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Capítulo 20: Curiosidad.

Ansel:

(Hace un mes)

Luego de dos meses con mi familia, todo había resultado bastante tranquilo y relajado. Por primera vez en muchos meses comencé a recuperar el sueño y la voz en mi cabeza se fue alejando poco a poco.

Decidí no hacer paseos públicos para que la sociedad no supiera que me encontraba en Londres, y así evitar a las madres cazadoras de pretendientes para sus hijas, pues, ante los ojos de todos, yo era un duque joven y viudo. Aunque a ellas esa palabra tan dolorosa no les importaba para nada, solo verían en mí un potencial esposo con un título codiciable.

Por eso decidí permanecer en mi hogar, lejos de todo y de todos, obsequiádole a mi madre momentos en compañía, disfrutando a mis hermanos pequeños, poniéndome al día sobre cómo le iba al condado de Fairytale con sus cultivos de lavanda, aconsejando a Gael en su situación amorosa y pasando la mayor parte del tiempo cabalgando en el bosque.

Y, mi perfecta rutina se vio afectada aquella tarde.

Cuando al llegar a casa me encontré con más personas de lo habitual: Uno era el pretendiente de Lizzy, otros eran Theon; mi amigo de toda la vida, y su querida tía, misma mujer que resultaba ser como una segunda madre para mí… y luego estaba ella.

  Recuerdo que hace muchos años, cuando yo era a penas un niño de diez años, tuve la suerte de verla. Erick y yo habíamos ido a visitar a Theon a la mansión de campo de su horrible padre. Mi amigo, había logrado salvar a su pequeña hermanita de las garras de aquel abusador.

Recuerdo como si fuese hoy aquel día, cuando la vi por primera vez:

  Era un cálido día de primavera, mi hermano y Theon se habían quedado en la mansión mientras que yo decidí salir a explorar el lugar. Caminé entre árboles frondosos y senderos serpenteantes durante minutos.

De repente, mi atención fue atrapada por una pequeña que, ajena a todo, jugaba felizmente cerca de un río. Tenía seis años, recuerdo que Erick me lo había comentado. Su cabello rojizo brillaba a la luz del sol como si estuviera hecho de fuego, y sus risas resonaban en el aire, trayendo consigo una sensación de alegría contagiosa. Yo, me detuve en seco, cautivado por la imagen que tenía frente a mí.

¿Cómo era posible que una niña que había sufrido tanto, ahora estaba tan feliz?

Esa fue mi primera interrogante.

Mis ojos se abrieron de par en par al observar cómo la niña giraba y saltaba, con su vestido verde ondeando como las alas de una mariposa. Entonces entendí que ya ella no tenía porqué sufrir más. Cada movimiento parecía una danza, una celebración de la libertad. La forma en que sus mechones de cabello actuaban como pequeñas llamas en cada giro, me hizo sentir una extraña mezcla de admiración y sorpresa.

No podía quitarle los ojos de encima. Sentía una curiosidad profunda, un deseo de entender qué era lo que hacía que esa niña brillara tanto ante mis ojos. ¿Era su risa? ¿Era la forma en que parecía conectarse con el mundo a su alrededor, como si cada hoja que caía o cada murmullo del agua susurraran secretos solo para ella?

Me pregunté si ella notaría mi presencia, si acaso me miraría y sonreiría. La idea de cruzar miradas me hizo sentir un cosquilleo en el estómago. Imaginé lo que podría ser hablarle, ser su amigo, compartir con ella la emoción de que ya no tenía que volver a sufrir. Pero también sentí un pequeño atisbo de timidez, como si la belleza de aquella niña creara un mundo del que no sabía si podía formar parte. Mientras la observaba, me di cuenta de que no solo admiraba su belleza, sino también el significado de su alegría.

Y luego, dieciséis años después, ella estaba nuevamente frente a mis ojos. Pero ahora era yo el que no se encontraba en el mejor momento de su vida, y tampoco tenía la fuerza de enfrentar mis problemas con la misma energía que lo hizo ella en aquel entonces.

Me sentí atrapado por su presencia. Parecía como si un rayo de sol hubiera atravesado la frialdad de mi corazón. Algunos mechones de su cabello rojizo caían en suaves ondas por sus mejillas, delineando sus rasgos con una calidez que parecía atemporal. Las llamas del peinado danzaban con cada movimiento, como si capturaran la esencia de su espíritu.

Recordé cuando la vi hace años, ahora, frente a mí, se encontraba una mujer que iluminaba todo el jardín solo con su sonrisa. Noté que tenía la misma escencia. Una fina línea se mostró disimuladamente en mis labios, pues noté cómo discutía con Gael por obtener el mazo negro; algo que yo siempre solía hacer. Había en ella una luz inquebrantable, una vitalidad que no había menguado con el paso del tiempo, sino que se acentuaba con cada corto segundo que logré observarla.

