Niñera a prueba de sierras
Aquel era el último día de vacaciones de Hollow y el último día que Orquídea pasaría desocupada antes de empezar su nueva vida como habitante oficial de Corazón de Hallownest. Le había tomado un par de días asumir que jamás volvería a Páramos Fúngicos. En el fondo de su corazón aún tenía esperanza, una que se manifestaba a través de sus sueños, donde se veía a si misma derrotando al cazador y cortándole una garra para llevarla a su hogar como prueba de su victoria, luego despertaba emocionada ante esa perspectiva pero al sentarse en su cama, ver los muebles finos, las sábanas de seda y las paredes relucientes, sabía que solo era una ilusión que jamás se cumpliría.
A pesar de lo deprimida estaba, lo ocultó bastante bien, siendo Big el único que notó el problema, como experto en lo que se refería a ocultar sentimientos, no era fácil engañarlo y se convirtió en un gran apoyo emocional para la mantis, cosa que agradecía mucho, Hollow era una persona muy dulce y agradable, pero a veces resultaba algo torpe en ese sentido, aunque no dejaba de reconocer su empeño en ayudarla, probablemente gatillado por los celos que le provocaba Big.
La situación entre los hermanos era algo que a Orquídea la tenía sumamente confundida, sabía que Hollow estaba enamorado de ella con todo lo que eso implicaba, pero los sentimientos e intenciones de Big eran un misterio, sus acciones tiernas y sus gestos de amabilidad no los tenía con otras personas y eran una muestra inequívoca del afecto que profesaba por la mantis ¿Pero qué tan intenso era ese amor? Orquídea no tuvo dudas ni vergüenza en preguntar directamente.
—Big ¿Tú me amas? —Big se sorprendió por la pregunta repentina, pero no tuvo dudas al contestar.
—Claro ¿Por qué preguntas? ¿Tienes miedo de que te eche del castillo?
—No, no es eso... Es solo que... Tú... Sabes que soy algo así como la novia de Hollow ¿Verdad?
—Sí...
—¿Y eso está bien para ti? ¿No te molesta si soy su pareja? Él también me ama.
—Que él te ame no impide que yo lo haga, y seguro que con el tiempo te ganarás el cariño de muchos otros, creo que ya empiezas a caerle bien a Ogrim y a Kairi.
—No me refiero a eso... —Juntó valor para lo que iba a hacer, era una pregunta atrevida, pero necesitaba ser extremadamente directa con esto para aclarar sus dudas—. ¿No te molesta que me acueste con Hollow alguna vez? ¿No sientes celos de eso?
—¿Celos? La verdad no, soy muy grande y dormir con alguien sería un problema, además me gusta mi soledad y privacidad, compartir una cama no es algo que me entusiasme realmente, por eso si quieres hacerlo con Hollow no tengo problemas. Te quiero Orquídea, pero prefiero quererte de otras formas.
—Ya veo, gracias. Era algo que necesitaba saber.
Big había interpretado las palabras de Orquídea de una forma absolutamente distinta de como realmente eran, y sus respuestas también fueron entendidas de forma distorsionada, pero al menos esto la ayudó a tranquilizarse respecto a provocar alguna disputa entre los hermanos, y a la vez la llevó a sacar algunas conclusiones interesantes.
"Hay muchas formas de amar y el amor no siempre implica sexo" pensó Orquídea "Aunque me pregunto si alguna vez Big habrá estado interesado físicamente en alguien, seguro podría tener a quien quisiera"
Luego de eso no se preocupó más por el tema, tampoco tenía cabeza para eso, lidiar con su propio dolor ya era bastante, pero trató de convencerse de que poco a poco pasaría y que eventualmente amaría su vida en ese lugar, tal como lo hacía Sharpy o las mantis de Tierras Verdes, si ellos pudieron adaptarse, ella también podría, así que puso todo su empeño en prepararse para su nueva vida en el castillo.
—Los entrenamientos empiezan a las 8 en punto, pero considerando que la primera hora es solo calentamiento, estaría bien si llegas a las 9, de todos modos mañana será solo una pequeña introducción para que tengas una idea de lo que serán tus deberes de ahora en adelante.
