en el piso, agua derramada, todo era un caos. Fui hacia al laboratorio y quedé pasmada hasta que una voz me hiso volver a la realidad.
—¡Nora! —lo miré.
—¡Señor Larry! ¿Qué fue lo que pasó?
—No lo sabemos, todo ocurrió en la madrugada. Fue inteligente, cortó la electricidad para que así las cámaras no lo captara.
—¿Él? —dije confundida.
—El asesino —me sorprendí—. Estoy seguro que fue él porque la muestra de sangre qué teníamos en proceso ha desaparecido.
—No puede ser —dije estando sorprendida—. ¿Pero cómo es posible?
—No tienes porqué preocuparte, es mejor que te vayas —dijo seriamente.
—Está bien —me di la vuelta para así irme.
—No le contaste a nadie sobre eso, ¿verdad? —lo miré.
—No —respondí y me fui. Y es cierto, no le he dicho a nadie. Hice una pausa y recordé lo que pasó anoche, se lo conté a Jason, seguí caminando hasta que salí de la estación—. No, no es posible que él... No, es imposible.
Reí y entré al auto de Jhonny.
—¿Cómo te fue? —preguntó.
—Mmm... Bien.
—Bueno —arrancó el motor—. ¿Qué piensas hacer ahora?
—Ir a la playa —me puse el cinturón de seguridad.
—A la playa entonces —salimos del lugar.
Estuvimos cantando canciones todo el camino hasta llegar a nuestro destino. Jhonny estacionó su auto y bajamos, me quite las zapatillas y él hizo lo mismo, se sintió bien sentir la arena en mis pies, es algo que no puedo explicar, me siento en paz. Encontramos un buen lugar para sentarnos, pero antes saqué un paraguas y una manta para que podamos sentarnos.
—Ah... Me siento en paz —comentó Jhonny con los ojos cerrados.
—Necesitaba esto —dije y me miró—. Ver el océano, sentir el viento y tener mis pies en la arena era lo único que necesitaba en este momento.
—Nora —tomó mi mano—. ¿Estás bien?
Me tomó por sorpresa esa pregunta.
—Creo que sí, la verdad no lo sé. Lo que sí sé es que necesitaba esto, estar en paz por lo menos un momento —dije con una sonrisa.
—Sabes que estoy aquí para ti, si necesitas a alguien siempre estaré a tu disposición.
—¿Por qué eres tan bueno conmigo?
El soltó una risa y se acercó más a mí.
—Porque me... Porque me importas.
Sonreí y lo abracé.
—Gracias Jhonny.
—No hay de qué, Nora.
Creo que confundí lo que sentía por Jhonny con el amor cuando en realidad solo sentía una amistad muy fuerte y pura. Ahora lo entiendo, porque Jhonny es el primer amigo que tengo de verdad.
Estuvimos un buen rato allí admirando el paisaje hasta que Jhonny recibió una llamada y tuvimos que irnos ya que lo necesitaban en casa.
Jason
Estacioné el auto debajo del puente y me aseguré de que no hubiera nadie. Abrí el maletero para así sacarlo minuciosamente y llevarlo a rastras, apoyándolo en una esquina.
—Mmm... Creo que así está bien —dije y saqué el celular para así llamar a papá—. Ya está hecho.
—Bien, regresa a la empresa.
—A Nora no le gustará esto —comenté y se escuchó un suspiro de su parte.
—Ya se lo explicaremos cuando se entere —dijo y cortó la llamada.
Suspiré y fui hacia el auto, volví a asegurarme de que no hubiera nadie y entré, arranqué el motor y me fui de allí.
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¡Hola! Escribir éste capítulo fue divertido. Espero que les haya gustado.
Mi cuenta en Instagram: dreamy_writer5.
Nos vemos en el próximo capítulo conejitos.
Cierto, Feliz Navidad y próspero año nuevo 🎉❤️💚.
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