Noté cómo todos me miraban desde la distancia, probablemente estaban preocupados por mí, pero en ese instante mi interior estaba batallando, asesinando con entusiasmo todas esas sensaciones que fueron atraídas hacia esa hermosa mujer. Y mientras más trataba de convencerme de que esa atracción no podía suceder, mientras más fuertes eran mis ganas de participar en aquel juego de croquet para poder hablarle como hace años no tuve el valor de hacerlo, decidí ignorarlos y alejarme.

🥀Días después🥀

—Ansel, ¿no vas a ir al baile de máscaras? —Me preguntó Erick, quien ya se estaba alistando para acompañar a Lizzy.

—Sabes que no vine hasta aquí para participar en esos eventos aburridos.

—Anda hermanito, anímate, todos van a estar disfrazados, nadie te va a reconocer —Esta vez fue Lizzy quien lo intentó —Por favor, hazlo por mí —En sus ojos vi una súplica a la que no fui capaz de negarme.

—Está bien —Lizzy saltó a mis brazos y me llenó de besos. Era imposible negarme a sus pedidos.

—Theon mandó un mensajero, dice que no va a asistir al baile por petición de Jane. —Esta vez fue Gael quien habló, mientras entraba en la habitación con una nota en la mano.

—¿Y con quién irá Jane? —Preguntó Erick.

—Con Mary… Dice Theon que no nos acerquemos, que ella quiere hacer una prueba para ver qué caballeros la invitan a bailar sin reconocerla. —Explicó Gael.

—¿Sin reconocerla? —La duda era evidente en el rostro de Lizzy.

—Al parecer usará una peluca negra. —Agregó Gael antes de sonreír maravillado y luego mis hermanos lo imitaron.

—Sin dudas, Jane es ingeniosa —Dijo Lizzy.

—Entonces vámonos antes de que se nos haga tarde —Informó Erick.

Un baile de blanco y negro. Siempre estoy vestido para esa ocasión. El negro se ha vuelto parte de mi escencia luego de perder a mi esposa, por lo que solo tuve que tomar una de las máscaras que Gael me dio a escoger, y salir junto a mis hermanos.

Al llegar sentí alivio, pues pasé junto a muchas madres cazadoras de esposos y ninguna me reconoció. Luego nos acercamos al salón de bailes y miré detalladamente todo el panorama.

Gael se perdió en la mesa de bebidas para ahogar sus penas de un amor que él mismo se ha enfrascado en convertir imposible. Lizzy fue invitada a bailar por su pretendiente, Philips. Erick invitó a bailar a una joven hermosa, aunque sabía muy bien que era para mantener a Lizzy vigilada, él es incluso más protector que yo. Mientras que yo me quedé solo, mirando todo a mi alrededor, disfrutando de la privacidad que me otorgaba mi disfraz.

  El entorno me aburría, por lo que pasé junto a una de las mesas de bebidas alcohólicas, tomé un vaso y me dirigí al balcón. Desde ahí, me perdí en la vista panorámica que tenía al frente.

Y justo en ese instante, escuché una voz temerosa, me acerqué y me encontré con un escenario asqueroso y fuera de lugar…

Y como si fuera el destino quien estuviese enfrascado en cruzar nuestros caminos, me encontré con Jane siendo agredida por un asqueroso que se hacía llamar Lord.

Una sensación de rabia, furia y protección se despertó en mi interior, fácilmente podría tratarse mi hermana, de una amiga. Lo único que quería era destrozarle el rostro y cortarle sus manos para que nunca volviera a tocarla, a ella, ni a ninguna otra mujer… Pero luego recapacité y no hice más que mostrarle mis palabras agresoras y amenazantes, y como buen cobarde que era, salió corriendo aterrado, dejándome a solas con aquella hermosa dama.

Frente a mis ojos tenía a aquella mujer con las mejillas llenas de pecas, sus ojos brillantes por las lágrimas que intentaron salir, y ahora su cabello rojizo estaba escondido debajo de una peluca negra.

¿Por qué se esconde si es hermosa?

Hermosa no... ella es única.

Le dejé claro que ella era capaz de dejar sin aliento a más de un hombre, cuando sin pensarlo, quién había olvidado respirar era yo. No me permito ese tipo de debilidades, por eso reaccioné e hice lo mejor para mí, para mi bienestar: Apagar el fuego en mi interior y alejarme de ella lo antes posible.

🥀Días después🥀

Mi presencia en Londres era todo un misterio para la sociedad, pero no para mis amigos, por eso, ese día recibí una invitación a una fiesta en el palacio real.

Batallé conmigo mismo sobre si asistir o no, pero ¿Quién se resistiría a las sorpresas de los reyes? Ellos siempre se esmeran en dar un buen espectáculo, uno que yo estaba dispuesto a presenciar.

Decidí esperar a más tarde, cuando las presentaciones de los invitados terminaran y el baile culminara dándole inicio al momento de la sorpresa real.

Llegué y me posicioné en una zona oscura, lejos de todos, incluso de mi familia, y en ese instante, algo llamó mi atención.

La vi. Otra vez el destino me cruzó en su camino, otra vez sentí ese calor en mi interior que me impedía dejar de verla. Y cuando las luces comenzaron a apagarse, noté lo incómoda que estaba mientras veía cómo una a una las velas a nuestro alrededor le daban paso a la oscuridad. Me di cuenta que ella había quedado separada de Theon por culpa de la multitud, y que su supuesta pareja de compañía estaba lejos de ella, ignorando por completo lo indefensa que estaba. Noté su miedo, la preocupación de Theon al darse cuenta de lo que ocurría. Pero de una cosa sí estaba seguro: Theon nunca llegaría a tiempo antes de que la última vela le diera paso a la oscuridad…

Yo sí estaba cerca, y por eso sin pensarlo, caminé hacia ella y la tomé de la mano.

🥀Al día siguiente🥀

Ese día recibí noticias de James, unas que me hicieron enfurecer; un grupo de delincuentes estaban haciendo estragos en mi Condado, asaltando y robando a todas las familias que se cruzaran en su camino.

Luego de enviarle una orden de búsqueda y captura y ofrecer una recompensa a quienes los atraparan, me dirigí al establo y busqué un caballo que me llevara a la propiedad de Theon en busca de mi yegua; Sky, era con ella con quien quería cabalgar.
 

Mi sorpresa fue enorme cuando el mozo me informó que Sky; la yegua que nunca deja que nadie más que yo la monte, permitió que la señorita de la casa la sacara a pasear. Inevitablemente la curiosidad me ganó y fui tras ella. Quería verla con mis propios ojos.

🥀Días después🥀

—Me haría muy feliz que mi hermano favorito sea quien lleve los anillos el día de mi boda. Estarás en el altar junto a Jane, ella será mi dama de honor.

No me pude resistir a su oferta, ella es mi hermana pequeña, mi niña, y no podía defraudarla.

La sociedad ya sabía que me encontraba en Londres, lo único que podía hacer era tratar a todas esas madres con mi mejor cara de desagrado, después de todo, en el evento de hoy sería imposible no asistir.

Decidí llegar tarde a la inauguración para que nadie me viera, sabía muy bien que Erick y Theon darían un gran discurso de inauguración. Entré por la puerta trasera y fui a esconderme en el salón personal de Erick, y como si fuera obra del destino, otra vez la vi.

¿Cómo es que siempre nos encontramos?

Inexplicablemente, aún estando en una habitación rodeados de arte, mis ojos no podían apartarse de ella, sería una locura mentir, ella es hermosa. Pero mi curiosidad fue mayor cuando la vi de pie, admirando una pintura mía, y solo por eso decidí quedarme.

🥀Al día siguiente🥀

   Extraño tocar el piano.

Antes, tocar sus teclas y producir música eran algo relajante para mí. Luego cuando conocí a Rose, mi inspiración venía de ella. No había nada en específico, venía de toda ella porque todo me fascinaba. Amaba verla contemplando las piezas que escribía, y cuando murió, mi inspiración se fue junto con ella.

Hasta hoy.

Hoy estoy preparando para volver a mi pasión. Siento que finalmente mi corazón está sanando, y eso me hace respirar aliviado.

Fui hacia la sala del piano. El lugar estaba oscuro y polvoriento. De mi familia yo soy el único que lo toca, esta sala existe solo por mí. Caminé hacia el piano y coloqué mis dedos sobre él. Sentirlo debajo de mi palma, luego de tanto tiempo sin tocar, me sacó varias lágrimas.

Me senté, coloqué mis manos sobre las teclas, cerré mis ojos y recordé aquellos momentos de felicidad junto a Rose. Recordé cómo nos conocimos, cómo nos enamoramos. Recordé su sonrisa, sus ojos viéndome con detenimiento mientras tocaba música para ella. Pero luego esa felicidad se borró, dándole paso a nuestros problemas, los llantos, su depresión, la pérdida, el dolor, la rabia, aquel día fatídico... la culpa.

Todo eso se vio plasmado en una melodía igual de deprimente que mi corazón. No podía detenerme, el recuerdo no me lo permitía... hasta que llegó ella, y me vio en un momento de vulnerabilidad que solo James había visto, por lo que no hice más que explotar.

Cuando la tuve acorralada, con su cuerpo a merced del mío y mi mano aprisionado su cuello, sentí algo más que rabia, sentí un extraño calor que comenzaba a crecer a una velocidad alarmante dentro de mí. Sentí miedo por esa sensación, por los estragos que podía hacerle a mi cuerpo y mi mente, por lo que no hice más que alejarla antes de que sufriera las consecuencias.

🥀Al día siguiente🥀

Eres fuerte, Ansel. Puedes superarlo... yo no.

Otra vez soñé con Rose, otra vez desperté con el recuerdo de sus ojos sin expresión, de su cabello desaliñado. Creí que estaba sanando, pero por lo visto es demasiado difícil.

Por eso hice lo que siempre hacía cuando los pensamientos eran más fuertes que yo. Por eso decidí anotarme anónimamente en la peleas para así tratar de sacarla de mi mente.

Ese día me tocó un oponente con más experiencia y gran record de ganadas. Ese día casi pierdo, pero logré vencerlo movido por aquellas palabras que se repetían como un bucle en mi cabeza.
Y justo en ese instante, desde la altura del cuadrilátero vi a Jane. Su rostro era de total aberración y eso despertó en mí esa curiosidad que surgía cada vez que la veía.

¿Qué le sucede?

Se ve afectada, entonces ¿por qué vino?

  Permití que el premio se lo entregaran al perdedor y salí detrás de ella hasta fuera del establecimiento. Quería averiguar lo que le ocurría.

Y cuando vi aquel escenario aberrante y asqueroso, mi vista se nubló, mis puños se hicieron de piedra y la rabia se apoderó de mi sangre.

¿Cómo es posible que ese asqueroso disfrute haciéndole daño a una dama?

Destrocé a golpes a aquel hombre que le estaba haciendo daño, lamentando el no haberlo hecho antes. Cegado por la rabia y movido por mis propios traumas caí en un bucle de agresión del cual no era capaz de salir. Lo único que veía era el rojo de la sangre, sentía mis puños adoloridos, pero aún así no me podía detener… hasta que escuché su voz y la miré.

No lo puedo negar, me estaría mintiendo si lo hiciera; me sentí extraño cuando la vi. Hacía tiempo que no me ocurría algo así.

En el momento en que ella me acarició sentí como un golpe de luz iluminara mi alma oscurecida y llena de odio. Fue como si todo lo demás se hubiera detenido, y yo solo estuviera consciente de la nueva sensación que sentía en mi pecho. Era un sentimiento tan fuerte y profundo que me hacía temblar hasta los huesos.

Sus ojos brillantes y su tacto suave, me hicieron sentir cosas que hacía tiempo no había experimentado. Me pareció que mi corazón estaba a punto de explotar, y que mi alma estaba siendo llevada a un lugar desconocido. Era como si todo el mundo se hubiera parado, y solo ella y yo estuvieramos allí, conectados por un lazo invisible. Esta vez no sentí curiosidad, era algo mucho más fuerte; era deseo, ganas de arrancarle la virginidad a sus labios.

Podía culpar a la adrenalina, o a la costumbre que tengo de correr a saciar mis deseos luego de estos sueños que me atormentan. Pero también podía culpar a lo bella y arriesgada que es ella ¿Quién se atrevería a tocar un hombre con tanta delicadeza sin sufrir las consecuencias? Ella no era consciente de las profundas ganas de besarla que se apoderaron de mí en ese instante.

Pero sabía que no podía hacerlo; no la amo, solo deseaba besarla como a cualquier otra mujer que es libre de hacerlo. Pero ella no es como el resto, ella es una señorita de sociedad en busca de matrimonio, y yo un caballero que solo quería descargar en sus labios mi rabia y mi profundo deseo a sentir el calor de una mujer.

No puedo hacerlo.

Por lo que me fui lejos de ella. Y antes de saciar mis ganas donde siempre lo hago, me encargué de destruir a ese desgraciado que se atrevió a agredirla.

🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀

Hola, hola.

Es un capítulo reeditado. Les pido mis más sinceras disculpas, no volverá a ocurrir.

Ahora sí. Díganme qué les pareció las perspectiva de Ansel durante todos estos acontecimientos. Él solo es un hombre que está batallando contra un pasado que causó heridas muy fuertes en su corazón, y a su paso, evita sentir cualquier sentimiento que lo debilite.

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