||✿Prólogo✿||
Tengo ese sueño una y otra vez. Camino junto a una persona a la que nunca puedo verle el rostro.
Al despertar, como mucho recuerdo alguna que otra palabra. Sin embargo, hay algo que nunca olvido.
Al final del sueño, me encuentro junto a esa persona en un jardín de cerezos. La vista de ese lugar es algo maravilloso, esa escena se quedó grabada en mi memoria.
Que ese sueño se convertirá en realidad sería algo maravilloso... pero eso no sucederá, seguirá siendo una fantasía.
Creo que el aislamiento y los días que he pasado en este hospital han afectado mi cabeza.
Escucho como los pájaros empiezan a cantar dándole la bienvenida al sol. Desearía poder levantarme de está camilla sin ayuda, me siento tan impotente, ni siquiera puedo mantenerme en pie para ver por la ventana.
Estoy internada desde hace un año, pero aún no he mejorado. Mi situación está estancada.
Toc, toc, escucho que alguien toca la puerta.
- Natsuki-chan, voy a entrar.
- De acuerdo, puedes pasar, Yumeko-chan.
Yumeko-chan, ella ha sido la única persona que me ha acompañado durante mi estadía en este hospital.
Su cabello y ojos son morados, es una mujer hermosa y radiante.
- ¿Por qué tienes esa cara? Acaso... ¿se trata de ese sueño otra vez?
- Así es, no puedo evitarlo, es muy deprimente. Tener la capacidad de controlar mi subconsciente sería muy útil, así podría evitar tener ese sueño una y otra vez.
- Vamos, no haces honor a tu nombre. Significa esperanza, ¿verdad? Debes tener una sonrisa en el rostro, estar deprimida no servirá de nada. - Dijo Yumeko-chan mientras me ayuda a levantarme.
- Lo sé, pero nada ha cambiado. En este punto, siento que no tiene caso esforzarme en mantenerme positiva. Además, ese hombre me mintió.
Hace unos meses, mi pareja con la que llevaba un par de años de relación desapareció. Dicho de otra manera, me abandono, rompió nuestra relación.
No sé dónde está ahora, ni tampoco me importa.
Me prometió que estaría a mi lado hasta que me recupera por completo, dijo que cuidaría de mí día y noche. Me dan náuseas de solo recordar sus palabras.
- Natsuki-chan, sabes que no me gusta verte así. Sé que no es fácil, pero ya han pasado meses desde lo ocurrido con Haruki. No tienes que seguir sufriendo por él, no vale la pena.
Tras decir esas palabras, Yumeko-chan me coloco en la silla de ruedas con delicadeza.
- ... Tienes razón. Lo siento, creo que me deje llevar.
- Lo que necesitas es salir, te llevaré afuera, el cielo está más hermoso de lo normal el día de hoy.
- ¿En serio? Ya quiero verlo. Por cierto, ¿le avisaste a los médicos? No quiero que nos metamos en problemas como la última vez.
- Por supuesto, no te preocupes, confía en tu amiga. - Dijo Yumeko-chan con una sonrisa en el rostro.
- No sé si fiarme completamente de tus palabras. La última vez me dijiste lo mismo y las cosas no resultaron bien.
Hace dos semanas, cuando Yumeko-chan vino a visitarme, me llevo a la terraza del hospital sin decirle nada a los médicos.
Se armó un gran escándalo, ya que pensaban que me había escapado, por eso recibimos una gran amonestación.
- Está vez no pasará nada, lo digo en serio. Además, vamos al jardín, ahí podrán vernos los médicos, no habrá ningún problema.
- De acuerdo, confiaré en ti.
Yumeko-chan empezó a empujar la silla de ruedas y salimos de la habitación.
...
El sol está brillando con todo su esplendor, los pájaros cantan y danzan en el aire con su espléndido vuelo.
Así que ya es verano, ¿eh? He perdido la noción del tiempo en aquella habitación.
Yumeko-chan suele venir a visitarme dos veces por mes, esto debido a que la mayoría del tiempo se la pasa ocupada con su trabajo.
Durante los días que no viene, me mantengo encerrada en mi habitación.
No tengo la motivación para interactuar con alguien, ni mucho menos para salir a tomar el sol. Sin embargo, con Yumeko-chan hago una excepción y acepto sus propuestas.
