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Capítulo 39: La hora del té.

Estoy confundida y desconcertada...

Me siento completamente desorientada ante su repentino cambio de actitud ¿Qué clase de persona es capaz de hacer tal locura? ¿Encerrar bajo llave todos los balcones del palacio y prohibirme salir a ellos? ¿Por qué?

Mis pensamientos se agolpan en mi mente mientras intento comprender el motivo detrás de este drástico cambio de actitud. El miedo comienza a apoderarse de mí, sintiendo un nudo en el estómago y un palpitar acelerado en mi pecho al pensar que me casé con un demente.

   A pesar de haber compartido tantos momentos juntos, creí al menos que podía confiar en él, pero ahora me enfrento a un lado desconocido y controlador que me causa angustia y dudas. Lo único que he hecho desde esta tarde, es luchar por mantener la calma y encontrar una explicación a toda esta locura.

Esa noche no bajé a cenar, no quería ver la cara del hombre que me había dejado con ese mar de dudas y temores, por lo que le pedí a una doncella que llevara mi cena al dormitorio con la excusa que estaba exhausta.

   Y cuando la noche se hizo más presente y el silencio más molesto, me quedé sentada en la penumbra de mi habitación, mirando a través de aquel balcón cerrado con llave hacia la oscuridad que otorgaba el océano. Me quedé analizando lo que se suponía que iba a hacer:

¿Irme a mi antigua casa y refugiarme con mi hermano y mi tía? ¿Qué hablaría la sociedad de mí y de mi familia, cuando supieran que a un día de casada regresé junto a ellos? ¿Cuánto demorarían en desprestigiar el apellido que Theon puso tanto empeño en limpiar?

Por lo que luego de estar gran parte de la madrugada despierta, me convencí de que al menos debía aguantar unas semanas más antes de fingir una "visita familiar".

🥀🥀🥀

  Al día siguiente desperté destrozada por el cansancio, pero aún así me mantuve firme en mi decisión… y lo primero que tenía que hacer, era comenzar a cumplir mi papel de duquesa.

  Esperé a que él desayunara, y luego, cuando lo vi alejarse en su caballo, bajé al inmenso comedor para desayunar a solas.

—¿Señora? ¿Se encuentra bien? —Un preocupado James me habló con suavidad, al ver que casi no había probado bocado.

—James… —Lo miré entristecida —¿Podrías sentarte conmigo? —Mi pregunta, más bien parecía una súplica. El joven asintió y se sentó junto a mí a la derecha, para luego servir una tasa de té para cada uno —¿Desde cuándo conoces a Ansel? ¿Cuál es tu historia con los Dagger y mi hermano?

—Y Landon... —Dijo de repente, a la vez que me veía de reojo. Sentí asco al escuchar ese nombre.

—No quiero volver a escuchar ese nombre.

—Puede estar tranquila, yo tampoco quiero saber nada de él. Al punto de que he rechazado todas las misivas que me ha enviado para que interceda en el asunto.

—¿Sábes lo que ocurrió? —No pude disimular mi sorpresa, por lo que James sonrió con sutileza.

—Con lujo de detalles, duquesa. Por esa razón tampoco quiero saber nada de él... Ansel y yo somos como hermanos.

—¿Cómo se conocieron? Si es que se puede saber.

—Desde siempre… crecí en la mansión de los Dagger. Mi madre, es el ama de llaves de la familia, por lo que los hermanos Dagger, su hermano Theon, "el innombrable" y yo crecimos juntos. —El apodo que le otorgó a príncipe me sacó la primera sonrisa en horas, misma que él correspondió con complicidad. —Cuando Ansel se casó con la hija del antiguo duque de Whingbury, no dudé en aceptar su propuesta de ser su consejero... la verdad es que necesitaba otros aires lejos de Fairytale y sus habitantes.

—Me alegra de que Theon nunca estuvo solo durante esos años tan... difíciles.

—Nunca lo abandonamos... Cuando enfermó, y el aislamiento fue inevitable, cada día le enviábamos cartas para darle apoyo, y cuando tu padre no estaba, nos parábamos bajo su ventana y conversábamos a la distancia durante horas.

Unas lágrimas de emoción humedecieron mis mejillas. Me alegra tanto de que Theon siempre estuvo acompañado.

—Eso es hermoso. —Dije al fin.

—Es lo que hacen los amigos.

—James... —Sus dulces ojos verdes se encontraron conmigo —Se que ya te lo dije pero, puedes tutearme si así lo deseas.

El joven sonrió.

