Operación de Rescate
El corazón de la mantis latía como un pequeño tambor en su pecho, la tensión que soportaba era tremenda, miedo y emoción danzaban en conjunto en su interior alborotando su mente y haciendo tambalear su determinación. Estaba traicionando la confianza de Big y Hollow, pero esperaba que la perdonaran, ellos más que nadie debían comprender sus sentimientos de amor hacia su familia y el deseo de protegerlos.
Así fue como en una tarde trazó un plan completo de fuga y rescate el cual puso en marcha esa misma noche. A la hora de dormir, como acostumbraba, se tomó una taza de te junto a su pareja, pero en la de Hollow vertió una infusión de hierbas para dormir, de tal forma que durmiera hasta el día siguiente, cuando tuviera que levantarse para ir a la guerra.
Como siempre Hollow se quedó con ella en su cuarto y en cuanto cayó dormido, Orquídea se levantó de la cama, cogió su ropa de incógnita y se escabulló lejos del palacio. Ya conocía aquel recinto como la palma de su garra, por lo que sabía por dónde huir sin que la detectaran los guardias, el palacio tenía la particularidad de que era más difícil entrar que salir.
Una vez fuera, se aseguró de ocultar su identidad y consultó el mapa que había traído consigo, logró obtener uno en la biblioteca del palacio, esperaba que eso fuera suficiente para no terminar perdida en la intrincada red de túneles de Nido Profundo. Pero ya que su primera parada se ubicaba en la zona civilizada de ese reino, aprovechó las comodidades que ofrecía y tomó un ciervo hasta poblado distante, por fortuna tenían servicio nocturno.
Una vez allí le tocaba averiguar dónde estaban las celdas de los prisioneros, el mapa que tenía no era tan detallado como para incluir información de ese tipo, además de que por motivos estratégicos no era algo que dirían al público general, así que le tocaba averiguarlo por su cuenta.
¿Pero cómo obtener semejante información? A veces la respuesta más obvia era la correcta y no había mejor forma de encontrar un lugar que preguntando, pero para alguien como Orquídea eso estaba algo alejado de sus posibilidades. Nido Profundo estaba a pocas horas de entrar en guerra con la tribu mantis, cualquier insecto de esa especie no era bienvenido, por lo que tendría que utilizar métodos alternativos.
En cuanto bajó de la estación se enfrentó a su primer problema, el lugar estaba siendo custodiado por un vigilante. Tras un vistazo notó que no se trataba de un individuo demasiado fuerte, probablemente era una araña débil pero veloz, con la labor de dar la alarma en caso de ver algo sospechoso y así mandar a traer guardias que si valieran la pena. Pero Orquídea tenía confianza en sí misma, no solo era fuerte, también era rápida, así que en cuanto bajó de su transporte y el bicho se acercó a interrogarla, prácticamente se esfumó de su vista para luego aparecer por detrás y noquearlo.
Ya superado ese problema, era el momento de averiguar que dirección tomar. Se ocultó entre las sombras y el hilo de las viviendas de la villa, acechando a la presa perfecta que la ayudaría en su misión. Primero pasó un devoto muy robusto, lucía como un grandioso rival con quién luchar, pero no era lo que buscaba. Luego de unos momentos quedó a la vista otra posible candidata, una araña gorda y algo mayor con aspecto severo, la mantis lo pensó unos momentos y la descartó, parecía demasiado terca.
Transcurrió un largo rato antes de que alguien más pasara por su escondite, pero valió la pena esperar pues esta vez se trataba de la presa perfecta, una araña borracha que se tambaleaba camino a casa. Quizás había tenido la brillante idea de tomarse un trago antes de la batalla del día siguiente, pero fuera cuál fuera la causa de su estado, a Orquídea no le interesaba, ella solo quería obtener toda la información que este individuo pudiera proveer.
Tensó sus músculos y se agazapó en su escondite esperando que su presa se acercara lo suficiente, su tambaleo hacía algo complicado planear un ataque efectivo, pero podía lidiar con eso.
La araña se acercó cada vez más soltando unos extraños alaridos que ella llamaba canción, el alboroto que armaba era tal que a nadie le extrañaría si gritaba, pero aquello no ocurrió, solo se escuchó un suave quejido antes de dar paso al silencio.
Orquídea tenía a la araña aferrada entre sus garras, cubría su boca impidiendo que pudiera pedir ayuda, aunque dudaba que alguien acudiera en su rescate aún si pudiera gritar. De todos modos su objetivo no era dañar a esta chica, solo interrogarla de la forma más amable posible. Así que la azotó contra una pared y susurró contra su oído.
—Dime donde están las celdas de prisioneros.
—Po-po por favor... No me haga daño...
—Solo dime dónde están las celdas de prisioneros, —repitió con tranquilidad.
—Soy muy joven para morir.
—No morirás, solo dime dónde están las celdas de los prisioneros.
—Mamá, perdón por no lavar la loza y pasear al tiktik, waaaaaa.
Orquídea se golpeó la cabeza de la frustración, ya estaba perdiendo la paciencia con esta araña llorona, su brillante plan al parecer no era tan sencillo como creía. Fue entonces que se le ocurrió una idea ingeniosa, algo descabellada pero quizás funcionara.
—Tu mamá te está esperando.
—¿Qué? ¿Dónde?
—Está en las celdas de los prisioneros, dime dónde es para que vayamos juntas.
—¡Claro! Están fuera del pueblo, en un túnel secreto detrás de un par de rocas envueltas en tela en la parte sur del lago.
—¡Perfecto! Gracias. —Soltó a la araña y se dirigió directamente a las celdas, aunque a la araña esto no le hizo gracia.
—¡Espera! ¡Llévame contigo! ¡Quiero ver a mi mamá! ¡Mamaaaaaaaaaa!
Orquídea llegó a su destino sin problemas, aún en su borrachera esa araña dio instrucciones muy precisas y fáciles de seguir. Pero nuevamente se enfrentó a un obstáculo, la prisión estaba custodiada por guardias, los cuales lucían muchísimo más competentes que el vigilante de la siervo estación. Pero Orquídea estaba a otro nivel, no podías comprar a un arácnido común con una lord, en particular una que había participado de un entrenamiento tan riguroso como ella.
Usando su sigilo de cazadora noqueó a los guardias, logró colarse dentro del recinto y escabullirse hasta las celdas. La mayoría estaban desocupadas, pero al fondo, en la jaula más lejana de todas, se podía vislumbrar a un mantis macho.
El pobre bicho estaba desolado, su ánimo estaba por los suelos, se notaba que nadie lo había dañado, no tenía heridas visibles ni marca alguna de tortura, a Orquídea le sorprendió que fueran tan amables con los prisioneros, aunque reconsideró su juicio cuando notó él estado mental del bicho ¿Qué le habían hecho para que se pusiera así?
Se acercó con cuidado hasta la celda y llamó su atención, el insecto en cuanto notó a su antigua líder corrió hasta las rejas para apegarse a ellas y verla mejor. Sus ojos debían estarlo engañando, aquello era imposible, de todo lo que podría pasar esto era lo más inesperado.
—¡Lord Orquídea! —Exclamó con júbilo y sorpresa.
—Shhhh, silencio Cris, nos vas a delatar.
Orquídea conocía a este mantis, era uno de los miembros más reservados de la tribu, muy conocido por su capacidad de observación y el mismo que había actuado de juez en su enfrentamiento contra Nido Profundo.
—Lo siento mi lord —esta vez habló en susurros—. La sorpresa de encontrarla aquí fue demasiado grande.
—Sí, entiendo, esta es sin duda una situación muy inusual.
—Pero ahora que ya ha venido todo estará bien ¡Vamos mi señora! ¡Acabe con todos estos debiluchos y restaure el honor de la tribu! Que la sangre arácnida pinte estos suelos como muestra de su poderío y como advertencia para todos aquellos que osen enfrentarse a las mantis.
—Cris... Yo... No voy a hacer eso, quiero resolver este conflicto de la forma más pacífica posible.
—¿¡Qué!? ¡Pero cómo puede decir eso!
—Baja la voz. —Cris se había emocionado demasiado en su discurso.
—Lo siento. —Retomó sus susurros— ¿Pero por qué no quiere poner fin a toda esta insolencia?
—Por que estoy segura de que todo esto es solo un gran malentendido que podría evitarse, y porque no quiero dañar a las arañas... —Cris la miró incrédulo— Mira, tengo mis razones para esto, son algo complicadas de explicar pero te aseguro que son buenas razones, solo confía en mí. Ahora, quiero que me expliques que pasó aquí, quiero la verdad, no me ocultes nada por favor, que de eso depende que esto pueda terminar de forma favorable.
—De acuerdo —Cris no parecía muy convencido—. Me acusaron de secuestrar a unos bebés, pero soy inocente, me inculparon falsamente. Cuando recorría los túneles de este horrible lugar un bicho que sospecho era una langosta me vio y me vistió con ropas iguales a las que él traía, luego me pasó los ropajes de uno de los niños que traía consigo y se fue, justo en ese momento aparecieron esas horribles arañas y al verme así creyeron que yo era el secuestrador.
—..........
—¡Por favor! ¡No me diga que usted tampoco me cree!
—Si te creo, te creo, es solo que.... No negarás que es algo sospechoso, principalmente porque tú no tenías ninguna razón para estar en el territorio de las arañas, las mantis jamás dejan Paramos Fúngicos.
—No me diga. —Le dedicó una expresión acusadora.
—¡De acuerdo! Yo abandoné el territorio, pero tenía una razón para hacerlo, buscaba la fuerza y el poder, las mantis no abandonan su hogar a menos que tengan un motivo ¿Cuál era el tuyo?
A decir verdad Cris quería evitar contestar esa pregunta, le avergonzaba decir que había escapado de una batalla, era algo horrible, una muestra de debilidad que le significaría el desprecio de todos y tener que confesar algo tan vergonzoso nada menos que a la lord era una pesadilla, sin duda lo expulsaría de la tribu, pero dadas las circunstancias, no tenía otra opción más que hablar, aunque doliera.
—Yo... Yo escapaba de una batalla... De la guerra civil...
—¿Guerra civil?
—Sí. Durante su ausencia, muchos en la tribu comenzaron a poner en duda el poderío de las Lord. Habiendo solo dos consideraron que no eran suficientes para gobernar a todas las mantis, así que comenzaron a planear su derrocamiento, pero estos cobardes en lugar de luchar de frente y retarlas como corresponde, esperaron a que Lavanda pusiera sus huevos y estuviera débil para atacar. Hubo un levantamiento general, pero algunos de nosotros mantuvimos nuestra lealtad hacia las Lords... Pero... La guerra es horrible, ver a tantos compañeros muertos, tener que asesinar a compatriotas.... No lo soporté, fui un cobarde y hui, escapé a Nido Profundo donde ocurrió el incidente.
—Pobre... En verdad debes haberla pasado muy mal.
Cris la miró incrédulo ¿En serio la lord se estaba compadeciendo de él? ¿No debería despreciarlo?
—Mi lord... ¿Se encuentra bien?
—No, no lo estoy, me duele profundamente enterarme de que mi pueblo muere por mi ausencia y de que ahora que sus fuerzas se ven diezmadas serán atacados por la nación de Nido Profundo ¡Debemos actuar ahora para aclarar todo este asunto!
—Eh... Sí claro, pero... ¿Qué piensa hacer?
—Primero, sacarte de ahí, luego iremos a buscar pistas para averiguar que fue de los niños.
—¡Pero eso tardará una eternidad! ¿No sería mejor que fuéramos a Paramos Fúngicos a unirnos a la batalla?
—No puedo.... Hay alguien que peleará en la guerra a quien no puedo enfrentar. Es un bicho demasiado poderoso, demasiado importante y... Demasiado querido por mí.
Cris sintió que se le derrumbaba su mundo cuando escuchó aquella declaración ¿Acaso su amada Lord estaba expresando afecto por un extranjero? ¿Había roto uno de los principales tabúes de la tribu? Esto debía ser una broma, pero le bastó con verla para saber que hablaba muy en serio.
—Lord Orquídea... ¿Qué ocurrió con usted fuera de la tribu?
—Pues... —Suspiró— Muchas cosas, pero es algo muy largo de explicar y estamos cortos de tiempo, lo mejor será que busque la forma de sacarte de allí, no creo que mis garras puedan romper esos barrotes, así que lo mejor será buscar la lla...
Se quedó muda cuando se dio la vuelta y se encontró con una araña que al igual que ella, no quería revelar su identidad, así que iba cubierta en telas manteniendo oculto todo su cuerpo, dejando a la vista nada más que la punta sus patas.
Orquídea de quedó paralizada en su lugar, con un solo grito podría delatarla y arruinar su plan, necesitaba llegar hasta ella y noquearla para evitar un desastre. Pero ocurrió algo inesperado, la criatura sacó de entre sus ropas una llave brillante, la puso en el suelo y la deslizó hasta que quedó frente a las patas de la mantis, ella la miró con sospecha.
—¿Quién eres tú?
—Una sierva leal a Nido Profundo.
—¿Qué buscas a cambio de este favor?
—Que salven a la princesa del reino. La han llevado junto a sus hermanos lejos de aquí, a un territorio repleto de vegetación, donde el verde es interminable.
—Tierras Verdes.
—Quieren sacrificarlos, dejarlos abandonados para que sean devorados por las bestias salvajes que habitan ese lugar. Si los niños desaparecen, perderán la única forma de salvar a su tribu, así que no fallen.
—¡Pero ese lugar es enorme! ¿Cómo los vamos a encontrar? —Exclamó olvidando por un momento mantener el sigilo.
—Busca la bestia de cuerpo colosal y 6 ojos cubiertos por un manto verde. Es todo lo que puedo decir.
Una vez entregado su mensaje, el enigmático personaje se trepó por una pared hasta el techo y escapó a toda velocidad.
—A veces envidio ese talento que tienen las arañas para caminar por cualquier superficie —dijo Orquídea pensativa.
—¡Pero nosotras las mantis también tenemos muchos talentos! —Replicó Cris— Podemos colgarnos de las paredes y somos muy veloces.
—Lo sé, cada especie tiene lo suyo.
Por segunda vez esa noche Cris quedó sorprendido por las conductas de su Lord, debería proclamar la superioridad de las mantis en lugar de alabar a otros bichos inferiores. No alcanzó a exteriorizar sus pensamientos, los guardias lograron oír algunas de las exclamaciones de Orquídea y ahora se dirigían a inspeccionar las celdas. La mantis se apresuró a recoger la llave y liberar al macho, justo a tiempo para enfrentar a los guardias.
—No los mates—ordenó Orquídea—, solo noquéalos.
Cris asintió no muy seguro de esto, pero era su lord, aún la reconocía como tal y tenía autoridad, no la iba a cuestionar.
La batalla fue corta y el mayor peso de la misma recayó sobre la hembra, Cris solo sirvió como apoyo en aquella cruzada, sus habilidades de combate estaban muy lejos alcanzar a las de la Lord y a su parecer, está diferencia de había acrecentado aún más en los meses que Orquídea había estado fuera, ahora se moría de curiosidad por saber de sus aventuras.
Una vez se deshicieron de los guardias, salieron del recinto y se zambulleron en el lago buscando llegar al otro lado, tuvieron que recorrer unos cuantos túneles e intrincados recovecos para abrirse paso hasta el nivel superior donde estaba la ciervo estación. El mapa de Orquídea fue vital en esta empresa y aunque tardaron un poco lograron llegar al sitio. El guardia noqueado seguía en el piso, pero estaba próximo a despertar, señal inequívoca de todo el tiempo que había pasado, ya casi era de mañana, la guerra estaba a punto de empezar.
......,......................
Big se dirigía hacia la puerta del palacio para despedir a los valientes guerreros que se unirían a Nido Profundo en su lucha contra las mantis, ambos reinos eran aliados y varios de los caballeros se ofrecieron voluntarios para prestar su apoyo a las arañas.
Si por Big fuera, él mismo se presentaría al campo de batalla para luchar lado a lado con su hermana y averiguar la verdad de sus sobrinos. Como era un experto en ocultar sus sentimientos mostraba una fachada de calma, pero hervía de furia, ganas no le faltaban de ir a esa tribu y hacer que se estremecieran del miedo, pero Orquídea lo frenaba, sabía que dañar seriamente a ese pueblo destrozaría el corazón de la mantis, aunque a estas alturas esa tribu terminaría deshecha como fuera, con el apoyo militar que estaba prestando bastaba para inclinar la balanza a favor de Nido Profundo, solo eso lo mantenía tranquilo.
Pero aún así se sentía preocupado, algunos caballeros podrían ser dañados o morir en la batalla, en particular sentía preocupación por Hollow, quien a diferencia de Shadow o Sol, ahora era mortal, no quería perder a nadie de la familia.
Caminó lentamente hasta su destino, como si quisiera dilatar el tiempo y atrasar la partida de los guerreros. Una vez llegó, le hizo una respetuosa reverencia a los escarabajos, saltamontes y contenedores que partían al combate. Todos respondieron a su saludo, excepto por un individuo que tenía tal tristeza que era incapaz de realizar cualquier acción.
El caballero inmóvil no era otro que Hollow. Su conducta por supuesto preocupó mucho a su hermano, quien de inmediato se acercó para averiguar su estado y la causa de su malestar, la respuesta fue corta y sencilla.
—Orquídea se ha ido.
..........................................
Dos mantis se abrían paso entre la vegetación salvaje de Tierras Verdes, adentrándose cada vez más en zona salvaje, pero esto no les suponía un problema, sus cuerpos estaban adaptados para moverse entre la vegetación y hasta confundirse con ella, eran cazadores después de todo.
Cris observaba con ojos desorbitados todo lo que había a su alrededor, él nunca había salido de Paramos Fúngicos y estaba embelesado con la belleza vegetal del lugar. No pasó desapercibido para él la maestría con la que Orquídea se desenvolvía en ese entorno, dirigiendo su camino hacia un sitio determinado, dedujo que ya había estado ahí antes. Se moría de ganas por preguntar detalles, nombres de plantas y de algunas bestias del lugar, incluso si no estuvieran en tal apuro hubiera disfrutado tratar de cazar alguna de las presas, en particular estaba interesado en esos bichos raros que se la pasaban saltando.
Pero hubo algo que llamó mucho su atención, durante su camino se cruzaron un par de veces con otras mantis y en ambas ocasiones la Lord y él se ocultaron ¿Por qué hacían eso? ¿Y por qué vivían mantis fuera de Paramos Fúngicos?
—Son los seguidores de mi hermano que sobrevivieron a la infección, formaron su propia comunidad y viven en este lugar ahora y si nos escondemos es porque... No les agrado mucho.
—¡Pero mi señora! Usted no debería ocultarse como un patético gusano, debería presentarse fuerte y orgullosa y someter a esas mantis ¡Usted es una Lord después de todo!
—Primero Cris, esta no es mi tierra, y segundo, aquí las cosas no son como en casa, para sobrevivir debes actuar diferente, con más inteligencia que fuerza y con más sabiduría que impulsividad.
—Pero...
—Hazme caso, las experiencias que he vivido aquí me han enseñado mucho.
Esta respuesta lejos de enojar a Cris encendió su chispa de curiosidad, en verdad quería descubrir los secretos de Tierras Verdes, conocer las experiencias de su Lord y aprender sobre la comunidad mantis de aquí. Todavía no entendía que una sociedad no se rigiera por la fuerza, pero confiaba en su líder y estaba dispuesto a seguir sus designios.
De pronto Orquídea pilló un rastro que le pareció interesante, descubrió restos de sangre, minúsculas gotas esparcidas sobre algunas hojas, además de algunas hebras de hilo manchadas y un trocito de tela. El terreno y las hojas estaban dañadas, signo inequívoco de una cacería reciente, y las pistas dejadas sugerían que la presa se trataba de una tejedora.
Raro, muy raro, no era territorio de arañas y si una araña visitaba el lugar, por ningún motivo se adentraría en lo salvaje, a menos que se tratara de una cazadora o aventurera. Sus instintos la hicieron seguir el rastro de la batalla, las hojas partidas, las gotas de sangre y.... El silencio, estaban cerca
Finalmente llegaron hasta un claro donde encontraron a la bestia más mortífera de todo el territorio, Orquídea no tardó en reconocerlo, esa capucha de hierba y sus seis ojos eran inconfundibles. Cris se estremeció ante esa presencia y miró a Orquídea buscando seguridad, pero casi lo invadió el pánico cuando vio a la hembra tan nerviosa como él, ese ser debía ser peligroso.
Por fortuna parecía que aún no los había visto, o eso pensaba, pues retrocedió un par de pasos buscando la seguridad del follaje y de inmediato la terrible voz del cazador llamó su atención.
—No intentes esconderte, sé que estás ahí.
Cris respiró agitadamente, sus músculos se tensaron por el estrés, su honor de mantis le exigía salir a pelear, pero su sentido común le gritaba que corriera. No tuvo derecho a decidir su curso de acción pues Orquídea tomó la iniciativa saliendo de su escondite y enfrentando a aquel monstruo.
—Ah, la hembra mantis, un gusto verte de nuevo ¿Cómo le va a mi pupilo? ¿Ya asentaron las bases para siguiente generación?
El mantis macho quedó boquiabierto, su Lord estaba hablando de igual a igual con aquel esperpento, sin duda era la criatura más admirable que hubiera visto.
—Esas crías que tienes ahí, las necesito.
Hasta ese momento Cris no lo había notado, pero el cazador tenía en sus manos una pequeña jaula en la que se podían ver tres larvas, una araña mestiza, una cochinilla mestiza y un... Algo que no sabía que era pero que se parecía mucho al guerrero silencioso que había derrotado a las Lords, la confusión reinó en su cabeza.
—Son mis presas, venían de regalo junto con la araña que cacé un rato atrás. No son la gran cosa, pero la carne de larva es muy sabrosa. No cederé este manjar tan fácil solo porque seas la pareja de mi pupilo —Este comentario despertó las alarmas en el compañero de Orquídea.
—No las quiero para comer, las necesito vivas, el destino de un pueblo completo depende de esto.
—Explícate mejor —El cazador se mostró muy interesado en el asunto.
—Esas tres larvas son la descendencia de la reina araña y entre ellas está la heredera de Nido Profundo. Se ha inculpado falsamente a la tribu mantis de su desaparición y esto provocó una guerra. Necesito devolver a la princesa para poner fin a este conflicto.
El cazador se tomó su tiempo para meditar la petición de la mantis, era un asunto delicado sin lugar a dudas. Lo que le pasara a las mantis no era asunto suyo, pero a la vez era lamentable que un pueblo se perdiera, la diversidad de criaturas era lo que hacía hermoso el mundo y si podía asegurar abundancia de presas a futuro debía actuar.
—De acuerdo, me convenciste, toma.
Abrió la jaula y extrajo a la araña, la puso en la hierba y la niña automáticamente corrió hacia Orquídea, quien presurosa la tomó en brazos. Luego de eso se quedó esperando a que le entregara el resto de crías, pero el cazador no movió ni un músculo.
—¿Y los demás?
—A los demás no los necesitas, es la desaparición de la princesa la que ha causado el conflicto político, con que la lleves a ella debería bastar para salvar a tu pueblo ¿Verdad?
—Sí pero....
—Yo... No soy realmente una persona amable, me gusta cazar y devorar a mis presas, a veces hago cosas que considero pueden ser buenas para el ambiente y la fauna, pero no voy a regalar mi comida porque sí. De todos modos a ti que te importa, eres una mantis, solo te interesa tu raza y desprecias a los mestizos.
Hace algunos meses, el cazador hubiera tenido razón y Orquídea hubiera abandonado a esos niños sin demasiado remordimiento, pero ahora las cosas eran diferentes. Tenía en sus manos la llave para salvar su tribu, podía largarse a salvo con la solución a todos sus problemas, pero la idea de hacer eso le parecía insoportable.
El pensar en el llanto desgarrador de Hornet le dolía en el alma, abandonar a ese niño que tenía tanto parecido con su amante la llenaba de culpa y el saber que jamás volvería a ver la sonrisa de esa adorable cochinilla mestiza la entristecía, eran los sobrinos de Hollow y ahora parte de su familia ¡No podía abandonarlos!
—Cris
—Si mi Lord. —Se acercó sumiso.
—Toma a la niña. —Le entregó a la bebé y luego se encaminó hacia el cazador.
—¡Mi señora! ¡Pero qué hace!
—Luchare por esas larvas, por eso te pido... Que cuides a la niña, si algo me llega a pasar, llévala ante la reina araña para que detenga la guerra.
—Pero... Pero... ¿¡Por qué arriesgarse por estas crías!? ¡No las necesitamos!
—Hay alguien que sí las necesita, además... —Extendió sus garras y se puso en posición de batalla— ¡Soy una mantis y una lord! Yo no huyo de una batalla ni permito que me den menos de lo que merezco y quiero ¡Lo tendré todo!
El cazador sonrió bajo su capucha, un presentimiento le había dicho que esas crías lo guiarían a un premio mejor y no se equivocaba.
—Oh pupilo mío, en verdad elegiste una hembra excelente, estoy orgulloso de ti.
-------------------------------
El capítulo que sigue demorará un poco en salir, las batallas detalladas me cuestan, a ver si consigo redimirme de la batalla contra el cazador de la vez pasada que no logró dejarme conforme, así que esto será una revancha tanto para Orquídea como para mí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro