La joven reposaba en la cama, ansiosa, acariciando las sábanas con desespero. Tarde o temprano, recordó la noche en la que su amado karateka compartió el lecho con ella. Al acercar la mano a su rostro, encontró sus ojos entreabiertos, iluminados por un nuevo amanecer. La joven parecía tener sus vacaciones, ya que llevaba varios días más inquieta de lo habitual. Su desasosiego aumentaba, y al tomar su teléfono móvil, encontró los chats vacíos por falta de amigos. Desde la litera, Bonnie asomó la cabeza y, con suavidad, pateó a su hermana en la cara. Janet suspiró al darse cuenta de que su hermana le había quitado el celular, despertándola de golpe. Se levantó, sintiendo una sensación de hormigueo en la piel y un ligero sudor, ronca por la flema que entorpecía su voz.

- ¿Así que estoy enferma, eh? - recriminó Janet, observando cómo las persianas se movían por el aire que generaba el ventilador cercano a la litera.

La joven Bonnie, con el celular entre manos, atendió una llamada repentina que, como era de esperarse de una chica antisocial como ella, provenía de Fang. Al contestar, Fang se percató al instante de quién le respondía.

- Mi hermana te extraña, Fang, eres malo - recriminó Bonnie, algo enfadada.

Al otro lado de la llamada, se percibía una voz avergonzada y desinteresada. Al indagar más sobre ella, Bonnie respondió con un gesto grosero antes de colgar.

- Eso te enseñará a no jugar con mi hermana - dijo Bonnie, guardando el celular en un escondite bajo una habitación vieja y escuchando la enérgica voz de su hermana Janet.

"¡Hermana!"
Exclamó Janet, torpemente, entre sonrisas forzadas.

Bonnie se acercó a abrazar a su hermosa hermana, rozando su cara en el estómago de Janet de un lado a otro.

- Hermana, tu novio Fang te estaba llamando.

Janet, al jalar la oreja de su hermana, con desdén le preguntó: ¿Dónde está mi celular para insultar a ese idiota?

Bonnie señaló con dolor la habitación vieja donde lo había escondido, y Janet, tras levantar a su hermana menor, la miró y haló sus mejillas.

- Esa llamada era importante, Bonnie. ¿Por qué colgaste la llamada de una persona?

- No es de una persona. Igualmente, tienes como diez contactos en tu celular. Pasas horas viendo el contacto de Fang. Pareces una loca.

Janet, tras sentirse en verdad enferma, hizo señas a su hermana menor para que la acompañara a buscar el celular. Todo un drama se desplegaba cuando Janet esperaba ansiosa algún mensaje de esa persona, imaginando cómo sería un encuentro en persona.

Bonnie guió a Janet y, al buscar debajo de unas cajas viejas, encontraron no solo hermosos disfraces, sino también el celular con cinco llamadas perdidas. Al ver la sonrisa de su hermana, Janet sonrió y, al encontrar su mirada abatida, dejó el celular en la cama para luego hacer cosquillas en el estómago de su hermana, mientras esta reía sin parar. Janet decidió ignorar las llamadas de la persona que le gustaba, respondiéndose a sí misma con una sonrisa maliciosa.

"Soy vengativa, me ignoraste una semana, así que lo haré contigo por dos semanas."

Las risas y la dulce voz de Bonnie rompieron el silencio, como el canto de un ave en la tarde.

Finalmente un cambio más humorístico , soy demasiada floja  para escribir en este horario nocturno. Aún así, seguí adelante con este relato, utilizando una perspectiva creativa y evitando los clichés de amor romántico. Sin embargo, concluyó con la reflexión de que esta noche no aporté nada nuevo a esta historia... Consejo del día, ninguno porque estamos de noche.