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Capítulo 33: Tres días (Parte 2)

Londres, 11 de junio de 1810.

Diario de la sociedad: “Las notas de un ruiseñor”.

Se dice, que las flores “Nomeolvides”, son una composición delicada y encantadora que evocan un sentido de nostalgia y romanticismo. Estas pequeñas y elegantes maravillas de la naturaleza, tienen un significado simbólico de amor duradero y recuerdos eternos. Ha llegado a oídos de esta autora, que el duque de Whingbury, le ha obsequiado estas flores a la señorita Chadburn; unas flores tan simples y a la vez tan hermosas y con un significado único. Al parecer su “supuesto cortejo” es real y pronto tendremos una nueva boda en la sociedad.

🥀🥀🥀

  El segundo día de cortejos ha llegado. Mi molestia estaba creciendo por segundos, pues hasta la fecha, mi futuro esposo no había hecho acto de presencia, incrementando así la profunda decepción que sentía, aumentando el arrepentimiento por haber permitido dejarme llevar por sus labios.

  Hoy, mi familia y los Dagger no reunimos en el parque para un gran picnic. Hoy, se supone que tendremos nuestro primer paseo en público para demostrarle a todos que es real nuestro compromiso.

Espero que hoy si asista.

Era un domingo soleado y apacible en “Sunny Park”, perfecto para disfrutar del exquisito picnic al aire libre. Nuestro carruaje llegó junto al de los Dagger, y mientras mi hermano, tía Margaret y Erick se acercaban a nuestra pérgola, yo me acerqué a Lady Dagger, quien estaba acompañada por los gemelos y sus niñeras.

—Lady Dagger ¿dónde está Gael, hace tiempo que no sé de él?

—Ha estado visitando el Condado de Ansel, esas tierras tienen algo especial para él —Volteó a verme con esos hermosos ojos grises igual de hipnotizantes que los de su hijo —Y pronto tendrán algo de especial para ti, mi hermosa niña.

—¿Usted lo cree? —Mi mirada se entristeció.

—Pronto serás la duquesa de Whingbury, pero antes de ese título, eres la que le ha devuelto el brillo a los ojos de mi hijo. —La miré con algo de sorpresa, si supiera que su hijo ama a otra mujer.

Ella se acercó más a mí, una vez que le pidió a las niñeras que llevaran a los niños a jugar, me dijo:

—Quiero que sepas, que mi hijo no te besaría solo por diversión —La miré con rapidez y mi corazón comenzó a acelerarse ante su confesión.

—¿Usted lo sabe?

Ella sonrió.

—Mi hijo no me oculta nada, y puedes estar tranquila, el secreto se irá conmigo a la tumba. —Susurró.

—Gracias.

—Tengo algo que pedirte, Jane.

—Claro, lo que sea.

—Llámame, Lottie —Sonreimos —Pronto serás mi nuera. Pronto serás parte de los Dagger, y aunque ya tuteas a casi todos mis hijos, conmigo no lo has hecho.

Suspiré con tristeza.

—¿Sucede algo, Jane?

—Me preocupa que su hijo no venga hoy.

—Tranquila —Volvió a sonreírme, inspirándome tranquilidad —Ansel va a venir.

—Eso espero, Lottie.

Atravesamos juntas el verde prado, adornado con coloridas flores silvestres, árboles frondosos que ofrecían sombra a la gran cantidad de pérgolas que estaban dispuestas por todo el parque. El canto melodioso de los pájaros que revolotean en el aire era algo que se mezclaba con las risas de los niños que corrían por todos lados y las  conversaciones de las damas y caballeros que estaban disfrutando del maravilloso día.

—¿Dónde se encuentra Ansel? Espero que no nos deje plantados hoy también —Esas fueron las primeras palabras de Theon al vernos llegar.

—Siempre fuiste el más impaciente de todos —Sonrió con dulzura —Puedes estar tranquilo, mi hijo, tu amigo, llegará en cualquier momento.

  Las palabras de Lottie se escucharon con dulzura, pero algo en ella proyectaba respeto, pues Theon, solo mantuvo silencio y asintió caballeroso.

