La coreana bufó por enésima vez, preguntándose porque la chica frente a ella era tan difícil de persuadir, no podía negar que era hermosa, de las mas lindas que había conocido, definitivamente, era lo que todos podían definir como perfecta.

Por supuesto que cualquiera en su lugar habría aceptado los cortejos y detalles que la contraria había tenido con ella, incluso estaba segura de que justo ahora la mitad del lugar la estaba odiando más de lo que la envidiaban, todo por tener a aquella chica detrás suyo.

Pero desgraciadamente, ella y todo lo relacionado con las relaciones definitivamente no funcionaban, había tenido mas de una experiencia para poder dar fé de ello.

Fue por eso que acepto aquella reunión con la linda chica en el café cerca de su casa, poniendo todo de si para no perderse en sus ojos y poder decir lo que había planeado sin que los nervios ella le causaba, la dominaran.  —Lo siento, pero no estoy interesada en tener una novia en los próximos mil años, gracias. — Dijo moviendo sus hombros con resignación, ignorando la punzada en su corazón al ver la expresión decaída de la contraria.

Expresión que no tardó mucho en cambiar a una sonriente y divertida.

Ella conocía bien todas las tácticas de seducción de la chica frente a ella, incluso había debido verla semi desnuda un par de veces “por accidente” algo que seguía torturándola cada noche, pero aquel movimiento definitivamente la sorprendió.

La contraria se acercó a ella, sin importarle que más personas estuvieran viéndolas, sin importarle siquiera la casi inexistente distancia entre sus rostros, por el contrario, parecía que lo disfrutaba, mientras la coreana sólo tragó con dificultad sintiendo su rostro arder, y sus dedos acariciar su mejilla. —Eso es porque nunca has tenido... — Empezó a decir la chica sin apartar su mirada de sus labios entreabiertos. —Una novia japonesa. — De pronto su pulgar ya no estaba en su mejilla sino en su labio.

Y la coreana jadeo cerrando sus ojos con fuerza al creer que esta en verdad la besaría, solo para escucharla reír suavemente mientras se alejaba, y darse cuenta de que esa japonesa con una personalidad demasiado coqueta y atrevida para su bien, sería su perdición.

Bienvenidos a Japanese Girlfriend.