- Traje algunas migajas de pan. ¿Alimentamos a los pájaros?
- ¿Eres una niña? Ya no estamos en la edad para hacer eso. - Le dije mientras la miraba fijamente a los ojos.
- No seas así, no hay edad para alimentar a los pájaros. Vamos, será divertido.
Yumeko-chan siempre ha sido así. Es enérgica, tiene un espíritu libre que transmite a quienes la rodean.
Al ver el brillo en sus ojos, me vuelvo incapaz de decir que no.
Tome la bolsa de migajas y empecé a lanzarlas al suelo. Los pájaros empezaron a llegar rápidamente, se comen las migajas con mucho entusiasmo.
- Por cierto, me enteré por los médicos... están estudiando la posibilidad de someterte a cirugía, ¿cierto?
- Vaya, no quería decirte nada hasta que se confirmará. Es cierto, hay posibilidades de que pueda volver a caminar.
- Eso es una gran noticia, Natsuki-chan, al fin podrás volver a caminar. No tenías que estar tan deprimida hace un momento, ese sueño tuyo puede hacerse realidad.
- No te adelantes a los hechos. Por lo que me han dicho, no es una cirugía sencilla, además, hay una gran posibilidad de que no sobreviva a ella.
- No puede ser.
- Por lo que me dijo el doctor, tengo un 30% de posibilidades de sobrevivir.
- Eso es demasiado riesgo. ¿Estás segura?
- Sí, la posibilidad es baja, lo sé, pero quiero intentarlo. Ya no quiero estar en este hospital, será mi último intento. Está puede que sea la última vez que nos veamos, gracias por todo, Yumeko-chan.
- ¡No hables de esa manera! Está no será la última vez que nos veamos, la cirugía saldrá bien y tú podrás volver a caminar. Cuando eso suceda, te llevaré al centro comercial, compraremos ropa y probaremos algunos dulces, ¿de acuerdo?
- ... Está bien, acepto esa propuesta. - Dije con una sonrisa en mi rostro.
Los pájaros terminaron de comer y salieron volando. Son aves en libertad, mientras que yo... soy un ave enjaulada en este lugar.
No me importa el resultado, solo quiero que todo esto cambie de alguna manera.
- Vaya, estás desesperada, ¿verdad?
¿De quién es esa voz? Nunca la había escuchado antes. Es un tono de voz cálido, pero a la vez imponente.
Observó los alrededores con atención. Me percató de una sombra, o mejor dicho, una silueta en medio del jardín.
- Veo que puedes verme, eso significa que tu momento llegará pronto.
¿Quién eres? Acaso, ¿me he vuelto loca? ¿Estoy alucinando? Parece que Yumeko-chan no puede verla.
Intento hablar, pero por alguna razón, no puedo hacerlo.
- No te preocupes, nos volveremos a ver.
La silueta... desapareció frente a mis ojos.
¿Me lo habré imaginado? No, eso se sintió muy real. Los latidos de mi corazón están fuera de control, es como si hubiera visto un fantasma.
- ¿Ocurre algo, Natsuki-chan? Tu cara está pálida, no te ves bien.
- Tranquila, no es nada. Volvamos a mi habitación, ya me cansé de estar aquí.
- ¿Qué? Acabamos de llegar, podemos seguir un poco más, necesitas tomar el sol de vez en cuando.
- Yumeko, regresemos, no quiero seguir aquí, ¿entiendes? - Dije mirándola fijamente a los ojos.
- Nunca te había visto así. De acuerdo, volvamos.
- Gracias y, lo siento, no puedo explicarlo ahora mismo. Tendrás que esperar, necesito recostarme y pensar un poco.
- No te preocupes, lo entiendo. Tómate el tiempo que necesites, luego te escucharé con gusto.
Es muy comprensiva, no sé qué sería de mí sin ella. No exagero al decir que gracias a ella sigo manteniendo algo de esperanza en lo profundo de mí.
...
Ha pasado una semana, todavía no le he contado a Yumeko-chan sobre lo que vi. Por otro lado, el sueño se ha mantenido como de costumbre.
