✾| sp; sesenta y cuatro - Final
Narrador Omnisciente
Naufragamos ante una historia bizarra, que el destino celoso quiso determinar. Al final, en esa deriva escalofriante, no somos capaces de comprender las señales más simples, porque el futuro, que yace a nuestro lado de manera temible, nos susurra que no seremos capaces de avanzar con la intención de arriesgar.
"Arriesgar'', qué palabra tan aventurera como sinónimo, salimos de una zona de confort atenida por nuestros propios miedos, retándonos a hacer algo que traerá resultados variables. Llegamos al desenlace de un viaje, encontrándonos con la nada, por qué no sabemos cuál es ese verdadero éxito.
Pero, el éxito no es solo la felicidad, esa especial que sientes cuando logras algo, esta vez era diferente, esta vez la situación albergaba la extrañez de un dolor singular y el arrepentimiento de una familia que, a pesar de escuchar toda la trágica historia, eso no les provocaba ninguna calma.
Comprendieron por qué sucedieron muchas cosas, pero nuestro egoísmo nos ciega, tanto, que no somos capaces de entender las acciones más arriesgadas que alguien que nos ama llega a hacer para protegernos. Ahí estaba ella, quién gracias a la narrativa, fue capaz de recuperar sus memorias, esas que por tantos años perdió y desconocía por completo.
—No puedo creerlo, ¡Al menos pudiste llamar alguna vez! ¡No sabes por todo lo que pasamos!
Chilló Alex, desesperado, agonizando. Era injusto, según él, fue duro. Tener que hacerte cargo tan joven de algo que desconocías, sin su ayuda, necesitaba a su padre. Todos se sentían igual. Vanessa, por su parte, dentro de su ser, se daba cuenta de lo egoísta que llegó a ser, de las preocupaciones de su amado, y como todo lo que le ocultaron a Abril, le afectó.
Mientras se escondía en su asiento, tratando que esos choques de recuerdos se ordenaran, porque eran tantos, viniendo como golpes duros de pesadumbres, la agobiaban. Podía salir justo en ese momento, tomar un avión a corea del sur y buscar a Taehyung, por cielo, mar y tierra, gritando como la fuerza de miles de ballenas, que lo amaba.
Entonces, en el hospital de hace 5 años...
Los paramédicos corrían con esa camilla que portaba a una joven inconsciente. Debían mantenerla con vida. Era un completo caos.
Cuándo llegaron al lugar del accidente, Taehyung suplicó que la atendieran a ella primero. Sacaron a Yoongi del coche, este estaba desmayado por el impacto, tenía un par de rasguños, a Taehyung lo llevaron en otra ambulancia, tenía un esguince en la pierna y un hematoma en su cadera.
Llegaron a la sala de emergencia. Debían atenerla, de inmediato, una cirugía.
Toda la familia estaba afuera, aturdida por los sucesos, sin pensar en los verdaderos sentimientos de aquella joven, que luchaba por su vida, solo buscaban culpables.
—Madre, debes calmarte por favor.
—¿Cómo esperas que lo haga? ¡Han pasado solo dos semanas de la muerte de tu padre, no puedo soportar perderla a ella también!
Al notar la discusión, Harry se acercó a su madre para darle apoyo. Estaban pasando por la peor etapa, sentían que nadie los apoyaba, que nadie pensaba en como se sentían ellos. El problema no era ese, es que los prejuicios los nublaron, culpando a una persona inocente que haría lo que pudiera por salvar al amor de su vida.
Pasaron horas, desde que Abril entró al quirófano. Perdió mucha sangre, tenía una lesión cerebral traumática; debían reducir el daño adicional a su cerebro eliminando las hematomas encontradas, por suerte no ocurrió alguna fractura de cráneo, pero debían aliviar su presión.
Que alguien inyectara sedante, no, mejor una morfina para que él se calmara. Necesitaba que algo aliviara todo lo que había estado sintiendo en las últimas semanas, no podía perdonarse el hecho de que fue el culpable del accidente de Abril. Discutió desde que despertó con las enfermeras para que le dijeran donde estaba ella, quería buscarla. Buscó en el profundo razonamiento que todos podríamos tener, pero arriesgar cualquier cosa lucia más atractivo.
—¿Sabes que te pueden esposar si tratas de salir de nuevo?
Cerró sus ojos, recordando como se miraba Abril el día en que se conocieron, tan hermosa, tan ella, llena de felicidad. Podía entregarle justo ahora toda su vitalidad para verla por unos segundos.
—Taehyung, debes reaccionar.
Su egoísmo incrementaba internamente por los planes dolorosos; si ella despertara, se iba a separar todo lo que pudiera, si así lo quería, pero no podía si antes de perder el conocimiento fue capaz de sentir su corazón latir con ferocidad por su amor. Él no tenía idea que no podría esperar una última respuesta de Abril...
—No has preguntado por él, pero Yoongi, lo darán de alta mañana.
—Y a Abril, por lo visto, la sacarán del hospital esta noche.
Entonces, abrió los ojos, encontrándose con ese nauseabundo blanco, que erizó sus vellos. No podía ser, no podían llevársela nuevamente. Su cuerpo se agitó, su presión arterial subía junto a su frecuencia cardíaca.
Namjoon se acercó con prisa a detenerlo por los hombros, necesitaban que se tranquilizara. Pero, la gota que rebalsó el vaso de sufrimiento llegó junto a Peyton. Taehyung la miró con demasiadas preguntas y ninguna respuesta.
—Veo que no es conveniente que esté aquí —Habló y Jungkook asintió, si decía de más de lo que sucedía afuera, Taehyung sería capaz de cualquier cosa, de levantarse de esa cama, de correr hacia ella sin importarle las circunstancias— Regreso lue...
—¡Peyton! ¡Dime!, ¡Dime que no se llevarán a Abril, por favor, dime que está bien, dime todo lo que sabes! —Quitó las manos de Namjoon de encima de él, y se acomodó en la camilla— ¡Dime que sucede!
Sollozó, rompiendo todo lo que quedaba de su ser, quebrando y pidiendo sin control una respuesta.
—Ella sufrió una lesión cerebral, pero no fue tan grave, así que no tiene alguna discapacidad permanente. Después de esa operación, examinaron su pierna herida y tiene una lesión grave de grado 3, donde fue un desgarre que requería cirugía en su rodilla...
—¿Qué más? —Dijo apenas, en un susurro, que emanaba el dolor que sí sería permanente, lleno de culpabilidad.
—Lo lamento Taehyung —Así mismo, en un murmullo que deseaba que él no escuchara, habló— Hace unos minutos salieron del Hospital, la... la llevan a New York aún estando inconsciente. Fue una recomendación de su notario, o algo así. Debí haber venido antes, yo, en serio, lo siento.
El agarre de Namjoon no funcionó, ni siquiera el de Hoseok. Bajó de la cama, queriendo llegar a la puerta, pero ahí se encontró con un Jungkook, dispuesto a todo por detener a su amigo. Gracias a ser más grande físicamente, lo atrapó entre sus brazos, sintiendo la pataleta de Taehyung, no podían hacer que se fuera. El llanto se hizo presente, ese que tocó la medula más débil de todos.
Cayó al suelo, por el dolor en su pierna, sollozando mientras daba leves golpes en su pecho. Necesitaba que alguien arrancara todo su ser, quería que por un segundo su alma entrara en paz, necesitaba el aspecto positivo de haber y de amar tanto, por qué la acción infraganti del mundo lo sacudía sin compasión.
La puerta se abrió dejando ver a una enfermera, un doctor y a Jimin que venía de visitar a Yoongi.
—¡Tae! —Se tiró al suelo sin pensarlo, tomando el cuerpo de su amigo entre sus brazos y acariciando su espalda— Mi pequeño...
—¡Levántenlo y póngalo en la camilla!, ¡Hay que sedarlo!
Regresando a ese presente oscuro...
Las respuestas que buscaba todos esos años, estaban en su corazón ciego, lleno de heridas sin comprender, lleno de flores marchitas.
El sentido de una buena vida, se resumía a mentir para sobresalir en un mundo incapaz de comprender lo fácil que es arriesgarse a mejorar tu situación sepulcral. Nadie había sido capaz de hablar con la verdad por miedo a seguir dañando, pero esas mentiras fueron hechas para destruir al ser inocente que era ignorante de la pesadilla del pasado que circulaba sin antecedentes.
El ligero resoplo del hombre mayor, les hizo entender que había acabado de hablar, lo sabían, sabían el problema con ese llamado Park Seung, como se hizo pasar por muerto, como estaba involucrada Abril en todo -al igual que Taehyung-, la manera en la que atraparon a Park Seung después de varios años y está en prisión hace 2 meses, la manera en la que los altibajos de un plan perfecto fueron afectados por los sentimientos de todos, por qué nadie sabía como reaccionar en el momento más vulnerable.
—Creyeron que continuar con una farsa sería la mejor opción. Ser consientes del trastorno de estrés postraumático del accidente de Abril, no los hacía más impactantes. Pudieron hablar con un médico, un especialista para saber como le ayudarían a recordar su memoria ¿No se pusieron en su lugar?
—¿Quién se puso en el mío? —Dijo apenas Alex, cabizbaja, entendiendo que esto no era un sueño— Nadie me dijo que sería fácil mentirle a mi hermana, nadie me dijo que sería fácil llevar una gran empresa, yo nunca lo quise hacer, solo quería tener una casa en Londres, encontrar el amor y ser el mejor modelo de todos, pero no, no, por qué si algo le pasaba a mi familia, caería sobre mí.
Nadie tenía la culpa, ni Alex teniendo grandes sueños, ni Abril por perder la memoria, ni Vanessa por querer lo mejor para sus hijos, ni siquiera Harry por no entender lo que pasaba a su alrededor.
—Debemos detener este círculo vicioso. Fue impredecible todo lo que estaba sucediendo, tuvimos miedo y no pensamos correctamente como se debía.
Al fin, la calma llegó por un segundo, junto con esas almas cicatrizadas.
—Lo siento, lo siento por alejarme tanto tiempo y solo querer protegerlos. Todo ese tiempo, solo, me hizo reflexionar sobre lo que quiero en verdad, sobre las cosas más importantes. Necesitaré ganarme vuestra confianza nuevamente, sé que será difícil, pero os prometo no volverme alejar de esta manera.
Dejando de lado ese orgullo que sobraba, se levantó de su asiento, pero diferente a la primera vez. Se acercó a ese hombre que ahora tenía más arrugas, y dejó que sus brazos lo escondieran, así como lo hacía cuándo era un niño pequeño, así como cuándo fracasaba jugando futbol y él le consolaba. Quería a su padre, siempre fue su ejemplo a seguir, ver a alguien tan honesto, recto en su trabajo y sobre todo, orgulloso protegiendo a su familia, lo reconocía, a pesar de que en algún momento renegó de él, estaba seguro de que no habría mejor padre.
—Te extrañé demasiado papá —El corazón de todos se conmovió y siguieron su camino.
Harry se acercó, atrapando el cuello de aquel hombre que lo crio por tantos años —No te vuelvas a ir viejo.
—No lo haré, lo prometo, hijos míos.
Y la pequeña calabaza, estaba aún buscando las maneras de decir algo, buscando aún en su interior un significado de todo lo que sucedió. Quería volver a sentir como cuándo tenía 17 años, quisiera poder hablar con ese niña ignorante del verdadero mundo a su alrededor. Recordar que cuándo abrió los ojos, todas esas imágenes borrosas, eran sus memorias persistentes. El primer mareo, el primer dolor de cabeza, su pecho, los calambres, saber que tardó minutos en reconocer a todos, pero 6 años en recordar todo lo de él, reconocer sus sentimientos verdaderos.
