House Barton
13.- House Barton
Cerré los ojos y respiré hondo. La brisa del aire primaveral comenzaba a sentirse a nuestro alrededor. Al igual que las flores que ya comenzaban a salir, dándole la bienvenida a la primavera y sus colores característico.
Junto a mí, iba Wanda y Pietro. Ambos, gemelos, no se despegaban de mi lado por ningún motivo pues, su misión, según ellos, era cuidarme ante cualquier ataque. Lo cierto era que, en donde vivía Clint, jamás sucedía nada. Estábamos lo suficientemente alejados de la ciudad como para ser localizados por el enemigo. Su esposa e hijos, yacía seguros en su casa. Aquella gran casona que ocupaba un gran lugar en el paisaje entre los árboles y colinas que se lograban divisa.
- ¿Estas bien, ______? -Preguntó Wanda. -¿Te sientes mal? Podemos llamar a Banner.
-No, no es necesario. -Sonreí a la muchacha. -Estoy bien. -Aseguré. -Son... son solo mareos y esas cosas. -Logré sonreír.
-Solo dinos, ______. - Sugirió Pietro. -No queremos que le suceda nada malo a nuestro sobrino.
Negué, en señal de que, al retoño que estaba esperando, no le sucedería nada. Caminamos hacia el hogar de Barton. En la puerta estaba su familia esperando a los vengadores y a su respectivo esposo y padre. Su mujer, nos recibió con un abrazo a cada uno, anunciando lo feliz que estaba al volver a vernos nuevamente.
- ¡Vaya! -Exclamó la mujer. -¡Pero qué guapa! Te asienta la imagen de futura madre. -Dijo, posando una de sus manos sobre mi vientre. La criatura dentro de mí, se movió ante su tacto. La mujer sonrió emocionada. -¡Oh Barton! Mira, me recuerda a como se movía Nathaniel - Sonrió, y Barton, asintió pues, él comentaba lo mismo cada vez que veía la posibilidad de posar su mano en mi vientre.
Mientras conversábamos sobre la vida y anécdotas personales, esperábamos al resto del equipo. Steve, Romanoff, Tony y Bucky estaban en una misión en Rusia y, por lo que nos había comentado Banner, estos ya venían de regreso a descansar a la casa del arquero. Y, así fue. Luego de algunos minutos, el quinjet donde habían viajado, descendió del cielo, estacionándose a unos kilómetros de la casa de Clint.
-Un gusto en verla nuevamente, señora Barton -Saludó el capitán, como siempre tan cortés. Tras de él, venía siguiendo sus pasos Bucky. Ambos nos miramos, pero ninguno se atrevió a acercarse al otro. Siguió su camino en dirección al cuarto del baño, minutos después, la llave del agua se hizo escuchar.
Los adultos hablaban y los tres hijos de la familia Barton jugaban en el living. La cena se hizo amena con las anécdotas que cada uno tenía por contar. Más de alguna logró sacarnos carcajadas. Pero, a pesar de reír y seguir la conversación, mi mente no estaba allí totalmente. Sino, pensando en bucky y en lo estúpido que podía llegar a ser.
Había pasado un mes desde que no le dirigía la palabra. Desde aquella fiesta en la torre Stark, en donde asistieron nuestro amigos y agentes que servían a S.H.I.E.L.D. Y, entre ellos estaba ella. La muchacha de veinte, utilizando el don del coqueteo el cual, no dudó en usarlo con Bucky.
Se lo advertí, más él hizo caso omiso tanto a mis palabras como al hijo que estábamos esperando.
-Está arrepentido -Sentí la voz de Romanoff a mi lado, sacándome de trance. Di un vistazo a mi alrededor, encontrándome con la mesa vacía. Solo era la pelirroja y yo en la soledad del comedor. A lo lejos, en algún lugar de la gran casa, logré escuchar las risas de los demás.
-No viste lo que yo vi, Natasha. -Espeté. -ellos iban a nuestro cuarto. No pensó en mí, ni en nuestro hijo, ni en las advertencias, él solo... lo hizo y ya. -Negué una y otra vez. El recuerdo formaba un nudo en mi garganta, presionándola hasta causar dolor. Mis ojos ardían, pero yo, orgullosa, no iba a llorar frente a Romanoff.
-______, créeme, en tu lugar, yo lo hubiese hecho sufrir ante tal traición, pero, tú no has visto lo que yo he visto estando en misiones con él. -Confesó. -No es el mismo Bucky. Él, simplemente ya no tiene la misma energía para luchar y remediar lo que hizo alguna vez en la humidad. Salvar a los civiles dejó de ser su misión cuando te conoció a ti, _______. -Dijo la pelirroja. -Ahora, tu eres su misión. Tú y el pequeño que viene en camino.
Suspiré agobiada. Las palabras de la rusa me hacían sentido, al igual que las que Steve mencionó días atrás, tratando de persuadirme ante el perdón de su mejor amigo. Pero, sin tan solo pudiese borrar la imagen de ambos besándose con pasión, todo sería más fácil.
Me encaminé hacia la habitación que Laura Barton me había asignado, pero antes de que pudiese entrar, la voz de bucky me detuvo. Aquella voz que, después de no haberla escuchado durante días logró hacer ruido en mi mente, logrando así, aumentar los latidos de mi corazón, el temblor en mis extremidades y el movimiento de nuestro hijo en mi interior, como si reconociera a su padre.
-Debemos hablar, ______. - Dijo, acercándose hacia a mí.
-N-no tenemos nada d-de qué hablar. -Respondí. Seguí mi camino hacia la puerta de la habitación, más él, volvió a llamar mi nombre, insistente. -Lo hecho, hecho está, Barnes. No te vengas a arrepentir ahora. -Repliqué, molesta.
-Amor, escúchame... -Suplicó.
- ¡Me engañaste! -Recriminé con furia, botando las palabras que tenía guardada desde hace tiempo. Caminé hasta a él, mi mano se alzó totalmente abierta en el aire, con intenciones de abofetearlo. Pero, aquello no sucedió. Me detuve al ver a Bucky dispuesto a recibir el golpe. - Maldición, Bucky -Chillé. Escondí mi rostro entre mis manos, llorando con desconsuelo.
-Te amo - Susurró, angustiado.
- ¡No me interesa si lo haces o no! -Gruñí entre dientes - ¡La besaste! ¡La llevaste a nuestro cuarto! -Vociferé, totalmente alterada. - ¡La llevaste a nuestro cuarto! - reiteré con indignación. Los gritos seguramente se escuchaban por toda la casa, pero, aun así, ninguno de los vengadores se asomó para ver la escena. -¡Te lo advertí! ¿No pensaste en mí? -Cuestioné entre sollozos. -¿En nuestro hijo? ¡Claro que no! ¡No lo hiciste! -Volví a llorar, esta vez, golpeando su pecho repetidas veces.
- ¡Claro que lo hice! -Contestó, tomando mis manos con fuerzas, evitando que volviese a golpearle. -Claro que lo hice, ¡pensé en él y en ti! Es por eso que no sucedió nada con Christine.
- No mientas, ¡yo te vi! - Lloriqueé -¡Te vi llevándola! ¡Te odio! - Moví mis manos, tratando de zafarme de él, pero éste, evitó que me apartara de su lado. -¡Te odio, James Barnes! -Volví a repetir. -¡Te odio! -Chillé, totalmente enfurecida.
Él, trató de abrazarme, aun cuando me rehusara a recibir su abrazo. Aquel que tanto anhelaba pero que, al recordar los hechos de su engaño, me hacían rechazarlo rotundamente. No podía después de imaginar que él, el hombre que amaba y, futuro padre de mi hijo, se hubiese acostado con la veinteañera.
Forcejeé, entre llantos desconsolados, pidiendo que se fuera. Él hizo caso omiso, sin darse por vencido. Y es que ese era una de las características de Bucky; El no darse por vencido.
-Te odio -Mascullé, ya sin ganas de seguir peleando. Estaba cansada, mi cuerpo pedía reposar unos minutos. El llanto, los gritos y el forcejeo me habían agotado y esto llevó a que mi cuerpo cediera ante su abrazo. Grave error. Su aroma era mi perdición, al igual que su calor, y su respiración que no tardó en sentirse en la cavidad de mi cuello. Presioné su brazo humano con fuerzas, hincando mis uñas en él. Quería dañarlo de alguna forma. Pero no podía. Aun lo amaba.
-Cuando entré al cuarto con ella -Mencionó y un nudo en mi garganta se alojó de inmediato. -Supe que todo iba mal. Ese, no era yo. Y ella, no era tú. Sus besos no eran igual que los tuyos. Suaves, cálidos, deliciosos. No, no eran iguales. Sus manos tampoco, y no había nada que se interpusiera entre nosotros, nuestro hijo no estaba allí, distanciado nuestros cuerpos. Entonces, me detuve. Pedí que se fuera y lloré en silencio por tal traición. -Confesó, dolido. - No te merezco, _______.
Gimió, al mismo tiempo en que una lagrima se deslizaba por su mejilla. Estaba llorando y yo, no sabía que decir.
-Y-yo ... yo n-no sé si logre perdonarte. -Murmuré. Bucky suspiró, tomó mi mentón y, mirándome a los ojos, decidió hablar desde lo más profundo de su corazón.
-Te necesito. Los necesito. -Dijo. -Sé que cometí un grave error, lo sé, y estoy arrepentido por ello. No hay día en que no me arrepienta. Debí escucharte, y no lo hice. -Se lamentó. Su mirada se desvió hacia el suelo, totalmente arrepentido por su acto. -Perdóname, ¿sí? Y-yo...yo no sabría qué hacer sin ti, ______. Eres mi misión, lo sabes. -Volvió a suspirar, totalmente afligido. -Son mi misión.
Ante sus palabras, sus sollozos y su arrepentimiento no supe qué decir. No vi más que sinceridad en su rostro y palabras dichas. Deseaba no verlo más y, en varias ocasiones había pensado en dejar el equipo, después de todo, iba a tener un hijo a quien cuidar y, mi tiempo ya no sería sólo para los vengadores. Una decisión egoísta, lo sabía. Pero aquellas palabras, su verdad, lograron remover el orgullo que sentía para con el padre de mi hijo.
Me acerqué a Bucky, quien no dejaba de llorar ante la idea de que yo no le perdonase. Tomé su mano humana y, posándola en mi vientre, hice que sintiera su creación moverse con alegría en mi interior. Su vista se alzó y con ello pude ver sus ojos brillantes, pero esta vez, por la emoción de sentir a nuestro hijo moverse ante su tacto, esperando para ver la luz de un nuevo mundo.
-Te amo -Susurré entre lágrimas, sincera. Dichas aquellas palabras, no sentí más que paz invadir mi cuerpo. Ya no era odio el que sentía, ni rencor, ni nada por el estilo. Era amor, compasión, y alegría.
Bucky no hizo más que abrazarme, esconder su rostro en mi cuello y besar la zona de ésta, susurrando lo mucho que me amaba. Dejamos salir risitas divertidas, llenas de disfrute y dicha.
Los aplausos de nuestros compañeros se hicieron sentir de inmediato, como así gritos emocionados de alguno de ellos. Festejando nuestra reconciliación.
Sin duda alguna, el viaje a la casa de la Familia Barton, fue la excusa perfecta para que nosotros, dos almas completamente enamoradas, pudiesen reconciliarse finalmente. Dejando atrás todo rencor para darle paso al olvido y al amor.
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Aviso: subí un One-Shots de Sebastian Stan.
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