46.- Be Free

Era, por decirlo de alguna forma, parte de todo el operativo que HYDRA llevaba a cabo para utilizar al soldado del invierto a su favor. Desde que mi progenitor me contó la verdad, su verdad, no hubo día en el que no me dejase sola en casa. Pese a que le había prometido no mencionar su secreto a nadie de la familia, amigos, y demás, éste, no lograba confiar completamente en mí.

Pasé noches en vela, pensando en una solución viable, alguna que me permitiera salir del embrollo que mi propio padre me hizo partícipe sin yo tener la oportunidad de manifestarme. Bien sabía que, si me negaba a apoyarlo, una hecatombe familiar se desataría y ello, era lo que menos quería. Por lo tanto, decidí fingir estar de su lado, aunque aquello, me costase mis horas de sueño y mi paz mental.

—__________. —La voz de mi progenitor se hizo presente tras de mí. Volteé con desinterés, dando un mordico a la tostada que degustaba durante la mañana. —Y-yo, creo que no he hecho las cosas bien este último tiempo. —Frunció sus labios en una mueca y rascó tras su nuca, nervioso.

—A decir verdad, para nada. —Admití. —Pero, de igual forma, prometí apoyarte en todo. —Suspiré, con pesadez y arrepentida por haber dicho aquellas palabras.

Mi padre sonrió, dichoso y orgulloso. Pude notar un ligero destello en sus ojos grises.

—Creo que ya es hora. —Respiró profundo, un tanto nervioso a mi parecer. Alcé una ceja, y él rio. —Me has demostrado ser de confianza, hija. Aunque debo admitir que dudé de tu lealtad. —Confesó entre risas suaves. —Hoy serás parte de algo fenomenal. Verás, por primera vez, al soldado del invierno. —Anunció con entusiasmo.

No pude evitar sentir temor por sus palabras y también, por la felicidad que demostraba en su expresión facial. Ese día, si no lograba detener a mi padre, iba a suceder algo que, sabía me iba a arrepentir por el resto de mi vida.

Esa tarde, como recompensa por mi lealtad para con HYDRA, me llevó nuevamente al edificio, específicamente, a la sala en donde se realizaban experimentos con el ex sargento Barnes. Me dolió en el alma ver al sujeto desorientado y vulnerable entre tantas personas desconocidas y sedientos por dominar el mundo a través de él. Tras el ventanal que nos separaba de él, su mirada viajaba con temor, clamando silenciosamente misericordia. Aquella que, claramente, ninguno de los presentes le iba a dar.

Fue allí, frente al ventanal y los agentes que me rodeaban, que sentí pena por Steve, quien recordó a su amigo con nostalgia en la fiesta que mi padre realizó hipócritamente. Incluso, sentí lastima por mi difunta madre, quien, sabía que nunca se habría imaginado que su muerte produciría aquella reacción rencorosa en mi padre. Un ser totalmente dispuesto a todo para derrotar a los vengadores y a SHIELD.

—En media hora, daremos pie al proyecto. —Me anunció mi padre antes de salir de la habitación con los agentes que le acompañaban y obedecían a sus órdenes.

Asentí cortamente, y suspiré luego de verme completamente sola.

Observé a Bucky desde mi puesto, detenidamente, analicé cada aspecto de su anatomía. Me mordí el labio, inquieta, sin saber qué hacer, a dónde ir, o qué decir. Bien sabía que dentro de media hora Bucky dejaría de ser él y se convertiría en quien mi padre quería que fuese; un asesino empedernido.

Me moví de un lado a otro, deliberando lo que tenía que hacer. Lo tenía claro, pero el temor me impedía dar el paso que, hace tiempo atrás debí hacer.

Tomé el pómulo de la puerta y la abrí sin siquiera pensar demasiado en que, una vez cruzara el umbral, mi destino sería totalmente distinto. Caminé en dirección al sujeto, quien alzó la mirada y frunció su ceño en señal de confusión. Sonreí ligeramente, nerviosa y con mis procesos fisiológicos completamente alterados.

La decisión era clara y no había mucho que pensar; No estaba dispuesta a seguir con el legado Petrov si en mente tenían el plan de destruir a quienes protegían nuestro mundo.

Miré hacia todos lados, cerciorándome de que nadie entrase por la puerta y me descubriera cometiendo traición.

—Bucky. —Murmuré. Éste no respondió; permaneció en silencio, analizando cada movimiento que mi anatomía daba con el fin de encontrar una salida rápida del lugar. —P-puedo sacarte de aquí. —Susurré despacito. —Conozco a Steve. ¿Lo recuerdas?

Sus ojos se agrandaron, sorpresivamente.

—Steve... —Musitó. —¿Rogers?

—Si. Tu amigo me habló de ti. —Afirmé. Vi alrededor de la habitación, esperando encontrar algo que me fuese de utilidad para poder sacarle de allí. Revisé cajones y archivos, tanto los internos como los externos a la habitación. Di con un cuaderno rojo. Era llamativo y lo único diferente en todo el lugar.

Me acerqué nuevamente a Bucky y le mostré el libro. Éste, le miró fijo y lleno de temor.

—Deshazte de él. —Bramó. —¡Sácalo de aquí! lo utilizarán contra mí y... y...

—¿Y? —Examiné nerviosa.

—Me reprogramarán nuevamente y me harán matar personas.

Tragué saliva. Miré el cuaderno y lo hojeé, encontrándome con un contenido escrito en ruso. Lo guardé conmigo y volví a buscar otro medio de escape. Más parecía no haber ninguna hasta que Bucky habló nuevamente, esta vez, calmo.

—Lee el libro. —Murmuró. Alcé una ceja.

—Dijiste que lo alejara de ti.

—Léelo. —Repitió. —Es la única forma.

—No, debe haber otra. —Seguí buscando una salida.

—No la hay si el edificio está repleto de agentes. —Repuso. —Léelo si me quieres ayudar. Steve sabrá de mí y podrá solucionar el problema antes de que pueda hacer daño alguno.

—¿Estás seguro? —Musité.

—Claro. —Afirmó. —De lo que no estoy seguro es, si tú estarás bien después de esto.

—Lo estaré. —Sonreí, aunque ciertamente no tenía deseos de hacerlo si sabía lo que me esperaba una vez él abandonara el lugar. Pensé en la posibilidad de salvarme por ser la hija del mandamás de HYDRA, pero, realmente no creía que lo fuese a estar. Me matarían, era lo más probable. Pero, si le daría la libertad a Bucky y a Steve a su mejor amigo, entonces mi muerte no sería en vano.

—¿E-estás segura? —Preguntó.

—Soy la hija del señor Petrov, supongo que eso basta para perdonarme la vida. —Reí casi sin ganas y sin convicción.

Abrí el cuaderno y me dispuse a leer el contenido.

—¿Te volveré a ver? —Volvió a preguntar.

—Quizás. —Me encogí de hombros. —Espero que sí. —Bucky suspiró con pesadez. —¿Listo?

—Listo. —Afirmó.

Comencé a leer el libro y vi como Bucky comenzaba a convertirse en un ser totalmente robotizado y adiestrado para asesinar. Los sonidos de sus gritos eran ensordecedores, y ello no demoró en llamar a quienes debían cuidar de él y vigilar que una muchacha no le diese la libertad al único elemento que tenían a su favor para realizar sus deseos por gobernar el mundo y derrotar a SHIELD.

Bucky salió luchando contra cada uno de los agentes, derribándolos sin problema alguno, consiguiendo la libertad prometida.

Lógicamente, me tomaron prisionera después de ello, pero mi sonrisa le dio a demostrar a mi progenitor que no estaba dispuesta a seguir sus pasos por el mero rencor que le tenía a SHIELD. Tenía que superar la muerte de mi madre, y ello lo tenía que hacer por su cuenta y no vengándose de otras personas y, menos dar uso de un soldado torturado y atormentado por su pasado.

—¡Confié en ti, creí que ibas a seguir y vengar la muerte de tu madre! —Gritó mi padre, explotando en cólera. —¡Qué mierda haz hecho, __________!

—Lo dejé ser libre. —Contesté con voz queda. —Lejos de ustedes. Lejos de ti, traidor. —Mascullé entre dientes.

Mi padre lanzó un gruñido e improperios al aire y se retiró del lugar en cuanto comenzó a perder el control de sus acciones.

¿Nos volveremos a ver? Resonaron las palabras de Bucky en mi mente. Eso, era exactamente lo que deseaba hacer. Volver y verlo como Steve y el resto del equipo; como uno de los vengadores. 

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Aka segunda parte jeje. Personalmente me gustó escribirla.

Ahora la pregunta es: ¿tercera parte? >:) Quiero escuchar la voz del pueblo ;)

En fin. ¡Las quiero babys!