No sabía que hacer ahora, debía seguir sanando, debía buscar dentro de sí la explicación más obvia ante todo. Arriesgar no es significado de tirar todo a la basura y salir a buscarlo, o tal vez sí, pero si lo hacía sería un impacto aún más fuerte, sabiendo que seguía amándolo como esa vez en que tomó su mano y salieron corriendo de la fiesta en su casa, o esa primera vez después de 3 años, cuándo estaban en el hospital y volvía a encontrar al ser, que con la mínima caricia calmaba inconscientemente aflicciones pasadas, como las presentes.
—Los errores que cometemos, también son un empujón para recapacitar de las acciones. Dime, mi pequeña flor, ¿no crees que ya es hora de florecer?
Levantó la cabeza, encontrándose con la mirada de su familia, junto a Mary e Izan. Se dio cuenta qué sus lágrimas seguían cayendo ligeramente por sus mejillas. Su labio inferior empezó a temblar, lo sabía, sabía que probablemente era hora de afrontar lo que más temía.
—Perdón por interrumpir. Mientras esto se contaba, diferentes informes con explicaciones detalladas y que nada más se debían saber, fueron entregados a la prensa. Necesito que busquemos que hacer para luego.
—Está bien Izan, haz lo que te dije antes —Se levantó de su asiento, viendo a todos sus hijos, pero con más pena a Abril, quién pensaba que darle otra noticia de aquel nivel, ayudaría a su estado— Quiero anunciar ante ustedes, mi retiro temporal. Alex será el nuevo CEO de Anderson Family Corporation. —Se sabía eso sucedería, que por cierto, Miguel, que era conocedor de todo, ayudaba siempre a Alex en cualquier cosa, por qué sería quién llevaría la empresa— Mientras que Abril, tendrá el puesto de directora general, sé que tiene el potencial.
—No puedo —Musitó — Lo lamento.
El tic en su ojo apareció. No era consiente aún de todo, como para llevar una empresa. A pesar de todo, quería estar lejos, aún no sabía como perdonar. Necesitaba un tiempo, necesitaba aire, necesitaba a Jasmine.
Mordió su labio apenada, mientras se levantaba de la silla.
—Abril...
—Mamá, Papá, por años sabían que no quería esto. Trabajo con el mejor coreógrafo de grandes danzas como el ballet y el baile contemporáneo del siglo 20 y 21. Me considera un genio en el ámbito, no puedo abandonarlo, no puedo abandonarme.
Y es que, nos podemos abandonar de diferentes maneras; dando prioridad a lo que quieren los demás, a dejar tus propios sueños, a no escucharte. Y ese apoyo que siempre necesitamos, nunca estuvo presente en ella, por qué siempre creía que su entorno era perfecto, sin rasguños llenos de mentiras, mentiras que la desgarraron sin fin, viendo el avance de sus sentimientos por el hombre que jamás olvidaría. Quería ser valiente, quería buscar en lo profundo de algo que le diera una respuesta válida a lo que debería hacer.
—Haz lo que te pide tu corazón, escúchalo.
Esa fue la primera y única vez en la que su madre dijo eso, al fin lo escuchó y vio como salió de sus labios, sintió que esa figura la entendía por primera vez y aceptaba la situación. Mordió su labio, calmando la ansiedad del momento, y entendió que el destino ya no tenía nada que ver aquí, que esos celos desaparecieron, ya que ella era la única que iba a decidir sobre lo que hacía ahora y nadie iba a detenerla.
—Yo, no dejaré a Claire, y... a veces podría ayudar un poco en la empresa cuándo lo necesiten.
*
La luz molesta emitida por las cámaras, les dañaba un poco la vida, pero estaban acostumbrándose después de varios meses así.
Se buscó la manera de que todas las personas mantuvieran la calma, la algarabía era persistente. Los guardias del lugar, trataron de marcar una línea divisora, para que así los periodistas no cruzaran. A pesar de todos, estos no parecían tan persistentes.
Hace 7 meses, cuándo se descubrió y salió a la luz todo lo que pasó con la familia Anderson, los periodistas, las revistas, las cadenas de televisión, no se detuvieron. Para todo el mundo del comercio, era increíble como estuvo involucrado aquel hombre de negocios, hecho y derecho, con un mafioso surcoreano.
Aprovecharon para hacer diferentes conferencia después de que Alex fue nombrado el presidente de la gran empresa. Vanessa cedió su presidencia a su hermana menor, quedándose como una simple supervisora. Mientras, que al fin, salió el rostro de Abril Anderson como parte de la familia Anderson, quién era parte también de la empresa, y así como ella lo esperaba, no fue reconocida por ello, sino también como la bailarina estrella que seguía los pasos del italiano Claire.
Los socios antiguos de George, nuevos aliados; muchos querían hacer negocios con ellos, sabían que él era muy bueno, ahora conociendo la situación, y al nuevo encargado, atraía a más peces grandes del sector comercial y marketing.
—Esta pregunta va para la menor de la familia —Acercó su micrófono más a su boca, tratando de leer la pregunta en su libreta. La de ojos verdes no podía acostumbrarse a esto. — Tiene que ver un poco sobre su carrera ¿Cree que será la nueva Claire Steffanina?
—Ah, lo lamento, pero este es una rueda de prensa para hablar sobre como las ganancias de nuestra compañía crecen, desde que Alex Anderson tomó el completo cargo. —Pegó un poco más su cuerpo a la mesa, queriendo ver el nombre del periodista que le había hablado— Kyunjin, lamento decirte que no seré la nueva Claire Steffanina, seré Abril Anderson, superándome a mi misma.
Tres segundos fueron lo que pasaron, cuándo nuevamente todo el mundo empezó a hablar. La rueda de prensa había acabado, ahora debían ir al pequeño catering en el salón de fiestas del gran local.
Hace dos días habían llegado a Corea del Sur, era obvio que sería uno de los países a los cuales debían ir, era el origen de los problemas y una de las bases de la empresa. Este hecho hizo pensar mucho a Abril. Un año había pasado desde que no miraba a Taehyung ¿que sería capaz de hacer ella cuándo lo tuviera enfrente? No era capaz de pensarlo tan siquiera.
Tomó uno de los bocadillos de una mesa. Aguantó la respiración y pensó bien lo que haría. Mañana debían hacer un par de cosas más y luego irían a su último destino, Londres.
Le alegraba un poco el hecho, que las citas al psicólogo habían disminuido, El ansia carcomía su mente, destruyendo lo sólido que fue construyendo dentro, detuvo un poco aquello y calmó su alma, haciéndola entender de que a pesar del pasado abrumador, a pesar de que no estaba segura si él sentiría aún algo por ella, Taehyung sería el amor de su vida por siempre.
—Estar estable, cuesta en llegar —Se espantó, pero relajó su cuerpo en cuánto supo que era su padre. Todo este tiempo, él se había convertido en su psicólogo. Pasó los mejores meses, riendo, llorando y desahogando las penas desmesuradas— Necesito pedirte un favor.
Dejó la copa de agua que tenía en la mano y prestó toda su atención.
—¿Qué sucede?
—Esta noche tengo una cita con un comercial, necesito que vayas tú.
—¿Yo? —Este asintió. Le pareció un tanto extraño, pero que más daba — ¿A qué hora?
—Deberías partir —Hizo una pausa mirando el reloj de su muñeca— Justo ahora.
Ahí estaba ella, en el coche viendo los papeles que le había entregado su padre, eran diferentes a lo que iban a tratar, pero dejó de prestarles atención en cuanto Miguel desvió el camino hacia otro sitio. Su corazón se detuvo y parecía estar a punto de tener un ataque.
Se hizo presencia de aquellos árboles anaranjados, casi sin hojas, las flores moviéndose por la brisa de esa estrellada noche.
El minúsculo tacto, el roce de dos pieles que se conocen bien, y el aroma profundo como guía hacia tu pasado, tu presente y tu futuro. Un vaso llenándose, gota por gota, tratando de no desbordarse. Pero el sinónimo de ansiedad se convertía en angustia, transformada a la intranquilidad de que sabes donde estás, a donde vas, porque te llama.
De pronto, Miguel estaba sosteniendo la puerta abierta, esperando a que Abril saliera, pero sus piernas aún flaqueaban. El siseo del céfiro suave y apacible, fue idéntico a ese día donde ella caminaba por el parque de los enamorados, ese parque donde Taehyung le pidió ser su novia, donde terminó con ella, ahora ahí estaba, sintiendo lo mismo de esa primavera en este otoño.
El destino no estaba involucrado, el destino lo decidió ella y aquel chico que caminaba desganado hasta el lugar.
—Miguel...
Susurró, esperando alguna respuesta, pero este simplemente cerró la puerta del coche.
—Estaré aquí esperando. Debería ir a la zona de columpios.
Resopló. Giró sobre sus talones, caminando con pausas, temiendo estar viviendo un sueño.
Ella nunca tuvo la culpa de amarlo tanto...
Él nunca tuvo la culpa de arriesgar todo por amarla tanto...
No había nadie, eso la inquietaba más. Tenía apenas agarrado su bolso entre sus dedos, viendo con nostalgia aquellos columpios oxidados, aquellos donde dos adolescentes amigos, amantes, enamorados compartían su mejor momento.
Y la misma brisa que la arropó a ella cuándo bajó del coche, fue la misma que despabiló al castaño al ver a aquella chica conocida. Extraña por qué tenía el cabello más rubio, corte diferente, y no era George Anderson, pero sabía que él la mandó.
Un paso tras otro, un poco más cerca.
La brisa, el destino, el tiempo, el mundo, oh, el cielo divino, estaban cansados de ver como dos almas se destruían tanto, que darles la oportunidad de disfrutar del instante más puro de sus vidas, era lo correcto. Por qué cuándo sus miradas se cruzaron, soltaron chispas, junto a los fuegos artificiales más escandalosos.
El suceso más brillante en un desastre del mundo. Las memorias, las aventuras, las desgracias, una historia. La suya.
—Hola —Brotó una lágrima y en el otro lado del mundo, un brote se convirtió en una flor hermosa.
—Hola, soy Abril Anderson.
Estiró su mano hacia él, mostrándose transparente a todo lo que fue, siendo ella. Cuándo ocurrió el toque más esperado, sus almas prendieron en fuego por su amor.
—Mucho gusto Abril, soy Kim Taehyung.
La flor fue cortada desde su tallo, se marchitó y dejó de existir, no para siempre, por qué logró renacer, convirtiéndose en la más hermosa de todas.
Pasaron muchos años, y podían pasar muchos más en los cuales se seguirían esperando. Su privilegio innato nació desde su primera palabra, desde que él notó las pequeñas pecas de Abril en sus mejillas, o cuándo ella contó los lunares del rostro de Taehyung, para atesorarlos por siempre.
Un beso, cada roce, fue una batalla intensa contra el acoso del egoísmo. Viviendo por ti mismo, viviendo por ella, viviendo por él. Se encontraron, se miraron, se tocaron y el mundo se rindió ante su amor.
Con un susurro domaron los mares y a las ballenas feroces. Con un hola, fueron felices.
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Hola, buenas días/tardes/noches.
¡Esperen pronto el epilogo!
-Gracias por llegar hasta aquí <3
Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak.
~herbst
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