March 10, 1917.
9.- March 10, 1917.
Nunca me había sentido tan ansiosa en mi vida. Caminaba de un lado a otro en espera a que él llegase luego de su misión.
En la soledad de la habitación, rumeaba en mis propios pensamientos. No tenía claro sus gustos, ni tampoco sabía si la sorpresa le iba a gustar pues, Bucky, a pesar de los dos años de noviazgo que llevábamos, demostraba ser un total misterio.
No hablaba de su familia, ni de lo que sucedió en la guerra que tuvo que vivir junto a su mejor amigo Rogers. Y menos lo que vivió como experimento de Hydra. Eran cosas de las que yo, por mero respeto, tampoco iba a indagar. Pero, sin embargo, hubo algo que efectivamente sí me causó curiosidad y, no pude evitar averiguar sobre ello; su cumpleaños.
Se negaba a decírmelo. Y era entendible, si considerábamos el hecho de que él, ya contaba con cien años de edad. Algo de lo que supuse él no quería que yo me enterase.
Hacía cinco meses atrás me había enterado de la fecha exacta de su cumpleaños. Indagué en toda las carpetas, registros y documentos que la alta tecnología de Tony me podía brindar, dando finalmente con el resultado que me llevó días buscar. Entonces, desde ahí comencé a idear una forma de sorprenderlo en su cumpleaños.
- ¡Cien años! -Exclamó Pietro tras escuchar a Wanda preguntarme si era o no cierta su edad, después de husmear en mis pensamientos. Wanda lo fulminó con la mirada, golpeando a su gemelo con su codo. -Lo siento, pero...estás saliendo con un fósil. -Lanzó una risita burlona.
-En el amor no hay edad, niñito -Repliqué, sin prestar mucha atención a su comentario. -Necesito que me ayuden a organizar el cumpleaños, ¿sí? -Pedí. Ambos gemelos se miraron y sonrieron, asintiendo a la vez en sincronización.
Contaba con la ayuda de los gemelos Maximoff, Clint, Natasha y Tony, quien me facilitaría la torre para celebrar el cumpleaños del ex soldado. Si de fiestas se trataba, Tony, era un experto en organizarlas.
Luego de algunos días, se unió Bruce Banner gracias a la persuasión que tenía Romanoff sobre él, Sam invitado por Steve y, Rhodes invitado por Tony. Todo el equipo lo mantuvo en secreto, y, en cierto modo me sorprendió que todos estuviesen ayudándome a darle un día especial a Bucky.
Desde la habitación de la torre Stark, podía escuchar a todos trabajar para adornar el gran salón que Tony había construido exclusivamente para cualquier tipo de fiestas. Entre risas y música, ya me podía imaginar la impresión que se llevaría Bucky al ver todo lo que habíamos hecho por él. Sin embargo, cierto temor se alojó en mi al imaginar también la posible reacción negativa que todo esto podía llevar. Cabía la posibilidad de que no le fuese agradar saber que yo supiera su verdadera edad. Aunque, ciertamente aquello era lo que menos me preocupaba, sino más bien, la reacción que tendría al saber que mi regalo de cumpleaños se lo iba a tener que dar dentro de seis meses.
Si, seis meses. Dentro de mí, un ser se desarrollaba con el pasar de los días. El secreto de nuestro futuro hijo no lo sabía absolutamente nadie. Ni si quiera Wanda, la experta en saber hasta el más oculto secreto que todo el equipo poseía para sí. Me costaba trabajo aislar la noticia de mi mente. Habían pasado días en donde me encerraba buscando una frase asertiva para poder comunicarle a Barnes que estaba esperando un hijo de él. Y, aun así, después de todos los intentos tanto en el día como en la noche, cuando ambos dormíamos, no logré encontrar frase que me ayudase a comunicarle la buena nueva.
-¿______? - Llamó desde fuera de la habitación la voz de Natasha. -¿Estás aquí?
-S-si -Respondí. La pelirroja abrió la puerta, asomando la mitad de su cuerpo. -¿Estas bien? -Preguntó. Asentí en respuesta. Al verla, no pude contener todo lo que había acumulado durante tres meses. Hice que entrara y, cerciorándome de que nadie estuviese merodeando fuera de las habitaciones, cerré la puerta.
-T-te tengo que decir algo, Natasha. Pero necesito que no se lo digas a nadie -Pedí en un suspiro. Romanoff asintió con expectación. -Y-yo... Y-yo, uhmm.... -Tartamudeé sin lograr emitir frase coherente alguna. La pelirroja pestañeaba rápido, nerviosa. Quizás más nerviosa que yo al no saber qué era lo que le debía decir. Más tomé aire y, esta vez esperando a que mis palabras salieran de una vez, me atreví a intentarlo nuevamente. -Estoy embarazada -Dije, finalmente, sintiendo la presión en mi pecho desvanecerse, pero, sin ver expresión alguna en ella.
Natasha permaneció seria por unos minutos, para luego sonreír y envolverme en un abrazo fraternal.
-_______, ya lo sabemos. -Confesó, soltando una risita divertida.
-¿Qué? -Vociferé sorprendida -¿Todos? -Ella asintió, sonriente.
-No te preocupes, ______. Él no lo sabe. -Aseguró la espía. -Está todo bajo control -Asintió, posó una de sus manos en mi hombro, tratando de tranquilizarme.
-Pero, ¿cómo lo han sabido? -Cuestioné confusa. Después de todo, no pensar en el tema, para mí había servido pues, Wanda no me hizo mención de mi pensamiento en ningún momento.
-Wanda -Rio ésta, respondiendo a mi pregunta con una respuesta obvia. Ambas reímos. -Rogers me ha dicho que ya están por llegar de la misión, asique ya es hora. -Anunció y, ambas salimos tan rápido como pudimos de la habitación.
En el salón, todos se encontraban esperando al cumpleañero, quien no tardó en llegar. En cuanto el quinjet se hizo escuchar fuera de la torre, mi corazón golpeteó mi pecho con fuerzas, esperando con ansias para poder verlo al fin. Los gritos se escucharon en cuanto él cruzó la puerta, dejándolo pasmado de inmediato.
Sus ojos recorrieron el lugar decorado una y otra vez, inspeccionando todo con un semblante bastante serio, haciéndome creer lo peor.
-Feliz cumpleaños, amor -Expresé con timidez mientras me acercaba a él.
-N-nunca t-te dije mi cumpleaños - Dijo entre tartamudeos. -Y-yo...
-Da igual, Bucky -Sonreí. -Da igual todo. Te amo, y eso es lo que importa. -Dije, atreviéndome a atrapar sus labios contra los míos. Éste, no dudó en captarlos de vuelta. -Feliz cumpleaños. -Dije nuevamente, esta vez, tomando su mano humana, posándola en mi vientre, esperando a que entendiese el mensaje.
A nuestro lado, todos permanecían en silencio, ansiosos por ver la reacción de Bucky. Él, observando su mano previamente posada en mi vientre, pestañeó rápido un par de veces antes de mirarme directamente a los ojos y pedir una explicación a través de ellos. Mis ojos se llenaron de lágrimas que, sin querer, no dudaron en salir a la luz. Asentí, nerviosa.
Su sonrisa trajo mi alma nuevamente a mi cuerpo en cuanto se formó en su rostro. Me atrapó entre sus brazos con delicadeza, abrazándome y besando repetidas veces mis mejillas y labios. Solté risitas divertidas que denotaban la felicidad que sentía en aquel momento. Todo lo que imaginé por un momento, no había sido más que miedos y conclusiones erróneas. Bucky había recibido la fiesta y la noticias con felicidad y aquello, no dudaba en hacerme saber que todo el equipo, había hecho un buen trabajo.
- Te amo -Murmuré sobre su cuello. Ambos permanecíamos abrazados, moviéndonos al ritmo de la canción que sonaba de fondo.
-Y yo a ti, bebé - Besó mi cabello. -Gracias por esto. Por seguir a mi lado, por amarme más de lo que merezco ser amado. - Y, en un beso apasionado, seguimos bailando, disfrutando lo que quedaba del resto de la fiesta que, estimábamos duraría toda la noche.
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