Janet, tras un tiempo de reflexión, decidió dejar de lado la idea de vengarse y a pesar de su arrogancia inicial, finalmente decidió responder a Fang un poco malhumorada. Fang le propuso hablar seriamente esta vez, lo cual puso a Janet nerviosa y acordaron encontrarse ese mismo día. Después de unas horas, Janet se vistió de forma atractiva y esperó a Fang cerca de una pequeña plaza, jugando nerviosamente con su largo cabello mientras la vergüenza y el miedo la invadían.

¿Le habrá pasado algo en este tiempo? ¿Por qué me ignoró?

A pesar de sus inseguridades, finalmente pudo distinguir a Fang a lo lejos, acercándose hacia ella. Cada paso que daba aumentaba su inquietud, aunque su sonrisa comenzaba a surgir. Al abrir la boca para hablar, la cerró casi de inmediato.

"Janet, cuánto tiempo", dijo Fang sonriendo.

Mientras Janet seguía jugando con su cabello, Fang tomó asiento a su lado, mostrando preocupación. Mirándola directamente a los ojos, tomó sus manos entre las suyas.

"Tengo una buena excusa para lo sucedido", expresó Fang.

Aunque Janet no parecía del todo contenta, lo escuchó atentamente mientras lo miraba con sus ojos color café.

- Dijiste que necesitabas tiempo, y pensé en dártelo. Si no lo hacía, pensé que me verías como una molestia o una presión constante, por eso te ignoré - explicó Fang.

A pesar de que la razón no sonaba del todo mal, Janet apoyó su rostro en el pecho de Fang, respirando agitadamente y sintiendo su corazón latir aceleradamente mientras él se ruborizaba.

"Pensé que me odiabas, pensé que querías deshacerte de mí, pensé que te había hecho algo malo", expresó Janet con inseguridad.

Cuando Fang acarició suavemente su cabello, las inseguridades de Janet afloraron como una rosa en pleno crecimiento. Al unir sus dedos con los de ella, ambos amigos se rieron en sincronía. A pesar de sus pensamientos egoístas, Janet tomó la iniciativa y le dió la respuesta de esa noche

"Quiero ser tu novia".