Por sugerencia de Big, Orquídea empezaría a trabajar como asistente de Ogrim entrenando caballeros y por eso mismo ahora le estaban dando una pequeña charla introductoria. De momento no veía nada demasiado complicado, además de que los primeros días estaría más que nada de observadora, por lo que se mostraba optimista respecto a su porvenir.
—Y creo que eso es todo lo que necesitas saber por ahora —completó el escarabajo— ¿Alguna duda?
—No, ninguna.
—Me alegro, entonces disfruta tu último día libre porque a partir de mañana trabajaremos muy duro.
—Entendido.
En ese momento Hollow iba entrando a la sala de entrenamiento que era donde se encontraban, se le veía de muy buen humor mientras cargaba su pizarra con un saludo escrito.
—Hola Hollow ¿Disfrutando tu último día libre? —Preguntó Ogrim, a lo que Hollow asintió con entusiasmo—. Creo que esta es la primera vez que te he visto disfrutar realmente de unas vacaciones.
—¿De verdad? —Orquídea lo miró curiosa.
—Oh sí, no lo parecerá pero Hollow es adicto al trabajo, había que obligarlo a tomar sus vacaciones, aún cuando no tenía que trabajar se la pasaba revoloteando cerca de los otros caballeros preocupado de que no fueran a hacer un buen trabajo.
—Que encantador —la mantis soltó una suave risa que avergonzó a Hollow, quien trataba de decirle con gestos a Ogrim que se callara, pero él fingió ignorarlo.
—Ahora se tomó todos los días libres que tenía acumulados, felicidades Orquídea, has hecho que nuestro querido caballero finalmente se tome un descanso, es todo un logro.
Hollow se cruzó de brazos y con molestia.
—Solo estoy bromeando, dime ¿Qué planes tienes para tu último día libre?
El caballero borró su pizarra, estaba a punto de empezar a escribir su respuesta cuando algo rojo entró corriendo por la puerta, era tal su velocidad que solo se veía un manchón de color que los tomó desprevenidos, ninguno pudo reaccionar a tiempo, aquella cosa se detuvo frente a Hollow y prácticamente lo golpeó con una canasta.
El contenedor algo aturdido tomó la canasta automáticamente antes de siquiera comprender qué estaba pasando, luego de salir de su estupor fue capaz de notar que su hermana estaba frente a él y que lucía una expresión de absoluta seriedad, entonces antes de que pudiera decir o hacer cualquier cosa ella habló.
—Mantenlos vivos, no les des golosinas y apaga las sierras, volveré por ellos en la tarde.
Y luego de entregar su mensaje la reina araña salió corriendo del cuarto tan rápidamente como había llegado.
Los tres bichos se quedaron perplejos y confundidos mirando el lugar por el que se había ido Hornet, luego de asumir que todo eso no había sido un sueño, fijaron su atención en el canasto que llevaba Hollow. De los tres Ogrim era el único que suponía lo que había dentro, pero necesitaba comprobarlo, así que levantó la sábana que cubría su contenido y tal como esperaba dentro encontró tres pequeñas larvas somnolientas.
—Que... ¿Bebés? ¿Hornet nos dejó a sus niños?
—Creo que necesita que los cuiden un rato, aunque debió haber preguntado primero. Bueno... Supongo que era una emergencia, digo, ella es muy aprensiva con sus hijos. —El escarabajo se rascó la barbilla—. Bien Hollow, creo que ya tienes tu panorama para el resto del día, tendrás que cuidar de tus sobrinos.
Ogrim no podía siquiera imaginar la angustia que Hollow sentía en ese momento, no le gustaban los niños muy pequeños, le daba la sensación de que eran tan frágiles que el más mínimo descuido los destrozaría y ahora tenía que cuidar de tres de ellos, era tal su temor que se quedó paralizado con la canasta en los brazos.
Mientras tanto los retoños ya se habían quitado la somnolencia e inspeccionaban el lugar con interés, tenían la noción de que habían estado allí alguna vez, pero esos recuerdos no estaban muy asentados en su mente, así que era como si fuera la primera vez.
Mientras que Chester y Silky estaban entretenidos curioseando lo que estaba fuera de la canasta, Ren buscaba por todos lados a su madre, luego de su trágica experiencia con Ania, entraba en pánico cada vez que Hornet, Quirrel o Henry no estaban cerca. Era tal su miedo que no tardó en estallar en llanto, pero no un lloriqueo escandaloso, ya que asociaba eso con dolor, era más bien un gimoteo silencioso en el que se limitaba a soltar lágrimas mientras temblaba, algo que inmediatamente generaba el deseo de protegerla y alegrarla.
Hollow preocupado comenzó a menear la canasta tratando de alegrarla, aquello resultó con Chester y Silky que rieron divertidos por la experiencia, pero Ren seguía llorando.
—Ya ya , tranquila niña, mira lo que tengo aquí.
Ogrim trató de animar a la cochinilla a su manera, sacó una masa de estiércol de quien sabe donde y comenzó a moldear con ella a una cochinilla bastante bonita si descartabas el material del que estaba hecha, luego orgulloso de su obra se la mostró a los niños. La araña y el hijo de las sombras lo miraron con asco y se alejaron lo más posible de aquella plasta, en cuanto a Ren, siguió llorando.
Finalmente Orquídea viendo el nefasto trabajo que ambos machos estaban haciendo, decidió tomar el asunto en sus propias garras.
—Está asustada ¿No se dan cuenta por la forma en que llora?
Sin preguntar nada, cogió la sábana con la que previamente estaban cubiertos los niños y agarró a la bebé con ella envolviéndola en un confortable capullo de tela, luego la estrechó contra su pecho mientras sobaba a la criatura y le habló de forma amable.
Le tomó un rato hasta que finalmente la cría se calmó, su escudo de tela y la voz amable de la mantis la hicieron sentir segura, aunque no lo suficiente como para dormir o estar completamente cómoda, pero para los adultos era suficiente. Ambos machos ahora miraban a Orquídea con total admiración.
—¡Oh vamos! No es para tanto.
—Creo que es más de lo que Hollow y yo podríamos haber hecho. Jeje, con esto ya me quedo tranquilo, creo que estarán bien contigo.
—¿Tengo que cuidarlos yo? ¿Por qué?
—En estricto rigor debería cuidarlos Hollow, son sus sobrinos, pero no parece muy seguro de ello —Era evidente la angustia del caballero ante la idea—. Pero contigo sé que estarán bien, además, tampoco tienes nada mejor que hacer hoy ¿Cierto?
Ogrim tenía razón, de momento ese lugar aún no era su hogar, de modo que no tenía mucho en qué entretenerse si no contaba con el caballero. No le quedó más que resignarse.
Al final el escarabajo se retiró pues se le hacía tarde para cumplir con sus deberes, la pareja quedó sola en la habitación con los niños en sus brazos, resultando en una situación muy incómoda, finalmente el contenedor dirigió sus ojos hacia ella con una expresión tal que decía claramente "¿Y qué hacemos ahora?"
—Habrá que cuidar de tus sobrinos —Colocó a la cochinilla en la canasta para examinar a los tres niños con cuidado, por su lado ellos hacían lo mismo con ella— Qué fastidio, ni siquiera nos dijo sus nombres ¿Tú sabes como se llaman?
Hollow dejó la canasta en el suelo y alcanzó su pizarra mágica donde dibujó a los tres pequeños, debajo de cada uno escribió su respectivo nombre.
—Vaya, dibujas bastante bien —examinó la ilustración con cuidado— Silky, Ren y Chester, ya veo.
El día de la ceremonia donde presentaron a la princesa heredera, Orquídea solo había tenido oportunidad de ver a Silky desde lejos sin mucho detalle y de Ren no se acordaba, así que para ella era como conocer a esos retoños por primera vez.
A simple vista podía decir que Chester era el que más le agradaba, tanto porque era un bicho sangre pura, como porque le recordaba mucho a Hollow de pequeño, pero el parecido era solo físico, Hollow era una persona tranquila y este niño se notaba a todas luces que era un revoltoso, lo mejor sería tenerlo vigilado. En cuanto a las niñas, eran asquerosas mestizas, no podía evitar sentir repulsión por ellas ¿Qué tendrían sus padres en mente cuando las concibieron? Le molestaba la idea de tener que cuidarlas, pero tampoco se iba a negar a ello, honestamente también le preocupaba la capacidad del caballero para hacerse cargo de ellas y las niñas no tenían la culpa de ser lo que eran.
—Bien, llevemos a estos retoños a un lugar más apropiado para hacernos cargo.
"¿Tú habitación o la mía?" Escribió rápidamente.
—¿Y para que los llevaríamos a un dormitorio? No es hora de dormir.
"Para que jueguen en un lugar seguro"
—¿Jugar? De qué estás hablando, los llevaremos al jardín, estas larvas deben ser entrenadas.
En ese momento Hollow pensó que quizás no era tan buena idea que Orquídea cuidara a los bebés.
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—¡Vamos Chester! ¡Ataca! —Gritaba Orquídea, pero el pequeño solo la miraba confundido preguntándose que hacía apuntándolo con una rama.
Hollow detrás de ella solo observaba preocupado la escena, junto a él estaba la canasta donde descansaban las niñas, Silky con sus modales de princesa no quería bajarse y tocar la sucia tierra, en cuanto a Ren, ella prefería permanecer escondida en su capullo de tela donde se sentía a salvo. Finalmente el caballero se acercó a Orquídea para tratar de calmarla, se veía tan enfadada que en cualquier momento arrojaría fuego por los ojos o algo así, así que con cautela se aproximó, golpeó su lápiz contra la pizarra y le mostró el mensaje que escribió.
"Son muy pequeños para pelear"
—¿Pequeños? Por favor, en la tribu los niños empiezan a entrenar desde que nacen —La mirada horrorizada que le dedicó Hollow la obligó a ahondar en su explicación—. No los presionamos a un punto de crueldad. Cuando nacen en lugar de alimentarios nosotros hacemos que ellos mismos caminen para alcanzar su comida y cuando ya sus alas les permiten volar colgamos su alimento para que practiquen su precisión en el movimiento aéreo.
Con estos detalles el contenedor se sintió algo más tranquilo, pero seguía sin parecerle adecuado que unas larvas tuvieran que ser sometidas a entrenamiento desde tan pequeñas, en parte le hacía pensar en su propia infancia, a sus ojos los niños deberían vivir sin demasiadas preocupaciones y de poco integrarse en la vida adulta, opinión que por supuesto le hizo saber a Orquídea.
—No es para tanto, el ejercicio es bueno para ellas, y mientras más pronto empiecen más fuertes llegarán a ser. Estas crías van por muy mal camino, demasiado consentidas, seguro que no tienen ni fuerza ni velocidad, cualquiera podría pillarlas fácil...
En ese momento se dio cuenta que aún sin entrenamiento Chester tenía bastante velocidad, al menos la suficiente para escapar de su vigilancia. Rápidamente entraron en pánico al saber que habían perdido al niño, pero él mismo hizo notar su presencia gritándoles desde las alturas, el pequeño se había trepado a uno de los árboles del jardín y ahora se balanceaba feliz desde una rama.
—¿Cómo subió hasta allá arriba? Tú no eres tan bueno trepando.
Hollow se confundió un poco con su declaración, él no era bueno trepando, para lograrlo tenía que ocupar guantes especiales hechos de garra de mantis, pero supuso que como él y Chester eran tan parecidos, ella asumía que deberían tener las mismas habilidades.
"Chester es parte araña"
—Ah... Claro, aún si no es un mestizo ha heredado características de sus padres... Supongo que estas mezclas de especies a veces resulta favorables.—Suspiró derrotada, no podía creer que estuviera considerando que los mestizos no eran tan malos—. Como sea, no hay tiempo para esto, debemos atrapar a Chester.
Ambos adultos ascendieron por el árbol donde el niño estaba encaramado, desde su canasta las niñas observaban la escena con interés, incluso Ren había dejado su capullo de sábanas para unirse a su hermana.
Mientras tanto Chester tironeaba una ramita tratando de quebrarla, mantenía un equilibrio estupendo y no parecía asustado ante la idea de caerse, de hecho ni siquiera consideraba esa posibilidad.
Orquídea estaba a punto de alcanzar al niño, solo necesitaba estirar su garra y cogerlo, estaba enfocada por completo en su tarea cuando un ligero toque en su espalda la interrumpió, detrás de ella Hollow le estaba mostrando un mensaje con su pizarra, pero ni siquiera se molestó en leerlo.
—¡Hollow no es momento de mostrar mensajes! ¡Si no te agarras bien del árbol te caerás!
Dicho y hecho. Hollow fue incapaz de sujetarse solo con sus piernas y perdió el equilibrio precipitándose hacia el piso, afortunadamente no le pasó gran cosa además de quedar con su orgullo herido.
—¿Estás bien? —Gritó la mantis desde las alturas, su respuesta fue un desanimado pulgar arriba.
Justo en ese instante Chester logró quebrar la ramita en la que estaba ocupado, pero la fuerza con la que lo hizo lo llevó a perder el equilibrio y caer al vacío. Orquídea gritó aterrada temiendo que se dañara, pero el niño tenía más talentos ocultos de los que creían, giró en el aire hasta ubicar sus cuatro extremidades hacia abajo y cual gato, aterrizó sin sufrir daño alguno sobre el pecho de su tío, a quien sí le dolió el impacto.
Chester rio feliz y empezó a bailar encima de Hollow agitando la ramita que había conseguido, la mantis no tardó en aterrizar junto a ellos, con bastante más gracia que el caballero.
—De acuerdo, tomo nota, trepar árboles no es peligroso para estos niños y Chester está en muy buena forma aún sin ningún entrenamiento —Pero Orquídea no se iba a resignar a estar equivocada tan fácil, por lo que dirigió su atención a las niñas— Cosa que no se puede decir de ustedes.
Sin preguntar nada sacó a Silky y la puso en la tierra, la bebé inmediatamente empezó a llorar por entrar en contacto con aquella sustancia sucia y levantó los brazos pidiendo que la tomaran. Orquídea por supuesto no cedió a sus llantos y la ignoró, procedió a sacar a la cochinilla de la canasta quien también se puso a llorar, pero más por miedo que por otra cosa temiendo que en cualquier momento le hicieran daño. Pero al contrario de su hermana, en cuanto la dejaron en la tierra se calmó, incluso soltó algunos gemidos de gusto y se puso a escarbar.
Silky al ver a Ren tan contenta jugando con la tierra dejó de llorar, sintiéndose ridícula por quejarse de algo que a ella la hacía tan feliz, aunque no entendía que de bueno le veía. Por su parte la cochinilla finalmente logró hacer un agujero de un tamaño que le pareció cómodo, entonces se enroscó dentro dejando al descubierto apenas una sección de su caparazón azulada, de hecho alguien que pasara distraídamente por el lugar fácilmente la podría confundir con una roca.
—Hollow ¿Esta conducta es normal? —Preguntó Orquídea a lo que el caballero se encogió de hombros, no recordaba que Quirrel acostumbrara hacer esas cosas, pero quizás era un comportamiento propio de los niños.
La mantis se asustó un poco ante la perspectiva de lo desconocido y no sabiendo que más hacer, rascó suavemente aquella caparazón logrando que se agitara un poco, como obtuvo una pequeña reacción lo hizo de nuevo logrando esta vez una sacudida más violenta, al hacerlo por tercera vez finalmente la niña se desenroscó riendo por las cosquillas que le provocaba que le rascaran.
La pequeña lucía adorable riendo y agitando sus bracitos llena de emoción, en ese momento Orquídea casi hasta olvidó que era una asquerosa mestiza, generando un conflicto con ella misma
—Ah, maldita desgraciada ¡Deja de ser tan adorable! —Exclamó con frustración.
Un golpeteo en una pizarra la hizo voltear atrás y encontrarse con la mirada acusadora de Hollow, quien no estaba nada contento de que llamara a su sobrina maldita desgraciada, la mantis por su parte le dio la espalda sin ninguna intención de pedir disculpas.
—No le des tanta importancia. Oh mira, ahora están jugando juntos.
Silky finalmente había olvidado su disgusto con la tierra y le estaba haciendo cosquillas a su hermana, estaba fascinada con el nuevo poder para hacer reír, pero ese nuevo aprendizaje también aplicaba para ella, Chester no tardó en unirse al juego y hacerle cosquillas a ella. De alguna manera con ese jugueteo inocente finalmente los hermanos arreglaron sus problemas y empezaron el desarrollo de la buena relación que mantendrían el resto de sus vidas.
Y la inocencia con la que los niños resolvían sus problemas, a menudo también aplicaba para los contenedores. Hollow se enojó mucho por las palabras que había dicho Orquídea, incluso se lo dijo directamente más tarde cuando ambos estaban en uno de los estanques de agua tibia limpiando a los niños, pero nuevamente la mantis le restó importancia al asunto, cosa que la hizo merecedora de un feroz ataque de cosquillas de parte del contenedor, claro que la mantis trató de defenderse como pudo y entre una cosa y otra, ambos terminaron cayendo al agua estrepitosamente salpicando todo a su alrededor.
Ambos bichos no tardaron en emerger de las aguas termales y tras darse un vistazo el uno al otro, estallaron en risas, a las cuales les siguieron las agudas risas de los niños que miraban la escena divertidos.
Luego de jugar y bañarse, a los pequeños les tocaba comer algo, en el castillo a veces deambulaban los hijos de la servidumbre, el lugar tenía las condiciones apropiadas para que los niños estuvieran ahí mientras sus padres trabajaban, hasta había una mosca que se encargaba de vigilarlos y preguntar si necesitaban algo cada tanto, pero todos eran niños algo crecidos, no larvas pequeñas que necesitaban alimentación especial, así que se dirigieron directamente a la cocina a preguntar si podían preparar algo para los bebés.
—¡Oh por Wyrm! ¿Y esos niños? —Exclamó la mariquita jefa de cocina cuando los vio llegar.
—Son los hijos de Hornet, los estamos cuidando por hoy —contestó Orquídea.
—¿Ella los dejó cuidarlos a ustedes?
—Sospechamos que estaba desesperada, prácticamente llegó corriendo, le lanzó la canasta a Hollow, dio algunas instrucciones y se fue de nuevo.
—Ya veo... ¿Qué clase de instrucciones?
—No mucho, mantenerlos vivos y no darles golosinas. Hablando de eso ¿Tendrá por ahí algo que puedan comer estos niños?
—Ahora mismo no, pero no me tardo nada en preparar algo.
—Maravilloso, si pudieras atar su comida en una cuerda y colgarla del techo para que luchen por alcanzarla sería maravilloso.
—¿Que?
La mariquita notó que Hollow detrás de Orquídea le mostraba su pizarra.
"Son costumbres de mantis" se leía en su superficie.
—Ah... Lo siento, no creo tener una cuerda apropiada ni un gancho en el techo que sirva.
—Una lástima, creo que uno de estos días instalaré yo misma un gancho para poder alimentar a los sobrinos de Hollow o a los niños que vengan.
La mantis había dicho eso pensando en que alguna vez alguien más les pediría cuidar de sus hijos y deberían estar mejor preparados, pero la cocinera de inmediato pensó en los hijos que Orquídea tendría con Hollow (O con Big, todavía no tenían muy clara esa relación), seguro algún chisme saldría de esto, la servidumbre era experta en inventarlos.
Luego de un rato las dos hembras terminaron con una cría en los brazos dándoles de comer, mientras que Hollow las observaba sentado desde cierta distancia.
—¿Quieres intentarlo? —Le preguntó Orquídea ofreciéndole a Silky, a lo que él negó energéticamente— Vamos, es fácil, no te pongas nervioso.
Aún en contra de su voluntad tuvo que recibir a la pequeña araña que se acomodó en su brazo con total confianza y extendió sus manitas indicando que estaba lista para que la siguieran alimentando.
—Bien Hollow, ahora acerca la botella, eso es, no la inclines demasiado o se ahogará, eso, así mismo, deja que ella coma lo que necesita, ahora has una pequeña pausa, muy bien, otro sorbo.
Luego de un rato y tras comprobar que alimentar bebés no era tan terrible como pensaba la mariquita anunció que también había terminado de alimentar a Chester.
—Bien, ahora solo falta alimentar a Ren, a todo esto ¿Dónde está? —Orquídea buscó en los alrededores a la niña pero no se veía por ningún lado ¿Ren? ¡Ren! ¡Dónde estás desgraciada! ¡Se supone que tú eres la tranquila y Chester el escapista!
—¡Yapapa! —Exclamó el niño con orgullo.
Estuvieron un rato buscando a la niña por la cocina, hasta que notaron que un canasto donde habían unos panes redondos negros tenía uno de color azul, la mantis rascó suavemente su superficie y el pan se desenroscó revelando a una niña risueña.
Luego de comer llevaron a los pequeños al cuarto de Orquídea para que durmieran allí, suponían que Hornet volvería pronto así que solo les quedaba esperar a que llegara. Luego de aquel día de juegos y diversión las tres larvas estaban agotadas, pero solo dos de ellas se durmieron automáticamente, Ren se mostraba reacia a dejar los brazos de la mantis, en apenas unas pocas horas le había perdido el miedo y se encariñó con ella.
—Vamos, las camas son para dormir, no mis brazos, anda con tus hermanos —la instó Orquídea, pero la niña simplemente la abrazó y se acomodó encima de ella— Desgraciada.
Nuevamente Hollow le dedicó una mirada reprobatoria, a lo que ella contestó con una suave risa.
—No lo digo en serio Hollow, es casi como de cariño, esta pobre criatura es una mestiza, pero ella no tiene la culpa de ser lo que es, si hasta es linda la maldita. Honestamente dudo que me gusten los mestizos algún día, pero no por eso los mataría y ahora mismo no sé como alguien podría matar a uno, mira este retoño, es adorable.
Ren finalmente se había dormido y Orquídea aprovechó para dejarla en la cama con los demás. Hollow observó a la mantis vigilar a los pequeños, mostraba tanta ternura e intensidad que se preguntó si aquello no sería una manifestación de sus propios deseos de ser madre, Ogrim había dicho que quizás él no quería retoños, pero ella podría anhelarlos.
"¿Tú quieres ser madre?"
Orquídea se mostró sorprendida ante aquella pregunta repentina, pero no tenía problemas con responder.
—Sí, estaba dentro de los planes, de hecho... Ya tenía una fecha prevista. Este año mi hermana mayor Lavanda tendría a sus hijos, el año siguiente lo haría Lirio y al año siguiente yo. No podemos tener hijos el mismo año por varias razones, entre ellas porque cuando una pone los huevos, tres días antes y tres días después no se puede mover mucho ni pelear, ese es un período de debilidad que cualquiera podría aprovechar para tomar el poder, por eso mientras una estuviera convaleciente las otras dos la defenderían pero.... —La preocupación afloró en el rostro de la mantis— Yo ya no volveré a la tribu... Espero que Lirio pueda defender a Lavanda sola, ahora que pienso en ello es preocupante.
"¿Y ahora tendrás hijos?"
—Este año ya es demasiado tarde, mi celo acabará mañana o pasado a lo sumo, además sería irresponsable traer niños al mundo en mi situación, no tengo casa ni dinero, dependo absolutamente de su hospitalidad, pero... Supongo que si más adelante logro estabilizar mi situación si me gustaría tener bebés, pero no me gustaría tener mestizos... Lo siento Hollow, eres guapo y fuerte y todo eso pero no tendría hijos contigo, buscaría a otra mantis para ello.
Ser padre no era algo que entusiasmara a Hollow, pero que Orquídea tuviera por su cuenta con otro macho tampoco le gustaba nada, no entendía bien este sentimiento pero esa idea lo hacía sentir tremendamente enojado.
Mientras los adultos conversaban, uno de los niños abrió los ojos y se incorporó en la cama. Como era de esperarse se trataba de Chester, a quien de pronto se le había ido el sueño y quería levantarse a jugar. Podría haber llamado la atención de los adultos pero le gustaba más explorar las cosas por su cuenta, buscar pasadizos secretos o cualquier recoveco interesante, una característica similar a la de su tío, pero en este caso mal orientada.
La puerta del cuarto estaba entreabierta, le bastó empujar un poco para salir a correr por el pasillo. El chillido de la puerta alertó a los mayores de que algo había pasado, inmediatamente miraron a la cama donde solo estaban las niñas y luego de asustarse, Hollow salió corriendo a buscar al fugitivo.
Chester era rápido y escurridizo, disfrutaba mucho de una buena carrera y de ser perseguido, para desgracia de Hollow tenía mucha práctica escapando gracias a sus experiencias en casa con sus padres. Ahora corría buscando alejarse lo más posible de su punto de partida para hacerle las cosas más difíciles a sus cuidadores, pero lo que no sabía era que cada vez se alejaba más de la zona segura del castillo.
El palacio tenía una zona segura donde estaban los dormitorios, el baño, la cocina, el jardín y otros sitios de interés, pero acercándose hacia las salidas y los límites de la construcción estaban la sierras, originalmente puestas como mecanismo de defensa y entrenamiento, hoy en día una extravagante atracción turística para los visitantes y un potencial peligro para una larva.
Las cosas se precipitaron de la peor forma posible. Hollow logró avistar a Chester en un pasillo sumamente peligroso, el niño al ver a su tío corrió con más ganas, entusiasmado por la persecución, miró hacia atrás con desafío y no se percató de que una sierra justo se dirigía hacia él.
Hollow usó su capa de sombras y toda su destreza y velocidad para empujar al niño a tiempo y salvar su vida, pero él no tuvo tanta suerte, el filo del metal se enterró en su máscara cortándola como mantequilla, la sombra que vivía en su interior se liberó desplegándose como un fantasma oscuro de ojos brillantes. El pequeño miró a la siniestra criatura con ojos embelesados, no sabía que había pasado pero le parecía genial, a su corta edad todavía no tenía bien establecido lo que era normal o seguro.
Pero quién sí ya lo tenía más que claro era Orquídea.
Queriendo ayudar en la búsqueda de Chester le encargó las niñas a una criada y partió en auxilio de Hollow. Cuando finalmente logró dar con ellos era demasiado tarde, solo pudo observar como se desataba la tragedia, como la cabeza del caballero era destrozada por una sierra y como emergía de él una horrible sombra.
Lanzó un grito de terror cuando vio la verdadera forma de su amado, luego se quedó aturdida contemplando aquella cosa, no sabía qué hacer, atacar, huir, gritar, pedir explicaciones o rescatar al niño que se acercaba peligrosamente a la sombra.
—¡Déjalo! —Chilló corriendo hacia aquella cosa.
Finalmente su deseo de proteger al retoño fue más fuerte y superó su miedo, extendió sus garras con intenciones asesinas, pero antes de que pudiera alcanzarlos una figura apareció de la nada frente a ella y bloqueó su ataque con su aguijón Puro. Orquídea levantó la mirada y para su sorpresa quien la había detenido era ni más ni menos que el rey de Hallownest, quien a todas luces estaba más que molesto, su expresión era afilada, muy distinta de su habitual dulzura, si no lo conociera, la mantis casi diría que hasta era capaz de matarla.
—No des un paso más Orquídea ¡No permitiré que dañes a mi hermano!
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Escribir batallas, fácil, escribir escenas emotivas, fácil, escribir dramas, fácil, escribir complots complejos, fácil, escribir escenas de bebés adorables ¡Una pesadilla!
Si me he tardado tanto con este capítulo fue solo porque no se me ocurrían las cochinas escenas de bebés, pero al final logré sacar algo, sin embargo lo interesante de este asunto estaba en el final del capítulo, y bueno, espero que un capítulo un poquito más largo de lo habitual sea suficiente para compensar. A ver si el capítulo que sigue logro sacarlo más rápido, porque ahora me deben estar odiando por este cliff hanger.
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