Noviembre y diciembre de 1920.

Alice se encontraba hablando con una pareja, cerrando el caso del alquiler del apartamento, había tenido suerte que el carisma de Jasie les encantara y le permitieran un animal en el lugar. Las cosas habían sido muy difíciles, desde que se había convertido pero los consejos de Jas y John, le servían de referencia en los momentos de sobrevivencia. Se había asustado claramente cuando despertó del largo sueño sin siquiera poder recordar su propia vida antes de ser esto, pero un aroma totalmente delicioso, atractivo y por sobre todo que le cautivara como le calmara llegó a sus fosas nasales, que en cuanto vio de donde provenía su mente le mostró algo de lo que fue su vida antes.

En cada de una de esas escenas estaba la gata pequeña siendo regalada por el vampiro desconocido y creador, en otra la elección del nombre, como los diferentes momentos en que la minina cuidaba de ella. Recordando todo acerca de Jase, pero lo que no pudo entender muy bien en los primeros meses fueron los dolores en el pecho cuando la gata se alejaba en busca de comida –debido a que ella si era un ser vivo mientra que ella era un ser muerto–, aquella primera vez que le ocurrió en ella se instaló una inquietud impresionante era como si le faltara algo importante a su lado, hizo de todo para mitigar la sensación desde pensar en los nuevos looks de la época como los posibles juguetes para Jasie, pero no pasaba la molestia e inquietud y solo se le pasó cuando la gatita volvió pero con un animal muerto arrastrando hacia ella.

En su momento le había preguntado porqué lo trajo, pero en cuanto la conocida voz de la minina inundó sus pensamientos fue como bálsamo a su tensión muscular e instintos, era la calma y tranquilidad envolviendola más aún cuando la agarró entre sus brazos, frunciendo un poco su ceño al ensuciarse la ropa pero encantada de tener a su gatita en brazos.

«Debes alimentarte de eso. La carne me lo como y la sangre se queda para ti, claramente yo como poco pero el resto lo puedes comer tu.»le había explicado en su momento, Jasie.

Pero la calma, paciência y preocupación dieron de relleno en un globo de cariño hacia ella. Y el amor que sentía hacia la gatita era enorme, pero al principio creía que era por lo de su pasado, pero conforme empezaban a encontrar a una pareja nómada y explicarle la duda, estos le respondieron con una sola palabra: «compañero eterno». No reveló a nadie de quién se trataba esa cercanía pero el significado casi la petrifica de no ser porque aún había mucho tiempo para disfrutar con ella.

A pesar que ella fuera la que menos riesgo tenía en la vida, Jasie seguía protegiendo a su Alice, como ella le decía, de cierta manera habían graciosas frases que le traían nostalgia como: "Eres mi humana, mi dueña, mía así que no te atrevas a adoptar a ese gato", claramente salía cuando ella estaba territorial pero en sus momentos en que nos encontrábamos con un vampiro que no conociera ella erizaba su pelaje alzando la cola tensada en advertencia y la protegía matándolos con la mirada. Aunque aquello no funcionara con seres inmortales debido a que mediante ello, Alice aprendió a luchar de vez en cuando con otros de su misma especie.

¿Quién pensaría que su instinto protector sería tan salvaje de llevarla a actuar instintivamente a proteger a su minina loca?

En todo momento su mirada y don se enfocaba en su Jas. Como no quería perderla antes de tiempo y quedar más tiempo sola, previendo cada paso en el camino de peligro pero el instinto aventurero e impredecible de su gatita solía hacer fintas en su visión así que, por consecuencia debía pelear y huir del mismo.

Jas era la única en lograr hacer fintas en sus visiones.