—Haré como hago con Ansel... solo la tutearé cuando estemos a solas, mientras tanto, usted será llamada por mí “señora, o duquesa”. —Asentí y James ya comenzaba a levantarse de la silla.

—¿James? —El joven volteó a verme —¿Puedo preguntarte algo?

—Claro, lo que quiera.

—¿Por qué me prohíbe salir a los balcones del palacio? —Mientras mi rostro era la pura representación de la duda y la confusión. James suspiró cansado.

—Voy a hablarte con franqueza, Jane. No puedo decirte el por qué, eso le corresponde a Ansel. Pero puedo decirte que no tienes nada que temer, y que solo tú lo puedes ayudar.

—¿Por qué yo, y no la mujer a la que ama? —James sonrió, y luego se retiró de la habitación sin mediar palabra, dejándome a solas con más dudas que respuestas en mi cabeza.

🥀🥀🥀

  Un poco más tarde, luego de pasar la mañana en compañía de una de mis doncellas, paseando por el extenso jardín de la propiedad y conociendo al personal de servicio, recibí una nota de Ansel, donde me informaba que pasaría la tarde atendiendo asuntos en el pueblo.

   Entonces, decidí hacerle la visita a una persona que aún no había tenido el gusto de conocer: la señora Collins: el ama de llaves.

En mis años de educación, tía Margaret siempre dejó claro que la señora de la casa siempre tiene que tener una buena relación con el ama de llaves, y eso es lo que estoy dispuesta a hacer.

—¿Señora Collins? —Llamé a la puerta de su despacho, un pequeño espacio junto a la cocina.

  La puerta no demoró en abrirse, para dejarme ver a una señora de baja estatura y cuerpo algo voluminoso. De cabello plateado, recogido en un peinado apretado y un vestido de color azul marino y con una sonrisa cálida en sus labios.

—Señora ¿Cómo se siente? —Dijo, haciendo una pequeña reverencia.

—Muy bien, señora Collins. Gracias por preguntar.

—Debería haberme llamado, yo iría hasta donde usted quisiera.

—No se preocupe, señora Collins —Sonreí —Vine porque me gustaría conocerla mejor. Me gustaría que tomara el té conmigo. Tengo entendido que usted ha vivido muchos años aquí, y es la persona más indicada para hablarme de este lugar que es ahora mi nuevo hogar.

—Sería todo un honor, señora —Ella sonrió con dulzura —¿Hay algo en particular que quisiera saber?

—Quiero llevar este palacio como es debido. Todo lo que pueda decirme está bien ¿Le gustaría tomar el té en el invernadero? Estuve hoy en la mañana y es un hermoso lugar. Estoy pensando en agregar unas nuevas flores para que no sean solo rosas, pero creo que puedo decir que es mi lugar favorito hasta el momento —La señora sonrió delicada y asintió.

—Ese era el lugar favorito de la difunta duquesa, y de su madre, la anterior duquesa.

—Oh… no lo sabía —Dije algo incómoda.

—Yo misma me he encargado de mantenerlo vivo todo este tiempo —Comentó, mientras salíamos rumbo al invernadero.

—Entiendo… No conozco mucho sobre la difunta duquesa, ni de su familia en general, pero si amaba tanto las plantas, debió ser una mujer muy dedicada y amorosa.

—Y sí que lo era —Habló con nostalgia, y luego noté que se incomodó —Disculpe, tal vez no le guste hablar sobre…

—¿Sobre la difunta esposa de mi marido? —Entrecerré mis ojos y noté cómo la señora palideció, pero luego sonreí —No tiene por qué avergonzarse, nada me haría más feliz que hablar sobre ella y su familia. Recuerdo escuchar historias sobre los Bryon, y todas hablan de lo generosos que eran.

  Entramos en el invernadero y el agradable olor a rosas llegó hasta mi nariz. La señora Collins me dejó pasar primero y detrás entró ella. Luego, tomé asiento y la miré.

—Siéntese, por favor —Ella dudó un instante, y luego aceptó sentarse.

—Cuénteme, —Proseguí —¿Cómo eran los antiguos duques?

—Los antiguos duques, eran la pareja más enamorada que jamás había visto —La señora sonrió algo triste.

—¿Cómo lo sabe?

—Antes, yo era la doncella personal de la duquesa, y antes de eso, fui su dama de compañía, y mi madre su niñera.

—Deberían de quererse mucho —Comenté y la señora Collins sonrió nostálgica.

—Éramos las mejores amigas… Recuerdo cuando la señora entró en debut en la sociedad, recuerdo que ya no dejó de soñar con el duque la noche en que lo vio, recuerdo, que una vez casados, el amor que se tenían era incondicional.

—Eso es hermoso —Ella asintió.

—Pasaron tantas tristezas, pues la señora no lograba quedar embarazada, y luego de tantos intentos fallidos, nació la señorita Rose…

—La difunta esposa de mi marido… —Hablé en voz baja, pero la señora igual me escuchó y asintió.

—¿Cómo era ella? —La miré curiosa —¿Cómo fue su matrimonio?

—La señorita… —Agitó su cabeza —La difunta duquesa, yo fui su niñera. Era la señorita más generosa y dulce que jamás había visto, hasta hoy —Sonrió con calidez —Ella estaba aterrada por salir en debut en la sociedad. Sus expectativas en el amor estaban tan altas por el matrimonio de sus padres, que tenía miedo de no encontrar a un amor como el que tuvieron ellos. Fueron muchas visitas de cortejos, bailes interminables, pero sus padres no iban a aceptar cualquier matrimonio, pues el hombre que se casara con ella heredaría todo el Condado, y así pasó su primer año de debut… Hasta que un día, en un baile, apareció el señor Ansel, —Agregó, y me miró temerosa —Si le molesta que le comente esto puedo…

—Claro que no me molesta —La interrumpí, y  realmente le decía la verdad.

Tenía curiosidad por conocer de la difunta esposa de Ansel. Quería saber sobre la mujer que en verdad él amó. Quería conocer más a fondo su historia para así entender mejor su comportamiento.

—Según me contó la señorita Rose… —Volvió a agitar su cabeza —La señora Rose, que desde el momento en que sus miradas se cruzaron, ambos sintieron una conexión instantánea y profunda, no podían estar separados el uno del otro. Llegó a decirme que es como si el destino hubiera conspirado para unir sus caminos, ya que el señor solo viajó hasta aquí para hacer negocios y terminó comprometiéndose con ella al cabo de las semanas. Desde esa noche, él la visitó cada mañana con un ramo de tulipanes; los favoritos de la señora. Los duques aceptaron el matrimonio, y un año después, murieron en un fatídico accidente de barco producto del mal tiempo, dejando a los recién casados como duques de Whingbury.

A la señora Collins se le humedecieron los ojos, y yo me sentí realmente afligida por el trágico final de los antiguos duques.

—Los problemas llegaron luego de tres años, cuando los jóvenes duques deseaban engendrar un heredero…

—¿Por qué lo dice? —La interrumpí, ¿qué problemas podría traer tratar de tener un hijo?

—Pues porque la señora Rose, no lograba concebir. Incluso perdió dos embarazos en el primer trimestre, y uno en la última etapa —La señora Collins se sorbó la nariz y noté cómo mis ojos se cargaron de lágrimas —Hasta que un día…

Justo en ese momento se abrió la puerta y entró una doncella con el té. Entre que dejaron la bandeja en la mesa y sirvieron el té, pasaron tres minutos y la intriga estaba acabando conmigo.

—¿Por dónde iba? —Preguntó la señora.

—Hasta que un día… ¿Qué sucedió luego de tantos intentos fallidos? —Hablé rápidamente, pues la curiosidad y la impaciencia me estaban ganando.

—¡Por Dios, me estaba escuchando atentamente! —Comentó sorprendida y sonriente.

—Pues, ¿decía?

—A si… hasta que un día…

La puerta volvió a abrirse y entró uno de los mozos.

—Disculpen mi intromisión —El joven volteó a verme —Señora… —Hizo una reverencia.

—¿Qué quieres jovencito? —Dijo la señora Collins algo molesta.

—Señora Collins, ocurrió un pequeño accidente en la cocina que requiere de su presencia.

—¡Oh, por Dios! —Se levantó del asiento —¡¿Acaso no pueden hacer nada sin mí?! —Volteó a verme apenada —Lo siento señora, debo irme, si gusta, terminaremos esta conversación en otro momento.

—Descuide señora Collins, corra, vaya a ver qué ocurre en nuestra cocina.

   La señora Collins se retiró lanzando maldiciones y yo quedé con más dudas que al principio, pero con una pregunta rondando en mi cabeza:

¿Existirá un bebé Dagger en algún lugar?

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Segunda actualización del día.

Quería traerles un segundo capítulo, pues estas últimas actualizaciones he demorado algo en publicar, y la verdad es que, estoy apalzando el final de esta historia, pues no quiero que termine (OJO aún faltan algunos capítulos)

Pues nada, pónganme sus teorías por aquí.

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