—Sabes que Ansel no es conocido por su puntualidad —Tía Margaret soltó una risa —¿Lottie, recuerdas aquella vez que visitamos el observatorio? Ansel se había distraído tanto que ni siquiera escuchaba nuestros gritos cuando lo llamábamos. —Ambas mujeres rieron, y noté el indicio de una sonrisa en los labios de Theon.

—¡Por Dios, estaba tan centrado viendo la constelación de Orión! —Volvieron a reír.

Inevitablemente mi mente viajó a aquella noche, en la que él me llevó al observatorio y me habló de la constelación de Orión, en la que nos besamos por primera vez.

—Siempre sintió curiosidad por las estrellas y los planetas, al punto de que aún conserva ese viejo observatorio en la cima de la colina —La voz de Theon fue una total sorpresa para mí, pues incluso se veía más relajado y habló de su amigo con orgullo.

—¿Qué es tan divertido?  —Creí que su voz ya no tenía el mismo efecto en mí, pero estaba equivocada, pues el solo hecho de escucharlo, bastó para acelerar mi corazón.

Y ahí estaba él, vestido tan casual como siempre; con esos pantalones negros ceñidos al cuerpo, una camisa blanca con las mangas remangadas como si para él el código de vestimenta no tuviese importancia, y con un chaleco negro encima. Su cabello negro, estaba igual de desordenado, con aquellos mechones rebeldes haciendo resaltar sus ojos grises y con aquel mentón dividido que adornaba su rostro varonil. Pero, si él causaba ese efecto tan desestabilizante en mí, mi reacción fue aún mayor cuando vi el hermoso ramo de “Nomeolvides” que traía en sus manos.

—Hasta que al fin llegas. —Mi hermano se limitó a decir.

—Puedes estar tranquilo… no pienso salir huyendo del compromiso —Caminó hacia mí, sin dejar de verme a los ojos, y cuando estuvo lo suficientemente cerca:

—Creo que le debo una disculpa por no entregarle aquel ramo de flores presencialmente, milady —Me extendió el hermoso arreglo floral y no pude evitar llevarlo a mi nariz para impregnarme de todos aquellos aromas que venían a mi mente.

—Gracias —Me limité a decir.

—Yo… debo disculparme, pero tengo que retirarme. —Sus palabras se sintieron como una brisa de invierno en mi espalda. Él acababa de llegar y ya se estaba excusando para retirarse.

—Maldito imbécil —Fue lo que dijo Theon, y se hubiera lanzado hacia el duque de no haber sido por tía Margaret que lo detuvo al instante.

—¿Sucede algo, hijo?

—Hay problemas en el Condado, madre. Debo ir inmediatamente, pero estaré para el baile de mañana en la noche.

—¿Son problemas graves, hijo?

—No son graves, pero requieren de mi presencia.

—Espero que esta excusa sea cierta, Dagger. —Otra vez Theon estaba furioso, y yo, más que furiosa, estaba decepcionada.

Mi mirada de confusión, ligada con tristeza y rabia, se cristalizó cuando el gris de sus ojos volteó a verme.

—Lo siento —Fue lo único que pronunció antes de retirarse.

🥀🥀🥀🥀

La noche del día siguiente estuvo llena de tensión. Era el tercer día de cortejos y ni siquiera habíamos tenido un paseo normal, ni siquiera habíamos compartido más de tres palabras agradables. ¿Así de dura será nuestra vida juntos?

—Odio como me queda el color verde —Fue lo que dije, dejándome llevar por la rabia y los recuerdos, luego de que Mary terminara de colocarme el vestido de seda que tía Margaret había mandado a hacer especialmente para este baile.

—Pensé que era tu color favorito. —Dijo mi tía.

—Ya no lo es.

—Estás hermosa, Jane —Dijo Beth una vez que llegó a la habitación —Serás la ninfa del bosque más hermosa del baile.

—¿Es en serio? Estoy preocupada porque el duque se digne a aparecer en el baile, y va una viuda extravagante a celebrar un baile con temática de bosque encantado. En este momento, mi vida no tiene nada de mágica.

—Sí que la tienes… Ansel no hace nada a la ligera, estoy segura de que sus acciones fueron verdaderas —Defendió Mary.

—¿Pones las manos al fuego por él, Mary?  —Hablé, tratando de no explotar toda mi rabia con la dulce anciana.

—Lo conozco desde que era un niño.

—¿Entonces, por qué intentar celebrar un duelo antes que casarse con Jane? —Tía Margaret interfirió —Sus acciones no se parecen en nada a lo que él haría.

—Sí, sí lo son —Sonrió con dulzura —Yo crié a estos niños, he visto sus vidas muy de cerca, y sé perfectamente que Ansel está librando una batalla en su interior.

—Batalla o no —Hablé —Tiene que decidir de qué bando va a luchar. Tiene que decidir si me va a defender o permitir que me destruyan, es así de simple.

—¿Jane? —Theon llamó a la puerta, cuidadoso como si temiera interrumpir algo —¿Estás lista? 

—Sí, vamos o llegaremos tarde.

—No me caería mal si hacemos esperar a ese traidor. —Su voz de inocencia se oscureció.

—Eso si él no es quién nos hace esperar a nosotros, hermano.

—Más le vale que no, o me encargaré de dejarle los ojos morados nuevamente.

Y una hora después estábamos llegando al salón de baile de la condesa viuda Bridge, una mujer, que según las revistas de sociedad, es conocida por sus fiestas extravagantes. Incluso es ingeniosa para arreglar un código de vestimenta para que todo vaya acorde con la temática del baile: Un bosque encantado.

—Vaya —Miré todo nuestro alrededor con asombro —Lady Bridge no escatimó en detalles.

—Así es ella, ojalá te hubiera podido traer el año pasado, esa noche fue una temática circense. —Agregó mi hermano.

Pero si una temática circense llamaba la atención, la de bosque encantado era otro nivel. El salón de baile estaba adornado con exuberantes guirnaldas de hojas y flores silvestres, creando una atmósfera de ensueño que nos transportaba a un lugar de fantasía y encanto.

Unas pequeñas luces parpadeantes simulaban ser luciérnagas danzantes entre los árboles, mientras que unos candelabros de cristal proyectaban destellos de luz dorada sobre las elegantes parejas que danzaban al compás de la música. El suave murmullo de una fuente cercana se mezclaba con las notas melodiosas de un cuarteto de cuerdas, creando una sinfonía celestial que invitaba al baile y la diversión, solo que yo aún no podía disfrutar de algo así.

—El imbécil no ha llegado —Theon miraba en todas direcciones buscando al duque, un duque que aún no se había dignado a aparecer.

—Esta vez no permitiré que me defiendas —Le dije con tranquilidad.

—¿Qué quieres decir?

—Que esta vez seré yo quien lo ponga en su lugar —Nuestras miradas se encontraron al instante y luego volví a mirar hacia los invitados, esperando paciente a que él llegara.

—Recordaré eternamente esa cachetada que le diste, hermana. Tú también lo pusiste en su lugar —No pudimos evitar reírnos.

—Aún así, es momento de que pelee mis propias batallas, hermano.

—No puedes prohibirme que te defienda, zanahoria —Voltee a verlo.

—Lo sé, pero también necesito que pongas algo de tu confianza en mí.

Mi hermano, me tomó de las manos cariñoso.

—Ya no eres una niña... Hagamos algo, te dejaré pelear tus propias batallas, pero prométeme que cuando no puedas sola me llames, y yo vendré al rescate. —Sonreí, y luego él besó mi frente.

—Lo prometo.

Nuevamente dirijimos nuestra atención al salón de baile. Solo me pude deleitar disfrutando de todos los vestuarios, maravillada, porque Lady Bridge había logrado vestir a su antojo a toda la alta sociedad londinense.

