Esperando
La noticia de los futuros huevos de Orquídea y de un posible heredero para Hallownest no tomó tan desprevenidos a los empleados del castillo como podría haberse esperado, esto debido a la enorme cantidad de rumores que corrían sobre el tema. Muchos se tomaron la posibilidad de que nacieran estos niños como algo tan cierto, que se dieron el lujo de hacer preparativos, como acondicionar una habitación y comprar una cuna, irónicamente aquella mentira resultó ser cierta y todo lo que hicieron muy útil, hasta Big los felicitó por su eficiencia.
Ahora el castillo resplandecía de alegría y los bebés eran el principal tema de conversación de todos ¿Cuántos serían? ¿Cómo serían? ¿Qué criterio usarían para elegir al heredero? Solo el tiempo entregaría la respuesta. Pero en medio de todo este regocijo, había alguien que no parecía feliz con todo esto y era la misma madre de los huevos.
Aún cuando le habían dicho que todo estaba bien, que la aceptaban, que la cuidarían y que lo que había hecho no tenía nada de malo, le resultaba muy complicado aceptar su situación y lo que llevaba dentro, casi ni prestaba atención a su alrededor, solo contempló como un zombie el bonito cuarto que le prepararon y se tumbó en la enorme cama sin decir una palabra. No sabía qué hacer, le parecía increíble que todos estuvieran felices cuando ella se sentía miserable, todo estaba mal para ella, desde los juguetes que decoraban el cuarto hasta la hermosa cuna que ocupaba el lugar principal de toda esa composición.
Orquídea cerraba los ojos y en su imaginación podía ver esa cuna llena de monstruos horrorosos pidiendo comida y llamándola mamá, cuando los volvía a abrir solo quería llorar y arrancarse las entrañas, pero obviamente eso estaba más allá de toda posibilidad.
Hornet aunque no estaba nada contenta con la noticia de que iba a ser tía, les dio todo su apoyo, no es que tuviera otra opción tampoco, les ofreció los servicios de la matrona pero Big optó por contratar un médico de la ciudad, una grillo que tenía bastante buena fama.
La insecto aceptó el trabajo con entusiasmo y mucho orgullo, prestar servicios a la familia real y atender a la madre del heredero del trono era un sueño, se volvería muy famosa y seguro que le llovería el trabajo. Pero todo su optimismo murió en cuanto vio a la futura madre. Hasta donde recordaba jamás vio a una embarazada tan desolada, incluso las hembras que no querían tener niños se veían más conformes y resignadas que esta mantis, su situación casi la hizo temer por las circunstancias de este embarazo ¿Acaso la habían obligado a concebir? Se horrorizó al pensar en esto, pero era la familia real, aún si ese hubiera sido el caso, ella no podía hacer nada. Así que se limitó a suspirar y a hacer su trabajo.
Fuera de la habitación de la mantis, Hollow y el rey esperaban ansiosos por la médico, uno de ellos con aire preocupado y el otro radiante de alegría, eran como las dos caras de la moneda, pero no tardaron en uniformar sus expresiones cuando vieron a la grillo salir, su rostro anunciaba sin palabras que las cosas no estaban muy bien.
—¿Pasa algo con Orquídea? —Big fue el primero en hablar.
—Pues... No está muy bien... En muchos sentidos.
Respiró hondo para hablar, estaba algo asustada de tener que dar malas noticias, a pesar de que todos decían que Big era un rey muy amable, aún así le asustaba desatar su cólera.
—Ella.... No estaba preparada para enfrentar un embarazo ¿Sufrió algún accidente donde perdió sangre recientemente?
—¿Accidente? No...
—Bueno, no fue exactamente un accidente, pero sí vivió una situación como esa —Big miró confuso a su hermano—. Recuerda cuando se enfrentó al cazador, estuvo muy mal, casi muere y perdió un montón de sangre, justo cuando se había recuperado de esa otra vez cuando trató de matarse.
