Extra 2: Casualidad.
Theon:
Hermano:
Con esta carta te envío una invitación a la que ruego y no faltes. Te extraño tanto, no imaginas cuanto. Ansel y yo celebraremos un baile en honor a la familia real, odio la idea de tener que hacerlo, pero es lo que se espera de nosotros. Lo único bueno de tener que preparar el mejor baile que ha visto esta temporada, es que los volveré a ver a ti y a la tía. Los amo tanto.
Jane.
La idea de tener a mi familia dividida, es algo en lo que he estado pensando las últimas semanas. ¿De qué me sirve vivir aquí, en esta mansión cargada de recuerdos desagradables, pudiendo tener un nuevo comienzo en otro lugar? Por eso, decidí que compraría una nueva propiedad en el Condado de Whingbury, cerca de Jane, es ahí a donde tengo planeado mudarme junto con tía Margaret en cuanto llegue la primavera. Por ahora, tengo la tarea de alistarme para volver a ver a mi hermana y llenarla de besos y abrazos.
Días después:
El día del baile de velas de los duques de Whingbury.
Según el código de vestimenta que Jane eligió, los invitados tenemos que vestirnos de acorde a los años 1760. Para eso escogí una chaqueta de un color azul marino, adornada con hilos de plata, debajo de ella, llevo una camisa de lino blanco y de cuello alto, complementada con un chaleco de un tono similar a mi chaqueta. Mis pantalones ajustados van combinados con todo lo anterior.
Cuando mi padre murió, decidí que no iba a usar sus joyas, por lo que acabé vendiéndolas todas, y con ese dinero, más algunos ahorros, fue que pude invertir en el negocio inmobiliario, obtuve una buena cría de caballos pura sangre, entre otras inversiones pequeñas pero que generan ganancias a nuestra familia. Fue con ese dinero que me hice de una joyas limpias y que vería con orgullo sin que me trajeran malos recuerdos. Justo hoy, decidí utilizar el primer reloj de bolsillo de oro que me compré.
—¿Fletcher, estás listo? —dijo Erick, entrando en mi habitación sin previo aviso. En la privacidad, él siempre me llama así, ese era el apellido de soltera de mi madre.
—Si, solo tomo mi reloj y salimos —.respondí caminando hacia mi tocador.
—Theon... —me detuve al instante, porque cuando me llama por mi nombre con ese tono de voz, es que hay algo importante que me quiere decir.
—¿Erick, sucede algo?
Mi amigo, caminó hacia el pequeño estante lleno de bebidas alcohólicas y nos sirvió a ambos unos vasos de coñac.
—Creo que es momento de casarme, ya sé quien será mi futura esposa —dijo de repente y sin respirar, como si estuviera guardando ese secreto desde hace mucho tiempo.
—¿Puedo saber quién es la afortunada? —inquirí, luego de beber un sorbo de mi bebida.
—No la conozco —bebió de su vaso, y yo casi me atraganto con el líquido alcohólico —La conoceré esta primavera. Su padre y yo haremos negocios y creo que es una buena...
—Espera —dije al fin. No puedo creer lo que Erick está planeando hacer —¿Te casarás por conveniencia, con una desconocida? Lo creería de cualquiera, menos de ti.
—Los hombres con los títulos que poseemos, no podemos darnos el lujo de demorarnos en tener descendencia, Theon. Eso deberías de saberlo.
—Te pareces a mi padre hablando. Si tanto deseas casarte, preséntate en la próxima temporada de debutantes.
—No hay tiempo, Theon.
¿No hay tiempo?
—¿Acaso vas a morir? —lo observé aterrado, su repentina decisión me preocupaba —Si es así dímelo, no quiero enterarme en tu funeral.
—¿Qué? ¡No! —dijo exhaltado —Estoy perfectamente de salud, solo... —inhaló y exhaló —Aún tengo que conocerla, no hay nada decidido aún. Según me comentó Lord Beaufort, su hija menor es tan hermosa y delicada como una flor.
—¿Lord Beaufort dices, el hermano del rey?
—El mismo.
Me bebí todo el contenido de mi vaso, y luego aflojé un poco el cuello de mi camisa.
—Es bien sabido que los Beaufort no han celebrado ningún casamiento, así que, ¿te has detenido a pensar, por qué la hija menor y no la mayor? —lo interrogué con la mirada —No es propio de un Lord que priorice a la hija menor, tal vez ocultan alguna deshonra en su familia.
—Es que su hija mayor es algo...
—¿Fea?
—Más bien... difícil. A ella si tuve el placer de conocerla.
Caminé de un lado a otro, analizando la inminente decisión de mi amigo.
—No entiendo esta decisión tan precipitada, Erick.
—No lo es, créeme, lo llevo pensando desde hace mucho... mi padre murió a los cuarenta años, de causas naturales. Mi tío; hermano de mi padre, murió a los treinta y ocho, igual de causas naturales, él no dejó descendencia en este mundo. Estoy a punto de cumplir treinta y cuatro... no sé lo que me depara el destino, pero sí sé que no voy a cometer el error de mi tío.
Inhalé y exhalé pesadamente, analizando cada palabra que mi amigo me decía. Lo cierto era que lo entendía perfectamente, aunque no estoy de acuerdo en un matrimonio a ciegas, aún así estoy dispuesto a apoyarlo.
—Está bien, puedes contar conmigo para lo que necesites, Erick.
—Gracias, estaba seguro que no me dejarías solo, aunque... de hecho, si hay un favor que necesito de ti.
—¿Y qué sería?
—Que me acompañes a la mansión de campo de Lord Beaufort, para conocer a mi futura esposa y sellar el trato.
—¿A Francia? Tendría que dejar a tía Margaret encargada de los negocios y la mansión.
—No hay que ir tan lejos, el hermano del rey y su familia acaban de instalarse en su propiedad de vacaciones, aquí en Whingbury. No me sorprendería verlos aquí, en el baile de nuestros hermanos.
—Está bien Dagger, una vez te prometí que siempre te apoyaría, aunque no me agrade la locura que estás a punto de cometer.
Mi amigo se acercó a mí y me dio un fuerte abrazo.
—Por eso eres el hermano que la vida me regaló —confesó, aún abrazándome.
—De hecho, la vida te regaló cinco hermanos.
—Lo sé, y soy más que afortunado por tenerlos. Pero yo soy la figura paterna que los protege, en cambio tú, eres igual a mí, eres con quien puedo contar para este tipo de locuras.
—Me siento aliviado —confesé —Me preocupaba la idea de que pensaras que no es una locura lo que estás a punto de cometer —reímos.
—Me siento muy optimista con todo esto, Fletcher.
—¿No has pensado en la posibilidad de que en vez de una flor, sea un ramo de hojas secas lo que te están ofreciendo, y que tal vez por eso su padre le esté arreglando un matrimonio sin tener que presentarse en la sociedad?
—Cabe la posibilidad, pero eso lo averiguaremos esta primavera. Ahora vamos, que hay invitados que recibir.
🥀🥀
Luego de varios minutos en la recepción, dándole la bienvenida a los cientos de invitados, aproveché el instante en el que Jane y Ansel llegaron, para así darme una escapada y alejarme un poco de ese bullicio. Mentiría si digo que me gustan este tipo de eventos superficiales, pero la verdad es que prefiero permanecer en la tranquilidad de mi propiedad.
Por eso decidí bajar a la primera planta del castillo Dagger, caminar por los extensos pasillos rumbo al jardín trasero, y así poder estar un rato a solas.
Mientras avanzaba por los corredores del castillo, un laberinto de paredes de color blanco, adornadas con tapices y candelabros que destilaban una luz tenue y cálida. El eco de mis pasos se perdía en la soledad, al parecer todos estaban a disposición del baile de mi hermana. Justo era esta la tranquilidad que necesitaba, pero de repente, escuché el estruendoso cerrar de una puerta que me obligó a detenerme. Al instante, mi mirada se cruzó con una joven. Ella se encontraba a una distancia en la que podría decir que no me vería, pero yo sí a ella.
Desde mi posición, pude detallarla solo un poco, y con solo eso podía asegurar que me resultaba deslumbrante. Su cabello dorado, caía en suaves ondas hasta un poco más abajo de sus hombros, brillando con la luz que le otorgaban los candelabros. La tiara que adornaba su cabeza, parecía un destello de estrellas en la penumbra. Su vestido azul cielo, lleno de pequeños destellos brillantes, me daba la sensación de que estaba viendo un hada de esos cuentos de fantasías que mi nana Mary solía leerme de niño. Inexplicablemente, mi corazón comenzó a latir un poco más acelerado mientras la contemplaba maravillado.
Sin embargo, la magia se desvaneció al instante, en cuanto ella soltó un grito de rabia que podría haberse escuchado con facilidad en todo el palacio, de no ser porque todos estaban concentrados en el baile y la música. Enfurecida, se retiró los guantes blancos que le llegaban hasta los codos, dejándolos tirados en el suelo, para luego continuar su camino en la soledad de los corredores.
Intrigado, decidí seguirla a una distancia prudente para que no me descubriera. Los pasos de sus zapatos de tacón resonaban en el silencio de esta ala del palacio. En un instante, ella se quitó sus zapatos, dejándolos tirados, y comenzó a correr. Tuve que acelerar mis pasos pues ya la había perdido de vista. Y cuando giré en busca del siguiente corredor, no podía creer lo que estaba viendo...
—Señorita... —no pude contenerme, y ella dio un pequeño salto por la sorpresa de mi voz —La puerta está por ahí.
Nos encontrábamos en el salón que daba a la salida del jardín, donde estaban todos los cocheros esperando a sus lores. No sé por qué ver a aquella hermosa señorita en esa situación me sacó una pequeña e imperceptible sonrisa, ¿por qué? pues porque en lugar de utilizar la puerta de salida al parque de los cocheros, estaba intentado salir por la ventana más alejada de dicho lugar. Su mera ocurrencia me dio curiosidad.
—¿Me crees tonta? Claro que sé donde está la puerta, pero si salgo por ahí...
Mi curiosidad creció aún más, pues ella sabía que se encontraba a solas con un desconocido, y aún así no se inmutó ante mi presencia, solo intentaba fallidamente salir por la ventana.
—¿Acaso está huyendo, señorita?
—¿Y a usted qué le importa, milord? —con las dos manos alzó su vestido, hasta dejar a la vista sus pies descalzos y tobillos.
—Si está en problemas, puedo ayudarla.
—No necesito ayuda de ningún hombre, milord. Yo sola basto para resolver mis problemas. Ahora, si me disculpa...
Ella volvió a alzar la pierna. La escena ante mí era en extremo graciosa, por lo que reprimí una sonrisa para que no pensara que me burlaba. Era una ventana grande que no estaba tan alta del suelo. Pero la problemática se debía a que ella llevaba un colosal vestido de encajes y volantes, que ahora parecía más un combate en un ring de pelea que un intento de escape. Su falda era tan amplia que la baya de su corsé se tambaleaba de forma graciosa, e intentaba con todas sus fuerzas colocar la pierna sobre el marco de la ventana.
Verla así, solo me aseguró una cosa: si se encontraba en un peligro inminente, ella no dudaría en pedirme ayuda, pues es lo normal que haría una persona, así que su comportamiento, probablemente se debía a un berrinche.
—¡Por Dios! —exclamó ella, apenas logrando mantener el equilibrio mientras se aferraba a la moldura; su pie descalzo resbalaba en el suelo pulido, dándole un aire aún más gracioso.
Lentamente, di unos pasos más hacia ella, entrelazando mis manos en mi espalda.
—¿Segura que no necesita ayuda? —dije en un tono relajado.
—¡No! —me miró enfurecida, y fue ahí que pude detallar sus ojos peculiares; parecían una mezcla de azul y verde claro.
—Quizás yo podría brindarle mi mano...
—¿Y así aprovechar y tocarme? No gracias.
—No soy esa clase de hombres, señorita.
—Sí claro, como no —dijo entre risas irónicas —Todos ustedes siempre buscan lo mismo.
—¿Usted siempre está a la defensiva? —inquirí.
—Solo si tengo a un extraño acosándome.
—No la estoy acosando. Solo quiero ayudarla... —inspiré y exhalé —¿Sabe qué? Mejor me retiro. Suerte en lo que esté haciendo.
Le di la espalda y comencé a alejarme de ella con lentitud, porque si mi instinto no me fallaba, ella iba a...
—Espere —dijo. Su tono parecía una súplica.
Me voltee lentamente, reprimiendo una sonrisa.
—¿Promete no aprovecharse de mí?
—Ya le dije, no soy esa clase de hombres, ¿señorita...?
—Mi nombre no es importante.
—Muy bien, pero yo si le daré el mío. Puede llamarme Theon.
—Muy bien, Theon, ¿puedes ayudarme a salir, o solo me estás haciendo perder el tiempo?
—Claro, pero antes dígame a donde irá, ¿de quién huye?
Ella bajó el pie del marco de la ventana. Luego, con sus manos alisó su vestido y me miró directamente a los ojos.
—Solo quiero respirar aire puro, estar lejos de toda esa horda de superficiales, y si salgo por esa puerta, mi cochero me reconocerá y me devolverá al baile junto a mi familia.
Ella busca lo mismo que yo; estar lejos de ese bullicio.
—Está bien, la ayudaré.
Ella me sonrió. Fue una sonrisa genuina que iluminó sus hermosos ojos verde azulados. Entonces, me coloqué detrás de ella, tan cerca que sentí una extraña sensación recorrer mi cuerpo, una que nunca había sentido estando cerca de ninguna mujer.
—¿Puedo? —necesitaba su aprobación para llevar mis manos hacia su cintura, misma que recibí con solo un asentimiento de su cabeza.
Coloqué mis manos en su cintura, y ella alzó nuevamente su pierna hasta colocarla en el marco de la ventana. Me encontraba tan cerca de ella que podía percibir el delicioso aroma a lavanda que desprendía su cabello dorado. Casi lo lográramos, cuando de repente, un fuerte trueno nos estremeció.
—Creo que va a llover, señorita, ¿piensa estar a solas bajo la lluvia? no tengo problemas en acompañarla.
Ella inhaló y exhaló con pesadez, analizando la nueva situación: afuera, el cielo nocturno comenzaba a nublarse, y unos imponentes relámpagos iluminaban el cielo con furia. Luego negó con su cabeza, mientras volvía a colocar su pierna en el suelo y se alejaba de mis brazos.
—Acabo de salir de una fuerte gripe, no es prudente que me moje con la lluvia.
—Entonces, si gusta, podemos volver al baile y bailar una pieza.
—¿Con un desconocido? —me dio una media sonrisa —¿Así es como consigue pareja de baile, acechandolas en los corredores?
—Hasta ahora no le ha importado mi presencia. Además, usted sí conoce mi nombre, en cambio yo no sé el suyo.
Ella volvió a sonreír, casi imperceptible, pero aún así lo noté gracias al hermoso hoyuelo que adornó su mejilla.
—Grace, mi nombre es Grace. Y sí, le acepto un baile.
🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀
Hola, hola.
¿Me extrañaron?
¿Les gustó este capítulo extra de Theon? Con él, quiero darles la noticia, de que nuestro hermano favorito tendrá su propia historia de amor.
Por aquí pueden dejarme sus teorías.
Gracias por acompañarme en esta historia, espero verlos en la próxima.
Fecha de publicación: 29 de enero de 2025.
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