02
Esto no es una casualidad, no, nada de lo que vi hoy fue de mi imaginación, él estuvo en el centro comercial y me molesta que me haya hecho ver como una tonta.
—También es un gusto volver a verte, Jason —sonreí.
—Hija, ven a saludar —escuché a papá.
—Voy —dije y pasé por su lado mientras que nos miramos durante unos segundos.
«¡Por Dios! Es guapísimo».
—Me alegro que estén de vuelta, señor y señora Smith —dije educadamente.
—Oh querida, solo dinos Carlos y Rebecca —dijo la señora Rebecca.
—Está bien, señora Rebecca.
—Mejor —sonrió.
—Hija, ¿por qué no te sientas junto a Jason? Deberían de charlar un poco —dijo papá.
—Claro —dije y eso hice. Me senté al frente de él, cruce las piernas y lo miré fijamente.
Su cabello oscuro está peinado hacia atrás, unos mechones resaltan en su frente, sus ojos azules siguen igual de hermosos e intensos, su rostro cambió un poco, es algo obvio ya que es adulto, sus labios medio carnosos siguen igual de... atractivos. ¿¡En qué rayos estás pensando Nora?! Bajé la mirada y... Su camisa está un poco desabotonada, puedo lograr ver un poco de su pecho, su pantalón está bien puesto y tiene unos zapatos negros. No está mal, se viste bien. Me pregunto si tendrá abdominales o algo de musculo en los brazos... Nuevamente, ¿¡en qué rayos estás pensando?!
—¿Terminaste de escanearme? —lo miré nuevamente a los ojos.
—De hecho, sí —sonreí.
—Entonces, yo también debería de hacer lo mismo —comentó.
—¿Qué? —empezó a bajar su mirada y se detuvo en mi pecho, noté como sonrió y empecé a sentirme nerviosa.
—Que fácil es ponerte nerviosa —lo miré y colocó un dedo en sus labios. Definitivamente, ya no puedo negarlo. Es increíblemente atractivo.
—¡Hola! Soy Rachel —dijo acercándose a Jason y él solo la miró con indiferencia—. Así que tu eres Jason Smith, Nora me ha hablado mucho de —le di un codazo discreto.
—¿Viniste de visita? —pregunté y se levantó de la silla para así acercarse a papá y decirle algo en el oído, que grosero.
Me pregunto de qué estarán hablando. Oh, está viniendo a mi dirección... No puedo descifrar alguna emoción de su parte, simplemente está serio. Pasó a mi lado y lo seguí con la mirada, abrió la puerta y me miró.
—¿No vienes? —dijo y se me escapó una sonrisa de los labios—. Ella también puede venir —dijo refiriéndose a Rachel.
Nos levantamos del asiento y lo seguimos hasta el ascensor, entramos y apretó el botón de los estacionamientos, solo toca esperar. Estuvimos en silencio hasta que las puertas se abrieron y salimos, él jaló la puerta y solo lo seguimos hasta que se acercó a un auto negro.
—Suban —dijo y me senté adelante junto a él, Rachel se sentó atrás.
Arrancó el motor y nos fuimos de allí.
—¿A dónde nos llevas? —pregunté.
—Mira hacia al frente y no preguntes —dijo y alcé una ceja.
—Bien, como quieras —dije y miré hacia la ventana.
«¿¡Quién se cree que es?! Agh, es tan molesto».
Todo fue un total silencio hasta que llegamos al lugar. No esperaba que nos trajera a un lugar como este... Un bar, nos trajo a un bar. Entramos y pude sentir varias miradas hacia nosotros, nos acercamos al bartender y nos sentamos.
—Un whisky —dijo él.
—Enseguida —dijo y nos miró—. ¿Las señoritas qué quieren?
—Dos mojitos —dije y Rachel me miró con reprocho—. No vinimos a emborracharnos, querida.
—Ya vuelvo con sus bebidas.
Un sonido se empezó a escuchar y provenía del celular de Rachel, contestó y se alejó de nosotros. Suspiré y lo miré, me sorprendí al ver que ya se encontraba mirándome, sus ojos hacen que me sienta atrapada en ellos... Es como si estuviera viendo dentro de mí, me asusta, pero es curioso.
—¿Qué es lo que tratas de encontrar al mirarme de esa forma? —pregunté y noté una ligera sorpresa en su rostro.
—No tienes porqué saberlo —respondió luego de unos segundos de silencio.
—Si no me vas a decir, entonces no me mires de esa forma —miré para otro lado. ¿Cuál es su problema? ¿Por qué tiene que ser tan descortés?
—No tengo porqué seguir tus ordenes —lo miré nuevamente algo ofendida—. Te miraré como se me de la gana, te guste o no —sonrió como si se estuviera divirtiendo.
Maldición, ¿por qué tiene que ser tan atractivo? Es tan molesto, yo debería de ser la que se divierta, no él. ¿En qué momento se invirtieron los papeles? Vamos Nora, solo respira, cálmate.
—Aquí están sus bebidas —dijo el bartender.
—Gracias —dijimos al unísono.
—Volví —escuché y miré hacia un lado.
—¿Qué te tomó tanto tiempo? —pregunté.
—Mamá quiere que ya vuelva a casa —respondió y se tomó el mojito de un trago.
—Deja que llame a Jorge para que te venga a buscar —dije y ella negó con la cabeza.
—Puedo irme en taxi, hay una piquera por aquí cerca, busqué en internet. Te escribiré al llegar a casa, nos vemos —me dio un beso en la mejilla y se fue.
—Ah... Esa niña, ¿qué le costaba esperar a Jorge? —murmuré y también tomé la bebida de un trago.
—Oye, no es bueno que bebas así —dijo y puse los ojos en blanco.
—Quiero irme, llévame a casa —dije seriamente. Él dejó la bebida a un lado y se levantó.
Me levanté y salimos del lugar, entré al auto y nos fuimos de allí. Estuvimos un rato en silencio hasta que él decidió hablar.
—Te pido disculpas por si te hice sentir incómoda —dijo seriamente.
—No me hiciste sentir incómoda —dije y volvimos a estar en silencio hasta que llegamos a casa—. Gracias por traerme —estaba a punto de bajarme hasta que de pronto sentí como agarró mi mano.
—Espera, necesito preguntarte algo.
—Te escucho.
—¿Crees que podamos ir a la Universidad en que te graduaste? —me sorprendió un poco la pregunta.
—¿Hay alguna razón por la que quieras ir?
—Tengo curiosidad —respondió y sonreí un poco—. Tú al ser una persona curiosa, deberías de entenderme, ¿no?
—Está bien, búscame a las 9 a.m. Si ya no hay más nada que decir entonces me voy.
—En estos 12 años, ¿pensaste en mí?
—Sí —respondí y me dio un pequeño escalofrió al ver como se formaba esa escalofriante sonrisa.
—Ahora sí ya puedes bajar del auto —dijo volviendo a su cara seria y bajé del auto para así entrar a mi casa.
Subí a mi habitación y lo primero que hice fue quitarme la ropa y darme una buena ducha. Al terminar, me puse una pijama cómoda y me acosté en la cama, desbloqueé mi celular y le escribí a Rachel que mañana iremos a la Universidad a darle un recorrido a Jason, me contestó con un "está bien" y dejé el celular a un lado. Sentí mi celular vibrar y abrí un mensaje.
"Nos vemos mañana, por cierto, es Jason"
¿Cómo consiguió mi número? Dejé mi celular a un lado y me dispuse a dormir.
(...)
Me levanté por el ruido de la alarma, me estiré y luego me metí al baño, al terminar de bañarme fui directamente a abrir mi armario y hoy quiero vestirme de forma sencilla. Terminé de alistarme y me puse un maquillaje suave, agarré mi cartera negra y me la puse, guardé mi celular, entre otras cosas y me dispuse a bajar las escaleras cuando de pronto escucho el sonido de un auto al estacionarse.
«Es él».
Abrí la puerta y sí, es su auto, cerré la puerta con llave y entré. Obviamente en la parte de al frente. No me gusta mucho sentarme en el puesto de atrás. Me dispuse a mirarlo y sentí mis mejillas arder. Su cabello está algo desordenado, tiene puesto unos lentes negros, una camisa de color azul oscuro, unos pantalones negros y zapatos negros, definitivamente sabe vestirse bien.
—¿Lista para irnos? —dijo y asentí con la cabeza.
Sonrió de forma divertida y eso fue super sexy de su parte. De pronto sentí un olor extraño.
—¿Qué es ese olor? —pregunté.
—Viene del maletero —comentó como si no le molestara el olor.
—¿Qué tienes ahí?
—Es un secreto.
—Agh, ¿por lo menos puedes abrir las ventanas? Necesito aire fresco.
Bajó la ventanilla y me sentí mejor al inhalar aire fresco. Digamos que fresco, porque bien sabemos que por culpa de nosotros mismos estamos dañando el planeta tierra. Llegamos a la Universidad y bajamos del auto, vi a Rachel sentada en una de las bancas y fui hacia ella para darle un abrazo.
—Hola Jason —dijo y miré hacía atrás.
—Hola —respondió. ¡Vaya! Esta vez sí la saludó de vuelta, es un avance.
—Bueno, ¿empezamos con el recorrido? —pregunté y él asintió con la cabeza.
Primero empezamos con las facultades de nuestra Universidad, obviamente la Universidad es grande, pero no tardamos mucho porque conozco varios atajos, la última facultad fue la mía, lo primero que hicimos fue enseñarle la cafetería, los salones, las canchas, etc. Al final nos sentamos en una banca para descansar y me ofrecí en comprar unas bebidas, y al volver vi que Jason ya no estaba.
—¿Qué pasó? ¿Y Jason? —pregunté y Rachel estaba más sorprendida que yo.
—No lo sé, él estaba junto a mí y de pronto desapareció.
—Tal vez entró a la facultad de nuevo, busquémoslo —dije y nos separamos.
¿Dónde estarás? ¿Dónde? Fui hacia otro pasillo y me encontré con... ¿Jhonny?
—¡Oye! —se giró para verme—. ¿Qué haces aquí?
—¡Nora! —me abrazó—. Mi padre está en una reunión con el director, no sé para qué, pero bueno, ya que me encuentro aquí vine a dar una vuelta. Ya sabes, la nostalgia. ¿Y tú qué haces aquí?
—Haciéndole un recorrido a alguien, solo que lo perdí y lo estoy buscando —dije algo frustrada.
—Tranquila, encontrarás a quien sea que sea esa persona. Bueno, ya me voy, suerte —dijo y se fue.
Mientras sigo caminando por el pasillo siento un escalofrío, de pronto sentí a alguien detrás mío, saqué mi navaja de mi bolso rápidamente y me di la vuelta colocándolo en el cuello de esa persona.
—¡Vaya! Cuidado, cuidado —dijo Jason y me sorprendí.
—¿En dónde estabas? Me asustaste —volví a guardar la navaja en el bolso.
—Primero que todo, fui a ver algo y segundo, andar con algo así es peligroso, ¿no crees? —dijo caminando a lado mío.
—No vuelvas a irte así, nos asustaste y además nunca se sabe con que te puedes encontrar afuera, prefiero estar preparada para enfrentar cualquier cosa —respondí mirándolo.
Sus cejas se levantaron un poco y me miró con esa sonrisa que al parecer solo me muestra a mi y me siento afortunada por eso.
—Ya, ya, no volveré a irme de esa forma y lo que dices es cierto, es mejor tener cuidado con las personas que se tiene alrededor, nunca se sabe —dijo y asentí con la cabeza—. Por cierto, ¿quién era ese chico con quien estabas?
—Un amigo, ¿por? —dije mirándolo y dejó de caminar.
—No me da buena espina —respondió y volvió a caminar.
—Si te da buena espina o no, no es mi problema —dije y apresuré mi paso.
—¡Nora! —me di la vuelta—. ¡Oh! Lo encontraste, que alivio. Bueno, vengan, iremos a un lugar especial —nos tomó de la mano a los dos y nos fuimos de ese pasillo. Subimos las escaleras, giramos a la derecha y ya sé a qué lugar vamos, nos detuvimos frente a una puerta y la abrió.
—¡Tarán! Este era el lugar secreto de nosotras, espero que te guste, Jason —dijo con una sonrisa sin ver lo que se encontraba adentro.
—Rachel, no voltees —me miró confundida y agarré su mano —. No mires hacia atrás. Ya no es el lindo lugar que era.
—Nora, estás temblando, ¿qué pasa? Suéltame —se zafó de mi agarre y miró hacia atrás para así luego pegar un grito.
—Una ambulancia... ¡Hay que llamar una ambulancia! —dijo sacando su celular del bolsillo para así luego ver como sus piernas fallan y cae al suelo.
Yo sigo congelada al ver tal escena, pero una risa hace que mire hacia otro lado. Jason... Se está riendo. Está riéndose como si fuera un chiste, ¿por qué? ¿Por qué te ríes mientras ves tal escena?
—¿Jason? —dije y paró de reírse—. ¿Por qué te ríes? —pregunté al acercarme para tocar su mano, pero la desvió dándome un pequeño golpe. ¿Está enojado? ¿Por qué? No entiendo, no puedo entenderlo.
—Ah... Maldición —se tapó el rostro con las manos para así sonreírme de esa forma escalofriante—. Nos vemos después.
Se dio la vuelta y lo vi irse como si nada hubiera pasado. Volví a la realidad al ver a Rachel en el piso, ella es sensible, ver algo como esto la ha dejado mal. Escuché pasos acercándose, cada vez eran más y más, hasta que llegó una multitud a ver lo que pasaba. Traté de llevarme a Rachel lejos de allí, pero de igual forma se podían oír los gritos, vómitos y hasta personas desmayándose. Al estar alejadas de aquel lugar, senté a Rachel en el piso y sigue temblando.
—Rachel, mírame —no hizo ningún movimiento—. He dicho que me mires —la agarré del rostro y está asustada.
—Nora... —me abrazó—. ¿Lo viste? ¿Lo viste?
—Sí... Lo vi, pero por favor, cálmate.
—Su cabeza... ¿Viste su cabeza? Estaba... Estaba guindando de una soga y su cuerpo estaba...
—Rachel, ya no pienses en eso, ya pasó, tranquilízate —la miré seriamente y ella tragó saliva—. Vamos, vayamos a casa.
Llamé a Jorge y le pedí que nos viniera a buscar, ya nos encontrábamos afuera esperando cuando de pronto llegaron varias ambulancias. Nunca pensé que algo así pasaría en esta prestigiosa Universidad, más bien, nadie lo pensó.
Llegó Jorge y nos subimos al auto, me senté atrás con Rachel y agarré su mano para que estuviera tranquila, esto es algo que no va a poder olvidar fácilmente, y yo tampoco. Al llegar a casa nos bajamos del auto y entramos, subimos las escaleras y dejé que se acostara en mi cama, entré al baño a lavarme la cara y al salir, me la encontré ya dormida. Me di una ducha larga para poder pensar con claridad y poder calmar mis nervios, al salir me puse una ropa cómoda y salí de mi cuarto para ir a la cocina a tomar un vaso de agua. Escucho como se abre la puerta de la entrada estrepitosamente y salgo rápido de la cocina a ver que pasa.
—¡Nora! —escuché a papá y caminé más rápido. Me vio y me dio un abrazo—. Ay hija, ¿estás bien? Nos contaron lo sucedido, siento mucho que hayas visto algo tan horrible.
—Estoy bien, puedo con esto —sonreí y apareció mamá.
—Mírame —agarró mi rostro—. No guardes lo que sientes, si tienes miedo, siéntelo, si quieres gritar, grita, si quieres llorar, llora, no te lo guardes.
Esas palabras hicieron que entrara en razón y que hiciera lo que sentía, así que me dispuse a llorar hasta que me sintiera mejor. Fuimos a la sala y nos sentamos, estuve un rato abrazada de mamá y luego me levanté para así irme a mi habitación.
—Nora, antes de que subas a tu habitación tienes que saber que los Smith vendrán a cenar está noche —tragué saliva—. Pero si quieres lo posponemos para otro día.
—No, que vengan, será divertido —sonreí.
Subí a mi habitación, me acosté a lado de Rachel y me dormí. Desperté y vi la hora, faltan dos horas para que lleguen, fui hacia el armario y opté por usar un vestido negro un poco ajustado, como estoy en mi casa usaré unos zapatos de tacón bajo, deje mi cabello suelto y me maquille un poco. Baje a la cocina y ayude a mamá en algunas cosas, para así al final quedar todo listo.
El timbre sonó y papá fue a abrir la puerta. Solo se escuchaba como hablaban alegremente mientras se acercaban a la sala, mamá saludó a su amiga y me puse un poco nerviosa al escuchar la voz de Jason. ¿Por qué? Ni idea.
Todos nos sentamos en la mesa, mamá fue a buscar la comida y quise ayudarla, pero no me dejó. Jason se sentó a lado mío y pude sentir su mirada, pero no quise mirarlo.
—Te ves bien con ese vestido —comentó y lo miré ya que me sorprendió que dijera eso.
—Tú también te ves bien en traje —dije y vi como mamá traía el último plato a la mesa.
Mi celular vibró y vi que es un mensaje de Rachel, parece que ya despertó, le respondí y volví a dejar el celular a un lado.
Todos empezamos a comer y todo está realmente delicioso. Al terminar de comer recogí los platos y los llevé a la cocina, abrí el grifo y empecé a lavar los platos y los cubiertos. Agarré un vaso y lo llene de agua fría, lo tomé y luego lo lave. Desbloqueé mi celular y le contesté un mensaje a Rachel, de pronto sentí a alguien detrás mío y me di la vuelta enseguida.
—Eres un poco lenta al percibir cuando alguien está detrás tuyo —dijo y puse los ojos en blanco.
—Como sea —respondí y salí de la cocina—. Mamá, voy a mi habitación.
—Oh, está bien, pero lleva a Jason, no quiero que se aburra con nuestras conversaciones y traten de conocerse mejor —dijo y quede helada por un momento.
—Hijo, no hagas nada raro —escuché decir a Carlos.
—No te preocupes papá, sé que cosas debo hacer y que no —dijo y me miró.
Puse los ojos en blanco y subimos las escaleras, pero no puedo llevarlo a mi habitación, Rachel está allí y tampoco quiero que ella escuche nuestra conversación. Agarré su mano y lo llevé a otra habitación, al entrar me senté en una silla y él también.
—Está no es tu habitación, ¿o sí?
—No —respondí y escuché una risa de su parte. Pero decidí ignorarlo.
—¿Cómo te sientes después de ver tal... Mmm... ¿Cómo le dicen? ¿Horrorosidad? —preguntó.
—Bien, es algo que puedo manejar —respondí tranquilamente.
—Mmm... Interesante —dijo como si le hubiera gustado mi respuesta.
—¿Por qué te fuiste y nos dejaste allí? —se quedó en silencio—. Más bien, ¿por qué te reíste al ver tal escena atroz? —me miró frunciendo el ceño y se acercó a mí.
—Sé que eres muy curiosa, y he estado tolerando tus preguntas, pero ahora mismo te estás sobrepasando —sonrió—. No tienes idea de quién soy.
Se alejó y salió de la habitación, dejándome allí procesando todo lo que dijo. Y tiene razón, no lo conozco en nada. Por eso... Haré todo lo que esté en mis manos para averiguar qué clase de persona es, Jason Smith.
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¡Hola! Uff... Me gustó mucho escribir este capítulo, así que espero que también les guste.
Si quieren seguir mi cuenta en Instagram es: dreamy_writer5.
Nos vemos conejitos...
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