✾| sp; sesenta y tres
Narrador Omnisciente
Las salidas estaban cerradas, nadie entraba, nadie salía, pero ojalá que esa familia supiera que en verdad alguien logró salir por la puerta trasera del Hospital.
Cuándo mencionó que fingir su muerte era la clave para escapar, proteger a su familia y atrapar al malo de la historia, ni el mismo creyó que fue capaz de hacerlo. Ahí, dentro ese coche negro, después de que le sacaran la bala de su hombro, se mentalizaba que no los vería dentro de un par de años, pero jamás dejaría de saber de ellos.
Pero, dentro del hospital, abundaba el abatimiento más profundo que una persona podría tener. Vanessa fue llevada a una sala al desmayarse, cuándo se enteró de que el hombre con quién ha estado toda una vida 'había fallecido'. Las cosas en el mundo ocurren por algo, algo que reprocharemos siempre por no entenderlas.
Desdichada, arrodillada y humillada, rezando al ser más divino para que todo fuese un sueño. Pegó su frente en el suelo, tomando su camisa con fuerza, tanto que sus uñas lastimaron la palma de su mano. Gritó, diferente a esa vez, que supo que el amor de su amado resultaba ser falso, no, esto era más inexpresivo, un llanto silencioso, un llanto del alma, alguien le había arrancado parte de su corazón sin anestesia.
Harry corrió hasta llegar, donde su casi inconsciente hermana, tomó su cuerpo, pero no reaccionaba. Su respiración era lenta y superficial, hiperventilando. Su reacción era diferente, su madre se desmayó al instante, pero Abril había estado pasando por situaciones de constante estrés, que generó un estado de shock emocional.
Una enfermera acudió hasta ellos. No importaba bien quién se acercara, nada ayudaría a calmar a Abril, a esa niña que no entendía nada, quién solo quería que su padre la abrazara y le dijera que todo estaría bien, quería volver a tener 5 años y no saber nada, que su alma viviera inocente al dolor punzante.
'¡Oh mundo, estúpido mundo, destino, tiempo, lo que sea, apiádate de mí!'
El doctor que atendió el caso de George llegó, alarmado. Y así como una bebé, tomó el cuerpo de Abril para dejarla de lado y darle palmadas a su espalda, ella se ahogaba.
—¡Háblale! —Dijo el doctor a Harry.
—Abril, mi niña, estoy aquí, estoy aquí. —Repitió tanta veces, apretando la mano de su pequeña niña que vio nacer, a la que era como su otra hija. No podía con la situación, enterarse de todo lo sucedido -Peyton se lo contó todo a él-, luego lo de George, era caer en un abismo una y otra vez.
Las lágrimas salieron, cayendo sobre el agarre y es que se sentía vulnerable, ese hombre que 'murió', siempre fue como un padre, antes de conocer al suyo, y podía entender a su niña.— Todo, todo está bien, por qué estoy aquí, mi vida, Abril, vamos, estaré siempre a tu lado hermanita.
Fugaces escenas compartiendo un lugar en las memorias de tantas personas que recordarían ese día como el más lúgubre, tan macabro que en el cielo se cubrió de nubes grises, disimulando la terrible escena.
Que importaba el mundo, que importaba si todo el hospital sentía lástima por esa familia, no importaba tampoco el hecho de que ese chico rasgaba con sus uñas la mesa, para sentir un poco de dolor, para sentir que seguía vivo a pesar de tener esa esposa en su mano.
—Nombre y edad nuevamente.
—Kim Taehyung, 20 años.
Bisbiseo. El hombre que yacía enfrente de él, verificó el nombre en la ficha que tenía en la mesa y miró de reojo la bolsa con el arma que disparó contra George.
—Entonces, Taehyung, ¿qué hacías en el punto de los hechos?
—Si mi abogado no está aquí, no hablaré.
