Wounded Sergeant VI
43.- Wounded Sergeant VI
Aún podía recordar la mirada de Peggy y la tristeza e impotencia de Steve tras anunciarme que Bucky no había sobrevivido al ataque enemigo. Por primera vez, sentí cómo mi mundo se desmoronaba a mi alrededor. Todo desapareció, viéndome envuelta en un ambiente oscuro y denso en tristeza.
—Es mentira. —Musité, al borde del llanto. Mis ojos ardían y mi corazón golpeteaba con fuerzas mi pecho, casi queriendo salir de mi interior. El silencio se hizo incomodo, pero fue lo único que afirmó que, lo que me anunciaban, era totalmente cierto.
Bucky había muerto.
Lloré días y noche enteras, incluso cuando la guerra había llegado a su fin. La paz en el país había vuelto nuevamente, pero con la victoria de una guerra ganada. Pero mi paz, la que debía sentir en conjunto con mis compatriotas, no la sentía. Desde que regrese a casa, la tranquilidad en mi interior se había esfumado; lo único que sentía era pena y unas ganas enormes de morir e irme con Bucky, estuviese donde estuviese.
Ciertamente, aquel sentimiento de muerte y tristeza, cesó con el tiempo. Conocí un día, un muchacho con él formé una familia, tuve hijos y nietos. Mis días habían mejorado con la presencia de quien fue mi esposo y compañero durante una gran temporada. Compartimos momentos amenos, discutíamos, nos amamos, etc. Lo quise, pero no lo logré amar como amé a Bucky. De alguna u otra forma, el recuerdo del soldado Barnes, llegaba a mi mente con un único y triste fin; estaba en mis pensamientos, pero no en mi vida real.
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Mis ojos, vetustos y malgastados por la edad, observaban con atención el cielo raso de la habitación. Mi respiración era parsimoniosa pero también, un poco dificultosa. Pestañeé un par de veces y sonreí ante el recuerdo que en aquel momento se hiso presente en mi mente.
Podía perfectamente ver su anatomía dirigirse hacía a mí, con aquella sonrisa apuesta y sus ojos azules siendo el océano del cual me enamoré perdidamente. Estaba soñando despierta, pero sabía que, si miraba sus ojos, podía perderme en ello. Aun siendo sólo un recuerdo o un sueño.
Cerré mis ojos con el fin de poder ver su recuerdo nítidamente. Bucky estaba frente a mí, sonriendo de tal forma que, me era imposible creer que su presencia fue real alguna vez en mi vida.
Respiré profundo y llené mis pulmones de aire. Me dolía el pecho, y también mi estructura ósea; muy en el fondo, deseaba darle fin a mi vida. Sin embargo, había algo que obstruía mi partida del mundo terrenal. Algo inexplicable y que no tenía lógica alguna.
Mis ojos permanecieron cerrados, esta vez, con la intención de poder dormir y ver si la muerte llegaba a mi lado y me invitaba a dar un paseo con ella. Pero nada de lo que deseé, sucedió como quería.
Abrí los ojos en cuanto me percaté que la puerta de mi habitación había sido abierta. Entre dormida, vi la silueta de un sujeto que entró lo más cauto posible, observando a su alrededor cuan ladrón se aseguraba que nadie lo estuviese siguiendo.
Quise manifestarme, pero para cuando abrí la boca, me vi invadida por un sinfín de recuerdo que guardé durante toda mi juventud y vejez. Mis ojos comenzaron a derramar lágrimas, por lo que en segundos ya tenía mis mejillas totalmente empapadas, como si tuviese un rio en mi interior. Inhalé profundo, tanto como mis viejos pulmones me lo permitían, y gemí. Gemí tras ver que Bucky, el amor de toda mi vida, estaba allí, de pie observándome con una ligera sonrisa en sus labios.
—Has venido por mí, cariño. —Lloriqueé. —Has tardado demasiado. —Reí, endeble y entre lágrimas.
—Nunca es tarde para poder ver a mi chica. —Dijo Bucky, con tan atractiva y joven voz. Fruncí el entrecejo, extrañada por su apariencia tan juvenil.
Bucky, el joven que conocí en los años cuarenta no era una simple imagen producto de mi delirio mental. No, todo se sentía tan extraño, que, por un momento creí que él era parte de mi sueño. Más comprobé que era la realidad cuando su mano tocó la mía. Tan suave y tersa; diferente a la mía, dueña de manchas, piel desgastada y rugosa.
Le miré estupefacta, sin dar crédito a lo que mis ojos veían.
—E-estas v-vivo... —Balbuceé al borde del llanto. —P-pero yo...
—Cariño...—Acarició mi mano, una y otra vez, proporcionándome la paz que no obtuve desde su muerte. —Si te contara todo, no me creerías. —Murmuró. —Tuve la oportunidad de verte, pero no era el mismo Bucky que conociste hace años atrás...
—Para mí siempre serás el jovencito coqueto y gallardo. —Reí. Tosí ligeramente, sintiendo esta vez un dolor en el pecho un tanto molesto. No le presté importancia, creyendo que era por la impresión de verlo nuevamente y no saber si era un sueño o la realidad. —¿Eres real?
—Totalmente. —Afirmó.
—Parece un sueño. —Murmuré. —Mi mente siempre ha jugado sucio conmigo. Aparecías en mis sueños y vida real como una alucinación. Tu recuerdo me acompañó durante toda mi vida, Buck. —Bucky sonrió tierno. —Peggy me dijo que habías muerto...—Suspiré, abatida tras recordar sus palabras.
—La vida me dio otra oportunidad. —Sonrió. —Para verte. —Acarició mi mano, suave y dulce, sin dejar de sonreír con ternura. —Sigues tan hermosa como siempre. —Elogió y yo reí.
—Lo dices por que sientes lastima de esta vieja. —Bucky rio y negó.
—Siempre serás la mujer más hermosa que jamás vi, __________. —Murmuró.
Sus palabras me conmocionaron, por lo que no dudé en comencé a llorar y a odiar el hecho de estar postrada en cama y no poder hacer más. Quería volver el tiempo atrás y detener su ida para vivir juntos, envejecer juntos y morir juntos. Pero, la vida no nos daba todo lo que queríamos. Estaba por morir, lo podía sentir; no me quedaba mucho tiempo. Y él, seguiría viviendo, joven y apuesto, como siempre lo recordé.
—Lamento que me tengas que ver así. —Lloriqueé. —Vieja y arrugada. —Ambos reímos. Volví a toser y esta vez, me quejé.
—Ten. —Me dijo, ofreciéndome un vaso de agua.
—Y-yo...te extrañé tanto.
—También yo, muñeca. —Curvó sus labios en una sonrisa apacible. —Estuviste en mis recuerdos todos estos años. En cada momento, en cada sueño...
Los ojos de Bucky comenzaron a brillar y, producto de ello, a asomarse las primeras lágrimas. Las retiró rápidamente, volviendo a esbozar una sonrisa, camuflando su tristeza. Se acercó a mi lado e, inclinando su cuerpo, depositó un tierno beso en mi frente, dándose el tiempo también, de observarme directamente a los ojos.
Me perdí en ellos y en la rara sensación de tenerlo a mi lado, en el momento en que la muerte, comenzaba a robar mi último hálito. Sujeté su mano, y antes de cerrar mis ojos y darle fin a mi vida, pronuncié las palabras que tanto quise decirle en nuestra efímera relación de antaño.
—Te amo. —Musité.
Esta vez, Bucky liberó las lágrimas que había reprimido.
—Te amo. —Respondió él de vuelta. Sonreí, cerré los ojos, y me dejé llevar por la tranquilidad que me proporcionaba la irreal presencia de Bucky: El amor de mi vida y el hombre a quien, recordaría para siempre, estuviese donde estuviese porque, después de todo, su recuerdo, siempre estaría conmigo.
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Well, hice una excepción por que no tenía pensado hacerle cuarta parte a este OS
Pero no me resistí al leer la idea de MisakiEros ❤
Gracias por tu idea. Espero que te guste, traté de que fuese triste jaja.
Gracias por sus votos y comentarios. Pueden dejarme ideas si quieren, son totalmente bienvenidas <3.
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