Cambio sin retorno
Un dolor general recorría el caparazón de Hollow, uno tan intenso que no se parecía a nada que recordara haber sentido. Ni siquiera luego de trabajar o entrenar hasta su límite sintió tal agotamiento ¿Qué le ocurría? ¿Habría enfermado? Eso sería muy raro, los contenedores no enfermaban.
—(¿Hollow? ¿Estás bien?) —Preguntó Green en cuanto notó que su hermano recuperaba el conocimiento.
—(Al fin despiertas, estabas muy inquieto y ruidoso, ya estábamos a punto de llamar a Big) —Agregó Lumis.
Ambos contenedores habían estado cuidando de Hollow desde que lo escucharon gritar durante el sueño y en su deseo de ayudarlo intentaron despertarlo de todas las formas posibles con resultados infructuosos, por eso ahora suspiraban de alivio al verlo despierto. El caballero notó lo preocupados que estaban y no quería alterarlos más mencionando que le dolía todo, así que optó por dar un mensaje más tranquilizador.
—No se preocupen, estoy perfectamente.... ¿Eh?
¿Acaso sus sentidos lo engañaban o había escuchado su voz? Y no solo eso, percibía la vibración del sonido en su garganta.
—Ah.. Ah... ¿AAAAAHHH?
—(Green ¿Escuchas lo que yo escucho?)
—(¡Lo escucho! Hollow habló fuerte ¿No te duele la garganta?)
—N-no... De hecho... Se siente muy natural, no me cuesta hablar ni nada... ¿Acaso el señor de las sombras me regaló una voz como a Big?
—(No sé, creo que el cambio abarca mucho más que solo la voz, hay algo en ti que luce diferente) —Lumis se acomodó sus lentes falsos para darse aires de intelectual— (¿Te molesta si te revisamos un poco?).
Hollow asintió algo inseguro y tenía sus razones, tal como la mayoría de los contenedores, Lumis y Green eran muy entusiastas y en cuanto los autorizaron, se arrojaron encima de él para ver que cosa nueva pillaban. Bastó nada más un toque para notar el cambio. Hollow chilló y se alejó de ellos cubriéndose con su capa y ellos se quedaron estupefactos ante la situación.
—(Tu piel... Ya no es la misma...) —dijo Green.
—(Es dura... Como la de un insecto normal...) —Lumis notó la forma en la que Hollow se cubría y se preocupó —(¿Te hicimos daño?).
—No realmente... Es solo que... Se sintió raro... Me puse nervioso y me dio risa... ¿Será esto lo que llaman cosquillas? Y ahora que lo pienso, todo se siente diferente.
Se recostó en la cama asegurándose de que la mayor parte de su cuerpo estuviera en contacto con las sábanas.
—¿Estás cosas siempre fueron así de agradables?
—(¿Supongo?) —Green se acercó a él y tomó su mano—. (Tu cuerpo ahora es más sensible, tu piel es más dura y tienes voz... ¿Por casualidad puedes sacarte la máscara?).
Hollow contuvo el aliento, comenzaba a entender por donde iban las sospechas de su hermano. Con nerviosismo se sentó y puso sus manos en su cuello buscando el punto donde terminaba la máscara para quitarla, pero no encontró nada, su cabeza estaba perfectamente unida a su cuerpo.
—No... Puedo...
—(¿Cómo que no puedes?) —Preguntó Lumis incrédulo— (¿Se atoró o algo?).
—No... Es más bien que... Esto no es una máscara, es mi cabeza, mi máscara está unida a mi cuerpo yo...
—(¡Eres un bicho de verdad!) —Exclamó Green emocionado— (¿Pero cómo pasó?).
—Quizás tenga que ver con el sueño que tuve anoche. El Señor de las Sombras dijo que yo era un regalo para una sierva suya y que algo iba a hacer conmigo, quizás se refería a esto, quiero decir, él es el único que puede realizar cambios de este tipo en nosotros.
—(Entonces... ¡Hollow es un bicho de verdad!)
Green se puso a bailar de la emoción mientras Lumis brincaba en su sitio, a decir verdad ellos parecían más emocionados que el mismo Hollow, quien estaba demasiado impactado para hacer cualquier cosa, ni siquiera sabía como afrontar su nueva condición, a él nunca le molestó ser una sombra.
—(¡Un momento!) —Exclamó Lumis, Green detuvo su baile ante su actitud seria— (Si ahora Hollow es un bicho normal, debe tener un género definido ¿Cierto?)
—(¡Es verdad! ¿Qué eres Hollow?)
Con toda la conmoción su género era la última de sus preocupaciones, pero era algo importante, era necesario saber qué era. Sus hermanos lo miraban expectantes esperando su respuesta y no sabía como decir que no sabía lo que era, necesitaba revisarse, pero no lo iba a hacer en público, al parecer su transformación incluía la adquisición del sentimiento de pudor. Así que les dijo que iba a verificar su género y se dirigió hacia el enorme closet de la habitación que los tres compartían.
El closet era muy espacioso, casi como una pequeña habitación, hasta tenía iluminación propia. Allí con cuidado procedió a revisarse, primero tocando cada parte de su cuerpo, desde sus patas hasta la cabeza, no se acostumbraba del todo a lo tremendamente sensible que era su piel, pero era entendible, llevaba apenas un par de horas siendo un bicho normal. A su parecer estaba sano, ya iría al doctor después, ahora venía lo importante, averiguar si era un macho o una hembra.
No estaba muy enterado de como verificar su género, se había leído un par de libros de biología alguna vez y según ellos, sus genitales deberían estar ocultos en algún lugar en su entrepierna, así que empezó a tocar allí. Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo ante el primer toque, si la sensibilidad aumentada de su cuerpo ya era difícil de soportar, tocar ahí era una odisea, pero curiosamente no era una sensación desagradable, solo muy intensa.
Tomó aire y aguantó la respiración mientras seguía tocando. No tardó en descubrir que los roces en aquella zona podían provocar distintos efectos y que tocando de la forma correcta podía causar mucho placer. Soltó el aire contenido dejando escapar un gemido, inmediatamente se llevó la mano a la boca tratando de acallar su voz, le avergonzaba mucho que escucharan semejantes sonidos proviniendo de él.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaba en semejante situación? ¿Esto era correcto? ¿Por qué se sentía tan bien tocar allí? Repentinamente la mano que estaba en su zona íntima detectó algo que emergía y sus ojos se abrieron de la impresión.
—¡Ah!
Sus hermanos tocaron la puerta del closet preguntando si todo estaba bien.
—Sí... Creo... Algo salió de mí, es un... Órgano tubular alargado.
—(Un órgano tubular alargado) —Repitió Green.
—(Oh, vi eso en un libro de biología, debe ser un pene, los penes son alargados y tubulares)
—(¡Un pene! ¡Entonces Hollow es un macho! ¡Justo el género que quiere ser!)
Los dos contenedores golpearon la puerta instando a su hermano a que saliera de una vez para poder felicitarlo. Hollow no tenía muchas ganas de salir, por el se quedara encerrado en ese closet el resto del día, estaba nervioso, asustado y no tenía la más mínima idea de como funcionaba el órgano tubular alargado, este se había ocultado de nuevo en su cuerpo y no sabía porqué, supuso que respondía a su estrés, aunque lo agradecía, no le gustaba la idea de que alguien viera esa cosa.
Con el rostro encendido abrió la puerta lentamente y fue recibido por un par de entusiastas contenedores que lo abrazaron y felicitaron repetidamente, pero él solo quería llorar. Lumis fue el primero en notar su estado delicado.
—(¿Qué pasa Hollow?).
—Tengo miedo...
—(¿De qué).
—De este cambio, quiero decir, esto no es normal, ya no soy una sombra, ya no tengo sus habilidades, esta rara sensibilidad en mi piel me incomoda y esta cosa que tengo entre las piernas me confunde, y... Y... Si ya no soy un contenedor... ¿Entonces ya no soy su hermano?
—(¿De dónde sacas esas ideas ridículas) —Lumis lo regañó— (Claro que eres nuestro hermano ¡Siempre serás nuestro hermano! No importa si eres un bicho de verdad, o un contenedor, nos une un lazo irrompible)
—(Exacto, no porque seas un bicho normal las cosas van a cambiar, siempre te querremos, eres nuestro hermano)
—Chicos... Gracias.
Hollow abrazó a los contenedores soltando algunas lágrimas, el saberse aceptado lo tranquilizaba un poco, pero no hacía las cosas más fáciles.
—Y ahora... ¿Qué hago?
—(¿Qué quieres decir?)
—Lo que dije ¿Qué hago?
—(Lo que quieras, puedes ir a comer algo, o a bañarte... Cierto, estás castigado)
—(Yo opino que el castigo no debería correr) —dijo Green— (Esta es una situación especial, no todos los días te transformas en un bicho normal, Hollow debería tener permiso para salir y experimentar con su nuevo cuerpo).
—(Tienes razón, anda Hollow, sal un rato, nosotros le explicaremos todo a Big).
—Gracias pero... De verdad, no sé que podría hacer.
—(¿Cómo que no sabes qué hacer) —Green lo reprochó con la mirada— (Cuántos de nosotros no han soñado con un momento como este, con tener un cuerpo normal y la posibilidad de explorar todos los placeres que la vida tiene que ofrecer ¿Acaso no hay algo que siempre has deseado hacer? ¿Aquella maravilla que todo bicho experimenta alguna vez?)
—Te refieres a... ¿Eso?
—(Sí, a eso).
Tras meditarlo un momento le dio la razón a su hermano, era su momento, ya era un adulto y tenía todas las facultades para realizar todas las actividades de un bicho normal, así que salió del cuarto totalmente decidido a unirse al coro.
Hollow corría por los pasillos repleto de emoción, o más bien de nerviosismo, no sabía como sentirse realmente, quizás debería estar feliz por el regalo del Señor de las Sombras, pero en cambio estaba angustiado, aterrado y confundido. No tardó en reducir su paso hasta detenerse, la verdad no sabía lo que estaba haciendo, miró sus pies y el resto de su cuerpo, a simple vista parecía el mismo de siempre, pero todo era muy diferente, ahora tenía voz y no era una sombra, jamás volvería a flotar por ahí, comer se volvería una necesidad de subsistencia y los ataques físicos podían matarlo.
Además de tener una voz no le veía otras ventajas a ser un bicho de verdad y la sensibilidad aumentada de su cuerpo lo estaba volviendo loco. Una sensación húmeda lo hizo llevar una de sus manos al rostro, entonces notó que estaba llorando y sus lágrimas eran tan cristalinas como el agua, en cierta forma era algo bonito, pero eso no mejoraba las cosas, necesitaba un abrazo urgentemente ¿Cómo se sentirían los abrazos ahora?
Estaba a punto de partir en busca de Ogrim o de Big cuando frente a él apareció una criatura tétrica y silenciosa, por estar concentrado en sus pensamientos se asustó cuando lo vio y quedó impresionado por la sensación de tener un corazón latiendo en el pecho, pero se repuso pronto e interrogó al misterioso visitante.
—Eres tú... ¿Le pasó algo a Alone?
Como siempre cuando trataba con los habitantes de Tierras de Reposo no se molestaba en saludar, por supuesto el contenedor no mostró molestia alguna, aunque si una ínfima sorpresa al escuchar la voz de su hermano, pero no le dio mayor importancia, se acercó a él y se limitó a entregar un mensaje tan corto como confuso.
—(Está en Tierras de Reposo).
—¿Quién está en Tierras de reposo? —No estaba de humor para jugar al detective tratando de adivinar qué querían decir.
—(La mantis).
Orquídea, con toda la conmoción se había olvidado por completo de ella. Se reprendió mentalmente por esto, sería un pésimo novio si era capaz de dejarla de lado con tal facilidad. Agradeció a su hermano con una reverencia silenciosa y se dio la vuelta.
Su crisis existencial podía esperar, la vida de una mantis inocente peligraba, debía encontrarla antes que los guardias de Big y ponerla a salvo, convencerla de que no eran monstruos y luego hablar con el rey para que la perdonara, todo eso no sonaba nada fácil pero al menos debía intentarlo, aunque no sabía como haría que ella lo escuchara si pensaba que era un monstruo y no le daba tiempo de escribir...
En ese instante se dio cuenta de su situación, quizás este cambio no era tan malo, podría obligar a Orquídea a escucharlo, le gritaría lo que quería decir y todo se arreglaría, quizás incluso al saber que era un bicho normal finalmente lo aceptaría y podrían volverse pareja y tener hijos... La verdad lo último no le gustaba para nada, pero ella estaba decidida a tenerlos y prefería que fueran suyos antes que de otro, al menos le quedaba el consuelo de que no los quería pronto, tendría tiempo de hacerse a la idea, o quizás incluso cambiara de opinión, la vida y la gente eran impredecibles.
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En la cima de los campos santos, Orquídea se despertaba luego de un sueño intranquilo, no teniendo otro lugar donde resguardarse se había hospedado en la casa de la vidente, las sombras del lugar la habían instado a esto, incluso dejándole algo de comida en el lugar, no era la mejor ni la más sabrosa pero aceptó al ofrenda agradecida.
Cuánto lamentaba Orquídea haber dicho que eran unos monstruos, eran los seres más encantadores que había conocido y no había ninguna razón para temerles, hasta donde recordaba jamás había sabido que alguno de ellos atacaran a alguien sin razón, quizás Big era la única excepción pero él solo quería proteger a su familia y tenía miedo, claro, la suya no era la mejor reacción pero no estaba segura de si ella en su situación lo habría hecho mejor.
Ahora que estaba despierta y descansada nuevamente se reunía con su soledad y sus dramas ¿Qué hacer ahora? Seguía tan perdida como el día anterior.
Barajando sus posibilidades su única opción era abandonar Hallownest, salir a la superficie y vagar por los territorios amplios y peligrosos a merced de murciélagos y ratas. Un escalofrío le recorrió la espalda al pensar en eso, pero debía ser valiente y enfrentar sus miedos, estaba a punto de emprender el mayor viaje que cualquier mantis de su tribu hubiera hecho jamás. Por otro lado, antes de siquiera poner un pie en Bocasucia, debía llegar hasta allá y eso ya era todo un logro.
No tenía geo suficiente para pagar otro viaje en ciervocamino, tendría que hacer el recorrido a pie, pero una mantis tan alta y famosa como ella sería reconocida de inmediato, ya había sido protagonista de muchos rumores y artículos en las revistas. Per quizás no todo estuviera perdido, un disfraz apropiado podría ayudarla a pasar desapercibida, tal vez hasta la confundieran con un saltamontes o algo parecido y en ese cuarto había mucha tela que nadie estaba usando.
Se dispuso a descolgar algunas cortinas y decoraciones del lugar, su antigua dueña en verdad amaba aquel estilo tan particular, con toda la tela que tenía fácilmente podría hacerse un guardarropa completo, pero solo necesitaba una tenida así que tomó lo necesario para empezar a trabajar.
Ella no era una raña, no sabía tejer ni coser, por lo tanto lo que fuera a hacer no quedaría muy bien, pero eso no importaba, aún si debía vestir como pordiosera, lo haría con tal de sobrevivir. Cortó algunas tiras de tela con sus garras para amarrar y ajustar la capa que se estaba confeccionando, otra tira más corta la emplearía en la capucha, el resultado sería bastante tosco, pero la idea era quedar cubierta.
Luego de un rato trabajando ya estaba casi lista con su nueva vestimenta, solo le quedaba probarla en ella misma, pero su tiempo justo se agotó. Percibió el sonido de alguien acercándose, inmediatamente se puso en alerta y aferró su tela con miedo, deseó con todo su ser que fuera alguna de las sombras del cementerio, su respiración casi se detuvo en la medida que los pasos se acercaban, su mente se puso en blanco y tembló expectante sobre lo que iba a ocurrir.
Gritó de terror cuando la cabeza de Hollow se asomó a través de la puerta y retrocedió hasta que su espalda chocó contra la pared.
—Orquídea, cálmate —Le gritó Hollow.
—No... No me hagas daño.... No quiero morir —Chilló la mantis dejando caer lágrimas.
—No te haré daño, tranquila —el caballero se acercó cautelosamente, pero aquello la alteró más.
—¡No te acerques!
—Tranquila, calma, de verdad no te haré daño.
—No... ¡No me engañarás!
La mantis desesperada agarró su ropa y corrió hacia la salida con la esperanza de esquivar a Hollow y lograr escapar, pero el caballero fue más hábil, brincó sobre ella y la atrapó por la cintura. Ambos cayeron al suelo y la lucha se desató, Orquídea tratando por todos los medios de desprenderse del caballero y este buscando inmovilizarla para hacer que lo escuchara. El forcejeo fue constante y la desesperación palpable, cada uno haciendo uso de toda su fuerza e ingenio para lograr su objetivo. Si no fuera porque Orquídea estaba llorando y aterrada Hollow hasta podría haber considerado eso divertido, pero la situación era otra, este no era un juego, era algo de vida o muerte.
Finalmente optó por coger un par de trozos de tela de las que Orquídea llevaba consigo para amarrarla, no le gustaba tener que hacer eso, pero la situación era desesperada y la brutalidad necesaria. Esta vez usó una estrategia más agresiva, aplastórel pecho de la hembra con una rodilla obteniendo el control de la situación, el dolor que le causó la dejó paralizada, de todos modos tampoco estaba haciendo gran esfuerzo, Orquídea en ningún momento lo atacó con sus garras, no quería romper su máscara y hacer salir su sombra, tenía miedo de ver eso otra vez, ahora solo aspiraba a escapar viva.
Para Hollow fue muy penoso tener que hacer todo eso, pero se repetía una y otra vez que era necesario, si quería protegerla necesitaba que lo escuchara. Finalmente tuvo a la mantis completamente inmovilizada, con sus garras detrás de su espalda y sus patas unidas por un trozo de tela, ya en este punto la Orquídea estaba resignada, solo lloraba en silencio esperando un golpe que acabara con su vida, al hijo de las sombras se le partió el corazón verla así.
—Orquídea... Cariño, no llores, no te haré nada.
La mantis mostró un atisbo de sorpresa, antes le pareció escuchar una voz masculina y juvenil, pero creyó que eran ideas suyas.
—Tú... ¿Hablas? Que... ¿Acaso es un truco o algo así?
—Ah... No es un truco, más bien es un milagro ¡El Señor de las Sombras me ha convertido en un insecto de verdad! Ahora podremos estar juntos.
Acarició el rostro de su amada con ternura pero ella rechazó el gesto.
—No me engañes con mentiras estúpidas, tú eres un mon... No, no eres un monstruo, solo eres un experimento fallido que no tiene la culpa de nada, pero que tampoco puede aspirar a ser como el resto de nosotros —esta vez le dedicó una expresión de lástima— Lo siento Hollow, no debí decir algo tan cruel.
—No te preocupes Orquídea, estabas asustada y todo esto es algo complicado de entender o de explicar, de hecho... Creo que ahora sabes más cosas...
—Alone me dio un libro que lo explica todo, ahora se su historia y los comprendo mejor, ese maldito gusano casquivano...
—Sí, gusano casquivano, jeje —hacía mucho que no escuchaba esa expresión y le traía mucha nostalgia.
—Bueno, de todos modos me alegro el haberme disculpado antes del final —nuevamente estalló en llanto— Gracias por todo Hollow, en cierta forma me alegra que seas la última persona que veo, hace este momento algo más soportable.
—Oye, esto casi parece una despedida...¡Oh no! ¡No me digas que estás enferma y te vas a morir!
En ese momento Orquídea lamentó mucho estar atada, porque tenía demasiadas ganas de golpearlo.
—¡No estúpido! Tú me vas a matar, para eso has venido ¿No es así? Para cumplir con las órdenes de tu hermano.
—Ah eso... No, no te voy a matar, no quiero hacerlo, en realidad estoy aquí para salvarte de Big.
—¿Eh? ¿Por qué?
—Porque te amo y porque creo en ti.
El color se le subió a las mejillas, ya había leído esa clase de mensajes en su pizarra, pero escucharlos de su propia boca se sentía distinto, la entonación de la voz lo hacía más intenso.
—Pero... Pero... ¿Vas a desobedecer a tu hermano por mí? Es tu rey.
—Lo sé, pero los reyes se equivocan a veces y necesitan de alguien que los haga entrar en razón, ese es mi trabajo. Big estaba asustado, demasiado, por eso quería matarte sin siquiera darte la posibilidad de entrar en razón, pero tal como yo creía lograste entender todo, ya no somos monstruos.
—Eh... Sí.
—Y supongo que no está en tus planes contar lo que somos ¿Cierto? —Ante esta última pregunta, la más importante de todas tomó una actitud inusualmente seria.
—No, mantendré el secreto a salvo.
Apenas escuchó su respuesta Hollow tomó a Orquídea, la abrazó y la besó. De la impresión la mantis no supo como reaccionar, tampoco es que pudiera hacer mucho estando atada, pero al menos podía decir que se sentía segura, los brazos del caballero la calmaban y le daban la sensación de protección, finalmente luego de bastante tiempo su angustia desaparecía y podía permitirse creer que todo estaría bien, mientras él estuviera de su lado nada malo le pasaría.
Profundizó el beso y voluntariamente se apegó contra él, su cola se movió instintivamente buscando atención y gimió de gusto cuando sintió la mano de su amante agarrarla firmemente, pero antes de que pasara cualquier otra cosa, Hollow la tomó de las hombros y la apartó de él.
El caballero respiraba agitado y su rostro estaba completamente encendido.
—Lo... Lo siento... Aún no me acostumbro a mi nuevo cuerpo... Esto... Es complicado.
Orquídea estaba admirada, nunca había visto a Hollow de esa manera, tan... Excitado, no podía evitar pensar en lo sensual que le parecía. Pero él trataba de mantenerse centrado en la situación y hacer lo correcto.
—Ahora... Volveremos al palacio, te pondré en un lugar seguro e iré a hablar con Big, lo haré entrar en razón y todo se arreglará, entonces podrás volver a... A... Orquídea... Por favor...
La mantis estaba encantada con la nueva condición de Hollow, siempre la frustróel hecho de que mientras ella tenía su cabeza hecha un desastre por su libido descontrolada, él iba por ahí sin sentir absolutamente nada teniendo una superioridad y control sobre ella, pero ahora era distinto, estaban iguales, ambos podían ser sobrepasados por los anhelos de sus cuerpos. Así que se dio el lujo de jugar con él besando su cuello y metiendo la cara bajo su capa.
Quizás todo esto podría parecer una actitud desvergonzada, pero ya estaba harta de todas las situaciones vergonzosas que la había hecho pasar sin enterarse y quería su venganza.
Todo aquello era una mezcla de sentimientos para Hollow, le fascinaba, le avergonzaba y le preocupaba, pero la cordura prevaleció y empujó a Orquídea lejos de él.
La falta de equilibrio debido a sus extremidades atadas hizo que cayera de forma brusca. Si bien la caída le dolió un poco, la satisfacción de finalmente haber avergonzado a Hollow era mayor, incluso tuvo el descaro de jactarse.
—No es fácil ser un bicho normal ¿Cierto? Mira que ponerse así por tan poca cosa, unos simples toquecitos son demasiado para ti ¿Cómo se siente estar a mi nivel ahora?.... ¿Hollow?
El bicho se cubría la boca y respiraba agitadamente, a la vez que la miraba de una forma muy especial, con pasión y deseo, se estremeció ante ello a la vez que un calor se asentaba en el centro de su cola. Bajó la vista hacia esa parte de su cuerpo temiendo por alguna reacción indecorosa y entonces notó con horror que la tela impregnada en Vervela se había caído, probablemente se soltó durante la pelea y su jugueteo con Hollow la hizo caer definitivamente.
Ahora estaba absolutamente inmovilizada a merced de un macho extremadamente sensual que la deseaba con desesperación, era un sueño y una pesadilla al mismo tiempo. Lo que pasó luego fue inevitable, y la verdad no se hubiera quejado de ello si no fuera por un pequeño detalle.
Aquel era su último día fértil de la temporada.
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No voy a escribir el detalle de lo que pasó luego de eso, pero en resumen Hollow entró, luego se sintió culpable por hacerle eso sin permiso y la amaba tanto que fue capaz de resistir el efecto de las feromonas y salir, pero Orquídea estaba tan excitada que le dijo que si no entraba de nuevo le arrancaba la cabeza. Así que fue consensuado que es lo importante.
El señor de las sombras se aseguró de que Hollow fuera particularmente compatible con las mantis, tanto para asegurar una buena vida matrimonial como porque le pareció divertido, ya saben como es él.
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