Cerró los ojos por un segundo, suplicando que esta parte acabara de una vez, pero ese hombre impertinente no quería eso. Se levantó de su silla y rodeó la mesa para quedar al lado de Taehyung, viéndole retador por su respuesta.
—Estás ahogado —Dijo lentamente, cerca de su oído. Se sentó en la mesa y se cruzó de brazos— Antes de entrar a la sala, me avisaron que hace 5 horas se declaró la muerte de George Anderson, ¿no sientes pena aunque sea? La familia está mal, la viuda desmayada, la hija menor con un registro médico depresivo y en un estado de shock emocional, mientras que los otros dos están consolando a las mujeres asumiendo el rol de hombre. Es tu culpa, por tu culpa.
—No.
—¿No? —La acidez en su garganta bajaba a su estómago y las náuseas se estaban haciendo presente. Sabía bien que George ahora mismo estaba en un avión en camino a Finlandia según acordaron, custodiado por los militares, su notario seguía arreglando los papeles de difusión falsas, testamentos, velorio y sabiendo a qué hora exactamente sería avisado públicamente a los periodista, pero necesitaban librarlo de eso primero, creía en George. — Puff, qué tonto de verdad. El arma no tiene tus huellas, pero la chica, la hija menor, afirmó que tú tenías el arma en tus manos. Confiesa, si lo haces, podría ser que te bajemos un año de pena, pero estás en graves problemas Kim.
—El que está en problemas aquí es usted, detective Choi. —El abogado que el notario de George, Izan, contrató, había llegado a la comisario y conocía bien a ese mentado detective, le gustaba meterse en casos que no le incumbían y originalmente el chico debía quedarse afuera, esperando a que su abogado llegara para que se determinara quién debía interrogarlo. — Aún no cumple 21 años, el arma no tiene huellas suyas, la testigo estaba en un shock por qué la víctima que era su padre, estaba ensangrentado.
—¡Oh, querido Yiseon, veo que ahora perteneces a las ligas grandes! Una testigo afirmó verlo con el arma de fuego que...
—Acaba de hacer su declaración completa como menor de edad, con tranquilidad, sin presión, todo está grabado, sin intimidación. —Tenía toda la razón, podía caerle un castigo de sus jefes si seguía haciendo cosas sin permiso. Se acercó a Taehyung con arrogancia, tomó la llave de la esposa que lo ataba a la mesa. —Agradece a lo que creas, por qué puedo demandar por no leerle los derechos a mi cliente y esposarlo de esta manera.
Hizo sonar sus dientes y miró como Taehyung caminaba hasta la salida de aquella oscura habitación, mientras que el abogado iba detrás de él. Se detuvieron en cuanto llegaron a la sala de espera.
—Kim, espera aquí, debo ir a hablar con un agente de la policía, deben retirarte todos los cargos —Taehyung asintió. El abogado se acercó más a él, para que nadie pudiera escuchar— El señor Anderson acaba de llegar a Finlandia, está bien y el jefe de policía acaba de borrar todos los informes que tengan que ver con el incidente.
Eso significaba que Taehyung nunca estuvo en el lugar. Suspiró con un poco de tranquilidad. Se fijó como este se alejaba de él, para así sentarse en las bancas y esperarlo, pero nada lo dejaría tranquilo ese día. Habían pasado 10 horas desde el incidente, necesitaba descansar un poco.
El escándalo se acercaba, voces inaudibles que lo empezaban a tormenta. Alzó su rostro hasta la entrada, donde yacía la familia Anderson, esa familia que no querían saber de Taehyung, por qué lo querían ver preso. La ahora supuesta viuda, con aspecto amenazador, se acercó a él, lo tomó de su chaqueta para querer hacerle algo, pero Harry la detuvo.
—¡Madre, por favor, cálmate!
Logró que soltara al joven, y este se alejó de ellos en cuanto Abril salía de uno de los pasillos donde te interrogaban, junto a Alex, estaba destruido.
—¡Te voy a matar! ¡Suéltame!
Los agentes policiales miraban la escena, estaban alterando a todos. Pero, lo único que pensaba Vanessa es que ese joven a quién trataba de golpear era el culpable de la muerte de su amor.
La aberración los tragaba a todos de manera bizarra, por qué nadie podría viajar en el tiempo para que llegaran hasta ese punto, algo que a todos les dolía.
La contradicción de los sentimientos luchaba contra Abril. Lo odiaba con todas sus fuerza, pero el amor que sentía impedía todas las malas vibras. Su presencia delante de él era débil, pero ingrata.
Alguien debía sacarlo de ahí, que llegara el abogado, por qué ver todos esos rostros acusándolo de algo que no hizo, lo hacía sentir más miserable.
Y las voces nuevamente volvieron a ser imperceptibles, en el momento que cruzaron miradas, cuándo la melancolía los invadió, cuándo nuevamente sus almas conjuntas luchaban contra ellos mismos, para no correr y abrazarse, para gritar perdón por cosas que no tuvieron la culpa, gritarse cuánto se amaban, pero la esperanza de aquello se desvaneció y las lágrimas se habían secado.
—Supongo que ya lo sabes.
Habló y todos callaron. Miraron la escena más inhumana, donde dos jovencitos demacrados decían tanto a través de sus ojos.
—Lamento mucho la muerte de tú...
La frase no acabó y lo único que se escuchó fue el sonido que produjo la mano de Abril contra la mejilla de Taehyung. Tan infortunado. No había nada que hacer.
—Si lo hubieses ayudado, ahora estaría vivo, hubieras pensado, aunque sea en mí, en lo que pasamos juntos.
No servía, no valía la pena.
—Te aseguro que no me volveré a acercar a ti.
Acarició su mejilla, luchando contra sus impulsos.
—Ya veo.
No había nada que hacer, no, no había nada que decir. Resopló, indignada, pero no sorprendida. Quería irse de ahí, pero al darse vuelta había otra persona que esa conversación provocó su ira.
Se abalanzó contra el joven, golpeando su rostro. Dos, tres veces. Un policía hizo su presencia para detener a Alex. Lo levantó de encima del pobre joven, quién no se dignaba a defenderse, en cambio, sentir como esa sangre bajaba por su nariz y la herida de su labio, hizo comprender que estaba vivo, que sentía aún algo.
—¡¿En qué estás pensando Alex?!
Gritó Abril a su hermano, quién estaba con las manos en su espalda gracias al policía. Lloraba de la rabia, de la impotencia de no entender nada, quería hacerlo desde el momento en que supo que hizo que su hermana llorara amargamente, desde que la vio sufrir y ahora esto.
—¡Cállate Abril, joder, cállate! ¡Olvídate de él ya! ¡Es el culpable de todo esto, de todo lo que te pasa, de quitarnos a papá!
Y a pesar de que no quería, su labio inferior empezó a temblar, por qué su hermano tenía razón, lo sabía, pero era incapaz de olvidar a ese chico, ayudado a sentarse en esa banca, con una sonrisa de psicópata porque era lo único que podía hacer.
El agente arrastró a Alex por la agresión, seguro le pondría alguna sentencia mínima de servicio comunitario, por qué Taehyung no era capaz de levantar cargos.
Todos vivían su peor momento, lo peor. Nada los apoyaría, serían ellos contra el mundo, no importaba, nadie estaba de lado de Taehyung, sería él contra el mundo.
*
Vacilando al tiempo, vacilando a su suerte. Magnífico, así como la noche estrellada que la acompañaba, quién le gritaba que no hiciera cosas de las cuales se arrepentiría, pero sería incapaz de decirle que no a esa chica.
Cuándo se enteró de la muerte de George, supo que debía estar al lado de Abril, consolarla, hasta el punto de que le contó lo sucedido a su antiguo amigo Vernon, quién también visitó a la familia. Por lo visto, no hubo velorio, y el cuerpo sería trasladado a New York, todo estaba planeado y contaban con que Vanessa no era capaz de ver el cuerpo de su marido.
Era increíble todo lo que podía suceder, quería hacer desaparecer todo el dolor de la chica, abrazarla eternamente y contarle las historias más bonitas y transparentes para que la luz llegara a su vida. No podía, su cabeza le repetía continuamente que no lo hiciera, que no escapara, que se alejara, pero cuándo el corazón no ha sanado, regresa al mismo lugar lastimado.
Mañana sería el día, mañana sacaría a Abril de Corea del Sur como había planeado, y esto se iba a salir de las manos de todos, por qué Yoongi no estaba incluido en el plan, no fue la primera ni la segunda opción en la historia de Abril, pero podía hacer un cambio para ser la primera opción en su historia, pero decidió hacer otra cosa.
Según George, en el transcurso de que 'trasladaran' supuestamente su cuerpo a New York, su familia se irían juntos, pero nuevamente, eso no iba a suceder por qué no podía controlar las decisiones de los demás.
Hace una semana de su anuncio de muerte, los periodistas no dejaban en paz a la familia, salían muchos reportes falsos, Harry había viajado para arreglar todo en New York, mientras que Vanessa, Jasmine y Alex se encargaban de la casa en Seul, ordenar todo, pero la chica que estaba a unos días de cumplir 18 años se le cruzó algo por la cabeza, escapar, quería hacerlo. Se lo confesó a Peyton, pero lo tomó como una locura, tanto que no la reconoció, su amiga había cambiado, no, solo que no pensaba con claridad.
11 de abril, ese día era mañana, ese día le dijo a Yoongi que la ayudara a salir del país, él sabía la situación y a pesar de todo no se negó, no lo hizo y renunció a todo por ella. Estaba mal, debía afrontar la realidad como hace unos meses, cuándo pensó en sanar y se alejó, debía volver a hacerlo, pero el destino escribió ya esta historia.
—Yoongi hyung, vamos a cenar.
Escuchar la voz de Jimin dentro de su casa le hizo entender que no tenía nada que perder, sabía que sus amigos le apoyarían siempre, sabían como se sentía al respecto de la situación, sabía que no sería capaz de abandonar a su amor por más que quisiera.
Se levantó con una sonrisa en sus labios, dejó el balcón y se adentró buscando a Jimin. Lo miró en el sofá viendo la serie que acordaron ver juntos. Este bufó de felicidad en cuanto Hoseok, su otro amigo, entró a la su casa.
—Chicos — Susurró, mientras que el par miró extrañado a su amigo pálido, quién estaba en medio del salón, extasiado e incomprendido— Ser correcto es la doble moral del ser humano, por eso voy a hacer lo más incorrecto.
Confundidos, siguieron a su amigo, quién fue corriendo hasta su habitación. Yoongi sacó una maleta que tenía pensado llevarse mañana por la noche, ya estaba lista.
—¿Yoongi?
Miraron ambos desde la puerta, esperando respuesta, pero este se dedicaba a simplemente meter un par de cosas a su bolsillo y colocarse una chaqueta mientras tomaba las llaves de un coche.
—Sé que me entenderán, aunque estén del lado de Taehyung, puede ser que no seamos conocedores de toda la historia, no importa quién amó primero, pero si quién amará toda la vida y yo, la sigo amando.
—Yoongi, ¿a dónde vas? —Preguntó con miedo Hoseok, pero simplemente sonrió y salió de la habitación, arrastrando la maleta. Sacó su teléfono para decirle a Abril que estuviera lista, que hoy mismo se irían— ¡Detente! Debes estar loco.
—Regresaré, no sé cuándo ni como, pero necesito esto, si no funciona, lo entenderé, pero no fui capaz de descubrir mejor mis sentimientos y amé a Abril desde el primer instante en que los silencios se transformaron en la mejor escena de mi vida. Gracias por venir a visitarme estos días. Hay una carta en la mesita de noche de mi habitación, les encargo la casa.
No le importaba nada. Así que salía de la casa, con una sonrisa, sabiendo que iría a recoger a esa chica, que la sacaría del lugar donde ha estado sufriendo tanto, por qué según él podrían ser felices juntos sin importar un tercero. Y si esas estrellas fueran personas, correrían hasta él para detenerlo, si fueran personas abrazarían a Yoongi, diciéndole que no haga locuras, que esa noche como las próximas se quedara en su casa, viviendo como siempre y sanando, por qué algún día viviría en paz y encontraría a alguien que en verdad lo tuviera como primera opción.
Por otro lado, teníamos a Abril que no dudó un segundo. Sus maletas ya estaban hechas, por qué supuestamente mañana era el día que se iban, pero en el que ella escaparía. Fue un poco diferente a Yoongi, por qué se quedó enfrente de la rejilla pegada en su pared, mirando todas esas fotos con sus amigos, con su padre, sus hermanos, y esas que dejó sobre el tocador, esas que le tomaba desprevenida Taehyung. Estaba incorrectamente mal, no lo hacía por nadie, lo hacía por ella, se creía rebelde, pero a la única que dañaba era a sí misma. Se iría para escapar de todo y de todos, pero nuevamente arrastrando a alguien que nunca tuvo culpa.
Cuándo salió de la habitación con su maleta, sabía que todos dormían, así que no tenía problema. A pesar de que las luces estaban apagadas, logró ver su pizarrón y esa frase "Olvida a Taehyung", no pudo más que hacerla reír y nublar su vista, se sentía desgraciada.
Era un caos, uno extremo y el desbarajuste sería capaz de poner en alerta a todos. Por qué cuando Jimin y Hoseok vieron a Yoongi salir, quisieron evitar una desgracia y llamaron a Jin, quien desgraciadamente estaba con Taehyung... se enteró de todo. Peyton fue conocedora de también de la situación y no le quedó de otra que levantar a toda la familia en la casa, mientras salían a buscar a Yoongi y a Abril.
Tan efímero que la respiración de Taehyung estaba por salirse. Sabía a donde iban, sabían que eran capaces de viajar hasta otro aeropuerto para que no los detuvieran, por eso, tomó su coche para perseguirlos y en algún momento bajar para que se detuvieran.
—Veo que estás algo nerviosa, si quieres podemos regresar Abril.
Dijo Yoongi, quién maneja el coche, preocupado más por como Abril tomaba sus manos en señal de no estar segura, algo le decía que debían detenerse, no, deseaba que alguien los detuviera.
—No, estoy bien Yoongi, solo que con miedo de que te canses pronto manejando —Sonrío.
—Eso no pasará, tenbi.
Y el remordimiento nació desde lo más profundo de su corazón. Su mano derecha soltó el volante para poder tomar la fría mano de Abril, enredó sus dedos y le sonrío, él estaba más seguro que cualquiera.
Su pecado más grande fue amar.
Su pecado más grande fue no amar como él hubiera querido.
Su pecado fue no dejarla ir.
Corrió, corrió como nunca hasta llegar a la carretera, era conocedor de ese camino y sabía que ellos pasarían por ahí, el problema fue que si tan solo el coche fuese a una velocidad
promedio, la cual le diera tiempo a detenerse, nada cruel pasaría.
La siguiente línea del destino fue escrita dejando en claro lo peor.
Por concentrarse en ella, no fue capaz de ver a tiempo a un desconocido a lo lejos, de ver a Taehyung correr hasta en medio de la carretera. Estúpido destino y sus redacciones. Yoongi no pudo frenar a tiempo, entonces con algo de brusquedad y desespero, giró el volante, para desviarse, pero el contra volante falló. Entre todo eso, ambos se dieron cuenta de que se trataba de Taehyung.
—¡Yoongi, cuidado!
Lo peor de todo, fue que no controló el derrape y acabó golpeando a Taehyung por inercia con la parte trasera del coche, entonces el susto fue que se dirigían hasta un poste de luz y la velocidad del impacto fue ineludible, haciendo que atravesara un poco la parte delantera del coche, rompiendo casi el parabrisas... Abril, no llevaba el cinturón abrochado, que por el choque tan imponente, atravesó el parabrisas, terminándolo de romper. Su cuerpo rodó por el capó, chocando contra el suelo de la manera más intensa de todas, provocando un gran daño.
Las luces del coche parpadeaban y el poste de luz terminó de caer, pero no sería capaz de lastimar a Abril, por qué esta yacía en el duro cemento. Yoongi se encontraba inconsciente por el impacto contra la bolsa de aire, amortiguando un poco la cabeza y el cuello, para que la lesión fuese leve.
Sus parpados temblaban y se quejó por el golpe que le dio el coche en su cadera que hizo que cayera al suelo. Todo lucía oscuro, lejano. El poste de luz emitía ciertas chispas de electricidad, mientras que el espantoso ruido del coche lo despertaba. Deseo tanto que al abrir los ojos todo fuese normal, donde iba a practicar su baile, donde por las tardes visitaba a Abril y era el chico más feliz de todos.
No quería más pruebas para saber que sentía, no necesitaba que el mundo siguiera abofeteándolo, lo único que quería es que alguien borrara esa imagen de su cabeza, que Dios le diera fuerzas para que pudiera levantar su cuerpo e ir hacia Abril, pero no podía. Estaba ahí, al rededor de todos esos vidrios quebrados como su alma, sangre e inconsciente.
—Mi amor... —Susurró apenas. Cuándo cayó golpeó su cuerpo, le costaba hablar y respirar a la vez. Tan trágico y amargo. Se arrastró un poco con la ayuda de sus brazos, pero le fue imposible, ya que cuándo creyó ser capaz, los vidrios hicieron presencia y lo lastimaron. Dio golpes al cemento, sin importar que se lastimara. Gritó, porque se sentía tan culpable en un mundo sin perdón— Por favor... despierta... mi... mi amor.
—Suena bonito.
La voz de Abril fue tan minúscula, pero alcanzaron a los oídos de Taehyung, quién levantó su cabeza y la miró. Tenía sus ojos cerrados, pero movía su mano que este pretendía tomar segundos antes.
—Perdóname, esto, esto no tenía que ocurrir —El desespero entró a su cuerpo cuándo se dio cuenta de que no sería capaz de tomar su mano. —Escúchame, por favor, no te duermas.
Todo estaba oscuro, a penas escuchaba la voz de Taehyung y sus latidos que luchaban por mantenerla con vida. En el punto más bajo de su existencia, cuándo no creía ser capaz de no dormirse. Quería verlo, quería ver el rostro de ese chico que, a pesar de todas sus palabras sádicas, era y sería el amor de su vida.
Y al día siguiente, las flores iban a florecer, tan coloridas y agraciadas, pero la más hermosa que estaba marchita no tenía esperanza de agraciarse nuevamente, se marchitó al ser cortada de raíz sin tener elección.
Por qué ahí tirada en el suelo, logró abrir un poco sus ojos, y lo único visible fue la clara imagen de su mano y la de su amado tratando de alcanzarse, fue lo último que vio, cayendo inconsciente, sin tener la oportunidad de despedirse, sin tomar la opción de quedar con las memorias que aunque dolieran, eran suyas, tan suyas.
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Hola, buenas días/tardes/noches.
Al fin llegué a este capítulo.
Me agradecía comentaros que algunas de las cositas que pasaron aquí fueron reveladas por primera vez en el capítulo 13, cuándo Abril se entera todo lo de su accidente. Ocurrió el día 10 de Abril, dos días antes de su cumpleaños.
Y sí, este capítulo fue intenso y largo, pero espero que les haya gustado.
—Espero estéis listos, solo quedan dos capítulos, el final y el epílogo. Al fin acabará.
Gracias por llegar hasta aquí.
Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak.
~herbst
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