Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cuarto Idilio


Hola 💜

⠀⠀El rostro de JiMin giró, examinando cada pared que lo rodeaba, obsesionado por la expresión inusual que lo había recibido al nada más abrir los ojos. Increíble como nada, la lluvia se había detenido tan solo por un corto tiempo y había sido reemplazada por blancos copos de nieve que caían libremente, tiñendo las aceras de un fúnebre blanco que adornaba todo el panorama parisino.   

⠀⠀En su cabeza había una ligera molestia que, sin embargo, no fue suficiente para distraerlo del lugar en el que se encontraba. Sus fanales estaban tintineando atiborrados de fascinación.   

⠀⠀Lentamente se deshizo de la sábana que lo cubría y se permitió tocar el piso con los pies desnudos, dándose cuenta de que estaba familiarmente cálido. 

⠀⠀Dudoso, giró su cabeza y vio su teléfono; la única pertenencia que había llevado consigo. Tenía un aceptable 50% de batería, y por lo que pudo notar al desbloquearlo, también diversos mensajes de Azula y su esposo. 

⠀⠀A su lado, estaban sus lentes, descansando en la mesita de noche. Los tomó, y luego se los puso. 

⠀⠀Abrió primero el chat de su mejor amiga. 

⠀⠀» HOLAAAA 

⠀⠀» ¿Cómo te fue? 

⠀⠀» Dime que bien o le apuñalo un pie a tu esposo 

⠀⠀» ¿JiMin? 

⠀⠀» JiMiiiiin 

⠀⠀» ¿Hola? 

⠀⠀» No me golpees, pero estoy tan preocupada que llamé a Jaewook (te juro que me golpeé por hace eso) y me dijo que saliste de casa y no has vuelto, dice que también está preocupado 

⠀⠀» Ni siquiera fue despectivo conmigo 

⠀⠀» Sé que tiene que estarme mintiendo en algo, pero no contestas mis mensajes 

⠀⠀» Por favor responde a penas puedas 

⠀⠀El último mensaje había llegado a las tres de la mañana aproximadamente. JiMin suspiró, y lo siguiente que hizo fue revisar el chat de su marido. 

⠀⠀» Amor, vuelve a casa por favor. Necesitamos hablar. 

⠀⠀Ese había sido el primer mensaje enviado, horas después de que se fuera. Recién en la mañana había vuelto a hablarle 

⠀⠀» No pude retrasar el viaje a la sede de la empresa,   

⠀⠀» Sé que estarás enojado cuando leas esto 

⠀⠀» Pero también debes entender que hay cosas que son importantes y que tu actitud no estuvo bien 

⠀⠀» Compórtate como un adulto y regresa a la casa. Te enviaré la ubicación 

⠀⠀» [UBICACIÓN] 

⠀⠀Los mensajes hicieron a JiMin suspirar con cansancio. Siempre era lo mismo: JaeWook cometía algún error, y se las arreglaba para culpabilizarlo por enojarse. ¿Qué había sobre él, sobre sus sentimientos? No quería ver a su marido, aunque tarde o temprano sabía que debería regresar a él. 

⠀⠀Abrió el cajón de la mesita de noche, dejando el teléfono encima de la pila de bóxer cuidadosamente doblados. Luego lo cerró, dispuesto a olvidarse de él y de la vida que tenía por al menos unos días. 

⠀⠀Se acercó al enorme ventanal, extasiado por la preciosa vista que éste le brindaba, y notó algo de brillo a su lado. 

⠀⠀Fascinado, estiró su mano hasta tocar el jarrón con preciosas incrustaciones que brillaban sin necesidad de demasiada luz. Pero cuando su atención fue captada por un cuadro en la pared y se dio cuenta que todo estaba lleno de obras de arte, su sonrisa se borró. 

⠀⠀—¿Te gusta? —preguntó una voz ronca detrás suyo. 

⠀⠀JiMin saltó de la impresión, tropezándose con algo que había en el piso. Su tobillo adolorido le falló, y jadeó horrorizado al pensar en caer (su cuerpo era inusualmente sensible y delicado), sus ojos fueron cerrándose como reflejo, pero el golpe jamás llegó. 

⠀⠀Yacía tranquilamente envuelto en los brazos del hombre que ahora reconocía, era YoonGi. 

⠀⠀—¿Estás bien? —preguntó con preocupación.  

⠀⠀El bochorno adornó sus mejillas en un arrebol bastante notable que hizo sonreír al azabache. 

⠀⠀—¡Sí! —exclamó al instante, apartándose de él para poder sentarse en la cama un poco mareado. 

⠀⠀ —¿Te gustó esa pintura? 

⠀⠀—Uhm… no soy un gran amante del arte —se sinceró—. Más allá de la literatura, no se mucho. 

⠀⠀—Fue pintada en alla prima y gouache —mencionó distraído, acariciando la pintura—. Lo hizo mi madre. Amaba pintar. 

⠀⠀JiMin sonrió a medias. Así que era hijo de un artista. Tenía más sentido su forma peculiar de expresarse. 

⠀⠀—Es bonita. —YoonGi endureció su expresión por un micro segundo. 

⠀⠀—Lo es. 

⠀⠀—¿Pasa algo?  

⠀⠀—Supongo que no hay problema si te lo cuento. —Repasó la pintura con la mirada—. Mi madre amaba pintar, pero su principal problema era que no podía expresarse correctamente. Le frustraba que sus obras estuvieran “bien” y no “geniales”. 

⠀⠀—No todos entendemos el arte. Yo mismo no lo hago, y quizá muchos otros no entendieron el suyo. —Jugó con sus dedos, nervioso—. Lo importante debería ser lo que ella misma opina de sus obras —finalizó. Los ojos de YoonGi brillaron. 

⠀⠀—Hablas como alguien que definitivamente entiende de arte. —JiMin negó. 

⠀⠀—La pintura no es lo mío. —Se encogió de hombros—. Pero seguro que es lo tuyo. ¿Eres un artista? 

⠀⠀—Sí. 

⠀⠀—Y la exposición de ayer, era tuya. ¿Verdad? Por eso estabas cerca. 

⠀⠀—En realidad, era de mi mamá. Exponía sus cuadros, por primera vez, y quería estar presente. Sin embargo, la cancelaron por el mal clima. Era al aire libre. 

⠀⠀—¿Y no sabías? 

⠀⠀—No. No suelo usar el teléfono, normalmente lo tengo perdido, así que no me di cuenta —rio—. De hecho, me llamaste la atención porque te vi detenerte en frente de la galería y llorar. Pensé que era extraño. Me iba a acercar, pero te fuiste. 

⠀⠀—Sí… 

⠀⠀—Iba a irme a mi casa, pero empezó a llover más fuerte, así que me metí a un café para esperar a que escampara. Me llegó la noche, y decidí irme, pero te encontré en el camino.   

⠀⠀—Dios mío, que vergüenza —chilló. JiMin podía sentir como sus mejillas se coloreaban—. Lo siento. Es solo que estaba deprimido por otra cosa, y terminar ahí me hizo desmoronarme. 

⠀⠀—Pensé que era una señal, y debía acercarme a ti. Cuando te vi destrozado no pude evitar querer ayudarte. —Miró el mural—. Me recordaste a mi madre, a decir verdad. 

⠀⠀—¿A tu madre? 

⠀⠀—Sí. De joven, ella era hermosa, pero también solía estar triste muy a menudo. —Su voz, al igual que las facciones de su rostro, se tornaron amargas—. Tenía un matrimonio terrible, y una vida miserable. 

⠀⠀JiMin podía identificarse con eso. Sin embargo, no dijo nada al respecto, queriendo enterrar lo que era el motivo de sus lamentos. 

⠀⠀—¿Dormiste bien? —Cambió de tema YoonGi. 

⠀⠀—Sí, lo hice —concedió, retomando el hilo de la conversación. YoonGi se precipitó hasta él y acarició su rostro, pasando desde su cuello hasta su mejilla y finalmente su frente. 

⠀⠀—¿Cómo te sientes ahora? 

⠀⠀—Mejor que ayer. —YoonGi sonrió. 

⠀⠀—Me alegra —dijo—. Mamá también pintó las paredes. Usó colores armónicos que expresaban calma. Azul y violeta. Personalmente, la armonía cromática me causa una sensación de familiaridad y estabilidad que me consuela. Te traje aquí por eso. 

⠀⠀—Oh, ten por seguro que no es por los colores. Soy el menos indicado para distinguir lo que expresan, o cómo son —respondió endureciendo su mirada.   

⠀⠀—Lo pensé cuando vi que combinaste un pantalón rosa fosforescente con una camisa verde fosforescente, y esos zapatos.

⠀⠀El rostro de JiMin enrojeció. —Salí tan de prisa que no me fijé en lo que utilicé.

⠀⠀Por el tono del castaño, YoonGi pudo deducir que estaba molesto. Debido a eso, se ahorró el comentario que tenía pensado soltar y prefirió cambiar de tema.

⠀⠀—Me alegra que no te hayas despertado estando enfermo… 

⠀⠀—¿Por qué me enfermaría? Es muy cálido aquí. 

⠀⠀—Dormiste con la ropa mojada, por eso —explicó—. Te íbamos a cambiar, pero no queríamos tomar tal atrevimiento sin antes preguntarte. 

⠀⠀—Gracias —seguramente se hubiera sentido violentado en ese caso. 

⠀⠀—¿Deseas cambiarte? 

⠀⠀—Oh, me encantaría, pero… —vaciló y su mirada decayó—, si me voy pronto, no creo que... 

⠀⠀Por un momento, el silencio fue prolongado y entre ellos dos no hubo ningún otro tipo de comunicación, ambos estaban inmersos en sus pensamientos. JiMin realmente no quería regresar y toparse con su marido. 

⠀⠀—Dijiste que no tenías a donde ir —finalmente dijo YoonGi—. ¿Realmente deseas irte? 

⠀⠀—Yo… —no lo sé. 

⠀⠀Tenía miedo de tomar una decisión. 

⠀⠀Pero no lo dijo, y el silencio le dijo a YoonGi lo que necesitaba saber. 

⠀⠀—Jin ya debió de haber hecho el desayuno —habló de nuevo YoonGi—… si quieres quedarte más tiempo, puedes hacerlo. Ésta habitación está libre, y nadie te está echando.  

⠀⠀—¿A tu madre no le molesta? 

⠀⠀—Nunca traigo a nadie aquí. Eres la primera persona. Lo entendería —dijo—. Hay ropa en el armario —señaló levantándose, dirigiéndose a la puerta—. Estaremos abajo. Piénsalo. 

⠀⠀JiMin se quedó ahí, inmóvil, observando cómo desaparecía tras la puerta principal de la habitación en la que se encontraba, y se sentó desganado, sopesando sus opciones. Realmente no sabía qué hacer; era la primera vez en tanto tiempo que se sentía desolado. 

⠀⠀Por un lado, quería volver a los brazos del hombre que amaba y que éste le diera el cariño y la atención necesaria, pero se estaba tornando cansina la rutina, aquella que lo ponía a él por los suelos, pues siempre terminaba humillado al mendigar un poco de atención del hombre que se había casado con él.   

⠀⠀Por otro, solo quería desaparecer. Desaparecer, y deshacerse de Kim JiMin durante el mayor tiempo posible.   

⠀⠀Eran tiempos modernos. ¿Qué pensarían las personas al verlo a él en esa situación? Mordió sus labios y las lágrimas se precipitaron a sus ojos. No quería molestar a YoonGi tampoco, pero… 

«Deja de actuar como un niño», recordó. JaeWook pensaba que era una de sus “rabietas” y que volvería tan pronto se le pasase la rabia, pero ¿cómo podía una frustración de años desaparecer en un día?  Estaba cansado de no ser tomado en serio. Estaba cansado de fingir ser alguien que no era. 

⠀⠀Y estaba cansado de mendigar amor a un hombre que no lo merecía. 

⠀⠀[…] 

⠀⠀—¿Hace cuánto no venías por aquí? —preguntó Jin con una sonrisa—, te habías desaparecido por completo. 

⠀⠀—Estaba trabajando en una nueva colección de pinturas. Ya sabes cómo me pongo. Si venía aquí, me iba a frustrar por no poder avanzar con mi proyecto personal. Ya era suficiente. 

⠀⠀—¿Y cómo te fue con esa colección? 

⠀⠀—Aún no la termino. Por otro lado, la de mi madre fue cancelada a último minuto por la lluvia que se avecinaba. Está por terminar el invierno y al parecer estos días es el mismo pronóstico. —Miró por la ventana.

⠀⠀ Jin sabía que tenía razón. Últimamente había habido tormentas con bastante frecuencia. Incluso en ese momento, llovía.

⠀⠀ —No revisé mi teléfono y fui a la galería, y me agarró la lluvia. Fue entonces cuando me encontré con JiMin —continuó. 

⠀⠀—Tú y tu mala costumbre de nunca revisar tu teléfono. 

⠀⠀—El teléfono me distrae. Necesito trabajar.   

⠀⠀—Eres muy rígido. Tu madre era más relajada que tú —mencionó, dándole su plato con comida—. Aunque era igual de intensa que tú con la pintura. Siempre quiso hacer esa colección… ¿Cómo se llamaba? —Jin se alejó. 

⠀⠀—Jamais vu. Quería hacer una obra de arte jamás vista… —paró. Luego, no dijo nada más, quedándose quieto. Su expresión se arrugó, y Jin lo notó. 

⠀⠀Decidió no señalarlo, sabiendo que ese tema era algo complicado para YoonGi, pero conforme pasaba el tiempo se fue desesperando. Era algo más. YoonGi siempre se recomponía de inmediato cuando el tema salía a colación. 

⠀⠀—Mi niño —lo llamó desde el otro lado de la cocina—, ¿por qué tienes esa expresión en tu rostro? 

⠀⠀—No es nada —desvió YoonGi, mirando fijamente hacia la escalera del edificio, una vez más. 

⠀⠀—¡A mí no me mientes! —reprendió—, a penas has tocado tu comida, y tú siempre pareces un barril sin fondo. No has mirado ni el baguette, ni los croissants. 

⠀⠀Automáticamente, YoonGi cubrió su rostro con sus manos intentando rehuir de la mirada acusadora de aquel que representaba lo más parecido a un rol materno para él, y, sin embargo, no logró engañarlo. 

⠀⠀Audaz, Jin lo golpeó con el cucharón, aprovechando que no había clientes en el local debido a que esa mañana no habían abierto gracias al exagerado mal tiempo. Los clientes habían llamado para correr sus reservaciones a horas de la tarde y otros, para cancelar. 

⠀⠀—¡Auch! 

⠀⠀—No dejas de mirar a las escaleras —indicó. Una idea cruzó por su mente como un destello—. Dime la verdad —exigió—, tienes interés en ese muchacho, ¿no es así? 

⠀⠀—Sí. No quiero que se vaya —aceptó—, ayer por fin me animé a pintar. Aquí. 

⠀⠀Jin abrió la boca debido a la impresión y luego la cerró, repitiendo esta acción varias veces en señal de que, en definitiva, no sabía cómo responder ante tal declaración. El rostro de YoonGi por otro lado no mostraba la felicidad típica de un artista que por fin supera un bloqueo y se prepara para realizar nuevas obras, por lo que intrigado preguntó: 

⠀⠀—¿Por fin pudiste continuar tu Jamais Vu? 

⠀⠀La respuesta no tardó en llegar. —No. 

⠀⠀—¿Entonces? —Abrió los ojos, sorprendido. 

⠀⠀—Pinté algo abstracto, un rostro. Finalmente, me frustré porque no podía captar la esencia deseada, y aunque no lo destrocé, no hice lo que quería.  

⠀⠀—Pero eso es bueno, ¿no? Al menos lo podrás añadir a una exposición. 

⠀⠀—El peor castigo de un artista es tener que exhibir un arte que no le satisface. 

⠀⠀Hubo un silencio. Luego continuó: 

⠀⠀—Hice un cuadro, pero eso es todo —dijo, endureciendo su expresión conforme continuaba explicando—. No quiero pintar algo porque sí. No quiero hacer algo plano. Quiero mi toque anterior, explotar a ese artista que podía expresar sentimientos e historias con unos cuantos trazos. He perdido mi inspiración y necesito una musa, él podría ser mi musa. 

⠀⠀—Te vas a interesar en ese chico —sentenció, y antes de que su menor pudiera rebatirlo, los sonidos de pisadas invadieron sus oídos, orillándolos a comprobar de dónde venía aquel ruido. 

⠀⠀Era JiMin, luciendo absolutamente más maravilloso de lo que nunca lo había hecho. Por supuesto, YoonGi no podía saberlo, pero él se sentía exactamente así. 

⠀⠀La ropa que había elegido, si bien era sencilla, le quedaba perfecta; pantalones de cuero negro pegados a sus piernas y una camiseta del mismo color que lucía preciosamente su anatomía.   

⠀⠀Hasta ese momento, el menor jamás lo había visto en otras fachas que no fueran las deprimentes ropas empapadas en agua de lluvia y tristeza. Aunque sus ojos permanecían hinchados y los vestigios de su aflicción adornaban su rostro, YoonGi sintió sus manos picar. 

⠀⠀Él quería pintar. 

⠀⠀—¿Me veo bien? —inquirió nervioso después del largo silencio de los dos en frente suyo, esbozando una sonrisa tímida. 

⠀⠀—Te ves… 

⠀⠀—¡Luces precioso! —exclamó Jin—, y también luces hambriento. ¿Cuándo fue la última vez que te alimentaste bien? Estás tan pálido y flaco, Dios mío. 

⠀⠀—¿E-Eh? —Ante su evidente confusión, YoonGi se rio. 

⠀⠀—Mes excuses, Monsieur —dijo con un acento francés tan fluido y natural que capturó a JiMin inmediatamente—. Jin es muy efusivo y tiene una gran boc… ¡Auch!  

⠀⠀Esta vez, JiMin sonrió, a pesar de que fue casi imperceptible. 

⠀⠀—Hablar de las personas en frente de ellas está muy mal, ¿no te enseñaron eso? —comentó JiMin sin poder contenerse. 

⠀⠀—¡Prueba pegarles con un cucharón de madera en la cabeza! Siempre funciona. 

⠀⠀—¿Ahora ambos están en contra mío? —JiMin y Jin cruzaron miradas, evidentemente cómplices—. Esto es un complot. No me parece. 

⠀⠀—¡Ya basta! —Le dio otra vez con el cucharón—. Mejor come, que luego te andas quejando de que la comida está fría. 

⠀⠀Refunfuñando y definitivamente pareciendo un niño pequeño, YoonGi dio la primera mordida al croissant, deleitándose con el delicioso sabor tan solo instantes después. JiMin se sentó a su lado más animado. 

⠀⠀—¿Y tú qué quieres comer, cariño? 

⠀⠀JiMin dudó durante bastante tiempo, sin saber qué decir realmente. 

⠀⠀—Bueno… no he salido a comer aún, todo este tiempo he estado… —Cuando su voz se apagó, la mirada de Jin se suavizó, brindándole la calidez necesaria para no decaer de nuevo. 

⠀⠀—Entonces, ¿quieres elegir algo o prefieres que yo elija por ti? 

⠀⠀—Uhm… lo que come YoonGi se ve bien, si está bien, claro. 

⠀⠀Jin asintió tranquilamente y desapareció tras el mostrador, suponía en dirección a la cocina para traerle lo que había pedido, y se quedó en total soledad con el más alto sin saber qué movimiento hacer o cómo actuar.    

⠀⠀—¿Por qué tan nervioso, nene? —preguntó entonces YoonGi, bebiendo de su café. 

⠀⠀—Es solo que, uh… ustedes dos son muy amables conmigo ¿Por qué? 

⠀⠀De donde JiMin venía, nada se hacía por pura amabilidad. Por ende, se sentía inseguro. 

⠀⠀—¿Por qué no? —rebatió, tragando lo que había bebido. El movimiento de su manzana de Adán no pasó desapercibido para JiMin, quien se relamió los labios—. No tenemos ninguna razón para no ser amables contigo. 

⠀⠀JiMin dudó durante un largo espacio.

⠀⠀—¿Por qué tienes una respuesta para todo? —cuestionó a modo de queja, sin estar enojado realmente. 

⠀⠀—No es que tenga la respuesta para todo: es que no me has hecho una pregunta cuya respuesta desconozca. 

⠀⠀El azabache sintió la mirada de JiMin recorrerlo de arriba abajo con recelo, mas no hizo ningún comentario al respecto, dejándole examinarlo minuciosamente. 

⠀⠀JiMin estaba estupefacto. Jamás había conocido a alguien parecido a ese joven. 

⠀⠀—JiMin… —llamó YoonGi suavemente, recargando su rostro en el dorso de su mano. 

⠀⠀—¿Sí? 

⠀⠀YoonGi vaciló por un segundo. 

⠀⠀—Me gustaría pintarte.   

⠀⠀—Oh —murmuró, sintiéndose repentinamente incómodo y avergonzado. Acomodó sus gafas como signo de nerviosismo. 

⠀⠀—¿Qué dirías si…? 

⠀⠀—No —dictaminó con fuerza. YoonGi se sorprendió por la abrupta negación, pero antes de poder preguntar, Jin apareció por la puerta con la comida, interrumpiendo su conversación. 

⠀⠀—¡Toma, garçon!  

⠀⠀JiMin suspiró agradecido por ello, volteando a ver al pelirrosa. YoonGi en cambio lo observaba fijamente, pensativo. Mientras tanto, su rostro quemaba. 

⠀⠀Queriendo centrar su atención en otra cosa, miró hacia su plato. El estómago se le revolvió al ver la cantidad alarmante de alimentos, pero fue sutilmente chantajeado por la expresión ilusionada de Jin, que lo orilló a sonreír con un poco de dificultad. 

⠀⠀Tomó el primer mordisco no muy entusiasmado. Pero al probarlo, instantáneamente se le hizo agua la boca. El malestar desapareció. No había pensado que tenía tanta hambre hasta ese momento. 

⠀⠀—¡Te lo terminas todo! Debes subir de peso, Dios mío. Estás tan pálido, te ves como una frágil muñequita. Así que no quiero ver nada en tu plato cuando termines —dijo Jin. 

⠀⠀Antes que ofenderse, como respuesta le dio una sonrisa, ahora genuina. Siendo sincero, Jin, le recordaba un montón a la versión estándar de su madre: hogareña, servicial y siempre amable sin un motivo oculto de por medio. Ahora, se había comenzado a sentir cómodo. ⠀⠀ 

“El arte es para consolar a todos los que están rotos por la vida”. 
 —Vincent Van Gogh. 

 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro