No te lo podría explicar, porque ni yo me entiendo
Paseo sin Dios, sin nombre. Como un espectro que aún no sabe que está muerto. Cuando pienso en ello puedo darme cuenta de que no soy muy distinta a aquellos fantasmas que buscan refugio en mi compañía.
A veces me pregunto si alguna vez desperté del todo, si esta piel me pertenece, si debo aferrarme a estos recuerdos, o no son más que un sonido reverberante de una vida que no existe completamente. Me miro en el espejo y veo la silueta de alguien que nunca terminó de llegar. Me muevo entre las horas, pero no las toco. La gente habla y rio con ellos, pero no me siento completamente presente, no estoy ahí.
Cuando encontré la magia, noté que existe algo en ella que me pertenece y algo que me devora, como si fuera un animal dormido dentro de mi pecho, esperando el momento justo para despertar.
No te lo podría explicar, porque ni yo me entiendo...
El desierto no es solo arena cuando sostengo el filo cortante de una espada. Es una abertura de mi mundo, tal vez la boca seca de algo que murió hace siglos pero sigue respirando. Yo camino sobre él, buscando algo que nunca encuentro, algo que se escurre entre mis dedos como si el destino fuera una ilusión sostenida por mi cuerpo ajeno. A veces creo que la verdad está enterrada, latiendo bajo la tierra, esperando a que alguien la desentierre con las manos sangrando, cortando con esa espada hasta llegar a las entrañas de lo desconocido.
—Frieden.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro