Are you pregnant?
70.- Are you pregnant?
Los zapatos de _____________ hicieron eco desde el fondo de la torre Stark, eran rápidos y denotaban lo molesta que se encontraba. Con los años de noviazgo, podía, con certeza saber qué le sucedía a mi novia con tan sólo escuchar su forma de caminar. Era increíble, nunca creí conocer tanto a una mujer, y menos en base a los repiqueteos que realizaban sus zapatos.
La anatomía de ______________ apareció de entre la sombra del pasillo de la torre, con el ceño fruncido y una postura que demandaba estar furiosa. Nos miró y analizó a todos por igual, hasta que su mirada se posó sólo en uno de nosotros.
—¡Pietro Maximoff! —Chilló. Su dedo índice lo indicaba, acusándolo de algo que nos dejó a todos confusos. El platinado alzó las cejas y negó reiteradas veces.
—Yo no he hecho nada. —Se defendió. —Lo que te haya sucedido, yo no tuve nada que ver.
—¿No? —Repuso mi novia, a paso lento se acercó. Su figura parecía mucho más alta, empoderada y realmente furiosa. —¿Negarás haberte comido mi pastel de chocolate? —Le cuestionó. Sus ojos se entrecerraron en un acto por querer escudriñar e intimidar al joven. Él volvió a negar nuevamente, se levantó de su asiento y levantó ambos brazos demostrándole que él quería paz.
—Te lo juro, yo no fui. —Reiteró el muchacho. —Barnes, hace algo... —Me miró asustado.
—Yo no fui. —Le dije cuando su mirada se posó en mí. —Amor, te lo juro...
—No les creo. —Gruñó. —Son todos iguales. ¡Unos mentirosos! —Dijo casi al borde del llanto. Fruncí el ceño y miré a mis colegas, quienes negaban mientras se observaban entre sí, extrañados por la actitud de ____________.
—Y-yo no he hecho nada, ____________. —Le dijo Falcon, con cierto temor en su tono de voz. —Yo creo que fue Pietro. Una vez se robó parte de mi lasaña. Y no me digas que no, jovencito, admitiste tu delito a los días después. —Le recriminó al platinado.
—Te pedí disculpas. —Pietro masculló entre dientes. —Además, yo no he sido. Te juro que esta vez yo no fui. —Le aseguró a ____________.
—No te preocupes, te puedo comprar otro si quieres. —Le dije, tratando de sosegarla, pero ella parecía que rompería en llanto en cualquier momento.
—¿Crees que todo lo puedes solucionar así, James? — Realmente se encontraba enojada. _____________ nunca me llamaba por mi nombre, a no ser que se encontrara realmente molesta. Y lo estaba. Estaba ardiendo en llamas. —Les dije ese día; les dije que no tocaran ese trozo de pastel. ¿Y qué hacen? Sacarlo y comérselo. —Gruñó. —No sé quién fue el ladrón, pero lo averiguaré. Eso téngalo por seguro.
Y dicho aquello, se retiró del living si siquiera llorar, como creí que lo haría.
—Buck, yo que tú comienzo a idear un plan para domar a la fiera. —Me dijo Falcon. —Antes de que dé con el ladrón y lo despedace.
Tragué saliva. _____________ era capaz de incriminarse con quien haya osado tocar su trozo de pastel.
******
—Iré por helado. —Me dijo ______________ en cuanto salió del baño después de darse una ducha. Se arregló y salió con rapidez, como si de ello dependiera su vida. No me dio tiempo de poder decirle que la acompañaría; ella simplemente se arregló y se fue.
Fruncí el ceño, confuso. ______________ estaba actuando raro desde hace tres días. Su ánimo variaba, algunas veces lloraba por cosas que, para mí eran totalmente estúpidas, pero para ella, era lo peor del mundo.
Otras veces se reía a carcajadas ante algún chiste que Parker le contaba o cuando estaba con Romanoff y Wanda. Presenciaba la euforia como algo positivo en ella pues, la mayor parte del día lloraba a escondidas o andaba deprimida. Más, esos cambios comenzaron a alarmarme al igual que su anhelo desesperado por comer frutas o dulces específicos. No era muy normal en ella.
Analítico, me dirigí hasta el laboratorio donde sabía se encontraría Banner. Cuando entré vi a Tony trabajando a su lado. Ambos alzaron la mirada y saludaron con un ligero asentimiento.
—Tu novia está causando pavor en el equipo, Barnes. —Me dijo Tony, dejando de lado lo que estaba haciendo. —¿Sabes qué me dijo que me haría si descubría que era yo el ladrón de su pastel? Que me golpearía donde más me fuese a doler...
—La creo capaz. —Murmuró Banner.
—¿Aún sigue buscando al culpable? —Alcé las cejas. —Creí que se le había olvidado.
—Pues no. —Rio Banner. —Cuando sepa que fue Parker, le querrá golpear donde más le duela.
Tony lanzó una carcajada, y asintió en concordancia. Más yo, sentí pena por el equipo y por el muchacho quien no tenía ni la menor idea que _____________ lo buscaba, sin ella siquiera imaginar, que era él el culpable.
—¿A qué se deberá tanto cambio de humor? —Le pregunté a Banner. Tony lo miró, y ambos intercambiaron miradas cómplices. —¿Qué? ¿Lo saben? —Inquirí.
Ambos se encogieron de hombro simultáneamente.
—Tenemos una teoría. —Dijo Tony. —Bueno, más bien yo tengo una teoría. ¿Hace cuánto ha estado con antojos? —Alcé una ceja, sin entender el punto al que quería llegar Stark.
—No lo sé, ¿hace una semana? —Respondí inseguro. —¿Cuatro días? ¿Tres?
—No creo en tu teoría Stark. —Le dijo Banner.
—¡Bah! —Refutó Tony. —Dime, soldado zombie, cuando tú y ____________ han tenido sus momentos de amor...—Tony suspiró, incómodo. Pero no me hizo falta preguntar qué era lo que quería saber pues, sus cejas moviéndose de arriba hacia abajo y, sus manos al realizar gestos extraños, me dieron un indicio de lo que el multimillonario quería saber. —¿Me captas?
—Te capto. —Mascullé entre dientes. —Nos hemos cuidado, si eso quieres saber.
—Bueno, existe un margen de error. —Se encogió de hombros. —Y puedes que tú situación lo sea. Suele pasar, así que no te sientas abrumado. Lo que no puedo creer es que, considerando tu edad, aún siguen siendo vigentes tus esp...
—¡Tony! —Le recriminó Banner. —Creo que ya entendió el punto. Tony cree que ______________ está embarazada.
—¿E-embarazada? —Balbuceé.
—Creí que habías entendido el punto. —Tony bufo.
—La palabra resulta ser chocante. —Murmuré. Nervioso, comencé a morderme el labio. Nunca habíamos hablado de tener hijos, y, por lo que sabía, ______________ no quería tenerlos aún. Quería disfrutar su juventud, viajar, conocer gente, salir a fiestas y hacer lo que toda una muchacha de su edad hacía. Yo obviamente estaba de acuerdo, y prometí acompañarla en cada aventura. Si ella estaba embarazada, entonces la situación para ella cambiaría. Más no para mí pues, muy en el fondo deseaba tener un hijo con ella.
Sin embargo, no podía dejar de sentir que el mundo giraba a mi alrededor al imaginar la situación.
—Mi teoría es diferente. —Dijo Banner.
—¿No crees que esté embarazada? —Le pregunté. Él negó.
—Bipolaridad. —Me dijo. —Es un trastorno del ánimo.
—Que teoría más mala. —Carcajeó Tony. —Me sorprende que venga de ti, Banner.
—Tiene sentido. —Banner agachó la mirada. —Sus cambios de humor, su euforia, disforia...
No sabía qué pensar. Entre tanta teoría mi mente no caviló más opciones sobre el estado de _____________. Creí que, la única forma de saber lo que sucedía con ella, era preguntarle y correr el riesgo de que me regañara o algo por el estilo. Pero ante ello, valía la pena saber de su propia boca la verdad.
******
________________ estaba en nuestra habitación, recostada en la cama, con un pote enorme de helado y con el portátil a un lado. Lloraba en silencio, sin siquiera despegar la mirada del aparato. No me miró ni saludó hasta que llegué a su lado. Entonces soltó el helado y me abrazó con fuerzas.
—¿No me dejarás nunca, cierto? —Me preguntó. Le miré extrañado por la pregunta, lo que me hizo reír. —¿De qué te ríes, idiota? La pregunta es seria. —Se alejó de mí, pausó la película y se levantó de la cama con el pote de helado en manos.
—Cariño, jamás te dejaré. —Murmuré con cierto temor. —¿Estás bien?
—Perfectamente. —Dijo. Lo dudé, su voz me decía lo contrario.
—¿Segura?
—¿Acaso no me ves? —Gruñó.
—Has estado extraña estos días. Por eso te pregunto. —Me encogí de hombros. —¿T-te puedo preguntar algo? —____________ frunció el entrecejo. Untó la cuchara sobre el helado y comió. Asintió luego de unos minutos. —Tus cambios de humor, ¿se debe a algo? —Alzó una ceja. —Estas muy cambiante, amor. Nos tienes a todos aterrorizados.
—Qué dramáticos son. —Rodó los ojos. Luego carcajeó.
—Banner y Stark tienen una teoría. —Musité.
—La escucho. —Rio socarrona. Más me quedé callado. No sabía si escuchar las teorías iba a ser de su agrado. —¡Barnes! ¡Dime!
—¿Es-estás embarazada? —Vacilé.
—¿Qué? —Vociferó. —¿Embarazada? —Asentí temeroso. —¿Es una broma?
—No, digo...no sé. —Balbuceé. —Son solo teorías. No creo que seas bipolar...
—¿Bipolar? —Volvió a vociferar. —Dios, ustedes los hombres no saben nada. —Dijo. Estaba indignada. —¿Acaso no saben que nosotras, una vez al mes sufrimos nuestro periodo? —Me preguntó. — Ya sabes, el aviso de que no estamos embarazada.
Suspiré. Bien sabía a qué se refería y yo más zonzo no me podía sentir.
—Cariño...
—Tú, Banner y Stark no saben nada. —Bufó. —Y no me sorprende. Los hombres nunca saben nada.
____________ se volvió a recostar sobre la cama, sin soltar el pote de helado. Como buen novio y comprensivo, me recosté a su lado y la abracé. Deposité un beso en su sien derecha y susurré:
—Te amo. —Ella rio por lo bajo. —Pese a que me tengas atemorizado por tanto cambio de humor.
—Y yo te amo pese tus teorías y lo estúpido que puedes llegar a ser. —Besó mis labios.
—Me hubiese gustado escuchar lo contrario. —_____________ me miró fijo. —Me gustaría tener un hijo contigo. Pero respeto tu deseo, sé que quieres disfrutar de tu juventud. Esperaré todo el tiempo que sea necesario para formar una familia contigo.
Los ojos de ____________ comenzaron a tornarse brillosos. A los minutos, éstos derramaban lágrimas.
—Aún no sé qué hice para merecerte, Buck. —Lloriqueó conmovida.
Nos abrazamos para ver la película. ____________ recargó su cabeza contra mi hombro y yo envolví su cuerpo con mi brazo de metal. Di ligeras caricias y susurré un sinfín de veces que la amaba.
—Fue Parker. —Le dije, acusando al muchacho.
—Lo sé. —Me dijo. —No le haré nada que le ocasione dolor, es un niño. Con una broma bastará.
Pobre muchacho, pensé. Más, no me detuve en ello. Me limité a disfrutar de ella, de su cuerpo y proximidad con el mío; la besé, y le hice saber que la quería y estaría con ella hasta la eternidad.
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