"Deja de simular ser fuerte, Janet".

"Sé que no lo eres, Janet".

"Necesito serlo, Fang."

Debes aceptar la verdad.

Mientras las hojas eran arrancadas del árbol por el fuerte viento, yo me encontraba en clases ignorando las palabras del profesor. Todos los estudiantes parecían concentrados, mientras sentía la mirada de Fang detrás de mí. Yo, disimulé y al verlo parecía estar un poco golpeado. Me concentré en la herida de su mejilla izquierda y, sin importar que el profesor me viera, saqué una bandita de mi bolso. Fang parecía un poco curioso por mi acción, pero al lamer mi dedo, la puse en su herida.

Fang reaccionó no solo con un leve sonrojo, sino también al levantarse de su pupitre con sus mejillas coloridas.

- ¿¡Qué haces, Janet!? - al hacer el escándalo, todos nos miraron y al regañarnos a ambos nos pusieron a limpiar los pupitres en la hora de la salida.

Unas horas después nos encontramos allí presentes, Fang parecía tímido, pero al sentarme y entrelazar mis piernas lo miré con una mirada de molestia y una sonrisa de orgullo.

- Lo siento, reaccioné de manera exagerada - respondió Fang al rascarse la nuca.

Yo tomé su quijada y al acercarla a mi rostro nuestras caras estaban muy cerca una de la otra. Fang no sabía cómo reaccionar, solo con su mirada temblorosa en conjunto de no verme directamente. Saqué la bandita de mi bolsillo y, un poco doblada, la tomé para después pegarla en la herida.

- Necesitas defenderte, todos siempre te hacen bullying y terminas recibiendo una paliza - al levantarme, limpié mi falda y al mirarlo directamente, la mirada de Fang seguía ignorando la mía - no me ignores, no soy tan fea - dije entre susurros.

- Simplemente no me gusta pelear, eso hace daño. El dolor simplemente daña a las personas y eso está mal - replicó Fang al mirarme con su pecho subiendo y bajando por la respiración rápida.

- El dolor es malo, no diré que no, pero debes buscar una forma de defenderte. Tienes quince años, puedes recibir una gran paliza que te deje dañado de manera mental como física - yo al subir mi cuerpo tomé su mano y al entrelazar mis dedos con los suyos, Fang reaccionó de manera diferente.

- No tengo nada que defender, mamá nunca la conocí y papá está en el extranjero. No tengo amigos y mis otros familiares están en China - Fang se abrió un poco, pero al mirarme, mis ojos negros vacíos le parecieron un poco "bonitos". Ambos nos quedamos mirando los ojos del otro, pero en ese momento decidí romper la tensión.

"¿Entonces no aprenderás a luchar por mí?"

"¿Eres mi amiga?"

"Tu única amiga."

...

Cuando abrí los ojos, me encontraba en el hospital y al mirar a mi lado, mis ojos vacíos se reencontraron con Bonnie, quien estaba al lado de la camilla durmiendo, esperando a que me levantará.

- ... - mi silencio fue la única respuesta, cuando mi respiración agitada se hizo presente - ¿Qué me pasó? - me dije a mí misma viéndome en el reflejo de las ventanas nocturnas - me desmaye... - me respondí.

...

"Es altamente habitual para mi conciliar el sueño a altas horas de la noche o simplemente optar por no hacerlo".

"Esa es precisamente tu dificultad, Janet. Siempre procuras proyectar una imagen de perfección y fortaleza".

"¿Y cómo se relaciona eso con lo que estamos hablando?.

"A veces tratamos de mostrar a los demás una versión de nosotros mismos que en realidad no somos".

"Me surge una interrogante, Fang. ¿Cuál es mi identidad? Siempre he carecido de una personalidad propia".

"Tienes un potencial extraordinario, aunque tan solo tengas quince años. Aún tienes mucho por crecer y madurar. Mi sugerencia es que te destaques más en tus estudios y consigas más compañeros, considerando además tu belleza natural, te resultará sencillo ser sobresaliente".

"No tengo intenciones de seguir ese consejo, ni tampoco de encajar en un ambiente que presiento no ser capaz de soportar".

"Me surgió una pregunta, que me hizo reflexionar. ¿Soy yo uno de esos obstáculos? ¿Alguien con quien tú no logras entender, no, Janet?".

"Tú simplemente eres tú, ni bueno ni malo. No tengo quejas, eres la única persona a la que considero amigo".

"Amigos... Eso suena bien".

Para algunas personas un gesto pequeño es un mundo enorme.

Una hora después.

Fang se hallaba inmerso en su rutina diaria, cuando un mensaje inesperado lo sorprendió, abriendo sus ojos de par en par. El padre de Janet, Stu le había informado que había colapsado su hija y por esta razón ella no acudiría al trabajo en el día de hoy. Llevé mi mano a la barbilla y reflexionando, recordé que Janet no debía trabajar ese día. Sin embargo, al observar a los clientes pasar, la figura de Janet la veía en cada esquina. Al cerrar los ojos por un momento, me sumergía en mis pensamientos, moviendo la pierna con inquietud.

- ¿Qué le habrá pasado? - me cuestione.

Entonces, abrí mis ojos con disgusto y al apretar los puños, recordé la lección de mi maestro: "Los pensamientos apresurados conducen a conclusiones erróneas". Al unir mis manos, esbocé una sonrisa, sabiendo que Janet era fuerte y saldría bien de la situación. Aunque me preocupaba, necesitaba pensar con claridad. Emití un pequeño suspiro y divise a lo lejos a dos niños jugando con una pelota. Sonreí y dejé escapar un comentario, a pesar de que la mayoría de los clientes ya habían ingresado al cine.

- Después de terminar mi jornada laboral, iré a visitarla a su hogar. Quizás pueda brindarle ayuda - murmuré mientras observaba el cielo a través de las amplias ventanas del edificio. - Parece que se avecina la lluvia... - culminé antes de cerrar los ojos, en ese instante un rayo iluminó el cielo, lo que me llevó a reflexionar. - ... Esto me hace preguntar el motivo por el cual Janet le teme a los truenos. Cada persona es única, pero Janet va más allá de la singularidad, es simplemente "perfecta" entonces no entiendo la razón.

En ocasiones, resulta complicado comprender a los demás, sin embargo, la solución no radica en juzgarlos, sino en tratar de entenderlos.

...

La joven se encontraba en la camilla cuando un trueno retumbó en los cielos, lo que hizo que agarrara con fuerza la sábana de la camilla, con mis ojos temblando y mi respiración agitada, Bonnie se despertó y tomó mi mano con una sonrisa.

- Estoy aquí, hermana, estoy aquí - dijo la pequeña con un despertar repentino.

Al verla tomando mi mano, noté la gran diferencia de tamaño entre la suya y la mía, ese pensamiento rondaba mi mente y, poco a poco, mi respiración agitada se fue calmando, mientras la ansiedad disminuía, cerré los ojos y comencé a vislumbrar una vela a lo lejos en un contorno oscuro. Sin personas a la vista, solo yo en ese lugar con mis pensamientos. Al cubrir la vela con mis manos, el fuego parecía avivarse y la llama volvía a brillar, aunque la vela parecía tener los días contados. Al abrir los ojos, vi a Bonnie mirándome con una sonrisa, acaricié su cabello rosado y ella sacó la lengua de manera juguetona.

- Janet Sánchez es una temerosa - dijo la chica entre risas contagiosas.

- ... - la miré y, al ver su dulce sonrisa, la abracé de forma repentina, mientras Bonnie, con las mejillas sonrojadas, me reprendía: tonta... no me hagas preocuparme.

La vela no era solo un objeto simbólico, era una advertencia de que su cuerpo estaba perdiendo fuerzas, su mente le decía indirectamente que si no tomaba cuidado de sí misma, tarde o temprano su cuerpo cedería, pero no de la misma manera, sino con un descanso eterno, uno del cual no sabría cuándo despertaría... si es que despertaba.

"Solamente cuida la vela y no dejes que se apague y sobre todo cuida de la misma"

...