¿Algún día podré dormir sin tener ese sueño de nuevo? Ha sido más frecuente últimamente desde la aparición de aquella silueta.
Antes de eso, tenía el sueño cada dos días, pero ahora es cada noche.
Me despierto de golpe entre las tres y cuatro de la mañana. Sin darme cuenta, empiezo a sudar de pies a cabeza y mi corazón late rápidamente.
Esto no es normal, hay algo detrás de todo esto, lo presiento.
Dejando eso de lado... ha llegado el día. Hoy se llevará a cabo mi cirugía, tan solo faltan unos minutos.
Debería estar nerviosa o ansiosa, pero por alguna razón que desconozco... estoy muy calmada.
Toc, toc, el sonido de la puerta me indica que llego el momento.
- Ya está todo listo, Natsuki-san. La trasladaré a la sala de cirugía.
- De acuerdo. Estoy en sus manos, Hashimoto-sensei.
Él es Yuto Hashimoto-sensei, es un hombre de cabello negro y ojos marrones.
Durante mi estadía no he hablado mucho con él, pero sé que es una buena persona.
- Por supuesto, cuente conmigo, la operación será un éxito.
Salimos de la habitación, ahora vamos por el pasillo de camino a la sala de cirugía.
Observó mi alrededor con atención y me percato de la presencia de Yumeko-chan.
- ¿Qué haces aquí? Tenías trabajo hoy, ¿no? - Le pregunté mientras la observaba.
- No seas idiota, no puedo ir a trabajar tranquilamente cuando sé que te someterán a la cirugía. Te esperaré aquí, quiero verte como nueva cuando salgas de ahí. - Dijo Yumeko-chan con lágrimas en sus ojos.
- ... Eres increíble. De acuerdo, espérame aquí, pronto regresaré.
- Sí, ve con todo. Por cierto, me gustaría hacer eso antes de que te vayas, para sentirme más segura.
Ah, debe referirse a eso. Es un buen momento, ha pasado un tiempo desde la última vez.
Extendí mi mano derecha hacia Yumeko-chan, ella extendió la suya y entrelazamos nuestros dedos. Tras unos segundos, apretamos con fuerza.
Este es un saludo que significa mucho para nosotras, lo hicimos por primera vez el día en el que nos conocimos.
Simboliza fuerza y unión, es algo simbólico que nos da fuerza.
- Bien, debemos continuar. - Dijo Hashimoto-sensei mientras nos observaba con atención.
Empezó a empujar mi silla de ruedas. Giro la mirada hacia atrás, poco a poco visualizó como me voy alejando de Yumeko-chan.
- Natsuki-san, te aplicaremos anestesia, así que relájate y cierra los ojos.
Asentí con la cabeza. Siento como poco a poco me estoy quedando dormida.
Tengo que salir bien de está cirugía, ella me está esperando. Vamos a salir juntas al centro comercial, debemos cumplir esa promesa.
Además, estamos en verano, es el momento perfecto para salir. Podríamos ir a la playa, me gusta la idea, se lo diré cuando la vuelva a ver.
También me gustaría visitar la tumba de mis padres, no he ido a verlos desde que me ingresaron en el hospital.
Puedo hacerlo, sé que puedo lograrlo, ella me apoya, así que lo daré todo de mí. Luego de unos segundos, me quedé completamente dormida.
...
Abro los ojos, pero para mi sorpresa, no sé dónde estoy.
¿Qué es este espacio? No es mi habitación, tampoco es la sala de cirugía.
- ¡Yumeko-chan! ¡Hashimoto-sensei! ¡¿Alguien me escucha?!
No obtuve respuesta. Está sensación, es como si estuviera en el agua, siento como poco a poco me hundo en lo profundo.
No entiendo que significa esto. Acaso, ¿estoy en mi subconsciente? O quizás, ¿en el limbo? O aún peor... ¿estoy muerta?
Mi cuerpo no responde a lo que quiero que haga, no puedo moverme. ¿Qué debo hacer? ¿Cómo salgo de está situación?
¿Debo esperar a llegar al fondo? Casi puedo verlo, pero no sé si será una buena señal o no.
En todo caso, no puedo hacer nada. Sea lo que sea, una fuerza que no puedo resistir me está llevando hasta allá, así que no tengo opción.
Cuando casi pude tocar el fondo, una luz blanca se extendió alrededor de mí.
Ese brillo me cego, no puedo ver nada.
- Vaya, no pensé que traerte hasta aquí fuera tan complicado. Al menos lograste llegar sana y salva.
Esa voz, la he escuchado antes. En el jardín del hospital, aquella silueta...
Mi vista se nubla por unos segundos, mis ojos empiezan a adaptarse a claridad. Poco a poco la imagen se va haciendo más clara.
No puede ser... la silueta que vi aquella vez... ya no es solo una sombra, ahora puedo ver su apariencia. Es una mujer.
Su cabello es tan blanco como la nieve, sus ojos son de un claro color amarillo. Además, no cabe duda de que lo que más resalta son las alas que tiene en la espalda.
- Me percibes como mujer, ¿eh? Debo decirte que no tengo apariencia o género, cada alma me ve de manera distinta. Parece que en tu caso, me percibes como una mujer.
No puedo hablar, pero me lee la mente, es igual que la última vez. Espera, ¿almas? Eso quiere decir...
- Es justo lo que piensas, no lograste sobrevivir a la cirugía. Pero por fortuna, logre traer tu alma hasta aquí.
No puede ser... Yumeko-chan debe estar destrozada. Así que no lo logré, ¿eh?
Lágrimas empezaron a salir de mis ojos una tras otra.
¿Por qué estoy llorando? Se supone que estaba preparada para cualquiera de los dos resultados posibles, era consiente del riesgo que conllevaba la cirugía, y aún así...
¿Mis lágrimas son debido a ese saludo tan significativo? O quizás, ¿por la promesa de salir juntas?
Ahora que estoy muerta, ese saludo no podrá repetirse. Además, esa promesa jamás podrá ser cumplida.
Demonios, me estaba engañado a mí misma. Por supuesto que no me daba igual el resultado, quería vivir y salir de ese hospital con la frente en alto.
- Oye, lamento interrumpir tu momento de reflexión, pero necesitamos hablar del motivo por el que traje tu alma a este lugar.
Puedes tener un poco de consideración, acabo de morir, ¿sabes? Estoy destrozada y tengo sentimientos encontrados ahora mismo.
Dame un momento, por favor.
- ... De acuerdo, te doy cinco minutos.
Gracias, Kami-sama.
Cinco minutos después...
- Ya transcurrió el tiempo que te dí. Para empezar, veo que ya te diste cuenta que soy una deidad. Mi nombre es Kyomi, soy lo que ustedes, los seres humanos, conocen como Kami.
¿Esto es en serio? Pude ver a Kami-sama en el plano terrenal.
- Es por eso mismo que convoque tu alma hasta aquí. Últimamente has tenido un sueño que parece real, ¿cierto?
Asentí con la cabeza.
- Debo decirte que eso no era un sueño, era una premonición, tiene que ver con el privilegio que estoy apunto de darte.
¿Privilegio? ¿A qué te refieres?
- No has tenido una vida sencilla, tus padres perdieron la vida en un incendio cuando tenías veinte años. - Continúo.
- A los veinticuatro quedaste en un estado delicado debido a un accidente, por eso tuviste que ser internada en un hospital. Además, tu pareja te dejo a tu suerte, ¿no te parece triste?
¿A qué quieres llegar? ¿Te estás burlando de mis desgracias?
- No, para nada, al contrario, me compadezco de ti. Tengo una propuesta. Dime, ¿te gustaría reencarnar?
¿Reencarnar? ¿Eso es posible? Creí que era un invento de la ficción.
- Puedo asegurarte que la reencarnación es real, y la deidad que se encarga de reencarnar a las almas que se merecen una segunda vida está ante tus ojos.
Entonces... ¿me mandaras a un mundo de fantasía y magia? En otras palabras, un isekai.
- Lamento decirte que esa no es la clase de reencarnación que te ofrezco. Vas a empezar una nueva vida en Japón, con una nueva familia, además, conservaras los recuerdos de tu vida pasada, podrás usarlos como mejor te parezca.
- Solo hay una condición que debes cumplir en caso de que aceptes. Te daré un misión, ahora mismo no te diré los detalles, debes estar dispuesta a llevarla a cabo sin saber de qué se trata.
- Podrás disfrutar de una segunda vida, es una buena oferta... así que dime, ¿aceptas?
Una misión, ¿eh? Viniendo de un Kami, dudo que sea algo sencillo.
Por otro lado, la recompensa es bastante tentadora para mí. Una segunda vida, volveré a empezar desde cero... No, eso no es cierto, volveré a empezar con la experiencia de mi vida pasada.
Teniendo eso en cuenta... ya he tomado mi decisión, tomaré el riesgo.
Kyomi-sama, acepto la oferta. Por favor, hazme reencarnar.
- Te aseguro que no te arrepentirás de tu decisión, cuando sea el momento me podré en contacto contigo para darte los detalles de la misión. Tendrás un papel muy importante, confío en que cumplirás con mis expectativas.
De acuerdo, haré mi mejor esfuerzo.
Está debe ser una oportunidad única, no puedo rechazarla. Además, esto es muy conveniente para mí, ya que hay muchas cosas que no logré hacer durante mi vida.
Puedo aprovechar mi segunda vida para realizarlas.
- Bien, no perdamos más el tiempo, empezaré con la reencarnación. Tu nacimiento será cuatro años después de tu muerte, tendrás un cuerpo sano y podrás disfrutar de está nueva vida tanto como gustes.
Suena bien, me gusta lo que dices. Por cierto, ¿mantendré mi género? No me gustaría llevarme la sorpresa de que reencarnare como hombre.
-No te preocupes, volverás a nacer como mujer, además, se te concederá un gran nombre y te llevarás una agradable sorpresa. Ahora te dejaré ir para que lo veas con tus propios ojos, espero que disfrutes de tu nueva vida, te estaré observando.
En ese momento, un gran agujero se abrió en el piso y caí en el. Todo se llenó de oscuridad, entonces...
- Vaya, es una niña muy linda. Tiene la nariz igual que la mía.
- Eso es normal, al fin y al cabo eres su madre. Pero no veo que haya sacado algún rasgo mío, es algo desalentador.
- No te preocupes, cariño. Seguro que cuando crezca tendrá algún parecido a ti.
¿Quiénes están hablando? Abro los ojos poco a poco y... ¡¿Qué?! No puede ser, ¿por qué estoy en los brazos de Yumeko-chan?
Acaso, ¿mi segunda vida será como hija de mi mejor amiga? ¡No puede ser!
- Por cierto, ¿ya pensaste en el nombre que le podrás?
¿Ese es mi padre? No lo conozco, es la primera vez que lo veo.
Su cabello y ojos son marrones. Por otro lado, da un aura serena.
¿Yumeko-chan lo habrá conocido después de mi muerte? Nunca me dijo que tenía pareja.
Pensándolo fríamente, han pasado cuatro años, es normal que conociera a alguien.
- Por supuesto, lo tengo decidido desde que me dijeron que sería niña. Su nombre será Yumei, ya que yo me llamo Yumeko que significa chica de mis sueños, mi hija se llamará Yumei que significa sueño.
Es una elección de nombre bastante peculiar, era de esperarse de Yumeko-chan. Así que Yumei, ¿eh? Ese es mi nuevo nombre.
Pensar que todo esto empezó con ese sueño y que ahora mi nombre significa literalmente eso... es irónico.
Y así fue como empezó mi segunda vida. Está será otra historia, tengo la intención de hacer un montón de cosas.
Uno de mis objetivos es encontrar ese jardín de cerezos. Si mi sueño fue una premonición, entonces debe existir.
Ahora que lo pienso, es posible que ese jardín de cerezos tenga algo que ver con la misión que debo cumplir. Diría que las posibilidades de que ese sea el caso son altas.
Si interpretó que mi suposición es cierta, ¿qué tiene que ver la persona que caminaba a mi lado en todo esto? Bueno, por ahora no tiene caso pensar en eso, esperaré a que Kyomi-sama me de los detalles.
Pasando a otro asunto, la herida que me dejó Haruki no ha sanado por completo, así que durante está vida seré más cerrada.
Bien, mis prioridades serán disfrutar, no cometer los mismos errores que en mi vida pasada y cumplir con la misión.
Estoy preparada, llegó la hora de comenzar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro