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Proposition

26.-  Proposition


Corrí tanto como mis piernas me permitiesen sobre la densa nieve. Mis pies se enterraban sobre la superficie, haciéndome casi imposible el acto de querer llegar lo antes posible al interior del edifico abandonado.

Dentro, se encontraba Natasha y Steve peleando contra uno de los tantos soldados de HYDRA. Tomé impulso y, como pude, me obligué a llegar lo antes posible para poder ayudarles en la lucha. Desde el otro lado, Tony, Bucky y Clint luchaban contra otros soldados, evitando que éstos se acercaran hacia donde estábamos nosotros. El lugar en donde supuestamente se encontraban los archivos que desmantelarían los más oscuros secretos de HYDRA.

—¿Todo bien por allá? —Preguntó Tony por medio del auricular que todos llevábamos puestos en nuestros oídos. Steve bufó.

—¡No, nada está bien por acá! —Contestó Steve, Golpeando con su escudo a uno de los enemigos, noqueándolo al instante. — ¡Absolutamente nada!

—Estaba pensando en que, podríamos salir a comer shawarma después de esto —Comentó Tony. Fruncí el ceño y carcajeé. Típico de Stark comentar durante una misión sobre qué lugar visitar para celebrar.

—¿Otra vez? —Se quejó Romanoff dejando en claro que no deseaba comer nuevamente lo mismo.

—¡Bah! ¿Qué dices tú, ________? —Me preguntó el multimillonario, esperanzado. Titubeé por unos instantes, y, es que el shawarma comenzaba a aburrirme, pero sabía que, si decía que no, destruiría la ilusión de un Tony entusiasmado.

—No lo sé. Yo...—Esquivé el golpe de uno de los sujetos que venía directamente a mí con un arma blanca. Alcé el brazo con mi mano en puño y propiné tantos golpes como pude sobre su abdomen, derribándolo por completo. —Vale, me uno. —Acepté. Después de todo, no era mala idea. —¿Amor? —Invoqué a Bucky para que se uniera, más él, respondió con un suspiro.

—Yo tenía otros planes para hoy, _______. —Anunció. Fruncí el ceño, mientras derribaba a otro de los soldados enemigos.

—¿Qué planes? —Inquirí

—¿Enserio se pondrán a hablar sobre eso? —Intervino un Rogers indignado.

—Te callas Rogers —Bufé. ¿Qué planes podría tener mi novio si no me incluía? —Bucky...

—Señores, podríamos hablar sobre los planes en otro momento. —Propuso Romanoff, quien se escuchaba un poco agitada. —Acá hay algo que quizás les interese.

Dejamos la conversación en el olvido una vez entramos al complejo que nos indicó Romanoff; una entrada secreta revelaba ciertos experimentos humanos realizados por HYDRA. Me acerqué curiosa a una de las capsulas expuestas, observando un ser humano conectado a un tubo y cables a su alrededor.

—Son personas. —Dije casi sin creerlo, observando a las demás capsulas que revelaban cuatro personas más. Tres hombres y dos mujeres.

—Son soldados. —Dijo Bucky, acercándose a una de ellas.

—¿Soldados? —Inquirió Steve. Bucky asintió.

—HYDRA planeó gobernar el mundo con un ejército de soldados del invierno; utilizaron experimentos que los volvieron más fuertes físicamente, astutos e inteligente. Estos eran las cinco primeras pruebas que conocí. —Explicó. — alguien los mató primero, al parecer. —Indicó a uno de ellos y el certero disparo en el entrecejo.

—¿Seguro que no hay más? —Preguntó Steve.

—HYDRA es una organización grande, Steve. — Respondió Bucky. —Puede haber más en la misma situación.

—Notificaré a Fury. —Intervino Tony. —¿Nat, tienes los archivos?

—En proceso. —Comunicó la espía. —¿Qué te parece si encargamos pizza?

—O shawarma. —Respondió Tony con insistencia. —A propósito, Barnes, ¿qué tan divertidos son tus planes como para rechazar el shawarma?

Observé a Bucky y me crucé de brazos, esperando su respuesta. Sin embargo, éste rehuyó todo contacto visual conmigo y siguió recorriendo el complejo en busca de distracción. Le seguí con la mirada al igual que Tony, quien estaba tan indignado como yo. ¿Qué otro plan podría tener Bucky? Una salida con Steve, lo más seguro. Pero Rogers no había emitido ninguna palabra a favor de su amigo.

Entonces el terror se adueñó de mi cuerpo cuando vi la posibilidad de que Bucky me rehuyera por juntarse con otra mujer.

—¿Y no contestarás? —Bramé molesta.

—Amor, te lo iba a decir después. —Suspiró Barnes. —cuando llegáramos a la torre.

—¿Decirme qué? —Inquirí insistente.

—Tenemos visita, señores. —Anunció Natasha dando un vistazo hacia la puerta. Soldados de HYDRA entraron con metralletas y armas de todo tipo para acabar con nosotros y nuestra misión. Di un vistazo a Bucky, haciéndole saber que nuestra conversación no había terminado.

Me abalancé contra uno de los agentes y propiné los golpes necesarios para tumbarlo en el suelo. Otro se acercó a mí y atacó por detrás. Caí al suelo siendo golpeada por él nuevamente. Me moví bajo su cuerpo posicionando una de mis piernas sobre su torso, tirándolo hacia atrás. Nat lo sujetó y propinó un golpe en su quijada; el soldado cayó inconsciente en el suelo.

—¿Qué me dirías? —insistí a Bucky.

—¿En serio? —Espetó. —¿Insistirás?

—Insistiré, lo sabes. —Advertí.

Los soldados parecían no querer rendirse, por lo que, nuevamente nos vimos en una lucha por derribarlos y salir de allí con la información de lo visto recientemente y el archivo solicitado por Fury. Tomé el arma de unos de los soldados en el suelo y apunté a otro que amenazaba con herir a Bucky mientras éste peleaba contra otro. Me acerqué y disparé en su pierna y luego entrecejo, matándolo al instante.

—¿Y? ¿qué me tenías que decir? —volví a insistir.

—Bucky será mejor que se lo digas. —Aconsejó Rogers en un costado del complejo mientras peleaba con otros soldados. El escudo golpeó a dos de ellos al mismo tiempo, derribándolos al instante.

—Eres irritable, ________. —Espetó Bucky. —Pero aun así te amo. —suspiró vencido por mi insistencia. —Te iba a llevar a un restaurant y....

—¿y? —Alcé una ceja. Bucky tartamudeó unos segundos; cerró los ojos y soltó un respiro.

—Pedir matrimonio. —Confesó finalmente.

Fuimos interrumpidos por más soldados viniendo a nuestro encuentro; Nos separamos en cuanto Tony nos informó que otros nos esperaban fuera del recinto, cargados en armas. Nat, Steve y yo decidimos ir por los que nos estaban esperando.

Las palabras de bucky resonaron por cada golpe que propinaba al enemigo. Estaba peleando, pero mi mente no estaba al cien por ciento concentrada. Me había sorprendido su deseo por querer sellar finalmente nuestra relación.

Tomé una bocanada de aire y me dejé caer al suelo una vez todo había terminado. Los soldados enemigos yacían sobre el suelo; algunos muertos y otros simplemente inconscientes. Nat se sentó a mi lado y, posando una de sus manos mi hombro, sonrió. Quitó el intercomunicador de su oreja y yo imité su acción.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó.

—No lo sé. —suspiré. —Acabo de arruinar la sorpresa que Bucky tenía para mí. —Y no pude evitar sentirme mal por ello. Mi desconfianza e insistencia habían arruinado los planes que Bucky, seguramente, demoró días en idear para sorprenderme.

—Si tienen un hijo, ¿puedo ser la madrina? —Preguntó la rusa, y sus ojos brillaron deseosos. Sonreí en respuesta.

El resto del equipo llegó una vez la misión había concluido. Nos reunimos fuera del Quinjet para irnos a casa y descansar. Antes de que subiera al transporte que nos llevaría, Bucky tomó de mi brazo y me jaló a su lado, alejándonos de los demás.

—En vista de que me has hecho decirte mi sorpresa, lo diré aquí. —Y sacando un objeto de su bolsillo, se arrodilló y expuso el contenido de la cajita de terciopelo atractivamente decorada. Me llevé ambas manos a mi boca, sorprendida. —Amor, no es el mejor lugar para hacer esto, no lo tenía pensado de esta forma. —Carcajeó y el rubor tiñó sus mejillas. —Pero de igual forma venía preparado. Algo me decía que Tony sugeriría comer shawarma y mi sorpresa se vería arruinada. —Suspiró. —Te amo tanto, ________. Y anhelo tanto que seas mi esposa, la mujer con la que quiero compartir el resto de mi vida. La mujer que pueda besar con libertad cada mañana y noche. Quiero que seas tú y nada más que tú. ¿Aceptas ser mi esposa?

Mis ojos se llenaron de lágrimas que no tardaron en recorrer mis mejillas como si tuviese un rio en mi interior. Mi pecho se contrajo al igual que mis pulmones; no podía adquirir aire con normalidad y, por ende, no podía responder más que con lágrimas de felicidad bordeando mis ojos.

Asentí y un sí inaudible articuló mi boca. Fue lo suficiente para que Bucky entendiera y rodeara mi cuerpo en un abrazo lleno de felicidad y amor.

—Acepto. — dije finalmente y de manera formal. Nos besamos y, antes de subir al Quinjet, éste sacó el anillo de su envoltorio y lo puso en mi dedo anular. La perla brillaba aún con la escasa luz solar. Era una gema de color azul, diseñando un pequeño corazón que relucía vivaz.

El resto del equipo se acercó y felicitó nuestra iniciativa. Sin duda alguna, la misión había sido bastante ardua, pero el final del día logró recompensarlo.

—JARVIS, olvida el shawarma—Anunció Tony desde el Quinjet. —Prepara la torre Stark porque... ¡Tenemos fiesta! —Exclamó el multimillonario eufórico.  



 

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