Purpose
28.- Purpose
Me incorporé sobre la cama en cuanto sentí ruidos extraños provenientes del exterior. Agudicé mi sentido de audición mientras restregaba mi mano contra mis ojos somnolientos. Parpadeé un par de veces y salté sobre la cama verificando el sonido molesto.
-Bucky te necesita. -Me dijo Romanoff asomándose por la puerta de mi habitación. Su cabellera rojiza estaba envuelta en una maraña desordenada y sus ojos se entrecerraron adormilados. Tras de ellas se asomó Wanda de la misma forma.
-¿Es normal que tenga tantas pesadillas? -Preguntó la sokoviana después de haber bostezado. Me encogí de hombros mientras me encaminaba fuera de la habitación. -¿Tendrá alguna solución?
-Muchas preguntas, pequeña. -Le dijo Romanoff. -A dormir. _________ sabrá como tranquilizarlo.
-¿Acaso tú no sabes controlarlo? -Le preguntó Wanda, alzando una de sus cejas, casi denotando sorna.
-Te hace falta saber muchas cosas con respecto al equipo, Wanda. -Rio con suavidad la espía. Wanda frunció la nariz y se encogió de hombros. Caminó junto a Romanoff y cada una se adentró a su respectiva habitación.
Los quejidos se hacían más audibles cada vez que me acercaba a su puerta. Sollozaba al repetir ciertas palabras mezcladas entre sí, algunas en ruso y otras en idiomas de los que no tenía conocimiento alguno. Sueco quizás, alemán o noruego.
Su cuerpo se retorcía levemente bajo las sábanas que le cubrían la mitad de su cuerpo. Me acerqué con cuidado, tratando de no despertarlo con brusquedad. Susurré su nombre y mecí su cuerpo.
-Buck... -Susurré. Más esté seguía quejándose. -Cariño...
-E-eres m-mi... ¿________? -Murmuró en cuanto logró despertar. Sonreí tierna, me senté a su lado y comencé a acariciar su cabello.
-¿Estás bien?
-No. -Respondió ronco. -Estas pesadillas no se acabarán nunca, _________. -Gruñó. Se incorporó sobre la cama y se cruzó de brazos mientras miraba un punto fijo frente a él. -No puedo depender de ti, ________.
-No tengo problema en venir a despertarte.
-Ya, pero tú tienes que dormir, _________. -Repuso, molesto. Frunció el ceño una vez se dignó a mirarme. Sus ojos lucían negros, como si aquel soldado se manifestara en aquel lugar de su fisonomía. Acerqué mi mano a su rostro y le acaricié con cuidado. El cuerpo de Bucky comenzó a relajarse de a poco, permitiéndome nuevamente pasar mis dedos por su cabello castaño.
-¿Has pensado en lo que te propuse?
-¿Y si el otro sujeto aparece y te hago daño?
-No lo harás. -Sonreí convencida. Mis manos seguían moviéndose entre su cabello. -Lo habrías hecho ya, ¿o no?
-Has tenido suerte, que es distinto. -Replicó. -No puedo permitir que duermas aquí. No sabes las cosas que hice cuando HYDRA me tenía como su mascota. -Espetó con ira. Su mano biónica se cerró en puño, causando el ruido propio del metal al tocarse entre sí.
-Eran otros tiempos, Bucky. -El ex soldado me lanzó una mirada que logró calar mis huesos, pero ello no fue suficiente para alejarme de su lado. No le temía. Sabía que tras aquel pasado oscuro se escondía un sujeto blando, con corazón, incapaz de dañarme. Incrementé mis caricias con un beso en su mejilla. Volvió a calmarse, logrando que su mano de metal se relajara por completo.
-Maté gente, ________. -Suspiró abrumado. -Aún puedo ver sus rostros en mi sueño y a mí golpeándoles hasta la muerte. Aniquilé familias enteras, _________. ¿aun así confías en mí?
-Más que en mi propia sombra, Bucky. -Murmuré. Bucky alzó sus cejas con sorpresa. Sus ojos que, habían permanecido negros, ahora volvían a obtener la misma tonalidad azul y tierna. Me acerqué a su cuerpo y le abracé.
-¿Cómo puedes decir eso? Maté gente, _________. -Volvió a repetir con insistencia. Rodeé los ojos, cabreada.
-¿Por qué crees que estás entre nosotros, Barnes? -Interrogué. Más Bucky no respondió. -Eres un vengador, un sujeto que logró superar en parte su pasado. ¿Qué más quieres? Si fueses considerado un asesino, Stark jamás te hubiese permitido vivir en su torre. Y los chicos tampoco te hubiesen recibido bien.
-Y tú, ¿qué hubieses hecho si me consideraran asesino, uhm? ¿Me querrías igual? - Me preguntó. Me incorporé sobre la cama para arrastrarme por ella y posicionarme a horcajadas sobre sus piernas. Tomé su rostro y le observé atenta. Ninguno bajó la mirada, ambos nos encontrábamos contemplando mutuamente en silencio.
Me acerqué un poco más, rozando mis labios contra los de él. Éste desvió su rostro a un lado, rehuyendo mis labios.
-Mírame. -Le ordené. -Buck...
-No deberías estar aquí, _________. -Murmuró. -Soy peligroso, y te puedo dañar. -Suspiró. -Lo que menos quiero es dañar a la única persona que logra entenderme y quererme como soy.
-¿Qué hubiese hecho si fueses considerado un asesino? -Bucky parpadeó un par de veces, atento a mis palabras. -Ciertamente la situación hubiese sido distinta, pero mis sentimientos no. -Expliqué. -Cuando te vi en el puente en busca de Steve, supe que detrás de esa mascara que cubría tu rostro, se escondía otro sujeto, alguien que, muy en el fondo pedía a gritos ser liberado. Alguien que necesitaba amar y ser amado...
-P-pero...
-Salvaste a Steve, Bucky. Aun siendo el soldado, lo recordaste como tu amigo y lo salvaste. ¿Me harías daño ahora, después de lo que hiciste por Steve? ¿Dejarás que el soldado emerja? -Bucky permaneció mudo y con su mirada puesta en sus manos. -Estaba dispuesta a buscarte y descubrir a ese hombre; ese que se alistó por primera vez en el ejército hace años atrás.
Soltó un suspiro y dejó caer su cabeza sobre la almohada tras de él. Sus manos viajaron a su rostro, tapándola por unos segundos antes de volver a suspirar con pesadez.
-Está bien. -Murmuró. -Debo admitir que te necesito, ________. -Se inclinó hasta quedar frente a mí. Tomó mis manos entre las suya, acariciándolas con suavidad. -Sin ti, las pesadillas serían más frecuentes y yo me volvería loco. -Soltó una risita. -Duerme conmigo, _________.
Se movió a un lado con mi cuerpo aún sobre él. Mi anatomía descansó a su lado una vez me acomodé junto a él; le abracé y apoyé mi cabeza en su pecho. Bucky respiraba tranquilo, confiado y protegido. Tenía la certeza que, con mi compañía, sus pesadillas iban a ser aún menores, otorgándole aquel sueño del que jamás logró disfrutar.
-Te quiero. -Murmuró cuando la luz ya no hacía presencia en la habitación y nuestros cuerpos descansaban amenos al lado del otro.
-También yo, Buck. -Le respondí en un susurro. A tientas me incliné y con vehemencia besé sus labios. Le quería, y en mí descansaba el propósito por mantenerlo a salvo y lejos del otro sujeto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro