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✾| treinta y tres

Abril Anderson

Desde que nací y desde que recuerdo, había una mujer que solía cuidarnos, a mamá como su hija y a nosotros como propios nietos. Al parecer también lo había hecho con nuestra madre. Por culpa de mi accidente, la perdida de memoria, hizo que algunos eventos se me borraran, me fastidia que me olvidara de ella, pero era mi Jasmine, mi abuelita Mine.

—Creo que jamás te cansarás de llamarme de esa forma.

Sonreí mostrando mis dientes. Era ella; realmente la tenía delante después de tanto tiempo. Los mejores recuerdos pienso que serían cuando me enojaba con ella por mili segundos cuando me llamaba 'mi pastelito', era horrible, me sentía muy grande para que me llamara de este modo, y mi brutal madurez de rudeza no permitía eso, llegó a un momento que me dijo que parecía que me convertiría en una rockstar, esa fue una idea mala que me dio, porque a los días, Peyton se quedó a dormir en casa y nos comportábamos como tales, nos castigaron por una semana y mi madre se molestó con Mine por darme ideas.

Sin darme cuenta estaba entre sus brazos, sentía su abrazo y con un beso en la frente incluido.

—Mencióname más —Me separé de ella, escuché como suspiró con alegría.

—Crecías exageradamente, tan rápido que si yo no fuese alta, me hubieses alcanzado. Ah, si te hablase de recuerdos o algo de ti, creo que te diría que eras tan apasionada con lo que hacías, cuándo suplicaste por entrar a ballet, a pesar de tu corta edad eras fenomenal —Tomó mi mano, me miraba como si así pudiera recordar todo—. Ese día que él niño Vernon, tu mejor amigo se fue a Corea, tú también querías ir con él, lloraste mucho, le suplicaste a tu madre que te dejara ir porque de esta manera los dos cumplirían su sueño, ahí la familia se dio cuenta de que te gustaba la música, el arte y todo eso, pensabas que era una debilidad porque tu madre te imponía ser una ejecutiva en su empresa.

—¿Mi sueño? No sabía que...—Era obvio que no lo sabría y que tampoco alguien me lo recordaría —No es nada, sigue Mine.

—Te encantaba el baile, eras tan buena en eso. Por otro lado, este local me lo dejó un tío, tú y con tus amigos, los llamaste para que pudieran ayudarme a remodelar, tú escogiste los colores y las formas que querías de fuera, sobre todo, la comida que debía preparar, me indicaste el menú a pesar de no saber como se preparara.

—Tenía buenos gustos, creo que no los he cambiado.

—No, pero cuando ibas a casa, odiabas los macarrones, pero amabas como yo los hacía, hasta que un día desapareciste y no había otra persona que los disfrutara como tú, hasta hoy —Acarició mi cabello, lucia nostálgica contando todo.

—Claro que si me encantaría tu comida, lo que no entiendo es como no me reconociste a la primera.

—Cuándo te miré entrar, te reconocí por tu manera de llorar, el labio inferior mostrando un puchero y la manera en la que pones tus cejas —Que feo concepto tienen de mí— Aparte, dudé si eras, ya que la última vez que te miré tenías 15 años, has cambiado tanto desde entonces; sonriente todo el tiempo, tu rostro dulce, ese brillo en tus ojos, tu cabello fino y resplandeciente, eras tan afable a simple vista, tenías tantas virtudes que faltaban dedos para contarlas, pero ahora luces todo lo contrario.

—Mine.

Al parecer alguien me conocía más que yo misma, o tal vez conocían a esa Abril que vivía con ellos, porque siento que habla de otra persona, yo me convertí en alguien más reservada, malhumorada, orgullosa, rebelde y sobre todo ilusa, ya que llego a creer todo lo que dicen.

—Tenemos en cuenta de que luces muy delgada ahora, y tu piel luce descuidada al igual se nota que no duermes bien. Cuándo me enteré de tu accidente, mi alma se desmoronó. Fui a buscarte al hospital, pero tu madre me prohibió verte, sobre todo se alejó de muchas amistades, la muerte de tu padre le dolió mucho, le afectó de una manera increíble. Yo entendí que no quería volver a saber nada de mí y regresé a mi pequeño restaurante.

—Y así fue como no me volviste a saber de mí —Ella asintió.

En verdad quería llorar no obstante, su apretón de mano y su cabeza negando, me hizo referencia de que estaba bien, de que no me preocupara por eso —Así que ahora eres toda una señorita enamorada y tu familia te miente.

—¿Tú sabes algo sobre eso?

—Nunca te he mentido, pero por lo que me has contado y porque los conozco, sé que mienten en todo. Si quieres un consejo, no les creas nada si ya sabes la verdad.

Las dos suspiramos al mismo tiempo para luego sonreír. Tratamos de olvidar las cosas tristes y apoderar nuestras mentes de recuerdos lindos, travesuras y más.

Después de tanto y de volver a tomar un refrigerio, me dio una bolsa llena de bocadillos. Era hora de irme, la abracé y le prometí de que volvería de nuevo, pero era obvio que me estarían buscando.

Mientras iba en camino, comencé a ver cada detalle de las cosas, de los grandes edificios, esos hoteles lujosos, los restaurantes, tantas veces que pasé por aquí, las innumerables veces que seguro pasé junto a mi padre.

Al parecer había llegado a casa, nada más abrir la puerta escuché voces que provenían del salón. Me adentré más, estaba a punto de subir las escaleras cuando los miré a todos ahí, preocupados esperando por mí.

—¡Hasta que por fin llegas! —Los miré de reojo mientras mordía la manzana que me había dado Mine antes de irme.

—¿Dónde te metiste? —No respondía solo decidí subir a mi habitación. Al escuchar que hablaban, me detuve en el inicio del pasillo.

—¿Creen que perdió la memoria de nuevo?

Así que quieren jugar a eso de nuevo, está bien. Entré a mi habitación. Acomodé algunas de mis cosas, me senté en la cama y estaba decidida a actuar lo más normal posible. Escuché los pasos acercarse, estaban aquí la manada de mentirosos.

—Hermanita, me alegra que hayas despertado —Entraron sin avisar.

—Oh, hermanos míos, no se preocupen, pero ¿por qué estoy tan delgada? —Ellos se miraron entre sí.

—Hija ¿no recuerdas nada?

—¿Recordar? ¿Cuándo regresé de Corea?

—¿Recuerdas lo ocurrido en corea?

—¡Oh si! Que fui a estudiar, pero ya me gradué, por cierto, y ¿mis papeles?

No sabían que hacer, seguro que esto no lo tenían previsto. Me levanté de la cama y quedé parada enfrente de ellos.

—¿Quieres que te digamos lo que ocurrió?

—No se preocupen, lo mismo del accidente de hace dos años, un desmayo, dormir algunos días, pero los efectos del accidente seguro se me pasarán pronto.

Suspiraron. Quería ver que más mencionaban, pero estaban parados analizando la situación, quería ver su siguiente paso, ¿Qué otra mentira podrían declarar? Cuándo Alex estaba a punto de hablar, unos pasos de alguien que corría venían rápido hasta nosotros. Escuché una pequeña respiración agitada, todos miramos hasta la puerta y ahí estaba ella.

—¡Lo sabía! La tía Abril ha despertado —Sonreí ampliamente, hice unos pequeños pasos hacia delante para poder abrazarla —Lo que me pone triste es que si estás aquí, no podremos ver a TaeTae.

Miré como todos estaban entrando en pánico, Harry hizo sonar sus dientes y quería acercarse a Ally, pero yo fui más rápida —¿Un amiguito tuyo? —Dije y ella asintió feliz.

Me volví a incorporar bien, los miré a todos y les dije que salieran de mi habitación, ya que quería ducharme.

No quería cenar, había quedado satisfecha con la comida que me dio Mine, aparte tengo algunos bocadillos, no tenía ganas de verlos. Pasé lo que quedaba de tarde tirada en mi cama, mirando aquel techo blanco, esas manchas ¿qué tenía pegado ahí? Creo que me gustaba mucho ver las estrellas, me pregunto por qué las habré quitado. Levanté mi cuerpo de la cama, me encontré con mi mamá, que recién había entrado.

—¿Qué deseas?

—Aquí está tu móvil —Me lo entregó—. Espero que descanses mi bebé —Me dio un beso en la frente y luego salió.

Al parecer me eliminaron todas las fotos que tenía junto a Taehyung y realmente me fastidió tanto. Tenía allí todos mis números los cuales también eliminaron, pero lo que no saben que los números también están grabados en mi cabeza. Antes, por el hambre que tenía no le puse mucha atención a la llamada que le hice a Tae, pero no se me ha olvidado ese incidente. Marqué su número, tal vez la llamada me saldría cara, pero valía la pena.

—¿Sí? —Era él. Pero ¿Qué le digo?... No sé... —¿Está alguien allí?

Sentí como mis lágrimas empezaron a salir, no podía hablar, quería, pero fue mejor colgarle. Retuve mis sentimientos por un momento, creo que lo mejor ahora sería llamarle a Dahyun y ponerla al tanto de todo.

*****

Ha pasado ya algunos días desde que desperté. He podido ir a ver a Mine en estos días.

Yo, el día que llamé a Dahyun, le conté que tenía un plan para salir de aquí; me pondría en contacto con un amigo, tal vez sería la clave para irme. Había escogido a James, sí, él que era un año mayor que nosotras en la universidad de Londres, después de ese día que me ayudó, hablábamos de vez en cuándo y me ofrecía ayudas.

Me puse en contacto con Olivia, ella tenía varios números de excompañeros y de grados superiores, pero el de James no, así que empecé a llamar a sus amigos, la única persona que me faltaba era su exnovia.

Después de insistir, Megan, su ex me lo dió. Ya lo tenía y no era demasiado tonta para perder el tiempo. Marqué el número y al primer intentó, la llamada fue recibida.

▪︎ James Macri ▪︎

—¿Sí?

Hola, James ¿eres tú?

¿Quién habla?

Soy Abril Anderson.

Mira nada más
¿Cómo has estado?

Bien, bien, pero dime
tú, ¿Cómo te va?

Me alegro por ti. En unos días
viajo a Canadá.

¿Te irás para vivir allí?

No lo tengo seguro.

No soy tan pretensiosa, pero debía ser directa, no tenía que perder más tiempo.

Dime lo que necesitas,
sabes que te ayudaré.

Le conté un poco por encima mi plan; que necesitaba que se hiciera pasar por un amigo cercano, que pudiese hacer que me contratasen en la empresa de su padre, para que así, decir que me iré a trabajar a Alemania.

Pero, tu familia sé
dará cuenta.

No, por qué si te traigo
unos días a casa les
caerás bien y no se
negarán.

Queda bien
porque iré a Canadá, pero
no a mudarme, sino que voy
por un trabajo.

Super genial.

Si quieres adelanto
el viaje a Canadá y luego hablo
con mi padre para que te contrate
y así decir que nos mande a Alemania,
pero en realidad, nos iremos a Corea.

¿De verdad?

No creí que en verdad me diría que sí. Por parte me siento culpable, no quiero que piense algo de mí, pero en verdad necesito ese favor y es tan amable.

—Claro, te ayudaré.
Eres como una hermanita.

—Eres tan genial.
Muchas gracias, te debo
una, no, mejor te debo 3.

Días después...

James ya estaba en New York. Como agradecimiento por su ayuda, dejé que se hospedara en un apartamento que me había dejado mi padre.

—Te quedarás aquí por los momentos sin intereses. Si quieres descansa hoy y mañana vamos a mi casa.

—Mejor hoy, así no pierdes tiempo.

Me sonrió. Lo dirigí a unas de las habitaciones, guardó su maleta y nos fuimos hacia la casa.

En el camino le dije que actuáramos normal, no tan sobreactuado. Al llegar, nos adentramos al salón, le hablé un par de veces a mi mamá, al verla me acerqué a ella junto con James.

—Hola mamá. Te presento a alguien; él fue un compañero en la universidad.

—¡Oh, pero que guapo!

—Mucho gusto señora Anderson, mi nombre es James —Mi madre parecía encantada con él.

—Hace unos días que está aquí y pues quiere ofrecerme un trabajo en donde él trabaja —Dije.

—Me parece de maravilla. Mira, tu búsqueda de empleo fue fácil.

Le iba a decir a mi madre que solo venía para presentarselo, pero alguien llegó a casa, el mentiroso número uno, Alex, mi hermano.

—Mira hijo, tu hermana trajo a un amigo que dice que la ayudara entrar a trabajar.

—Recuerdo haberte visto.

—Igual yo, mucho gusto.

Por culpa de este, el pobre James tuvo que quedarse hasta tarde hablando de cosas de 'chicos'.

Y así fueron algunos días, al parecer se estaban interesando mucho en él y yo ni al caso. Hablé con el padre de James y fue realmente agradable, empecé a hacer algunas cosas en la empresa, pero él sabía que exclusivamente era como una pasantía del momento, aunque James le contó la verdad.

Estaba en mi cama, estirada pensando en Taehyung, me pregunto en como estará, si estará comiendo bien, si pensará en mí.
Elevé mi mano hasta verla enfrente de mis ojos, vaya, estaba necesitada de que tomara mi mano con la suya, sentir esa calidez y que hundiera mi corazón de emoción cuando la besaba. No podía reflexionar bien porque mi madre no dejaba de hablar, me senté en la cama y la miré para que se callase, me había convencido; debía llamar a James para que viniese a cenar.

Esa misma noche...

—Y ¿cómo vas en la empresa?

Preguntó interesado Harry y todos nos miraban esperando una respuesta. En verdad quería comer tranquila, pero no sería el caso, no cuando James venía.

—Muy bien la verdad, y seguro que a Abril le irá genial —Sonreí.

Todo marchaba bien, llevaba dos semanas trabajando con James, él me recomendó que esperara a que cumpliera el mes para mencionar lo del viaje, pero yo no podía esperar más, he estado un mes sin ver a Taehyung, no podía estar otro, no.

Estaba discutiendo con James, de cuándo era el mejor momento de soltar la bomba y declarar que nos iríamos a Alemania, era claro.

—Declárale a tu madre muy normal que en dos días viajas a Alemania y que la empresa de mi padre allí es mucho mejor así que, no sabes cuánto tiempo te quedarás.

—Entonces, luego tú llegarás y dirás que lo mejor sería que yo me quedara algunos meses porque soy muy buena empleada a pesar de llevar dos semanas.

—Y listo. Arregla tus maletas, con casi toda tu ropa. Mañana vendré a recoger una de ellas para que no se den cuenta.

No ocurrió nada, porque mi madre aceptó absolutamente todo lo quería mencionamos, sin ningún tipo de objeción. Me sentíaa algo mal mintiendo, pero ellos hacen cosas peores, cosas que no merezco.

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Buenas, solo venía a decir que fue algo aburrido este capítulo, pero espero que el siguiente no lo sea.

Gracias por leer hasta este punto. Coman bien, tomen agua, ejerciten un poco, diviertanse.
Os quiero 🤍

~Jungherbst

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