Solo ese diálogo bastó para estresar a la médico, la madre de los bebés tenía tendencias suicidas, la situación era sumamente delicada, no sobrevivía el embarazado si intentaba otra locura, de hecho aún sin realizar ninguna acción autodestructiva ya estaba en cierto peligro.
—Aich... Esto es malo. —Ambos machos la instaron a continuar— A ver.... Normalmente las hembras se preparan antes de concebir, producir huevos consume mucha energía y vitaminas. Orquídea no tuvo esta preparación previa, de hecho estaba peor de lo normal, se notaba su falta de sangre. Para empeorarlo todo, las mantis son de las especies que más energía gastan durante su embarazo y necesitan una cantidad de comida enorme para no morir antes de poner huevos. Se han reportado casos extremos en los que las hembras hasta devoran al padre de las crías para sobrevivir el embarazo.
Un escalofrío recorrió la espalda de ambos machos, lo que les contaba era tétrico y terrible.
—¿Ella estará bien? ¿No sé comerá a nadie? —Preguntó Hollow con temor.
—Si no la fuerzan a eso claro que no, dudo que aquí les falte alimento para darle. Solo procuren que no pase hambre y todo estará bien, que coma todo lo que quiera cuántas veces quiera, aunque eso sí les escribiré una lista de alimentos que debe consumir en mayor cantidad que otros. Con esos pocos cuidados debería estar bien.
—Muchas gracias, nos ocuparemos de ese asunto.
—Eso sí, hay otra cosa que me preocupa —Hizo una pausa demasiado larga para sus oyentes— Creo que su estado mental es más grave que su estado físico, Orquídea está sumamente deprimida, no parece tener ganas de ser madre... O de vivir siquiera. Temo que si su depresión continúa, no se alimentará bien y si eso pasa no solo no será capaz de poner huevos, perderá la vida antes de lograrlo.
Aquella noticia fue devastadora, perder esa nidada y por sobre todo a Orquídea era una pesadilla ¿Pero qué podían hacer? ¿Cómo animar a una mantis que creía haber fallado su deber en la vida?
Mientras tanto, dentro del cuarto la ex lord se encontraba recostada llorando de nuevo, no quería ver la cuna ni los juguetes, tampoco quería saber de médicos ni revisiones, solo quería morir, algo que antes le parecía tan deseable ahora era un horror. Había soñado con la maternidad antes, con el aspecto que tendrían sus niños, pero ahora el pensar eso la aterraba, tenía más miedo del que jamás tuvo ¿Qué pensarían sus hermanas de ella?
Y ahora que las recordaba ¿Cómo estarían? debido a lo cerrada que era la comunidad mantis ni siquiera podía aspirar a tener noticias de ellas, solo le quedaba desear que todo estuviera bien.
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En Páramos Fúngicos ya se hacían notar los resultados de la época reproductiva, numerosos machos y hembras recorrían el territorio buscando presas para ayudar a alimentar a sus parejas, hermanas, primas o tías. Solo a una hembra de cada familia se le permitía concebir cada año, esto como medida para asegurar una buena alimentación y crías sanas, incluso en años de escasez, nadie tenía hijos, el tema de la reproducción era algo muy complicado para las mantis y lo trataban con cuidado. Pero este año había caza en abundancia, por lo que se veía un futuro prometedor con muchas crías ese año.
Entre las futuras madres se encontraba Lavanda, quien ahora debido a su estado, había tenido que reducir sus rutinas de cacería y rebajarse a ser alimentada por su hermana y su pareja, algo como eso se consideraba vergonzoso, pero perdonable y aceptable para las hembras en gestación.
La lord ahora se encontraba en su hogar esperando a que regresaran Lirio y Tash, su cola había aumentado bastante de tamaño y comenzaba a ser molesta. Aún podía vagar por ahí, pero estaba consciente de que pronto el tamaño, el peso y el agotamiento sería tal que ya no sería capaz de salir de casa. Esa era la pesada carga que le correspondía a las hembras, la aceptaba con resignación, pero no dejaba de ser un fastidio.
Sus antenas no tardaron en captar la presencia de quienes tanto esperaba, Lirio y Tash entraron en el cuarto, cada uno cargando una canasta con comida que rápidamente ofrecieron a la hembra. Lavanda aceptó gustosa el alimento y no tardó en devorarlo. Esa era otra de las cosas molestas de su estado, el hambre constante, afortunadamente este problema disminuía conforme se acercaba la fecha de poner los huevos.
—Uy, que apetito hermana, cualquiera diría que pondrás una docena de huevos —bromeó Lirio.
—Quien sabe, podría ser —dijo Tash con actitud fanfarrona.
—No te hagas tantas ilusiones —Lavanda como siempre mantuvo su semblante seri y tranquilo—. En promedio una hembra pone entre 3 y 5 huevos, a veces 6 y en rarísimos casos 7. No somos larvamoscas para llenarnos de crías, de todos modos cuidar más de 6 niños sería un problema.
—Lavanda, solo bromeábamos, no tienes que tomar todas las cosas tan seriamente.
—Ah, lo siento Lirio, ya sabes que no suelo captar las bromas.
—Sí, lo sé, te conozco de toda la vida, eres terrible hermana ¿Recuerdas aquella vez que...
—¿Hay alguna novedad en la villa? —La cortó su hermana.
—No, todo va bien, nada extraño.
—¿Estás segura? ¿No han escuchado algún rumor extraño? ¿Algo que deba saber?
—No, nada —Lirio se sentía intimidada en ese momento, los ojos de Lavanda eran como dos cuchillos atravesándola.
—Que esté embarazada no significa que abandone todos mis deberes como Lord, si hay algo de lo que deba ocuparme, lo haré.
—Tú no te preocupes, todo está bien, solo descansa, que luego tendrás mucho que hacer con tus niños ¿No quieres dormir un rato? —Tash trató de suavizar el ambiente, cosa que pareció resultar.
—Quizás si sea buena idea, pero les repito, si hay algo que deba saber, díganme.
—Lo haremos, Lavanda, no te preocupes, tú solo descansa.—Finalizó Lirio saliendo de la habitación junto al macho.
Una vez fuera ambos, se quitaron aquella fachada de calma y alegría que levantaron para no preocupar a la Lord, guardaron un momento de silencio mientras se alejaban lo suficiente para que nadie pudiera escucharlos.
—Lavanda ya sospecha algo —dijo Tash.
—Era imposible que no lo notara, la noticia ya está demasiado extendida y de nosotras siempre fue la más perspicaz ¡Maldición! Ni siquiera puede esperar a sus bebés tranquila, se supone que este debía ser un tiempo feliz para ella, si tan solo Orquídea no se hubiera largado...
—No hables de esa cobarde, abandonó a su hermana en un momento crucial solo para salvarse ella, qué basura.
—En verdad fue un duro golpe para nosotras. No esperaba que volviera con alguna presa decente, pero al menos suponía que volvería y aunque no diera la talla como Lord ¡Al menos nos podría haber ayudado con esto! Después de todo, aún si su mente se volvió débil, su cuerpo seguía siendo poderoso. A veces se pueden hacer excepciones y perdonar a una mantis si es necesario.
—Es raro escucharte hablar así Lirio.
—Yo... Nunca lo he dicho a nadie pero... Me dolió perder a mi hermano, perder a una hermana duele aún más.
—Oh... —Tash estaba tan sorprendido que no sabía qué decir.
—¡No te quedes callado!
—Perdón perdón, es que, no puedo creer lo que estás diciendo.
—Yo casi tampoco lo creo, pero esta situación me está llevando a mi límite, no quiero perder a la familia que me queda, pero según lo que se ve, el levantamiento de los rebeldes ya es imposible de detener y seguramente atacarán luego de que mi hermana ponga sus huevos. Sin Orquídea será difícil repeler su ataque yo sola.
—Pero no estás sola —Se apresuró a exclamar Tash—, yo les soy leal a ustedes y las defenderé con mi vida y al igual que yo, hay muchos que las apoyan, juntos nos sobrepondremos y mantendremos el poder. —Agitó sus garras para darle más énfasis a sus palabras.
—Lo agradezco Tash —Suspiró y desvió sus ojos hacia el cielo—, aún así, luchar contra mi pueblo no es algo que me parezca agradable, si por mi fuera, preferiría evitar una guerra civil, sobre todo con tantas crías recién nacidas.
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Era un nuevo día para Orquídea, un nuevo y tortuoso día donde no dejaría de mortificarse por lo que había hecho. Se sentía débil, cosa lógica considerando lo poco que había comido, pero en verdad no sentía hambre, si había probado algún bocado era para calmar las lágrimas de Hollow y Big, se sentía horrible por hacerlos sufrir de esa manera, pero con suerte era capaz de lidiar con su propio dolor ¿Cómo seguir adelante luego de fracasar en la vida? ¿Cómo alegrarse por el nacimiento de seres que no deberían existir?
Trataba de repetirse que todo estaba bien, que sus niños serían amados, pero a ella misma le sonaba a una mentira. Lo que más la mortificaba era pensar en lo que dirían otras mantis de ella.
Basura, traidora, degenerada, sucia y una larga lista de insultos resonaban en su mente, todavía podía recordar las miradas de desprecio que le dedicaban los machos de Tierras Verdes, de ser la lord admirada y respetada, quedó reducida a una escoria, y solo por eso se prometió no volver a pisar ese territorio, no quería soportar eso de nuevo.
Pero la monotonía de su existencia comenzaba a sobrepasarla, las mantis no estaban hechas para permanecer ociosas, ni siquiera en su peor momento y este era el límite de Orquídea, necesitaba hacer algo, aunque no estaba segura de qué, tampoco tenía energías para hacer algo grandioso o arriesgado ¿Qué posibilidades tenía?
Una idea cruzó su mente, algo estúpido y peligroso, pero necesario, o al menos así lo veía ella. Se levantó de la cama con lentitud, la debilidad de sus piernas era notoria y aún habiendo permanecido acostada tanto tiempo, se sentía cansada, más cansada de lo que jamás estuvo. Se tambaleó hasta la puerta de salida y le dio un último vistazo al cuarto que dejaba atrás, era tan bonito y tan triste, los empleados se esmeraron tanto en prepararlo para ella, pero era incapaz de apreciarlo, la tristeza se la comía.
Orquídea solo por la idea de que lo necesitaría más tarde conservó la ropa que se hizo con las telas de la casa de la vidente, fue una decisión acertada, ya que ellas le permitieron camuflar su presencia en su huida del castillo y su posterior trayecto a través de la Ciudad de las Lágrimas. Aprovechando su sigilo de cazadora evadió cada par de ojos que pudo dar la alerta de su escape, de tal forma que llegó a su destino manteniendo su anonimato.
Le tomó mucho más tiempo de lo normal llegar a su objetivo, su debilidad le dificultaba andar, por lo que su avance era lentísimo, pero no le importó, tenía tiempo de sobra y mucha perseverancia. De esta forma, casi desfalleciendo llegó a cierto apartamento donde antes tuvo un encuentro bastante desagradable con otra mantis.
No sabía qué esperar de este encuentro ¿Le cerrarían la puerta en la cara? ¿La insultaría? O quizás... ¿Trataría de matarla? Fuera cual fuera el resultado, estaba dispuesta a aceptarlo con valor, en realidad, necesitaba desesperadamente la aprobación o el rechazo de otra mantis, para no seguir vagando en un limbo de inseguridad.
Tocó la puerta y mientras esperaba a que la atendieran la debilidad de su cuerpo se hizo presente con tal fuerza que cuando Sharpy abrió la puerta, tuvo que recibir en sus brazos a Orquídea que colapsó en ese mismo lugar.
La editora la atendió como mejor pudo sin saber muy bien qué tenía, aunque su problema era más que evidente, la hinchazon de su cola delataba su estado y lo opaco de su caparazón la falta de comida. La tendió en el sofá de su sala de estar y le administró un poco de miel con agua, nada mejor para dar energía que una bomba de azúcar y dulzor. Su plan dio buenos resultados pues Orquídea no tardó en reaccionar.
—Orquídea ¿Estás bien? ¿Hola?
—Sharpy... Yo... Lo siento —estalló en llanto en ese mismo instante—. Lo siento, lo siento... No quise...
—Shhhh, ya tranquila, todo está bien, aquí estoy, toma un poco más de agua dulce, la necesitas.
—Pero.... Yo... Ug —Sharpy no la dejó hablar y le metió la botella con agua miel en la boca, no tuvo más opción que tragar— Esa cosa sabe bien.
—Claro, es miel. Mira, tengo ensalada y algo de carne con pan ¿Qué te apetece probar primero?
—Nada, yo no me siento con ánimos para comer, yo... He hecho algo terrible yo... Ug —Neuevamente Sharpy la ignoró le metió un pan con carne en la boca.
—Perdón si no tengo algo más elaborado pero no me dio tiempo de preparar mucho, le puedo poner salsa de champiñones si quieres, o salsa picante, aunque quizás esa no te guste mucho.
Obligada por sharpy Orquídea se tuvo que comer el pan, cuando finalmente terminó creyó que podría hablar, pero la hembra rápidamente le metió un bocado de ensalada sin preguntar nada.
—Come y no hables, las hembras en gestación necesitan alimentarse bien, esos retoños requieren todos los nutrientes posibles para ser sanos.
—¿Ya sabes de mi estado? —Preguntó en cuanto pudo.
—Claro, es demasiado obvio —Suspiró con tristeza— Seguro has pasado por momentos horribles, estar así de sola en un momento así... —Sus garras sujetaron con tal fuerza el vaso donde estaba sirviendo un poco de aguamiel para ella que este se trizó— ¿Quién es el padre?
—Hollow —Nuevamente las lágrimas se abrieron paso en su rostro.
—¡Maldición! —Tiró el vaso al suelo y este se rompió con un estruendo— ¡Cómo pudo! ¡Jamás creí que sería esa clase de persona! Abandonar a una hembra embarazada... ¡Maldito bastardo!
—¿Qué? ¡No! Él no ha hecho eso.
—¿Entonces por qué estás aquí en semejante estado? Si pareciera que no has comido en días.
—No he querido comer realmente...
—¿Por qué?
—Mis hijos serán mestizos... —Estaba algo extrañada de que Sharpy estuviera más enfada por la idea de que Hollow la abandonara que porque tuviera hijos con él.
—¿Y?
—Voy a tener mestizos.
—¿Y? No entiendo el problema.
—¡Mestizos! ¡Horribles mestizos!
—Oh vamos, Hollow es guapo y si bien tú no eres una belleza de revista no estás nada mal, seguro que podrías seducir con facilidad a unos cuantos machos. Si alguno sale feo, bueno, es mala suerte, pero tampoco es lo peor del mundo.
—No estoy hablando de belleza Sharpy —Suspiró con desgano— Ninguna mantis quiere tener hijos mestizos, mezclar su sangre con la de otra especie solo produciría monstruos, quizás bestias incompatibles con la vida, o criaturas débiles o muy dependientes y...
—Ay Orquídea ¿Ese es todo el problema? ¿Sólo por eso estás arriesgando tu vida y la de tus crías? Cabeza hueca, deja de pensar en esas cosas, tendrás niños sanos y fuertes.
—Pero...
—Cállate y come más pan. Esto es increíble, tanto alboroto solo por tener mestizos.
La mantis bufó y fue a limpiar los restos del vaso roto, durante todo ese tiempo se mantuvo refunfuñando y cuando terminó, caminó hacia un taburete que estaba junto a un lienzo en blanco, antes de que Orquídea llegara estaba a punto de empezar a pintar un cuadro.
—¿Y eso?
—Es mi pasatiempo, no me puedo quedar quieta sin hacer nada. Suelo tener mi horario ocupado entre el trabajo, salidas con amigos y el entrenamiento, pero aún así me doy el tiempo para pintar algo de vez en cuando, a veces uno necesita una actividad más calmada.
Sharpy tomó su pincel y miró el lienzo en blanco pensando con qué llenarlo, luego de la irrupción de Orquídea había perdido toda la inspiración y hasta había olvidado lo que quería pintar originalmente.
—Sharpy... ¿No estás enfada de que vaya a tener hijos con un bicho que no es una mantis?
—Estoy enfadada de que seas tan estúpida como para pensar que eso es algo malo.
—Una mantis debería odiar a los mestizos ¿Por qué tú no eres así?
—Pues... —Le dio la espalda, le daba vergüenza mirarla al dar su respuesta— Supongo que por tantas novelas románticas que he leído...
—¿Qué?
—Bueno, sé que la mayoría de esos libros son mentiras para soñar, amores idílicos que son irreales y no ocurren, pero algunas de ellas cuentan más que solo una fantasía, entregan un mensaje o algo más, algo que al menos te deja pensando o te hace considerar las cosas desde otro punto de vista. Yo he pensado mucho y no sólo libros de amor he leído, también leo artículos científicos, noticias, columnas de opinión y toda clase de cosas que puedan enriquecer mi intelecto. Y luego de leer tantas cosas y comparar opiniones y hechos, llegué a la conclusión de que la existencia de los mestizos no supone un problema para el mundo, así que podemos dejarlos en paz. Incluso si alguno fuera demasiado débil o incompatible con la vida, el mismo mundo se encargará de decidir su destino, solo hay que darles la oportunidad de demostrar lo que valen.
—Pero tu opinión es algo aislado, otras mantis...
—Ah si, eso no te lo niego —Una idea cruzó la mente de Sharpy, ya sabía qué pintar—. Muchas mantis no aceptarán a tus hijos, pero algunas sí lo harán. Tengo un amigo que tuvo hijos con una saltamontes, ambos viven en la comunidad mantis de Tierras verdes, han tenido algunos problemas por eso, sufren rechazo e indiferencia de algunos de sus vecinos, pero otros los aceptan sin problemas. Hay todo tipo de gente en el mundo y pues... No le puedes agradar a todos, pero todo está bien porque siempre encontrarás a alguien que te apoye, rodéate de esa gente todo funcionará. ¿Cómo lleva Hollow lo de los niños?
—Él quiere tenerlos... De hecho se volvió loco de furia cuando dije que quería romper los huevos, incluso dijo que estaba dispuesto a criarlos solo si era necesario.
—Oh por Wyrm... Orquídea, aférrate a ese chico y no lo sueltes, vale oro.
—Eh... No sé, su falta de sentido común me preocupa y es algo inmaduro.
—Bueno, es entendible, es bastante joven la verdad, casi es una lástima que se vuelva padre tan joven, no tuvo demasiado tiempo para disfrutar su libertad —Un golpe de culpa atacó a Orquídea, Sharpy lo notó de inmediato— No te lo tomes tan personal, solo el 50% de la responsabilidad es tuya.
—Creo que esto fue muy apresurado... Quizás no debimos...
—Quizás, pero ya está hecho, solo queda asumir la responsabilidad y seguir adelante. De todos modos, aún si todo esto ocurrió por accidente, no tiene por qué acabar mal, ustedes se quieren ¿Verdad?
—Él me quiere... Y creo que yo...
Rememoró su rostro, su sonrisa, sus gestos tiernos, su torpezas y aciertos, cada cosa bella que hizo por ella, los momentos que pasaron juntos explorando Hallownest, su figura varonil y fiera cuando luchaba, el poder que desplegó cuando la defendió del cazador, las lágrimas que derramó cuando creyó que la perdía, la ternura con que la acariciaba y la pasión con la que la tomó cuando finalmente lo hicieron...
—... Yo lo amo.
—Bien, eso es lo primero. Lo segundo es tener el valor y la determinación de permanecer junto a él, porque por mucho que lo quieras, te hará enfadar más de una vez y seguro que montones de veces se te pasará por la cabeza terminar con él, por mucho que lo quieras, las relaciones no resultan sin tolerancia, comunicación y valor. Nunca es fácil, solo en los libros las cosas se dan como algo perfecto y sin problemas, pero si ninguno de los dos se descuida o se rinde, seguro podrán permanecer mucho tiempo juntos.
—Gracias Sharpy —Orquídea gimoteaba mientras se comía el último de los panes con carne, y ya estaba mirando la ensalada con ojos codiciosos.
—¿Y cómo crees que sean tus niños?
—Ug... Está bien que ya no me parezca tan terrible la idea de que alguno sea mestizo, pero tampoco quiero pensar en su aspecto.
—Pues yo creo que puede salir algo bonito. Que tal.... Un chico que sea casi completamente mantis, que tenga sus garritas, sus antenas, pero también cuernos, sí, podría tener tres cuernos que apunten hacia atrás —dio un par de pinceladas con fuerza en su lienzo— Su color favorito será el verde y le gustará la ropa gruesa —Se alejó un momento para contemplar su obra y soltó una risilla— Sí, me encanta. Ahora... Podrías tener quizás una niña algo más parecida a su padre con dos cuernitos a los lados de su cabeza, pero con colita de mantis, aunque no tan mantis porque no tendría garras, sí, me gusta me gusta, una chica elegante y tranquila, un encanto.
De pronto Orquídea se sentía tentada de ir a ver el la obra de sharpy pero primero se terminaría la ensalada.
—Podría nacer un tercer mestizo también, uno sin antenas pero con cuatro cuernitos, de gustos algo estrafalarios, con garras enormes y fuertes, un chico guapo y encantador que todas las chicas querrán aunque sea un mestizo, sería muy interesante... —Dio una pinceladas más y contempló su obra pensativa— Pero no todos tienen que ser mestizos, podrías tener uno más parecido a su padre, ¿Pero con más cuernos quizás? Sí, los cuernos son bonitos, podría tener muchos muchos cuernos, así como formando una corona... Um.... ¡Perfecto! Mira esto Orquídea.
dibujo hecho por HermolerZB
La mantis observó el cuadro maravillada, había retratado de forma muy creativa y bonita lo que podrían ser los mestizos de mantis e hijo de las sombras y debía admitir que le gustaba mucho el resultado.
—¿Qué te parece? ¿No te gustaría tener un niño como alguno de estos?
—La verdad... Es que son muy bonitos... Pintas muy bien.
—Claro, tomé clases con el mismísimo maestro Sheo y según él soy de sus mejores alumnas —Habló con absoluto orgullo. —Y bueno ¿Ya te sientes mejor?
—Sí, bastante, gracias Sharpy.
—No es nada, es un placer ayudar a una compañera de especie, si necesitas algo más házmelo saber y si Hollow se aburre de ti y decide abandonarte a ti y a las crías avísame, le daré una paliza que no olvidará. Está bien si ya no quiere ser más tu pareja pero los niños son otra historia.
—Por eso no te preocupes, se ve muy involucrado en esto de ser padre, además, Big no lo dejaría abandonarnos, sobre todo considerando que ya decidió que una de estas crías será el próximo heredero de Hallownest.
Sharpy se quedó en silencio unos momentos tratando de asimilar lo que acababa de oir.
—El he-here-heredero... ¡¿El heredero de Hallownest?! ¿O se aque tus crías serán príncipes y princesas? ¡Oh por Wyrm! Acabo de atender a la madre de la familia real ¡Eso es todo un honor!
—¿Sharpy?
—Vamos Orquídea, es hora de que te vayas a casa, lo que llevas dentro es una carga muy preciosa y debe ser protegida a toda costa. Vamos vamos, andando.
Al final Sharpy la acompañó hasta la ciervo estación para asegurarse de que estuviera a salvo, de ahí hasta el castillo aunque el camino era extenso, no había nada peligroso de qué ocuparse, incluso en este punto ya ni siquiera se molestó en ocultar su identidad, caminó a rostro descubierto por los terrenos del palacio dejando que los guardias la vieran y alertaran de su presencia.
Gracias a esto, cuando finalmente llegó a la puerta del palacio Big y Hollow estaban ahí esperándola con rostros de preocupación, no le dijo a nadie a donde iba ni cuándo volvería, por lo que tenían razones para estar alterados.
En cuanto la vieron llegar sana y salva suspiraron de alivio y corrieron a abrazarla.
—¡Orquídea! —Gritaron al unísono.
—Ahhh
—Nos tenías tan preocupados, creímos que te habías ido a morir por ahí —sollozó Hollow.
—Estábamos desesperados buscándote ¡No nos vuelvas a hacer esto! Quiero decir, está bien si quieres salir ¡Pero avísanos por favor!
—Lo siento... No quise preocuparlos, solo fui a ver a una amiga, necesitaba hablar con alguien...
—Está bien, está bien, si hablar con tu amiga te hace sentir mejor, nos alegra —Hollow la abrazó más fuerte y restregó su rostro contra su mejilla con ternura— ¿A dónde fuiste? Llevabas varios días sin comer bien, supongo que no te sobre esforzaste y fuiste muy lejos ¿Verdad?
—Más o menos, fui a ver a Sharpy en Ciudad de las Lágrimas.
—Eso es lejos —La expresión de Big era grave— ¿No te pasó nada por el camino?
Orquídea no quiso preocuparlos al decirles que se había desmallado al llegar, prefirió mentir.
—Todo bien, comí algo allá y ya me siento mejor, Sharpy me atendió muy bien.
—¿Comiste? —Preguntó Hollow sorprendido— ¿Cuánto comiste?
—Eh... 6 panes con carne una fuente completa de ensalada y una botella de aguamiel.
Ambos machos se quedaron perplejos con su declaración.
—Vaya... Supongo que luego de eso ya no tienes hambre...
—Eh... Bueno, camino hasta aquí me dio un poco de hambre —le avegonzaba decirlo—. Me preguntaba si podría tomar un pequeño refrigerio antes de dormir... Aunque es tarde, no quisiera molestar...
—Oh no, no es molestia —la interrumpió Big—. La doctora dijo que debías comer todo lo que quisieras, así que si tienes hambre tendrás que comer.
—Vamos Orquídea, cenaremos juntos —le dijo Hollow.
La mantis suspiró complacida, no se había sentido así de feliz en mucho tiempo, era tan hermoso saberse querida, adoraba a su nueva familia.
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Algunos días después cuando Sharpy volvía a su departamento luego de un arduo día de trabajo, se encontró con un enorme ramo de flores y una caja de mercaería esperando por ella. Con sorpresa recibió los regalos y cuando leyó la tarjeta una sonrisa se dibujó en su rostro.
"Gracias por cuidar y animar a Orquídea, has sido de gran ayuda, por favor acepta este obsequio.
Atte. Big, rey de Corazón de Hallownest"
Sharpy estaba feliz de que su rey fuera una persona tan considerada y atenta.
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Bueno, ahora sí finalmente podemos decir que el corazón de Orquídea está sano, ahora solo le queda comer mucho y esperar a poner sus huevos. Ahora un dato interesante:
Las mantis son famosas porque las hembras se comen la cabeza del macho durante la cópula, pero tras investigar un poco más a fondo, esto solo ocurre en el 20% de los casos, cuando justamente la caza no está muy buena y la hembra necesita nutrientes para los huevos, incluso si ese año la caza está muy mala, se comerá al macho sin que este logre fertilizarla, porque poner huevos sería riesgoso.
Y ya llevo un rato olvidando subir esto. Este fanart de mi querido bocadillo me lo hicieron llegar por instagram y es de la usuaria lismar.marquez00
Quizás no les agrade mucho pero yo adoro a mi bola de pelos gruñona, diría que es de mis OC favoritos. Gracias por dibujarlo Lismar!
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