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Capítulo 28: La unión.

Ya no estábamos en la habitación de Lizzy, ahora nos encontrábamos en el saloncito del té, cuyas puertas dan directamente al jardín trasero. Las cortinas estaban perfectamente colocadas, para que los invitados y el novio no vieran a Lizzy antes de tiempo.

Mientras Lizzy recibía abrazos interminables de su madre, de Gael y de Erick, yo veía desde la ventana lo bella que había quedado la decoración:

Un mar de coloridas flores y exuberantes plantas rodeaban todo el lugar, creando una sinfonía de fragancias embriagadoras y delicadas. Algunas rosas, lirios y azucenas desplegaban sus pétalos con gracia, añadiendo un toque romántico y elegante al entorno.

En el centro, destacaba una majestuosa pérgola, magníficamente decorada para la ocasión. Sus columnas esculpidas estaban enredadas con muérdago, cuyas bayas blancas fueron combinadas con rosas de distintos colores, formando un arco de bienvenida a los novios, recordándome el sin número de historias de amor cuyo final siempre coincidía en que cuando una pareja se besa debajo del mismo, sus almas estarán destinadas para toda la eternidad.

La estructura de la pérgola estaba adornada con sutiles guirnaldas de encaje y cintas de seda en tonos pastel que danzaban suavemente con la brisa, creando un ambiente de encanto y sofisticación. Y un dosel de encaje blanco la cubría, filtrando los cálidos y dorados rayos del sol de la tarde. Y debajo de ella, divisé a Philips y al sacerdote ocupando sus respectivos lugares.

Mientras los invitados comenzaban a tomar asiento en sillas elegantemente dispuestas a ambos lados del camino de adoquines que llevaba directo a la pérgola, el murmullo de la expectación y emoción flotaba en el aire.

—Mi Lizzy, eres la novia más hermosa de todas —Limpió las lágrimas de sus mejillas con un pañuelo con lindos bordados —Te extrañaré tanto aquí en casa, hija mía —Madre e hija se abrazaron con emoción.

—No te preocupes, madre, estaré a una hora en carruaje, y seré vecina de ese traidor que dice llamarse: mi hermano —Al parecer su hermano preferido no quiere participar en la boda de su hermana adorada, y eso tenía a Lizzy furiosa, y a mí aliviada por no tener que verlo.

Una melodía comenzó a sonar, dando aviso a de que en cuanto ésta culminara, la ceremonia iniciaría.

—Respecto a Ansel, hermana… hay una sorpresa esperando afuera —Agregó Erick con una sonrisa en sus labios.

¿Una sorpresa?

Esa extraña sensación volvió a apoderarse de mi cuerpo y todo mi ser, obligando a mi corazón latir fuerte mientras sentía ese cosquilleo en mi estómago y mi respiración agitarse… La curiosidad me ganó y miré nuevamente por la ventana, encontrándome con Philips debajo del muérdago, el sacerdote a unos pasos más atrás… y luego lo vi a él.

Él…

El hombre cuyo nombre ni siquiera puedo escuchar ni mencionar sin antes sentir cómo mi cuerpo se rinde. Él… el hombre que desapareció después de apoderarse de mis labios y mis sueños. Él… el hombre que tiene a mi corazón en sus manos…

La melodía culminó y era hora de que yo saliera de la habitación. Miré a Lizzy con una sonrisa forzada, cuando por dentro era un remolino de emociones y nervios.

La suave melodía que daba inicio a la ceremonia comenzó a sonar, y yo me detuve justo frente a las puertas. Erick y Gael las abrieron, dejándome al descubierto de cientos de ojos, incluidos los de él.

Di un paso al frente nerviosa, inspiré profundo, y luego fingí una sonrisa frente a todos cuando por dentro sentía que iba desfallecer con tan solo imaginarme sus ojos grises encima de mí.

Comencé a caminar con delicadeza sobre la alfombra roja que adornaba los adoquines que conducían hacia la pérgola. Con cada paso que daba, dispersaba los pétalos rojos a los lados mientras sonreía a todos los invitados que se encontraban a ambos lados del camino.

En un instante miré al frente, y me arrepentí de haberlo hecho, pues mis ojos ignoraron a Philips, al sacerdote y a la hermosa decoración del altar, desviándose únicamente hacia una persona, solamente a él…

Él estaba ahí. Estaba de pie en el altar, a una distancia prudente de Philips. En sus manos cargaba con una almohadilla que supondría que ahí estarían los anillos… Y mientras más me le acercaba, más nerviosa me sentía, pues podía sentir sus gélidos ojos encima de mí, vigilando cada paso que daba directo hacia él…

Su cuerpo parecía incluso más fuerte y fornido que antes, como si todo este tiempo lo hubiera empleado para ejercitarse más de la cuenta, o simplemente era mi imaginación. Su cabello estaba igual de desordenado como lo recordaba, con esos mechones negro azabache descansando en su frente.

Y mientras caminaba con lentitud, esparciendo los pétalos de rosas a los lados, otra vez las puertas del saloncito del té se abrieron, y según sabía, quienes venían detrás de mí eran los gemelos, Lady Dagger sosteniendo por el brazo a Gael. Y segundos después todas las miradas se desviaron hacia las puertas nuevamente, de donde estaba saliendo Lizzy con su despampanante vestido blanco mientras sostenía a Erick por el brazo.

Mientras todas las miradas estaban sobre la hermosa novia, los ojos de él estaban sobre los míos, velando cada paso que daba en su dirección, como si no hubiese nadie más que yo caminando hacia el altar.

Al llegar, inspiré profundo y desvié la mirada para no caer nuevamente en su red de encanto, y luego me coloqué a unos pocos metros más atrás de donde estaría Lizzy.

Una vez que Lizzy llegó al altar, el duque de Whingbury dio unos pasos adelante y se acercó a su hermana con una sonrisa. Una sonrisa que iluminaba sus ojos grises de una forma extraordinaria.

—Estás hermosa, hermanita —Le susurró.

La música se detuvo, los invitados se giraron en dirección al altar, y el sacerdote comenzó a hablar sobre el matrimonio y de la eternidad del amor… y luego llegó el momento de colocar los anillos.

El duque se acercó nuevamente, para dejar la almohadilla con los anillos cerca de los novios. Una vez que la pareja tomó los anillos del otro en sus manos, el duque se dispuso a colocarse junto a mí, desorientando nuevamente a mi pobre corazón, sintiendo su inminente cercanía aunque estuviese haciendo un esfuerzo para no voltear verlo.

—Elizabeth Dagger —La miró a los ojos con dulzura —Te ofrezco este anillo como prueba de mi eterno amor y te entrego todo lo que tengo; mi amor, mi vida y mi corazón.

Lizzy sonrió nerviosa y yo sonreí emocionada, sintiendo nuevamente la mirada de él sobre mí.

—Philips Hastings, con este anillo te ofrezco todos mis días, mis tristezas y mis dichas. Y prometo hacerte feliz cada día de nuestras vidas.

—Marqués Philips Hastings —Habló el sacerdote —¿Aceptas a la señorita Elizabeth Dagger como su esposa?

—Acepto —Dijo con una dulce sonrisa de enamorado.

—Señorita Elizabeth Dagger ¿Aceptas al marqués Philips Hastings como su esposo? —Repitió el anciano.

—Acepto —Dijo ella, feliz.

—Y lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

La feliz pareja se dio el beso más hermoso, gentil y amoroso que jamás he visto. Justo en ese instante, unas palomas blancas fueron liberadas, adornando el atardecer, anunciando el feliz resultado de esta boda.

Mientras los novios sonreían, los invitados aplaudían felices y otros subieron al altar para felicitarlos. La música comenzó a sonar, y el duque acercó sin previo aviso sus labios a mi oído para decirme:

—Está realmente radiante hoy, milady —Su voz ronca me ocasionó escalofríos, pero yo me mantuve ignorandolo y me acerqué sonriente a los recién casados como si nada me ocurriera.

—¡¡Felicidades!! —Les dije a los novios y los abracé fuerte.

—Te extrañaré tanto, Jane —Dijo mi amiga mientras me abrazaba.

—¡Ansel! —Gritó Lizzy, y sentí una presencia magnética detrás de mi espalda.

—¿Pensaste que no vendría? —Dijo él, y su tono de voz era cálido y relajado.

—Creeme, ya te estaba odiando —Agregó mi amiga y abrazó fuerte a su hermano.

La música alegre cambió a una melodía romántica y suave que me resultaba tan familiar, por su similitud a la de mis sueños.

—Es hora de que los esposos inicien el baile —Les dije y otra vez ignoré la presencia del duque a mi lado.

—Comenzaremos nosotros, —Dijo Lizzy —Pero quiero que se nos unan ustedes dos.

🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀

Hola, hola.

¡¡Nuestros protagonistas tendrán su primer baile juntos!!

¿Cuál creen que será el final de ese baile tan esperado?

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