Los invitados, ataviados con trajes opulentos y vestidos vaporosos en tonos de verde esmeralda, azul zafiro y morado profundo, parecíamos personajes salidos de un cuento de hadas. Los caballeros, incluido mi hermano, lucían chalecos bordados y sombreros adornados, mientras que las damas exhibíamos diademas de flores frescas que evocaban la belleza de la naturaleza. Yo en particular, elegí una diadema con flores nomeolvides, y tía Margaret le había indicado a la modista que mi corsé estuviese lleno de bordados con estas flores en particular.

  La noche era joven, pero ya los músicos habían tocado dos canciones y yo aún seguía esperando junto a mi hermano la llegada del duque, y con cada minuto que pasaba esperándolo, más furiosa me sentía.

¿Por qué sigue haciendo estos desplantes?

¿Tanto le aborrezco como para hacerme sentir menos preciada?

Esto simplemente era una tortura, una, que no estaba dispuesta a permitir por mucho tiempo más… si él seguía comportándose así, no me quedaba de otra que aceptar la desagradable propuesta del príncipe, porque de algo estaba segura, y era que no iba a permitir que mi apellido quedara en vergüenza frente a la sociedad.

—Llegó… —Fue lo único que pronunció mi hermano y luego señaló con disimulo hacia la entrada.

Las puertas del salón estaban abiertas de par en par, y justo en el humbral estaba su figura imponente. Comenzó a ingresar al salón con una elegancia natural que indiscutiblemente no dejaba de sorprenderme, y por lo visto lograba crear ese mismo efecto entre los demás, pues logró atraer todas las miradas de las jóvenes del salón. No podía negar que su presencia era magnética, y para mi mala suerte tenía que mantener a raya a mi pobre corazón.

Su mirada grisácea y penetrante escudriñaba cada rincón del salón, hasta que sus ojos se encontraron con los míos. Noté en sus labios una sonrisa a boca cerrada y luego comenzó a caminar hacia nosotros. Sus hermosos ojos grises no dejaban de mirarme, como si yo fuese la única persona en el salón, y sin poder explicarlo, yo tampoco podía evitar verlo.

Él tampoco se escapó del código de vestimenta, pues estaba vestido con unos pantalones negros ajustados, una camisa blanca que resaltaba la palidez de su piel, y encima lucía un chaleco negro rícamente bordado en verde, escondiendo los músculos que ya había visto y acariciado, pero dejándolos acentuados para así hacer volar la imaginación.

—Hasta que al fin te dignas a llegar. —Esas fueron las palabras que abandonaron los labios de mi hermano.

—Buenas noches para ti también, Theon. —Y mientras mi hermano y yo estábamos ofendidos por su tardanza y los desplantes anteriores, él simplemente se veía tan relajado.

—Milady —Su mirada se encontró con la mía, y luego me miró detalladamente, así como yo lo había visto hacía unos minutos —Tengo que decirle que su presencia embellece este salón con una gracia y encanto dignos de las mismísimas ninfas del bosque.

—Hay por favor —Resopló Theon, pero el duque lo ignoró.

—Milady, ¿me acepta este baile?

Y a eso habíamos venido… a simular un interés amoroso que no existía para él. A copiar un cortejo que nunca se había llevado a cabo, a disfrutar de un baile que probablemente no estaba en sus planes…

—Claro.

Me extendió su brazo y yo lo tomé, para caminar juntos hacia la zona de baile bajo cientos de miradas. La música de un vals comenzó a llenar el ambiente con su melodía envolvente y romántica, y comencé a lamentarme el que nos tocara una canción tan íntima para bailar. Nos encontrábamos de pie frente a frente, listos para dejarnos llevar por la magia del baile, para fingir una sonrisa que no existía, una complicidad que no era real.

Bajo la luz de las lámparas de cristal que destellaban con un tono ámbar, comenzamos a bailar al compás de la música, deslizándonos con gracia.

Mientras estaba obligada a verlo a los ojos y a tenerlo tan cerca, lo único que inhundaba mi mente eran unas palabras llenas de rabia:

—Nunca debió besarme —Le reproché.

—¿Le recuerdo que usted también me besó?

—Como sea, usted no debió hacerlo en primer lugar, yo soy una dama. No estaríamos en esta situación de no haber sido por su atrevimiento.

—No me va a alcanzar la vida para pedirle disculpas, milady.

—Y aún así se esmera en no dar la cara… —Le hablé con firmeza, pero en voz baja para que las demás parejas no nos escucharan.

—Le pido disculpas por mis ausencias, en verdad hay problemas en el Condado. Eso no volverá a ocurrir, no pienso dejarla sola nunca más, milady.

—Si cree que una simple disculpa puede enmendar todo lo que siento por usted, su excelencia, está muy equivocado… —Lo desafié con la mirada.

—¿Y qué es todo eso que siente por mí?

—Rabia, decepción…

—Lo siento mucho.

—Debe pensar en otras formas de disculparse, su excelencia, me aburren siempre las mismas palabras. —Noté una pequeña y disimulada sonrisa en sus labios, misma que me enfureció aún más.

—Debe saber algo de mí, su excelencia, y es que no dejaré que esto nos salga mal.

—¿Nuestro falso compromiso? —Dijo él, ladeando su rostro.

—Es más que un falso compromiso, es más que una negociación. Esto se trata de mí y de mi familia, y voy a hacer lo posible por protegernos, es lo único que puedo hacer para enmendar mi… desastre. Así que no permitiré que salga mal, y si no está de acuerdo tiene que decírmelo y aceptaré la propuesta del príncipe.

Estoy dispuesta a olvidar todo lo ocurrido por tal de que esta farsa sea creíble. Estoy dispuesta a llevar la fiesta en paz para no poner en duda nuestra relación.

El duque me miró con seriedad, y noté cómo tensó su mandíbula y sus pupilas se dilataron, oscureciendo el hermoso gris de sus ojos.

—Ya le dije que estoy de acuerdo con este matrimonio, pero con una condición.

—Creo que no entiende mi situación, su excelencia, no hay espacio para condiciones.

—Quiero que dejemos los formalismos, quiero que me llames por mi nombre... —Habló con rapidez, tomándome por sorpresa  —Si queremos que nuestro compromiso sea creíble, y nos vean como una pareja, debemos comenzar a tutearnos. —Y por primera vez en días sentía que él estaba junto a mí en todo esto.

—Estoy de acuerdo… Ansel —Una sonrisa iluminó mi rostro, pues nunca lo había llamado por su nombre.

—¿Le parece gracioso mi nombre? —Fingió molestia, pero en sus labios apareció una sonrisa y sus ojos grises la confirmaron.

—Oh, no, no, Ansel —Volví a sonreír al mencionar su nombre y noté mis mejillas ligeramente acaloradas —Simplemente me da curiosidad lo inusual que es.

—Mmm ¿Le da curiosidad? —Detalló mi rostro con la mirada y yo no podía dejar de verlo.

La música alcanzaba su punto álgido, y en un giro romántico, él acercó su rostro, despertando nuevamente un torbellino de nervios y emociones en mi interior. Por un instante, el mundo se detuvo a nuestro alrededor, dejando solo el latido acelerado de mi corazón.

—Mi nombre significa “De doble nacimiento” —Habló tan cerca de mi rostro que sentí la suave caricia de su aliento.

—Claro —Sonreí —Eres el gemelo irlandés de Gael —Asintió, mientras dábamos un giro con lentitud, mi espalda quedó pegada a su pecho, luego él pasó su mano delicadamente por mi vientre.

—¿Aún le parece gracioso? —Susurró en mi oído y sentí cómo la piel se me erizaba.

—No… —Sonreí a boca cerrada —Es hermoso.

—Muy bien, Jane, fijamos tan bien que hasta nosotros podamos creernoslo.

🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀

Hola, hola.

Hasta que al fin pude actualizar. He estado unos días enferma, y no puedo explicarles las ganas que tenía de traerles un nuevo capítulo. Espero y les gustara.

No olviden dejarme sus votos y comentarios. ❤️

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